sábado, 12 de noviembre de 2011

Audrey Hepburn: una vida de puntillas


Se cumplen 50 años del estreno de ´Desayuno con diamantes´, protagonizada por la "angelical" actriz anglo-belga


Audrey Hepburn semejaba una bailarina delicada, espontánea discreta, que hubiese saltado del resorte de su caja de música en tamaño natural. Algo de eso guarda su propia biografía de actriz breve y fulgurante, desde que, en 1954, obtuviese un Oscar prácticamente con su mismísimo debut, Vacaciones en Roma, y a cuyo casting llegó casi de chiripa, apoderándose al instante de un papel destinado a Liz Taylor, ya una diva de renombre, a la altura rutilante del coprotagonista, Gregory Peck. Algo tiene de gata o de ardilla que se cuela por las rendijas y cae de pie. Una Mary Poppins capaz de sobrevolar en el último momento las azoteas de Hollywood y persuadir al productor más cazurro de su magnetismo angelical. Pues otros dos de sus papeles estelares, en Desayuno con diamantes y My fair lady, habían sido concebidos, respectivamente, para Marilyn Monroe y Julie Andrews.

Formada con Marie Rambert, la maestra de Nijinsky, esta chica bien de los Países Bajos, que hablaba seis idiomas, entre ellos el castellano, en realidad estaba destinada a convertirse en una estrella de ballet. Era hija de una baronesa de ascendencia británica, descendiente del rey Eduardo III, y de un corredor de seguros belga filonazi, que abandonó a la familia cuando ella era una niña, y al que, muchos años después, buscó desaforadamente, para encontrarlo, en Dublín, desahuciado, y le financió la existencia.

Mucho antes de llegar a ser "cara de ángel" para todos los públicos planetarios, que veían en ella a una estrella ponible, de dimensiones humanas; una antidiva refractaria al lujo y a las grandes mansiones, que cuidaba personalmente de su jardín en casas discretas, su madre la llamaba "patito feo"; un mote cariñoso para una niña escuchimizada, a causa de la anemia, por el hambre que padecieron, en la resistencia holandesa, durante la Segunda Guerra Mundial. Y algo de ese mito infantil, devenido luego en cisne o mirlo blanco de la gran pantalla, guarda su meteórica carrera de actriz, que aunque apenas duró 15 años, le dio para hacer de partener, tras Gregory Peck, de Humprhey Bogart, Fred Astaire, Gary Cooper, Rex Harrison, William Holden, Cary Grant, Peter O´Toole, Sean Connery...

Lo que de ella dijeran el director de Vacaciones en Roma ,William Wyler, o el propio Peck, al principio es concertado por compartir cartel con una muchacha de un musical de Broadway, en vez de con la Taylor, se convirtió en su tónica ascendente: "Es sencillamente encantadora. Tiene inocencia y talento, y, además, es muy divertida". Y es que, a diferencia de las grandes divas, cuyo mejor papel es interpretarse a si mismas, Audrey Hepburn era una fértil arcilla moldeable, una actriz versátil, capaz de hacer por igual de monja, prostituta, ciega o amante despechada, sin perder por ello su propia aura. Conseguía, incluso, que algunos directores y guionistas realizaran notables cambios de readaptación a su impronta, una vez que el papel le era asignado.

Así ocurrió, de hecho, con la Holly de Desayuno con diamantes. Truman Capote, autor de la novela originaria, Breakfast at Tiffanys, y de la adaptación cinematográfica (que en la versión mexicana se titula Desayunando en Tiffanys), tenía claro que iba a ser interpretada por su amiga Marilyn Monroe. Pero ésta, harta de "personajes frívolos", rehusó protagonizar la película. Y cuando Audrey fue aceptada para el papel, Capote consintió en rebajar ciertos toques casquivanos de su personaje; ya no era la prostituta bisexual de su relato, sino un ser más indefinido, inocente, angelical. Al parecer, ella misma apostó por la inclusión e José Luis de Vilallonga en el reparto, quien, en costumbre muy ibérica, semejante a Dominguín y la Gardner, presumió toda su vida de la realidad de su beso a la Audrey...

Alérgica a las joyas en su vida real, la actriz rechazó entonces una cuantiosa oferta de Tiffanys para que patrocinara sus productos, y si bien ganó 750.000 dólares de la época por la película, los destinó a obras benéficas. Nunca olvidó el hambre que pasó en los años de la resistencia holandesa, cuando ella y su madre, junto a los hijos de ésta, se convirtieron, de la mañana a la noche, en nuevos pobres... Lo que la obligó a abandonar la cara formación para bailarina de élite, y rabajar en musicales nutricios, con un talento de tal calibre, en cualquier caso, que en 1951, aquella muchacha belga de 22 años, fue invitada a protagonizar Gigi en Broadway. Y de ahí, por la puerta de atrás, a codearse en la pantalla con Gregory Peck. Fue muy reservada con su vida privada; dos discretos matrimonios, cuyos truncamientos la hicieron sufrir, al punto de declarar: "Las parejas deben satisfacerse mucho, pero para ello, tal vez, lo mejor sería que vivan separadas y se visiten".

A partir de 1967, con Sola en la oscuridad, cambió su carrera cinematográfica por las labores humanitarias de Unicef; y aún en 1993, ya desahuciada por el cáncer de colon que acabaría con su vida tres meses después, a los 63 años, visitó un centro de Somalia.Vitalista y risueña, pero también hipersensible y doliente, "Cara de ángel" o "Patito feo" expresó entonces: "La vida es dura. Después de todo, te mata".

Condenado un soldado de EE UU por asesinar a civiles afganos


El sargento Calvin Gibbs guardaba los restos de sus víctimas como trofeos. Otros tres soldados le ayudaron a matar a civiles en Kandahar


Culpable de todos los cargos que se le imputaban como líder de un grupo de soldados estadounidenses que mató a tres civiles afganos por simple placer. El sargento Calvin Gibbs consideraba que las bajas norteamericanas se pagaban con la vida del enemigo aunque este no estuviera en el frente y así entre enero de 2010 y mayo de 2011 asesinó a tres afganos en crímenes que hizo pasar por ataques contra su división.

Gibbs ha sido condenado a cadena perpetua pero tendrá la posibilidad de solicitar la libertad condicional en nueve años después de que un tribunal militar de la base de Lewis-McChord (Washington) le declarara culpable de los crímenes cometidos en la provincia de Kandahar tras una semana de juicio.

El vengador escuadrón de la muerte estaba compuesto, además de Gibbs, por otros tres soldados cuyo testimonio ha sido clave para lograr la condena de Gibbs. Esos tres uniformados se declararon con anterioridad culpables y buscaron acuerdos con la fiscalía a cambio de contar con detalle las atrocidades cometidas por Gibbs. En noviembre de 2009, el sargento se convirtió en jefe de la tercera sección de la Quinta Brigada de Asalto de la Segunda División de Infantería del Ejército de Tierra, estacionada en Kandahar. A partir de entonces se dedicó a reclutar a otros tres soldados para llevar a cabo su particular venganza contra el enemigo.

“El sargento Gibbs tiene carisma; tiene una de esas personalidades que todo el mundo sigue”, dijo el militar a cargo de la acusación, Robert Stelle, al presentar su cierre del caso el pasado miércoles. “Pero es todo basura. Tenía su propia misión: asesinato y depravación”.

Asesinato de un joven, casi un niño, en enero de 2010 en un pequeño pueblo. Gibbs lanzó una granada contra el cuerpo de Gul Mudin sin previo aviso cuando este cuidaba un campo de su familia. El sargento se justificó ante sus superiores diciendo que el joven les había atacado antes. El escuadrón de la muerte llegó a tomarse fotos con su "primer trofeo de caza", imágenes que hoy se pueden ver en internet y que son muy cruentas.

A esa brutal muerte le seguirían otras dos. La de un hombre llamado Marach Agha, acribillado con un AK-47, y la de un mulá, Allah Dad, al que reventó con una granada dentro de una fosa tras haberle separado de su mujer e hijos.

De todas sus cacerías, Gibbs guardó trofeos: ya fueran pedazos de las víctimas –dedos, en general- o dientes. En su pierna izquierda lleva tatuadas seis calaveras y al menos tres de ellas pertenecen a víctimas que no pertenecían a ningún Ejército o la insurgencia. Gibbs sucumbió a la tentación de presumir de sus fechorías e impuso a su alrededor un sistema de terror por el que nadie se atrevía a denunciarle. Quien lo intentó sufrió el ostracismo y una brutal paliza. Fue el caso del soldado Justin Stoner, que finalmente superó el pánico y se atrevió a delatarlo, lo que abrió el camino para un consejo de guerra contra Gibbs.

domingo, 6 de noviembre de 2011

VIDAS ROBADAS


"Entre tanta niña, su hijo le habría salido mariquita. Mejor así"


Era el quinto hijo y el primer y esperado varón del matrimonio Rubio Arribas. Nació el dos de marzo de 1971 en la clínica San Ramón de Madrid. "Está un poco bajo de peso. Hay que llevarle a la incubadora, pero usted váyase a casa y ya la llamaremos", le dijeron a la madre. Gloria Arribas insistió en ir a ver y dar de mamar todos los días a su hijo. "Al cuarto día, le dijeron que había muerto. Mi madre no entendía nada, porque lo había visto unas horas antes y estaba perfectamente. '¿Pero de qué?', preguntó llorando. Y entonces el doctor Eduardo Vela Vela, director de la clínica, le dijo a mis padres: 'Ha muerto de un enfriamiento. Como se empeñó usted en sacarlo de la incubadora para darle de mamar, se ha enfriado'. Encima, le echó la culpa a mi madre", relata Gloria Rubio Arribas, de 50 años, que busca ahora a su hermano, convencida de que no murió, se lo robaron.

Cuando pidieron ver el cadáver, como en tantos otros casos denunciados en fiscalías de toda España, el personal de la clínica San Ramón les dijo que era "imposible". "Nosotros nos encargamos de todo. Ya está dada la orden en el cementerio de La Almudena, es el procedimiento habitual", recuerda Gloria que le dijeron a sus padres. "Mi familia protestó. Mi tío, que era un militar muy influyente entonces, dijo que cómo era posible que lo fueran a enterrar ya donde le diera la gana al hospital, cuando la familia tenía un panteón. Años después, mi tía nos dijo que él había intentado hacer algo, pero que alguien le había dicho: 'Gregorio, no toques este tema, olvídate".

En el pasillo de la clínica, Gloria Arribas y Antonio Rubio lloran desconsolados cuando pasa una monja. "Les preguntó a mis padres por qué lloraban, y mi madre le contó que les acababan de decir que su bebé había muerto. '¿Tienen más hijos?', preguntó la monja. 'Sí, cuatro niñas', respondió mi madre. 'Pues ya tiene bastantes. Piense que hay gente que no tiene ninguno y que entre tanta niña, además, le hubiese salido mariquita. Mejor así".

El matrimonio salió del hospital sin el niño. "Fue muy triste porque el día que nació nos habían llamado para decirnos que teníamos un hermanito rubio guapísimo y cuando llegaron a casa nos tuvieron que explicar que ya no, que había muerto...", relata Gloria, que entonces tenía 10 años. "Mi madre no paraba de llorar. Se obsesionó. Y mi padre, que vio que aquello iba a acabar con ellos, decidió un día guardar todos los papeles en un arcón y decir que no se hablaba más del tema. Y así se hizo".

En aquel hogar no se volvió a hablar del niño - "mi madre solo lo hacía cuando no estaba mi padre"- hasta que empezaron a ver en medios de comunicación casos similares de familias a las que años atrás les habían dicho en aquel mismo hospital o en otros que su hijo había muerto y que ellos se "encargaban de todo". Gloria, la hermana mayor, decidió empezar a investigar.

"La primera parada fue el Registro Civil. Cuando nació mi hermano le dijeron a mi padre que ellos hacían este trámite. Así que fui allí a buscar una partida de nacimiento suya. No existía. Tampoco de defunción. Me sugirieron que mirara en el legajo de abortos, y fui, pese a que mi hermano había vivido cuatro días, dos más que las criaturas abortivas". Y allí estaba. Con la fecha de nacimiento cambiada y pese a que a la clínica había cobrado a los padres cuatro días de incubadora (1.200 pesetas, 7,2 euros). Un detalle de avaricia que hoy puede servir de prueba para la investigación del caso, que lleva la fiscalía de Madrid gracias a que Antonio Rubio pidió una factura antes de abandonar aquel hospital y la guardó toda su vida.

"Cuando empecé a buscar, creo que lo hice con la esperanza de comprobar que mi hermano había muerto de verdad, que no nos habían engañado. Pero cada papel que pedía era una nueva irregularidad, cambiaban las fechas, los médicos...El día que me dieron el legajo de abortos, me quedé allí sentada, en shock, dos horas. No me podía creer que esto nos hubiera pasado a nosotros. No me podía creer, como mi padre no quiso creérselo tampoco, que médicos y monjas pudieran hacer algo así", explica Gloria, que enseñó toda su documentación al fiscal el pasado 13 de abril. "Mis padres habían decidido que mi hermano naciera en el San Ramón y no en casa o en un hospital público porque pensaron que era lo mejor de lo mejor. Y mira lo que pasó. Mi madre me contó, además, que aquel mismo día se había muerto el bebé de una señora que estaba en otra habitación. A lo mejor también lo robaron".

El padre de Gloria ya ha muerto. Su madre vive con angustia la búsqueda. Gloria admite que el asunto les obsesiona. "Cuando veo en las noticias que ha muerto un hombre de 40 años en un accidente de coche, pienso que puede ser mi hermano. Otras veces imagino las barbaridades sobre nosotros que pueden haberle contado sus padres adoptivos. Durante mucho tiempo, el único consuelo era pensar que había ido a parar con una familia bien posicionada que quería tanto un bebé que había pagado por él. Pero hemos oído casos de niños que dieron con familias que les maltrataban... Lo cierto es que aunque no esté en nuestro libro de familia, a ese niño ni nos lo inventamos, ni lo soñamos. Mi madre fue a verle cuatro días. Y cuatro días le cobraron de incubadora".

Investigaciones en punto muerto

- Las familias que creen que fueron víctimas de un caso de robo de bebés y que así lo han denunciado en las fiscalías de toda España han convocado concentraciones de protesta para el próximo miércoles en varias ciudades españolas ante la decisión de algunos fiscales de archivar muchos casos. Serán en Madrid (en la plaza de Jacinto Benavente), Málaga (en la puerta de la Ciudad de la Justicia), Valencia (ante los juzgados) y Alicante (frente a los juzgados de Benalua).

- "Queremos que todos los casos sean investigados exhaustivamente", piden las distintas asociaciones de afectados. "Queremos una respuesta, saber la verdad".

- El lema con el que acudirán a las protestas, Todos los niños robados son también mis niños, pretende involucrar a personas no afectadas por esta situación en sus demandas. "Nuestras tragedias no son solo tragedias familiares, son tragedias de toda la sociedad. Hasta que la sociedad completa no asuma que todos deberíamos estar implicados en esta búsqueda de los niños y los culpables paguen por ello, estaremos viviendo en una sociedad enferma", asegura la presidenta de SOS Bebés Robados, Soledad Monzón Ruiz.

- Los fiscales han archivado masivamente casos de niños robados por falta de indicios o prescripción de los posibles delitos. Por ejemplo, en Madrid, donde el fiscal jefe recibió más de 200 denuncias, se han archivado cerca de 65. El paso del tiempo impide, además, la obtención de pruebas o testimonios. Los supuestos restos de muchos de esos niños fueron trasladados a los diez años del fallecimiento a un osario común, lo que impide exhumaciones para extraer muestras de ADN.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Los videojuegos, un puente a la creatividad de las personas


Un estudio de la Universidad de Michigan dice que sus usuarios tienen mejor "habilidad visual-espacial"


Los videojuegos siempre han sido una gran forma de entretenimiento para niños y no tan niños, pero no termina de estar claro hasta qué punto logran impactar en el comportamiento humano, debido a que en muchas ocasiones los estudios se contradicen. Un nuevo trabajo asegura que los menores que juegan con videojuegos son más creativos gracias a su uso que los que no lo hacen.

Según un estudio de investigadores de la Universidad Estatal de Michigan (EE.UU.), la creatividad de los niños sí está relacionada con su interacción con videojuegos. Sin embargo, el uso de ordenadores en general y de teléfonos móviles e Internet no está relacionado con la mejora de esta cualidad.

En relación a quién juega más con videojuegos, los niños siguen empleando más tiempo que las niñas. Además, ellos tienden más a preferir los juegos que incluyen violencia, mientras que ellas prefieren los juegos que involucran la interacción.

La profesora de psicología de esta universidad encargada de esta investigación, Linda Jackson, ha señalado que los resultados "deben alentar a los diseñadores" de videojuegos y así descubrir que estimula esta creatividad.

De esta forma, "los videojuegos pueden ser diseñados para optimizar el desarrollo de la creatividad" y "para preservar sus valores de entretenimiento", indicó la profesora. Además, también se ha desvelado que jugando los niños tienen una "mejor habilidad visual-espacial", algo "importante en el desarrollo de disciplinas científicas y de ingeniería", añadió.

El estudio se centró en un test de pensamiento creativo, donde participaron 491 niños de 12 años. Un 53 por ciento fueron mujeres, un 34 por ciento eran afroamericanos y un 66 por ciento de raza blanca, aunque estos aspectos fueron independientes para el resultado final.

Evasión con Miró


Una ruta turística por los lugares que relatan la vida del artista en Barcelona



Hay quien se aventura a pensar que la fijación por las estrellas de Joan Miró se remonta a su primera infancia, cuando desde la cuna veía techos pintados con elementos modernistas, incluidos aquellos cuerpos celestes. Entonces su familia vivía en el edificio del pasaje del Crédit, 4, actualmente integrado en el hotel Rialto (Ferran, 40). Quien quiera dormir bajo los mismos dibujos puede hacerlo en la suite -o habitación 330-, que mantiene los techos de la época (los muebles de inspiración modernista forman parte de la recreación). El artista vivió aquí primero con sus padres y luego con su esposa, Pilar, y su hija, Dolores. Su taller ocupaba el ático. Dejó la casa en 1949 y la vendió en 1955 para trasladarse a Palma de Mallorca.

La casa natal forma parte de un itinerario turístico creado por la Fundación Miró para acompañar la exposición Joan Miró. La escalera de la evasión (hasta el 13 de marzo de 2012) y recorre la ciudad siguiendo las huellas del artista, desde su nacimiento en 1893 hasta su muerte en 1983. Un recorrido hecho de recuerdos, anécdotas y relatos biográficos. Hombre esquivo y discreto, amaba las obras románicas del Museo Nacional de Arte de Cataluña y la arquitectura de Gaudí.

Su relación con Barcelona no estuvo, sin embargo, libre de sobresaltos. En mayo de 1920, decepcionado por el escaso interés que su obra despertaba en Cataluña, se desahogaba con el pintor Enric Ricart: "Prefiero ser un fracasado en París que sobrevivir a las aguas malolientes de Barcelona. Definitivamente, nunca más Barcelona". A pesar de estas palabras, la ciudad fue el lugar donde más tiempo pasó y a la que siempre volvió, incluso para el último descanso. Quería que le sepultaran directamente en la tierra para que le salieran "flores de la panza", aunque reposa en el panteón familiar del cementerio monumental de Montjuïc.

Muy cerca de allí, en un edificio proyectado por su amigo el arquitecto Josep Lluís Sert, se encuentra la fundación que lleva su nombre y que inauguró dos veces: en 1975 y un año después, tras la muerte de Franco.

El patio de juegos

Pero volvamos al inicio. Siguiente parada: la escuela primaria de Miró. Ya no existe como tal, pero queda el edificio con un hermoso portal gótico (Regomir, 13), que da acceso al patio donde jugaba el artista. "No era buen alumno, le gustaba la geografía, pero era un desastre en ciencias", explica Lluís Permanyer en La vida de una pasión. Más tarde, su padre le obligó a estudiar comercio, pero por las noches Miró frecuentaba la Escuela de Bellas Artes Llotja (plaza de Verónica, 2), donde conoció a Joan Prats (galería en Rambla de Cataluña, 54), su amigo, marchante y coleccionista durante toda la vida, y a Modest Urgell, a quien debe, según su propia afirmación, tres de sus formas características: el círculo rojo, la luna y la estrella.

Whisky, Grand Marnier y Dubonnet. La Coctelería Boadas (Tallers, 1) ideó con estos ingredientes en 1978 el Cóctel Miró para celebrar la entrega de la Medalla de Oro de la Ciudad al artista. Fundada en 1933 por un catalán nacido en Cuba, el bar ha sido punto de encuentro de artistas e intelectuales. En una carta colgada en la pared Miró recuerda que ahí tomaba "unas bebidas muy ricas y llenas de invención". A unas manzanas espera la Escuela de Arte Massana, en el antiguo hospital de la Santa Creu (Hospital, 56), que en 1968 acogió la primera retrospectiva de Miró en su ciudad. "Se estaba preparando cuando un amigo le avisó de que en la inauguración estaría Manuel Fraga, ministro de Turismo de Franco. 'Pilar, pásame el termómetro', dijo Miró sin colgar, y al cabo de unos minutos: 'Lo siento, tengo unas décimas y a mi edad no puedo arriesgarme'. No fue. No iba a legitimar el régimen que había rechazado toda su vida", explica Sónia Crespo, guía especializada.

Como réplica a aquella muestra se organizó a principios de 1969 Miró otro en el Colegio de Arquitectos (plaza Nova, 5). En este caso, el artista no solo acudió a la inauguración, sino que realizó una acción pictórica sobre las ventanas. Unos pasos más allá se encuentra el hotel Colón (avenida de la Catedral, 7), donde Miró se alojaba a partir de 1956 cuando visitaba la ciudad. "Si venía solo, se quedaba en la 406, pero si le acompañaba la familia o el arquitecto Sert, prefería la 411, que comparte vestíbulo con la 414", relata Tony Álvarez, empleado desde entonces. "Miró no era descortés, pero tampoco era asequible. A pesar del aspecto y de su baja estatura, infundía respeto", recuerda Álvarez.

Últimas pinceladas

Faltan coordenadas del mapa Miró. Por ejemplo: la galería de Joan Gaspar (plaza de Letamendi, 1), que contribuyó a que el pintor se reconciliara con su ciudad a través de numerosas muestras. O el bar y restaurante Els Quatre Gats (Monsió, 3), donde conoció a Gaudí. O Galerías Dalmau (Puertaferrisa, 18), donde se celebró su primera exposición, de impacto más que negativo. Amaba el Liceu, donde trabajó en diversas ocasiones, y Los Tarantos (plaza Real, 17), su tablao de flamenco preferido. Y tres de sus obras públicas serán especialmente visibles para el viajero: el mosaico Pla de l'Os, en la Rambla; el mural de la terminal B del aeropuerto, y la escultura Mujer y pájaro, al lado de la plaza de España.

Información


» Barcelona Guide Bureau (www.barcelonaguidebureau.com; 932 68 24 22) organiza itinerarios por la Barcelona de Miró. El paseo empieza y termina en la plaza de Cataluña, y dura entre 90 y 120 minutos.

» Fundación Joan Miró (www.fundaciomiro-bcn.org; 934 43 94 70). Parc de Montjuïc, s/n. La escalera de la evasión, hasta el 18 de marzo de 2012. Descargando la aplicación gratuita para iPhone es posible localizar unos 30 lugares de Barcelona vinculados a Miró.

Una joven mallorquina se despide en Twitter tras fallecer

María era una joven mallorquina que quiso usar las redes sociales para despedirse de sus amigos. Su cuenta en Twitter registró su adiós. La chica falleció anoche en Alemania tras una larga enfermedad y entre sus últimas voluntades dejó dicho a su madre que cuando falleciera enviara mensajes a través de Twitter a todos sus seguidores para comunicarles la noticia. La despedida ha sido 'trending topic' en Twitter España.
La madre de la joven, María Riera, así lo anunciaba en Twitter: "Soy Mª Riera, la madre de María. Cumpliendo con su deseo me toca lo más difícil del mundo, deciros que ella falleció anoche. Gracias a todos". Un mensaje muy emotivo que no tardaba en despertar la conciencia de todos. Un alud de 'tuits' surgían poco después en la red para apoyar a su madre en estos difíciles momentos.
Durante toda la noche, la madre de la joven ha contestado tuits de apoyo y cariño que amigos, conocidos y otras muchas personas han ido enviando a la cuenta de María. Unas horas que muchos han calificado de "inolvidables".

jueves, 3 de noviembre de 2011

Una burbuja para árabes y judíos


El coreógrafo Arkadi Zaides reúne a bailarines israelíes de ambos orígenes


El coreógrafo y bailarín Arkadi Zaides tenía 11 años cuando abandonó Bielorrusia y emigró con sus padres a Israel. Desde entonces -ahora tiene 32- intenta entender qué pasa en el país sin tomar partido. El resultado de este ejercicio de comprensión no puede explicarse con palabras, sino con movimientos. Zaides presentará mañana y el jueves 3 en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, en la Sala Manuel García, su obra Quiet, una de las grandes apuestas de la programación del Mes de Danza 18. El espectáculo, de 2010, trata el tema de la comunicación y los bailarines son árabes y judíos.

"Mi punto de partida es una pregunta: ¿Por qué es tan dificil la comunicación entre las dos comunidades en la vida real? El estudio es una burbuja. Es sorprendente lo que pasa sobre el escenario, pero la realidad fuera es muy diferente", explicó ayer Arkadi Zaides, quien actuó por primera vez en España el pasado fin de semana, también dentro del Mes de Danza, con su coreografía Sólo siento. La pieza, un solo, es una colaboración con el video-artista Shira Miasnik y materializa la búsqueda de paz interior a través de la danza, el vídeo y las sombras. Gracias al vídeo, las sombras interactúan con la sombra real del bailarín.

Zaides, que ha pasado por las compañías Danza Batsheva y Yasmeen Godder, trabaja como coreógrafo independiente desde 2004 y cuenta con distintos equipos para cada proyecto. El coreógrafo, que vive y trabaja en Tel Aviv, recibió en 2008 el Premio al Joven Artista del Año que otorga el Ministerio de Cultura israelí y, en 2010, fue galardonado con el Premio Kurt Jooss por su pieza Sólo Colores.

"Estoy convencido de que el arte es el camino más importante para la comunicación. Tanto la danza, como la música, van más allá de las palabras, se dirigen a los sentimientos, a las sensaciones. Es la mejor forma para comunicarse entre los que se sienten extraños, por eso el entendimiento es más fácil en el arte que en la vida cotidiana o en la política", argumenta el creador, quien ha firmado ocho coreografías, tres de ellas de más de una hora de duración.

Arkadi Zaides, que ha sido director artístico del New Dance Project, en el Centro de Arte Arena en Jerusalén, junto con el coreógrafo Anat Danieli, lleva años trabajando con la comunidad árabe en Israel. "Cuando yo empecé a trabajar en las villas del norte de Israel no sabía nada de la Fundación Barenboim-Said [un proyecto que nació en Andalucía para crear un puente entre jóvenes músicos judíos, musulmanes y cristianos], lo supe algo después. Desde luego, la fundación tiene una escala mucho mayor que lo que yo hago, pero vamos en el mismo sentido", afirma.

Quiet, que en España podrá verse también en Bilbao, cuenta con la colaboración artística de Joanna Lesnierowska y la interpretación de Yuval Goldstein, Mohammad Mugrabi, Ofir Yudilevitch y el propio Arkadi Zaides. La escenografía es de Klone.

"Para cada producción trabajo con gente distinta y siempre parto de la improvisación. Me interesa lo que puede aportar cada persona y lo incorporo al espectáculo. Por ejemplo, en Quiet uno de los bailarines viene del judo y el otro de la capoeira. Yo no le doy las pautas para los movimientos, al contrario, me apropio de las suyas. Me gusta ver lo que el cuerpo de cada persona puede dar. En esta pieza todo empezó con el sonido de las olas y la interpretación que cada uno le dio al sonido. A partir de ahí comienza el trabajo", desvela el coreógrafo.

martes, 1 de noviembre de 2011

Literatura de Todos los Santos


Ensayos y novelas que tratan sobre la pérdida de seres queridos llenan la mesa de novedades - ¿Puede servir la escritura para superar la melancolía del duelo?


Para paliar el dolor insoportable de la pérdida, la escritora neoyorquina Joyce Carol Oates empezó a poner por escrito su propia historia frente a la muerte de su esposo. Como durante el proceso de duelo no podía escribir páginas largas, porque la pena y sus fantasmas recurrentes ocupaban la mayor parte de su energía, dedicó aquel periodo oscuro a vaciar su experiencia en textos breves, en una serie de entradas de diario que con el tiempo, y la perspectiva, fue convirtiéndose en Memorias de una viuda, una conmovedora obra literaria. La pérdida y el duelo de Joyce Carol Oates la llevaron a construir una historia por un camino que no había recorrido antes, el de la narración construida a fuerza de fragmentos, y el proceso de escritura de esta obra la ayudó a sobreponerse a la muerte de su esposo.

Situada también en ese territorio terapéutico de la literatura está Meghan O'Rourke, poetisa nacida en Brooklyn que, a partir del duelo que sentía por la muerte prematura de su madre, escribió The long goodbye.

Estas dos historias y otras que tratan la pérdida de los seres queridos y pueblan la mesa de novedades justamente hoy, Día de Todos los Santos, son parientas de El año del pensamiento mágico, que la escritora californiana Joan Didion publicó en 2005, una historia sobre la muerte, que es un tema tabú en Estados Unidos y que empieza con estas líneas contundentes: "La vida cambia rápido. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar y la vida que conoces se acaba". Didion nos cuenta, en este libro sobrecogedor, la crónica de sus propias acciones, reacciones y reflexiones frente a la muerte súbita e inesperada de su marido.

Estas obras de pérdida y duelo, que además son memorias de una etapa negra y salvavidas de quien las escribe, funcionan también para los lectores que consiguen encontrar en ellas elementos con los cuales encuadrar mejor, y eventualmente reconducir, la onda expansiva de una pérdida.

Reflexionando sobre esto, la poetisa Meghan O'Rourke sostiene, en una entrevista reciente, que este tipo de historias son, entre otras cosas, un espacio público donde se puede conversar, sin ningún riesgo, sobre la pérdida y el duelo, son "una respuesta orgánica a la pérdida".

Estas historias escritas desde el dolor que produce la muerte de alguien muy querido, cuyo filón terapéutico no tiene nada que ver con los libros de autoayuda, han ido llegando en los últimos meses a las librerías, como una versión actual de esa escritura de duelo que ha existido siempre en la literatura, comenzando por Hamlet, ese melancólico arquetípico que va arrastrando la muerte de su padre, una pena que lo parte en dos y que tiene que purgar solo, con una intensidad que es la sustancia de la historia, porque Gertrude, su madre, ya se ha ido con su tío Claudio.

Entre los libros de "respuesta orgánica a la pérdida", para utilizar la terminología de Meghan O'Rourke, que han ido apareciendo en los últimos tiempos están Vidas ajenas, del desasosegante escritor francés Emanuelle Carrere; El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia, de Patricio Pron; Correr el tupido velo, donde Pilar Donoso disecciona su historia con José Donoso, su padre; Azul serenidad o la muerte de los seres queridos, de Luis Mateo Díez; Diario del duelo, el oscuro lamento de Roland Barthes por la pérdida de su madre, o Tiempo de vida, de Marcos Giralt Torrente.

El psicoanalista inglés Darian Leader aborda el tema de la pérdida y el duelo en un ensayo, de muy reciente aparición, titulado La moda negra y con el subtítulo Duelo, melancolía y depresión. Leader se puso a trabajar a partir del ensayo Duelo y melancolía de Freud y, desconcertado ante la poca información que encontraba en los libros de sus colegas, recurrió a la literatura y ahí encontró una gran cantidad de obras que lo hicieron formularse la pregunta que dio origen a su ensayo: "¿Podrían las artes ser de hecho una herramienta vital que nos permita dar sentido a las inevitables pérdidas en nuestras vidas?".

Darian Leader, en sintonía con Meghan O'Rourke, la poetisa de Brooklyn que escribió The long goodbye, ve en este tipo de obras un elemento terapéutico: "El lugar de las artes en nuestra cultura adquiere un nuevo sentido: como un conjunto de instrumentos que nos ayudan a vivir el duelo. Las artes existen para permitirnos acceder al dolor y hacen esto mostrando públicamente cómo la creación puede emerger de la turbulencia de una vida humana. En nuestro uso inconsciente de las artes, tenemos que ir fuera de nosotros para volver adentro".

La autora de Memorias de una viuda, Joyce Carol Oates, dice que el duelo es la más humana de las emociones, pero que se trata de una emoción que va rigurosamente en un solo sentido, porque no puede ser recíproca.

Darian Leader cita en La moda negra a la psicoanalista Ginette Raimbault, y redondea, de una manera involuntaria, la idea de Joyce Carol Oates: "El trabajo de escritores, artistas, poetas y músicos es muy importante para ayudar a sacar a la luz la naturaleza universal de lo que siente una persona en duelo, pero no en el sentido de que todos sentirán lo mismo. Por el contrario: lo que nadie puede entender de mi dolor, alguien puede expresarlo en tal forma que yo pueda reconocerme a mí misma en lo que no puedo compartir".

Entusiasma la idea de Leader, que comparten las dos escritoras, de que estos libros donde un autor exorciza la muerte sirven también de exorcismo para el lector; la literatura, que, como todas las artes, forma parte de las cosas que no sirven para nada, cobra aquí una dimensión terapéutica. La idea es, desde luego, opinable, pero, de entrada, no está mal que en este milenio en donde todo debe tener una utilidad, y producir algún tipo de ganancia, aparezcan de pronto estas obras que tienen, desde el punto de vista de Leader, una utilidad añadida a sus méritos literarios.

No deja de ser curioso que un tema tan grave como la muerte, y el duelo, se trate con más amplitud y generosidad en la literatura que en el mundo del psicoanálisis, donde Leader buscó ideas infructuosamente; quizá se deba a que estos libros escritos desde el duelo son obras que rozan la ficción y que, aunque sean rigurosamente verdad, utilizan recursos narrativos propios de las novelas. Probablemente la muerte, la pérdida y el duelo, son una realidad tan real, tan insoportablemente puntual y veraz, que termina tocándose con la ficción, con ese mundo de mentiras donde las cosas no existen, hasta el día en que se convierten en verdad.


Libros sobre la pérdida aparecidos en los últimos meses.

- Vidas ajenas (Anagrama), de Emanuelle Carrere.

- El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia (Mondadori), de Patricio Pron.

- Correr el tupido velo (Alfaguara), de Pilar Donoso.

- Azul serenidad o la muerte de los seres queridos (Alfaguara), de Luis Mateo Díez.

- Diario del duelo (Paidós), de Roland Barthes.

- La moda negra (Sexto Piso), de Darian Leader.

- Memorias de una viuda (Alfaguara), de Joyce Carol Oates.

Grace Kelly, una vida de cine


Un filme contará su labor diplomática


Grace Kelly nació para el resto de los mortales en la pantalla, y su posterior matrimonio con Raniero de Mónaco aumentó su leyenda. Era lógico que antes o después su vida pasara al cine.

Sin embargo, según cuenta The Hollywood Reporter, la película que prepara la productora francesa Stone Angel, de Pierre Ange Le Pogam (Tell no one, Los tres entierros de Melquiades Estrada), se centrará en su labor diplomática durante seis meses de 1962, cuando Charles de Gaulle, presidente de Francia, protestó por las extraordinarias exenciones fiscales de las que gozaban los ciudadanos de Mónaco y creó un conflicto internacional.

El filme tiene presupuesto, 15 millones de euros, pero Le Pogam busca estos días director y protagonista para un guion que, según The Hollywood Reporter, se asemeja a El discurso del rey.

La capacidad del ser humano a superar los acontecimientos es muy potente



Luis Rojas Marcos (Sevilla, 1943) ha viajado desde Nueva York a Madrid para presentar su nuevo libro -"informativo"- en el que se adentra en el mundo del recuerdo: Eres tu memoria. De una manera sutil navega por los entresijos de esta habilidad humana acoplando la historia de la medicina y de la psicología con su propia experiencia para explicar los mecanismos que llevan al olvido, el recuerdo o a demencias degenerativas como el alzhéimer. Casi 200 páginas que adentran al lector en un mundo de células, estructuras cerebrales y mecanismos biológicos que explican el "maravilloso e inquietante" mundo de la memoria.

Pregunta. La pregunta obligada es: ¿qué es la memoria?

Respuesta. Es la facultad básica que nos permite construir nuestra propia historia, definir quiénes somos y mantiene el sentido de continuidad.

P. ¿Y qué aporta su libro que no tengan los demás?

R. Mi objetivo con este libro era explicarle al lector de la forma más sencilla y exacta lo qué es la memoria y es algo que no he leído en ningún libro, nadie ha tratado de explicar de forma sencilla pero puesto al día qué es la memoria, sobre todo, desde el aspecto creativo de la memoria. La mayoría de los libros se centran en la evocación de lo que uno aprende. Y los otros aspectos que he incluido son la cuestión del olvido y esta nueva herramienta de Internet y la nueva definición que tenemos del alzhéimer de hace unos meses.

P. En cuanto al alzhéimer cada vez se están diagnosticando más casos de comienzo temprano. Usted habla en el escrito de cuatro fármacos que retrasan el inicio de la enfermedad. ¿En su opinión cuál es más efectivo?

R. En la actualidad efectivamente hay cuatro medicamentos que cumplen requisitos oficiales para el tratamiento del alzhéimer que son los conocidos como inhibidores de la colinesterasa y el cuarto, igualmente aprobado, es la memantina. Estos fármacos son muy útiles, retrasan el deterioro pero no son curativos. Para elegir el idóneo depende del paciente. Las medicinas con las que trabajamos facilitan la transmisión entre las neuronas y todo lo que facilite esa conducción nos va ayudar. Lo que suelo hacer es probar con el paciente un fármaco durante un mínimo de tres semanas y esperar a ver cómo reacciona. Algunas veces si añades vitamina B, funciona mejor. Pero repito, estos retrasan los síntomas, todavía no tenemos la llave la curación.

P. En su libro revela la importancia de la memoria virtual y su relación con el olvido, en este mundo actual lleno de redes sociales en las que cualquiera puede plasmar su vida. Como seres sociales que somos, estamos perdiendo la capacidad de no recordar. ¿Estamos enlatando la memoria?

R. La gente tiene miedo a desaparecer. Hace mil años hacían pirámides porque pensaban que era una forma de seguir viviendo y ahora cuelgan sus fotos. Al final la sociedad va a tener que adaptarse a esa realidad, no tomarlo mal, hay que darle otra oportunidad aquellos que por el afán de contar su vida erran -por ejemplo poniendo fotos borrachos- y sus superiores deciden castigarlos. Habrá que admitir que la gente tiene derecho a contar su vida y que eso no le define como personas. El peligro actual es que va a haber víctimas de esa realidad y no van a tener una segunda oportunidad.

P. ¿En la introducción del libro usted menciona un estudio que se hizo con personas bilingües, cómo surgió esta investigación?

R. Fue una experiencia muy importante para mí. Yo venía de un país, te recuerdo que yo nací en el 1943, en el que estaba todo parado y llegué a Estados Unidos sin saber que me iba a encontrar. Estaba en mi año de residencia, aquí lo llamáis MIR, y me llamó la atención de que había enfermos que recordaban cosas distintas en idiomas distintos, en español o inglés, la mayoría puertorriqueños, y se lo conté a un profesor. Fue en 1971. Lo sorprendente fue que en unas semanas montaron una sala con vídeo y empezaron a investigarlo. Se lo tomaron en serio. Al final se descubrió que si la respuesta esperada era un sí o un no, contestaban en inglés y si por la contra requería una elaboración de sentimientos y actitudes pues estas personas cambiaban a su lengua materna, el español. Yo noté todo esto en mi persona, para mí no era igual decir Te quiero que I love you por el componente emocional. La memoria no cambia de idioma, los conceptos subjetivos y sentimentales son las que fuerzan que elijamos un idioma u otro.

P. En su libro narra la historia de cuando su hija se fue a la universidad. Usted, según narra, sintió cierta desazón pero inmediatamente su memoria se activó y pudo recordar rencillas y discusiones con ella que le ayudaron a superar el trance. ¿Ocurre este mismo proceso cuando perdemos a un ser querido, con la muerte?

R. Si la muerte es inesperada de un ser querido, se tardará un poco más en asimilarlo. Ten en cuenta que una función de la memoria es el olvido, por lo que la memoria se encargar de bloquear el dolor, te ayuda. El paso del tiempo hace que el dolor pierda intensidad. Y luego esta incluso te hace percibir buenos recuerdos. Además, existe una tendencia natural en el ser humano a tener una visión positiva de las situaciones.

P. La OMS anunció hace unas semanas que uno de cada cuatro habitantes del mundo será atendido por un servicio de atención mental en los próximos años. En esta época de crisis, en la que cada vez hay más ansiedad y depresión, ¿cómo afectará a la memoria de estas personas a largo plazo?

R. No cabe duda que la depresión afecta a la memoria. Es cierto que en tiempos de crisis, hay y va haber más gente aquejada de ansiedad, sobre todo con una sensación de incertidumbre de no poder programar su vida. Tiendo a pensar, como en otras crisis mundiales, que la capacidad del ser humano a superar los acontecimientos es muy potente, incluso en episodios como la II Guerra Mundial. Mi creencia es que la mayoría de los seres humanos tenemos la suficiente capacidad de compensar los acontecimientos dolorosos por lo que aseguro que no habrá un daño permanente, en general. Siempre habrá personas individuales que puedan tener problemas. La memoria nos ayuda a negar y es muy útil para explicarnos las cosas.

P. Hace dos semanas se declaró el fin de terror en España. ¿Qué va a ocurrir con la memoria de aquellos que fueron tocados por esta realidad?

R. Habrá personas que les haya afectado mucho porque fueron él o ella los que lo vivieron de cerca, se han quedado estancados, y, tal vez, no puedan liberarse del dolor. Esta gente sigue muy atada a su verdugo en la identidad de víctima que les limita mucho su vida, porque les impide abrir un nuevo capítulo con entusiasmo. Sienten cosas como la venganza, odio o rencor que les paralizan. Les absorbe la energía vital. Por lo que la memoria les puede ayudar a crear nuevos recuerdos que les ayude a afrontar tan terrible realidad.