Killing me softly with his song es el gran éxito de Roberta Flack, pero la canción ha tenido unas cuantas vidas. La primera, tal vez la más desconocida, es la grabación original, a cargo de la cantautora norteamericana Lori Lieberman en 1972, en su primer disco homónimo. Pasó sin pena ni gloria, con la autoría acreditada por Charles Fox (música) y Norman Gimbel (letra), pero Lieberman ha reivindicado una y otra vez que el origen de la letra era un poema que ella había escrito en 1971 al volver emocionada de un concierto de Don McLean, artista que la ha apoyado. Es de esa experiencia que salen los versos “I heard he sang a good song, / I heard he had a style / And so I came to see him, and listen for a while” (había oído que cantaba una buena canción / había oído que tenía estilo / Así que fui a verlo / y a escucharlo un rato”). Pero según los compositores oficiales, que anteriormente sí que habían puesto el nombre de Lieberman en los créditos de alguna canción, la letra recogía la vivencia con otras palabras.
En todo caso, apenas un año después, en 1973, Flack la grabó de nuevo y la convirtió en número uno en EE.UU., Australia y Canadá (en el Reino Unido, quedó en el sexto lugar), y la canción se extendió: ya en los años setenta la versionaron, sin el mismo éxito, artistas como Shirley Bassie, Johnny Mathis, Engelbert Humperdinck, Sérgio Mendes o Paul Mauriat entre muchos otros.
Fuente: La Vanguardia