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domingo, 6 de diciembre de 2020

Las secuelas de la violencia doméstica en los más pequeños

 

Crecer en un ambiente cargado de amenazas a tu madre o a ti mismo no sólo es peligroso, también marca. Y es que las consecuencias de la violencia de género no las padecen solo las mujeres. También sus hijos, cuando los hay. Según la mayoría de los expertos, vivir en una familia con problemas de violencia afecta considerablemente al desarrollo de los menores. Estos son algunos de los principales reflejos de ello, según la Guía de prevención y actuación ante la violencia de género elaborada por el Instituto Asturiano de la Mujer.

Conductas resultado de vivir en contextos de violencia de género

Los problemas emocionales son uno de los reflejos más frecuentas en los niños que han visto en primera persona cómo sus madres eran víctimas de violencia de género.  

En los casos de bebés de hasta cuatro años, los principales problemas son físicos: problemas respiratorios, bajo peso al nacer, dificultades para la regulación del sueño y mayores probabilidades para desarrollar trauma infantil. En la niñez (de 5 a 12 años), son habituales los problemas psicosomáticos (dolores de cabeza, estómago, insomnio...), el déficit de atención e hiperactividad (TDHA), conductas desafiantes y sensación de aislamiento. 

En el caso de los adolescentes (de 13 a 18 años), esta exposición puede traducirse en conductas violentas y/o antisociales, dificultades para formar relaciones íntimas sanas, consumo de drogas, absentismo escolar... Por otra parte, esta exposición también puede hacer que en la adolescencia los chicos adopten conductas violentas ante sus parejas.

Alteraciones de vínculos de apego

El impacto de la exposición a la violencia de género provoca, con frecuencia, que los niños pierdan capacidad para establecer vínculos sanos consigo mismo y con los demás.

Disfunciones en los procesos de socialización y aprendizaje

La exposición a casos de violencia de género a edades tempranas no genera, por lo general, una conciencia crítica sobre los comportamientos y creencias del agresor. Desafortunadamente tienden a normalizar la situación. Si estos niños no encuentran modelos alternativos existe un alto riesgo de que en el futuro reproduzcan los comportamientos del maltratador.

Trastornos del desarrollo

Los ambientes violentos y de malos tratos generan estrés y carencias también en los más pequeños. Esto deriva en importantes problemas de desarrollo físico (principalmente en el cerebro y el sistema nervioso central) y emocional. Para evitar esto es prioritario realizar intervenciones de apoyo a estos menores, a fin de minimizar el impacto de estas situaciones en ellos.

Alteraciones de los procesos resilientes

Los entornos de violencia doméstica hacen que, en muchas ocasiones, los menores vivan en una situación de cierto aislamiento. Esto hace que no se beneficien del aporte que supone contar con una red de contactos sociales sana.


martes, 13 de agosto de 2013

Música de Mozart como terapia contra el déficit de atención


Un nuevo tratamiento utiliza ondas de sonido y composiciones para estimular a los pacientes 


 Música para tratar a los pacientes con trastorno de déficit de atención o hiperactividad. Esta es una innovadora propuesta, que consiste en la estimulación del paciente mediante sonidos musicales modificados electrónicamente. La terapia va dirigida principalmente a los afectados de TDAH, cuya sintomatología incluye desde la inatención o la impulsividad hasta la falta constante de concentración. 

 La psicóloga Cinty Martínez Villar, del centro Attendere de A Coruña, clínica que ofrece este tratamiento, explica: "El trastorno de déficit de atención con hiperactividad es un concepto moderno. Nace del afán actual de clasificarlo todo, de darle un nombre y catalogar todas las cosas que ocurren", indica. 

 En palabras de la psicóloga del centro: "Podríamos decir que está sobrediagnosticado. Es que en casos así no deberíamos hablar de enfermedades en lo general, sino de enfermos. Cada uno tiene sus causas y síntomas particulares y creo que resultaría demasiado inexacto atribuírselo todo a un mismo origen. Lo realmente importante es que estos niños tienen problemas y debemos ayudarlos lo mejor posible." 

 El oído electrónico 

 "El oído es, junto a la vista, el sentido que procesa más información. Si tú le hablas a alguien y ya se pone muy nervioso, o reacciona de forma extraña, es que algo falla. Y no solo eso, también controla funciones como el equilibrio. Si tenemos problemas ahí eso puede manifestarse en la forma de trastornos psicomotrices" explica MartínezVillar. 

 "El oído electrónico ayuda a recuperar lo que llamamos escucha ideal, que es la que tendríamos de no sufrir esos problemas, y así el niño puede tranquilizarse y ser más consciente de su entorno y sus acompañantes".

 En cualquier caso, el método Tomatis no cura. El oído electrónico no es un remedio infalible que cure milagrosamente los trastornos, pero a pacientes hiperactivos, con falta de atención o comunicación, o incluso con casos leves de autismo, puede ayudarles a alcanzar la paz que necesitan. 

 La psicóloga del centro Attendere explica en qué consiste el método Tomatis: "Cuando estimamos que podemos ayudar al paciente le sometemos al oído electrónico. Se le aplica cantos gregorianos y, sobre todo, música de Mozart, debido a que favorece el sentimiento de vitalidad y su tempo se acerca a los ritmos biológicos" 

 Tratamiento 

 La psicóloga explica todo el proceso que siguen en Attendere. En primer lugar realizan la historia del paciente. Se le realiza entonces un test de escucha. Según Martínez Villar "tiene un componente que se centra en la vía auditiva y otro en la ósea, por vibraciones. Representamos cómo lo capta el paciente, y su respuesta a ello, en una gráfica doble. Si la curva ósea supera o toca a la auditiva es que algo falla". En otras palabras, si el niño percibe más información mediante las vibraciones que capta su cuerpo que con el sonido, esto puede significar un trastorno en su percepción, que pueda llegar a afectar a su conducta, derivando en falta de atención graves o problemas similares. 

 Y es entonces cuando Wolfgang Amadeus Mozart entra en escena. "Cuando estimamos que podemos ayudar al paciente le sometemos al oído electrónico. Se le aplica cantos gregorianos y, sobre todo, música de Mozart, debido a que favorece el sentimiento de vitalidad y su tempo se acerca a los ritmos biológicos", mantiene MartínezVillar, antes de añadir que "estas melodías, filtradas y distorsionadas, además de acompañadas de las vibraciones oportunas, se modifican para coincidir en la curva que debería percibir el niño, y así proporcionan calma a un joven que habitualmente carece de ella, por lo que obtiene mejor percepción de todo lo que le rodea, lo que puede llegar a volverle bastante más comunicativo."