viernes, 29 de junio de 2012

Nora Ephron, reina de la comedia romántica


La guionista y directora, tres veces candidata al Oscar, tenía 71 años y padecía leucemia 

 Es difícil compaginar tantas carreras y con tanto éxito como Nora Ephron. Guionista, directora, escritora y reputada periodista, todo se basaba en un único secreto: su talento. Irónica, rápida de lengua y de escritura, el espíritu irreverente de Ephron sobrevive a su muerte gracias a algunos de los momentos más chispeantes del cine y de la literatura estadounidense. El martes por la noche, una neumonía provocada por la leucemia que padecía acabó con su vida en un hospital neoyorquino a sus 71 años. 

 En el alma de Ephron está Nueva York. Nacida en esa ciudad en mayo de 1941, su infancia transcurrió sin embargo al otro lado del país, en Beverly Hills, ya que sus padres se mudaron allí para desarrollar su carrera como guionistas. Nora era la mayor de las cuatro hijas, y todas ellas se dedicaron a la escritura. Tras estudiar Ciencias Políticas en Massachusetts y pasar un año en la Casa Blanca como becaria —en un artículo recordaba que fue la única a la que no entró John F. Kennedy—, Ephron entró a trabajar como chica del correo en Newsweek. Su oportunidad le llegó con una huelga en los diarios neoyorquinos auspiciada por los tipógrafos: Ephron y unos amigos montaron un periódico satírico parodiando al The New York Post, y cuando acabó el paro el Post la fichó. 

 Así comenzó la carrera de la Ephron periodista, ensayista humorística con un gran ojo para captar el ambiente en los años sesenta y setenta, y para desmenuzar como columnista cualquier tema feminista, gastronómico o relacionado con su amado Nueva York. Y hubiera seguido en este negociado si no se hubiera casado —su segunda boda— con Carl Bernstein, el periodista que, junto a Bob Woodward, provocó con sus investigaciones sobre el caso Watergate la caída del presidente Nixon. Al convertirse en película el libro sobre el escándalo Watergate, Todos los hombres del presidente, Bernstein y Woodward, descontentos con el guion de William Goldman, le pidieron ayuda. Su libreto no fue el que se rodó, pero dio vueltas por Hollywood, y por eso acabó de guionista en un telefilme, Perfect gentleman. Su primer guion para el cine —y su primera candidatura al Oscar— fue Silkwood (1983), que recreaba la vida de Karen Silkwood, muerta en extrañas circunstancias cuando se investigaban posibles abusos en la planta de plutonio en la que trabajaba. Su director, Mike Nichols, también fue el realizador de su siguiente libreto, Se acabó el pastel (1986), basado en una novela de la propia Ephron en la que describía el infernal final de su matrimonio con Bernstein, alcohólico e infiel. Tres años después llegó su salto a la serie A de los guionistas con Cuando Harry encontró a Sally (segunda selección al Oscar), un libreto que debe mucho a los clásicos de la comedia del Hollywood dorado, con tonos más modernos, como el falso orgasmo de Meg Ryan en el mítico local Katz’s (secuencia que acaba con una anciana —en realidad la madre del director, Rob Reiner— pidiendo a un camarero: “Tomaré lo que ella”). 

 A inicios de los noventa, y viendo cómo la carrera de guionistas de sus padres había acabado ahogada en el alcohol por ser incapaces de controlar su material artístico, Ephron decidió saltar a la dirección. Debutó con la desastrosa ¿Qué le pasa a mamá?, coescrita con su hermana Delia, pero un año más tarde, en 1993, dio la campanada con Algo para recordar, con Tom Hanks y Meg Ryan. con cierto aire a Tú y yo. 

 Son años en que Ephron compagina con éxito la dirección —Un día de locos; Michael; la espectacular Tienes un email, inspirada en El bazar de las sorpresas, de Lubitsch, y Combinación ganadora— con guiones como el de Colgadas y ensayos humorísticos. Además, su matrimonio con el escritor Nicolas Pileggi (Casino) asentó su vida sentimental. 

 En el siglo XXI, Ephron fue una sabia referencia para los blogueros, con su labor en The Huffington Post, y para los mordaces escritores con libros como El cuello no engaña y exitosas obras de teatro como Imaginary friends y Love, loss, and what I wore. Escribió y dirigió Embrujada (2005) y Julie & Julia (2009). En el momento de su fallecimiento estaba trabajando en una serie de televisión y en dos películas.

 Entre las miles de frases que dijo, de listados geniales que escribió y de anécdotas que vivió, hay una que Ephron contaba a todo el que quisiera aunque poca gente le hizo caso: ella creía que el famoso Garganta Profunda del caso Watergate era Mark Felt, del FBI, aunque Bernstein nunca se lo reveló, porque sus siglas coincidían con la expresión con la que le denominaba su marido: “My friend (Mi amigo)”. Acertó.

El estrés condiciona nuestra calidad de vida


Así lo afirman el 70% de los españoles según un estudio del Instituto de Biomecánica de Valencia  

Un alto nivel de estrés es para el 70 por ciento de los españoles el principal problema que mencionan cuando se les pregunta por su calidad de vida, según los resultados de un estudio 'on-line' del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), para conocer los factores que condicionan su bienestar. 

 Además del estrés, entre los aspectos negativos que determinan la calidad de vida están una mala condición física (para el 60% de la población), no disponer de suficiente tiempo libre (55%), estar insatisfecho con la situación económica (50%) o una mala calidad del sueño (40%) y de la alimentación (30%). 

 La percepción de la salud, de las relaciones interpersonales y del disfrute de la vida es mejorable para algo más del 20 por ciento de los entrevistados, si bien el 80 por ciento de la población considera que vive en un entorno adecuado y que su hogar es seguro y confortable. 

 Los resultados de esta encuesta, que publica el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), han permitido valorar la situación de la Comunidad Valenciana y compararla con la de Cataluña, la Comunidad de Madrid y el resto de España. Asimismo, ha sido posible valorar los factores que determinan la calidad de vida de los ciudadanos (salud, confort, seguridad, etc.) junto con una serie de necesidades relacionadas con ellos (descanso, alimentación, etc.). 

 El estudio, realizado entre mayo de 2011 y mayo de 2012, ha utilizado un cuestionario con 29 preguntas sobre la percepción que las personas poseen de su propia calidad de vida, que fue completado por un total de 6.471 personas. 

El resultado completo de este estudio se incluye en la publicación del III Foro sobre Innovación, Economía y Calidad de Vida, organizado por el Instituto de Biomecánica y la Asociación CVIDA en la sede del centro tecnológico. 

Los valencianos son los menos estresados 

 Los valencianos se consideran menos estresados (70,4%) que los catalanes (73,3%) y los madrileños (72,3%). Sin embargo, los valencianos son los que peor perciben su calidad de sueño, considerándola mala el 40 por ciento; por delante de los madrileños con un 39 por ciento y los catalanes con un 35,2 por ciento. En estas tres comunidades superan la media del resto del país que se queda en un 34,7 por ciento. 

 Solo un 14,7 por ciento de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid se muestran insatisfechos con el acceso a los servicios sanitarios, la asistencia domiciliaria o la teleasistencia. Este porcentaje aumenta al 22,8 por ciento en Cataluña y al 25 por ciento en la Comunidad Valenciana, situándose la media del resto de España en el 17,6 por ciento. 

 Los catalanes son los ciudadanos que piensan que necesitan conocer a más gente nueva (72,9%), frente a los valencianos (65,3%) o los madrileños (68,3%). Y a la pregunta "¿Dispone de suficiente tiempo libre?", el 40,7 por ciento de los valencianos cree que sí, mientras en Cataluña baja a un 36,8 por ciento y en la Comunidad de Madrid al 36,2 por ciento.

Una juez ve “ilegal” la actuación policial contra Megaupload


Para el Tribunal Superior de Nueva Zelanda, las órdenes de registro fueron irregulares 

 En el culebrón policiaco-cibernético inaugurado en enero con el cierre de la página de descargas presuntamente ilegales Megaupload, la juez neozelandesa Helen Winkelmann entró ayer con fuerza en la trama al declarar “no válidas” las órdenes de registro empleadas por la policía para entrar en la mansión del fundador de la web, Kim Schmitz, también conocido como Dotcom. Esos indicios se trasladaron FBI estadounidense. Dotcom nunca dio su consentimiento para ello. 

 “Las 70 órdenes usadas no describían de forma adecuada los delitos a los que se referían”, decreta la juez en su fallo. “Y es más, se quedaron muy cortas, ese tipo de permisos de allanamiento no pueden ser autorizados para el recogimiento de material irrelevante y por ello no son válidas”. 

 Winkelmann considera esta suficiente razón para devolver a Dotcom parte del material incautado, entre el que se encontraban 135 ordenadores y diferentes discos duros. 

 Como respuesta al fallo, la policía neozelandesa aseguró en un comunicado que están considerando la sentencia antes de anunciar qué medidas tomarán. 

 Para el Gobierno de Estados Unidos, este veredicto “no ha supuesto una sorpresa”, según ha asegurado un portavoz del Departamento de Justicia mediante un comunicado, en el que no se descarta la apelación de la sentencia. 

 Dotcom se encuentra en libertad condicional en Nueva Zelanda y se enfrenta a 13 cargos de infracción de derecho derechos de autor, así como de piratería online que le podrían acarrear hasta 20 años de cárcel. 

 El próximo 20 de agosto será sometido a una vista de extradición a EE UU. Mientras los fiscales aseguraron entonces que el cabecilla del grupo amasó una fortuna de 175 millones de dólares (unos 130 millones de euros) desde 2005 copiando y distribuyendo archivos de música y películas, los defensores alegaron que la página se limitaba a servir de almacén online. 

 A Megaupload se le atribuye haber causado más de 500 millones de dólares (404 millones de euros) en pérdidas a la industria del cine y de la música al transgredir los derechos de autor de compañías y obtener con ello unos beneficios de 175 millones de dólares (142 millones de euros).

El Supremo avala el modelo sanitario de Obama


El presidente obtiene una inesperada y rotunda victoria en plena campaña electoral. Romney promete derogar la ley el primer día que llegue a la Casa Blanca. 

 La reforma sanitaria de Barack Obama, la obra que puede dar trascendencia histórica a su presidencia, es constitucional. Así lo ha decidido el Tribunal Supremo en una sentencia que destruye la principal causa sostenida por los republicanos durante tres años y le da al presidente un enorme empujón en sus aspiraciones de reelección el próximo mes de noviembre. Los norteamericanos tienen ya un sistema sanitario que se aproxima a la cobertura universal. 

 Intentando evitar todo triunfalismo, Obama se dirigió a la nación poco después del anuncio de la sentencia para proclamar que “cualquiera que sea la orientación política de cada uno, esta decisión es una victoria para la gente de todo el país”. El presidente recordó que 30 millones de personas que hasta hoy carecían de seguro de salud tendrán ahora acceso a los servicios médicos y que las discriminaciones que las compañías aseguradores hacían con algunos pacientes serán ahora eliminadas. 

 El candidato presidencial republicano, Mitt Romney, destacó que esta sentencia hace más necesario que nunca que su partido recupere la Casa Blanca, donde ha prometido derogar la ley el primer día que llegue. “Nuestra misión está clara: si queremos reemplazar la reforma sanitaria de Obama, tenemos que reemplazar al presidente Obama”, dijo. 

 Un tribunal de mayoría conservadora se inclinó, finalmente, contradiciendo todos los pronósticos, a favor de una ley que ha estado en el centro del debate político desde que comenzó su tramitación en 2009, una ley muy controvertida que obliga a todos los ciudadanos a suscribir un seguro de salud y que extiende los beneficios sanitarios para toda la población. 

 Aunque ese es su valor fundamental, la solución de algunas de las más ostensibles injusticias sociales de este país, las repercusiones de la decisión del Supremo son hoy esencialmente políticas porque política ha sido la brutal oposición que se le presentó a esta ley desde un principio. Los republicanos la han puesto como ejemplo del modelo supuestamente intervencionista y socializante que pretende imponer Obama y la razón fundamental por la que es preciso derrotarle. 

 Las primeras reacciones reflejan ese clima de enfrentamiento. Nancy Pelosi, la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes y la figura que más batalló en el Capitolio para sacar adelante esta legislación, dijo que había celebrado esta victoria junto al resto de sus compañeros congresistas. Pelosi tuvo unas palabras de recuerdo para Edward Kennedy, que hizo de la sanidad universal el principal proyecto de su vida y murió sin verlo cumplido. En el bando contrario, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, ha insistido en que ahora es necesario que los republicanos obtengan en noviembre mayoría parlamentaria para que la reforma que han amparado los jueces sea derogada donde fue aprobada inicialmente, en el Congreso. Sarah Palin considera que esta sentencia equivale a “la muerte de la libertad”. Otros dirigentes conservadores insistieron en que la libertad individual se ve amenazada con esta decisión.

 Muchos en las filas republicanas se sienten hoy traicionados por el presidente del Supremo, John Roberts, un juez conservador nombrado por George W. Bush, ratificado con el voto en contra del entonces senador Obama, y que ahora ha venido a salvarle la cabeza al presidente uniéndose a los cuatro magistrados progresistas para conformar la mayoría que ha amparado la ley. Junto a Roberts, votaron a favor Elena Kagan, Sonia Sotomayor, Ruth Ginsburg y Stephen Breyer. En contra se pronunciaron Antonin Scalia, Samuel Alito, Clarence Thomas y Anthony Kennedy. El juez Roberts explicó que la decisión fue tomada sin tener en cuenta ninguna consideración política. “No es nuestra función proteger a la gente de las consecuencias de sus decisiones políticas”, dijo. 

 Como suele ocurrir en este tipo de sentencias, la argumentación del tribunal es compleja y dio lugar a alguna confusión inicial sobre su interpretación. Los jueces no contemplan la constitucionalidad de la ley desde los mismos principios que el Gobierno. Los magistrados entienden que el Congreso no tiene autoridad para obligar a los ciudadanos a adquirir un seguro de salud sobre la base del artículo de la Constitución que limita la actuación federal en materia de comercio. En cambio, sí reconoce el derecho del Legislativo a imponer una multa a todo aquel que no tenga un seguro de salud, entendiendo esa atribución dentro de la autoridad de los congresistas para regular impuestos y tasas. “El requerimiento de que ciertos individuos paguen una multa por no obtener un seguro de salud”, escribe Roberts en nombre de la mayoría, “puede ser calificado razonablemente como un impuesto, y puesto que la Constitución permite tales impuestos, no es nuestro papel prohibirlo”. 

 Por tanto, por una vía distinta a la que la Administración pretendió en la presentación del caso, el Supremo da luz verde al texto íntegro de la ley. Solo corrige a los legisladores en una particularidad sobre la capacidad del Gobierno federal para intervenir en un programa de ayuda sanitaria a los pobres (Medicaid) cuya administración corresponde a los Estados. 

 Los republicanos tienen ahora que reconstruir toda su estrategia electoral. Romney ha precisado que lo que el Supremo ha hecho es únicamente avalar la constitucionalidad de la ley, no su calidad. “Esta reforma era mala ayer y sigue siendo mala hoy”, afirmó. Pero es evidente que sus argumentos se han debilitado considerablemente y que este no va a ser un asunto que pueda explotar en su campaña electoral. 

 Tampoco Obama puede dar por sentado que el respaldo a esta ley es el respaldo a toda su gestión. Obama podría haber ganado las elecciones si la reforma hubiera sido rechazada y las puede perder aunque haya sido apoyada, puesto que, pese a su gran importancia, ese no es el terreno principal en el que se decide el nombre del próximo presidente. Esta decisión del Supremo ayuda, por supuesto, al presidente porque le da legitimidad y eleva su estatura como estadista –hubiera ocurrido exactamente al contrario en el caso de una sentencia adversa-, pero el principal terreno electoral sigue siendo el de la economía. Obama lo sabe y por eso dijo, tras felicitar a todo el país por este triunfo, que “ahora es el momento de mirar hacia delante y crear los puestos de trabajo que los ciudadanos necesitan”.

martes, 26 de junio de 2012

Síndrome de Asperger

 

 El síndrome de Asperger es un trastorno severo del desarrollo que conlleva una alteración neurobiológicamente determinada en el procesamiento de la información. Las personas afectadas tienen un aspecto e inteligencia normal o incluso superior a la media. Presentan un estilo cognitivo particular y frecuentemente, habilidades especiales en áreas restringidas. 

 Guía para descargar gratis sobre el Síndrome de Asperger. En este enlace: http://familiaycole.files.wordpress.com/2012/02/dossier-asperger.pdf 

 Todas las asociaciones regionales dedicadas a la atención de las personas con Síndrome de Asperger están reunidas bajo el paraguas de la Federación Asperger España.

domingo, 24 de junio de 2012

Los ladrones asaltan dos tiendas de recuerdos en Covadonga y tratan de entrar en la cueva


Los cacos se llevaron varias medallas y otros objetos de oro l Los responsables del santuario intensifican las medidas de seguridad 

 Dos tiendas de regalos del real sitio de Covadonga fueron asaltadas hasta dos veces en tres días, y los mismos cacos trataron, sin éxito, de entrar en la santa cueva. Según explicó el abad de Covadonga, Juan José Tuñón, en el santuario están «doloridos, entristecidos» tras el suceso, y aseguró que «nunca se había producido» un hecho similar. 

 Los ladrones entraron cada día en una tienda diferente, en ambas de madrugada, y se llevaron objetos de oro -medallas de la Santina y otros recuerdos- por un importe que Tuñón no pudo precisar. Los religiosos han puesto estos hechos, que sucedieron hace tres semanas, en conocimiento de la Guardia Civil, y, además, han acentuado medidas de seguridad como la videovigilancia tanto en la santa cueva como en los establecimientos en los que se venden recuerdos del real sitio. «Seguimos con criterios de preservación de algo que tiene mucho valor para los asturianos», afirmó Juan José Tuñón, notablemente impactado por estos robos. 

 El abad destacó que los ha afectado, sobre todo, «el intento de entrar en la santa cueva», y añadió que no se trata del valor material, sino del valor «sentimental, espiritual y afectivo que tiene. Nos preocupa y estamos entristecidos», añadió. No obstante, de este amargo trago queda en Covadonga que «no pudieron vencer la seguridad, nos hemos quedado tranquilos», apuntó Tuñón, antes de subrayar que «los intereses que traen los ladrones no son los de la imagen», en alusión a la Santina. El abad de Covadonga lamentó «tener que aplicar un criterio de protección» en un lugar abierto a todo el mundo, pero subrayó que «parece que es una ola que se está produciendo en muchos ámbitos». 

 En efecto, la inseguridad en la comarca ha aumentado en los últimos meses, y parece que este fenómeno ha alcanzado también al real sitio de Covadonga, un lugar del que Tuñón destacó la «buena disposición» con que se acerca todo el mundo al santuario, salvando desafortunadas excepciones como las sucedidas hace tres semanas. 

 Se trata de la primera vez que roban en las tiendas del santuario, y el intento de profanar el hogar de la Santina también es un hecho insólito, pero el pozo donde los visitantes arrojan monedas es frecuente objeto de saqueo. Hay quien asegura, incluso, que aquellos que tratan de apropiarse de los donativos vienen equipados con trajes de neopreno.

Marlango, el optimismo como defensa


El grupo apuesta por la esperanza en su quinto álbum, 'Un día extraordinario' 

 Apasionado, luminoso, feliz. Desde su título, "Un día extraordinario", el quinto álbum de Marlango deja clara su apuesta por la esperanza contra el desánimo global. 

 No desde un punto frívolo ni naïf, más bien por supervivencia. "No van a secuestrarnos la alegría", aseguran. 

 Por convencimiento, y por paternidad, porque "tener hijos te obliga a ser positivo, a valorar lo que tienes, que es mucho", afirman Leonor Watling y Alejandro Pelayo, dos de los componentes del trío que completa el trompetista Óscar Ybarra. "Los niños viven siempre en ´modo alegría´. 

 Y ése debe ser el punto de partida, que luego todo se complica", afirma Pelayo, teclista y compositor, padre de un pequeño de 4 años que "me obliga a vivir el presente y con pasión". 

 Lo mismo le ocurre a Watling, actriz y madre de dos hijos, junto al músico y actor Jorge Drexler. 

 Ella es la letrista de los doce temas del álbum. El primero en castellano, "una lengua más compleja que el inglés para enlazar con las melodías", a la que les empujó, sin saberlo, Fito Páez, una noche bonaerense, al animarles a escuchar a gente como Chavela Vargas. 

 El resultado es un trabajo de orfebrería que respira lucidez -"todo es tan importante que ya no importa nada"- y pasión: "ser el corte de tu herida,... y la cura de tu pena", como canta "Si fuera otra", el tema que Watling dedica a Almodóvar. "Le quería hacer un regalo. Él me ha acercado al folclore español".

 Musicalmente, es un disco "menos abrigado que los anteriores; aquellos vestían de domingo, éste va en tejanos y camiseta". 

 Los temas ya suenan en una gira que el grupo aguardaba con inquietud, "eso no se pierde, espero" y ganas: "actuas por necesidad personal. 

 Y es un lujo que alguien quiera escucharte", agradece Watling. ¿Y si algo fuera mal? ¿Hay un plan B? "Creo que tengo tantos planes B que por eso soy actriz".

Un vídeo del acoso a una monitora de autobús desata las donaciones en la Red


La campaña lanzada en apoyo de la estadounidense Karen Klein consigue recaudar unos 400.000 euros en dos días 

 Esta semana ha sido inusual para Karen Klein, una monitora de autobús con 23 años de experiencia que hasta ahora era una mujer anónima fuera de las fronteras de su barrio, Greece (Nueva York), pero que, muy a su pesar, ha terminado convirtiéndose en una sensación en YouTube y ya es conocida mundialmente. En un vídeo de 10 minutos de duración que han visto casi cuatro millones de personas, se observa cómo cuatro adolescentes de unos 13 años, estudiantes de la Escuela Secundaria Athena, en los suburbios de Rochester, le acosan reiteradamente durante el trayecto del autocar. Aunque la monitora, en un principio, intenta ignorar los insultos, la mujer termina con lágrimas en los ojos. “No tienes familia, todos se mataron porque no querían estar cerca de tí”, argumenta uno de los chavales durante tan desagradable episodio -el hijo de la mujer se suicidó hace 10 años-. 

 Minutos después de la publicación del documento en Internet por parte de uno de los adolescentes pariticipantes en el altercado, las reacciones no se hicieron esperar. La más notable, ha sido una campaña solidaria lanzada para ayudar a la monitora a conseguir "un buen descanso" de su trabajo. “Vamos a proporcionarle a Karen Klein unas vacaciones”, dice el eslogan. 

 Tras dos días de campaña en la Red -aún quedan 28-, el futuro económico de esta mujer parece un poco más cómodo. Hasta este viernes, la iniciativa, publicada en el sitio web Indiegogo, había recaudado más de medio millón de dólares (unos 400.000 euros). Una cifra que nadie esperaba, ya que, en un principio, el objetivo era conseguir 5.000 dólares. Prueba más que superada. "No espero ver nada del dinero, sería demasiado bonito", ha asegurado Klein en una entrevista a la cadena CBS. 

 Desde el comienzo del vídeo, esta monitora veterana intenta ignorar los insultos. “No tenéis nada más agradable qué decir”, menciona. Los chavales, envalentonados por estar en grupo, le avasallan llamándole “gorda” y diciéndole frases del tipo: “te vas a morir”, “te voy a dar una hamburguesa del McDonalds para que explotes” o “queremos tu dirección postal para ir a buscarte”. Al final, y tras 10 minutos de acoso, la incomodidad de Klein es obvia. “Dos son unos tarados y los otros dos son manzanas podridas”, ha repetido la mujer en varios medios de comunicación estadounidenses. 

 La mujer, además, ha asegurado en el programa de la cadena NBC, Today Show, que necesitó de mucha fuerza de voluntad para no responder a las burlas y que sobre todo, está "muy sorprendida por el apoyo recibido”. Para muchos, este vídeo enseña que el bulling en las escuelas no solo ocurre entre estudiantes.

 Este jueves, el documento provocó, en redes sociales como Twitter y Facebook, un debate online improvisado sobre los “matones” promovido principalmente por los habitantes del barrio neoyorquino en el que reside Klein. La discusión causó un gran aluvión de opiniones en la que la gente exigía un duro castigo para los jóvenes. 

 Las autoridades de Greece aseguraron que la monitora no iba a interponer ninguna denuncia contra los jóvenes. “Los muchachos han llegado a recibir amenazas de muerte. Hemos requisado sus móviles y había más de 1.000 llamadas perdidas y más de 1.000 mensajes de texto recriminándoles lo ocurrido. Tienen 13 años y esto tiene que acabar", aseguró el capitán de la policía del distrito a la agencia Associated Press. 

 De momento, dos de los alumnos han pedido disculpas a la mujer, disculpas que la mujer no ha aceptado. Los padres de los alumnos implicados han mostrado su pesar a Klein y han asegurado que hablarán con sus hijos sobre lo sucedido y que estos serán castigados. Uno de los adolescentes, Josh, ha emitido un comunicado diciendo: "Lo siento mucho por la forma en que te traté. Cuando vi el vídeo no podía creer lo que hice. Lo siento por ser tan malo y nunca volveré a tratar a alguien de esa manera".  

La conciencia contra el acoso escolar sigue creciendo en Estados Unidos, una lucha que en pocos meses se ha desplazado de las aulas a la misma Casa Blanca. La administración de Barack Obama ha lanzado este año una campaña de prevención contra el bulling. Se estima que unos 13 millones de estudiantes, lo que representa un tercio del total, sufren este tipo de vejaciones en este país. El pasado mes de abril, la película documental "Bully" mostró esta problemática mediante el seguimiento de cinco menores en el transcurso de un año escolar.

¿Qué fue del mayordomo del Papa?


Paolo Gabriele sigue incomunicado un mes después del escándalo y Benedicto XVI pide ayuda a los cardenales 

 Hace un mes justo, 31 días con sus noches, que Paolo Gabriele, el mayordomo del Papa, permanece encerrado, incomunicado, sometido por la Santa Sede a un régimen tan garantista como el de Cuba o el de la base de Guantánamo. Se le acusa de haber robado y filtrado la correspondencia secreta de Benedicto XVI -quien según dicen lo quería como a un hijo--, pero no se ha aportado ninguna prueba de su supuesta felonía. A la misma hora en que el Sumo Pontífice, vestido de blanco, se lamenta ante los obispos italianos de que Dios se ha convertido en "el gran Desconocido", el Estado que dirige sigue ocultando la verdad bajo "un sombrero grande y negro como las alas extendidas de un cuervo". 

 Así era el sombrero que usaba el gitano Melquíades de Cien años de soledad y así es, según se puede comprobar día a día, el compromiso de la Santa Sede con la transparencia. Los días 23 y 24 de mayo, dos colaboradores íntimos del Papa -el mayordomo que lo ayudaba a desvestirse antes de irse a la cama y Ettore Gotti Tedeschi, el banquero que regía los dineros de la Iglesia- fueron expulsados del círculo divino y su honra arrojada a los leones. De Paolo Gabriele se dijo que era un traidor, un topo, un cuervo. Del segundo -mediante un comunicado de inusitada violencia-, que había hecho dejación de sus funciones y, prácticamente, perdido la cordura. Sin pruebas en ninguno de los casos. Sin capacidad de defensa -los abogados del mayordomo solo pueden comunicarse a través del portavoz del Vaticano-. Y hasta con amenazas: la Santa Sede ha advertido a policías, jueces y periodistas que cualquier filtración será perseguida en los tribunales. 

 Lo siguiente fue negar la mayor. Aunque los documentos robados ponen en evidencia que el Vaticano es un campo de batalla entre facciones de la Curia con el secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, como principal objeto de discordia, la primera reacción fue quitar hierro al asunto. A la manera habitual. Hace unos días, el cardenal Bertone se despachó a gusto en la revista Famiglia Cristiana. Dijo que los periodistas son los responsables del "clima de mezquindad, mentiras y calumnias" y, ya puesto, se adornó en la suerte: "Juegan a imitar a Dan Brown (autor de El Código da Vinci). Se inventan fábulas y leyendas. Todo es falso. Hay una voluntad de dividir que viene del diablo…". 

 El que faltaba. Una vez apagada la hoguera del Campo dei Fiori -la estatua de Giordano Bruno reina de día entre las verduras y de noche entre los adolescentes--, la alusión al maligno preocupa menos. Bertone, sin embargo, sí tiene de qué preocuparse. El sábado por la tarde, Benedicto XVI invitó a cinco cardenales a un café en su apartamento. Quería conocer su opinión sobre el escándalo de las filtraciones. De primera mano. Sin intermediarios. Es la imagen más gráfica de que Joseph Ratzinger, al menos en la tierra, ya no se fía de nadie.

Canfranc: Último tren a la libertad


El enésimo proyecto para recuperar la estación de Canfranc coincide con nuevas revelaciones sobre su papel en la huida de judíos y miembros de la Resistencia en la II Guerra Mundial

JERÓNIMO ANDREU 

 La estación ferroviaria de Canfrac es desde hace 40 años un naufragio a los pies de los Pirineos. Paso privilegiado entre España y Europa durante la II Guerra Mundial, por la estación entraron en la península Ibérica tanto el oro robado por los nazis como espías aliados o judíos que escapaban de los campos de concentración de Hitler. Desde que en 1970 el paso francés de l'Estagnet se cerró, ya no llegan trenes a la terminal. Solo continúan atravesando el apeadero las iniciativas para rehabilitarlo. Ninguna se detiene demasiado tiempo, y Canfranc sigue su lenta decadencia, esperando como un Titanic destripado sobre la hierba, con las vísceras de vidrio y metal expuestas al sol. 

 Visto que tampoco fructificará el último gran proyecto de la era del ladrillo —un hotel de lujo anunciado en 2000— el Gobierno de Aragón anunció hace dos semanas que comprará la terminal a Adif por el precio simbólico de 310.062 euros. Su esperanza es que un plan más modesto encuentre menos escollos. A la espera de que se complete la operación, punto de partida para —inversión privada mediante— la construcción de un centro universitario, un hotel y algunos bares y comercios, las instalaciones continúan deteriorándose. El año pasado se incendiaron dos vagones y, esta semana, un vecino del pueblo (con 650 habitantes) impidió que unos ladrones de cobre se llevaran 23 baterías de los trenes abandonados alrededor del edificio. Los cacos huyeron y dejaron el botín sobre las vías muertas, entre la basura y los escombros.

 Canfranc no es solo una espectacular muestra de arquitectura modernista, ideal en la función de decorado para películas de época o sesiones fotográficas de moda vintage como las que de vez en cuando llevan por allí a equipos de cámaras y modelos extradelgadas. También representa uno de los puntos más singulares de la historia moderna española. Estación internacional cogestionada con Francia desde que en 1928, la inauguraron Alfonso XIII y el presidente galo Gaston Doumergue. Durante la II Guerra Mundial se entrelazaron en sus vías la red de suministro nazi y la ruta hacia la libertad de los fugitivos del Tercer Reich. En virtud de su carácter semifrancés, también es el único punto dentro de España donde ondeó la bandera con la esvástica nazi después de que en 1942 Vichy se apuntara a colaborar con Berlín. 

 El oro nazi, cuyo tráfico estaba prohibido en Europa durante la guerra, se transportaba hasta Canfranc tanto en camión como en tren después de ser blanqueado en los bancos suizos. Está documentado el paso de 90 toneladas por la frontera. Una parte del metal se utilizaba para comprar en España y Portugal wolframio para blindar los tanques nazis, pero la mayoría continuaba hasta Lisboa y, desde allí, se embarcaba a Sudamérica. Lo que no podían evitar los alemanes es que los mismos convoyes del oro transportaran en sus bajos a paracaidistas aliados, espías o documentos de la Resistencia francesa camino de Argelia o Londres.  

A medida que se ha ido profundizando en los secretos de la estación, siguen llegando revelaciones sobre estos intercambios. En el libro de reciente publicación Canfranc. El oro y los nazis (Mira Editores), el periodista Ramón J. Campo, principal impulsor de las investigaciones alrededor de la estación, plantea un importante descubrimiento. Se trata de la identificación de 272 extranjeros (la mayoría judíos de toda Europa, pero también periodistas británicos, directores de cine alemanes o ciudadanos canadienses) que Franco ordenó encarcelar en la Torre del Reloj de Jaca tras atraparlos en su fuga de los alemanes por los Pirineos. 

 La posición del franquismo respecto a la permeabilidad de sus fronteras durante la contienda mundial fue inconstante y oportunista. A lo largo de la primera parte de la guerra, Canfranc sirvió de gatera para miles de refugiados que aprovechaban el discutible carácter neutral de España para escurrirse de los nazis. Los refugiados se bajaban con un suspiro de alivio en el vestíbulo de la estación, los agentes franceses les ponían en el pasaporte el sello de salida y pasaban a España. Así funcionó el sistema hasta que en noviembre de 1942 en el puesto se instalaron 50 militares de la Brigada de Cazadores de Montaña de Baviera. En ese momento se acabaron las medias tintas y la Gestapo comenzó a detener y deportar a todo refugiado que se le cruzara. El vestíbulo de la terminal pasó de puerta de la libertad a escenario de amargura para familias que habían recorrido media Europa antes de caer en poder de sus verdugos. Lo comprobó Joseph Lapuyade, uno de los prisioneros de la cárcel de Jaca cuyo caso está documentado. El francés, tras escapar de los nazis que le habían detenido para interrogarlo, se escondió en Pau en un tren guardando en el puño las reseñas de un aduanero de la estación internacional que debía ayudarle. No pudo ser y terminó detenido. 

 La caminata por los Pirineos quedó consecuentemente como única forma de entrar en el país. Los fugados solían contactar en Pau con guías que les ayudaban a pasar la frontera por unos 5.000 francos. Una vez en España, debían valerse ellos solos, por lo que no era raro que se perdieran y muriesen de frío en los pasillos de hielo de las montañas. Lo que no cambiaba es que su destino seguía siendo Canfranc, porque el tren hacia Lisboa o Algeciras representaba la única forma de burlar a la policía. 

 Dentro de la lógica móvil de la dictadura, hasta 1942 muchos de los carabineros que vigilaban la frontera colaboraron con los refugiados guiándolos hacia Canfranc. Sin embargo, cuando se recrudeció la presión alemana, los españoles enfoscaron los pasos y pasaron a detener a todos los fugitivos. Las celdas jaquesas servían de paso previo al campo de concentración de Miranda de Ebro, desde donde se deportaba a los prisioneros a sus países o a las zonas aliadas del norte de África. 

 Los informes que los funcionarios franquistas han dejado sobre los presos plantean que existía un millón de razones para huir de los nazis. Una parte importante de los fugitivos eran franceses que querían evitar “ser llevados a Alemania a trabajar en las industrias”; junto a ellos, abundaban los judíos provenientes de países del Este “portadores de cantidades considerables de alhajas y oro”. Los documentos retratan separaciones dramáticas, como la de Madelaine Wayemus, una francesa detenida cuando intentaba encontrarse con su marido, Lajb Kirzsbaum, polaco judío que ya estaba en el campo de concentración de Miranda de Ebro. La mujer confesó que había dejado a su hijo de dos años en Francia con la esperanza de que más adelante pudiera reunirse con ellos mediante un ferroviario que pasaría por Canfranc. 

 Una vertiente de preso más aguerrido la representaba un tal Marcel Proust que, en lugar de dedicarse a la contemplación de magdalenas, era teniente de aviación de camino a África “para luchar con los aliados”. El 26 de marzo de 1943 ingresó en Jaca con su hermano, sargento, tras ser detenidos en Biescas. El funcionario apuntó: “[Marcel Proust] tiene opinión mala de los alemanes en todos los conceptos”. En los informes no se especifica en qué fecha ni con qué destino salió de la cárcel. 

 Ahora Campo y otros investigadores insisten en la necesidad de acelerar la recuperación de la estación y abrir un museo antes de que la memoria de los sucesos se pierda. Para comprender lo frágil que es esta, bastan unas palabras con Jeannine Le Lay, hija del antiguo jefe de la aduana francesa en Canfranc y miembro de una red de espionaje que nacía en la estación. En una breve conversación telefónica con EL PAÍS, Le Lay explica que está muy enferma y no se encuentra con ánimo para alharacas. Ella es testigo y coprotagonista de uno de uno de los episodios más pintorescos de la historia de Canfranc: la huida de su padre a Argel ante la evidencia de que los nazis y la policía franquista se disponían a capturarlo. 

 Pieza clave en la comunicación entre Francia y los estados mayores de Reino Unido y EE UU, el bretón Albert Le Lay facilitó el paso en ambos sentidos de muchos secretos, espías y maquinaria al servicio de la Resistencia. Entre sus hazañas se encuentran la de introducir en Francia vía España el primer transmisor que permitió a los resistentes de París comunicarse con Londres. Muy pocos de los vecinos del pueblo oscense se imaginaban que el cortés Le Lay, siempre impertérrito, pasó un año aguantando sobre su nuca el aliento de la Gestapo después de que esta desmantelara la red de espionaje a la que pertenecía. Una tarde de 1943, conocedor de que los alemanes llegarían a por él en el tren de las nueve de la mañana siguiente, el aduanero, su mujer y su hijo pequeño escaparon de Canfranc fingiendo un paseo por las vías de tren. A pie y con candiles, cruzaron dos túneles en dirección a Zaragoza hasta que llegó a buscarlos un taxi que les había enviado desde la capital aragonesa un colaborador. Actuando de señuelo, su hija adolescente Jeannine se quedó en el pueblo y esperó para escabullirse en el tren justamente anterior a la llegada de los nazis. Al descubrir que el espía había volado, los alemanes ordenaron a la policía española seguir a Jeannine hasta Zaragoza. Esperando darles esquinazo, la chica se escondió en casa de un médico con cuyo hijo acabaría casándose, Víctor Fairén. La policía no desistió y se plantó en la puerta del doctor, que tuvo que inventarse una enfermedad contagiosa para que la policía no detuviera e interrogase a su futura nuera. Ajeno a este vodevil, Albert Le Lay siguió su camino hasta Argel. Por carretera hasta Sevilla; a Gibraltar a bordo de un barco en el que se camufló de marinero, y finalmente hasta Argel en avión. Después de la guerra, el aduanero aún regresó a Canfranc rechazando el puesto que cuentan que le ofreció Charles De Gaulle en su Gobierno. Nunca le gustó hablar de sus aventuras durante la guerra. Simplemente opinaba que hizo lo que le tocaba hacer. 

 Estas son solo algunas de las historias de la estación. Todos los descubrimientos han llegado de forma encadenada. El disparo de salida lo dio el hallazgo de Jonathan Díaz, un conductor de autobuses francés que, paseando una tarde del año 2000 por las vías igual que si fuera Le Lay, encontró unos papelotes que revelaban la existencia de los trenes del oro. A partir de esa chispa muchos hijos comenzaron a recordar aventuras que les habían oído a sus mayores: trabajadores de la aduana que cargaron lingotes suizos, curiosos que llegaron a vislumbrar pinturas y cajas de relojes dentro de camiones alemanes, padres que fueron a la cárcel por ayudar a la Resistencia... 

 Hace cuatro años, mientras Ramón J. Campo almorzaba en Canfranc con Dolores Pardo, una costurera que había pasado documentos muy secretos en el tren a Zaragoza, se acercó a ellos la camarera. “¿Son ustedes los del oro?”, preguntó. “Aquí sabemos muchas historias. Hace poco vino una anciana americana con su hija, aunque hablaban alemán. Quería enseñarle por dónde huyó de los nazis”. De ese relato sale otro de los capítulos del libro de Campo. 

 Cruzando los dedos, en el pueblo esperan que la apertura de un museo sirva para seguir tirando del hilo de su historia antes de que sea demasiado tarde. En la última década, Aragón ha invertido ocho millones de euros para evitar que la histórica estación pirenáica se desmorone. Gracias a ellos la estructura y el techo aguantan, pero el interior sigue siendo un desastre. Solo arreglar el vestíbulo se calcula que costará más de tres millones de euros, y ni en la mejor de las previsiones se espera que este paso previo a la reutilización del espacio sea posible antes de 2014; y eso contando con la cada vez más esquiva posibilidad de que la crisis permita reactivar el mercado inmobiliario. No parece aconsejable albergar grandes expectativas, al menos a corto plazo. Una vez muertos los héroes, todo son decepciones.