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viernes, 11 de marzo de 2022

¿Es peligroso que los niños y adolescentes usen TikTok?

 

Según los expertos, prohibir su uso en la adolescencia es poner puertas al campo, ya que ellos encuentran la forma de utilizarlo sin el conocimiento de sus padres


El mes de marzo de 2020, cuando todos estábamos encerrados en casa a causa de la pandemia por la covid-19, una aplicación triunfaba sobre todas las demás. TikTok fue la más descargada en todo el mundo, con un total de 115,2 millones de descargas, un 98,4% más que en el mismo mes del año anterior. Más datos para entender la dimensión del fenómeno: el Informe de Ditrendia indica que en España TikTok se abre una media de siete veces al día con un tiempo de uso promedio diario de 43 minutos. Recibe una media de 17.000 millones de visitas al mes, lo que supone unos 566 millones de visitas diarias.

¿Por qué tiene tanto éxito entre los chavales y chavalas? Por su configuración de contenidos. Especifica un poco más la doctora Jessica Ortega Barón, del Grupo de investigación Ciberpsicología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR): “Se muestran al usuario vídeos adaptados a sus gustos, opiniones y búsquedas previas. Esto hace que el usuario solo vea aquello que le interesa, incrementando así su uso. Por otra parte, estos entornos online contienen algoritmos de alimentación de contenido que ayudan a difundir masivamente los vídeos.”

Por supuesto, el tipo de contenidos y la corta duración (de menos de un minuto) de los vídeos también influye: “TikTok permite la realización de retos virales o challenges que son altamente populares entre los adolescentes. Hacen referencia a acciones que se proponen a los usuarios (bailes, canciones, desafíos, bromas…)”. Ellos se graban aceptando el reto y lo difunden a otros usuarios. Este sistema les ayuda a ganar mucha audiencia (likes, comentarios o seguidores) en poco tiempo. Y recordemos que los likes son importantes en la adolescencia porque les ayuda a sentirse aceptados. El estudio El impacto de las pantallas en la vida familiar de Empantallados y GAD3, afirma que el 85% de los padres sabe que para los adolescentes estar en redes sociales es importante para sentirse reconocidos y valorados.

Así visto, como una aplicación de retos y bailes de apenas unos segundos, no parece que sea peligroso ni haya de qué preocuparse. Pero si los progenitores no se han enterado por su adolescente de que tiene una cuenta, sino que lo saben por terceras personas, hay indicio de que hay un problema: “Es posible que los chicos entiendan que para poder utilizar la aplicación es mejor hacerlo a escondidas ante la posible negativa de sus padres”, asegura Ortega Barón. Y prosigue: “Es preocupante que los menores utilicen TikTok a escondidas, porque ante un posible problema, la vergüenza de admitir su conducta y el miedo a ser regañados puede hacer que no cuenten lo qué les está sucediendo, limitando así la protección que le podemos dar”. Por otro lado, “prohibir su uso en la adolescencia es poner puertas al campo, ya que ellos encuentran la forma de utilizarlo sin el conocimiento de sus padres a través de su dispositivo cuando están solos, o desde el de los amigos”, concluye la experta en Ciberpsicología de la UNIR.


Los peligros de TikTok

La peligrosidad o no de la aplicación depende del uso que se haga de ella, evidentemente. Aunque a los padres les preocupan principalmente tres. Lo cuenta María José Abad, coordinadora de contenidos de Empantallados: “La relación con desconocidos, el posible ciberacoso y el acceso a contenidos inadecuados. También la sobreexposición de su imagen o la pérdida de tiempo”. Estas tres cuestiones van a tener que ver con lo que los chicos publiquen: “Tus hijos e hijas en TikTok pueden estar buscando validación; y está comprobado que cuanto más provocativo sea el vídeo que suban, más popularidad tendrán. Esto puede ser el origen de muchos peligros… Y la razón de que muchos padres prefieran que sus hijos no estén en esta red social”. Es habitual que los chavales no configuren la privacidad de esta aplicación. “Esto expone a muchos menores de edad a adultos pedófilos que contactan con ellos haciéndose pasar por adolescentes con el objetivo de ganarse su confianza y obtener así fotos o vídeos de carácter sexual. Es lo que se denomina online grooming”, señala Jessica Ortega Barón.

El otro peligro que puede suponer es la aceptación de retos peligrosos. Explica la experta que se trata de “vídeos que pueden poner en riesgo la vida o integridad física o psicológica de las personas, o donde su intimidad puede verse expuesta”. Por ejemplo, el llamado desk challenge, que consiste en que “los alumnos cuelgan su pupitre de una percha y se suben a él provocando en muchas ocasiones caídas muy aparatosas”. También se refiere al #Coronaviruschallenge, que consistía en lamer un retrete público durante la pandemia… Todo esto supone que los usuarios estén expuestos a una gran cantidad de vídeos que en ocasiones no son adecuados, por su carácter degradante, violento o incívico. Y aquí viene otra situación de riesgo: “La sobreexposición a este tipo de vídeos puede hacer que los menores se insensibilicen, normalicen o incluso repitan conductas y actitudes que no son adecuadas”, declara Ortega Barón.

Por eso hay que inculcarles que hay unas “líneas rojas”, como las denomina María José Abad, que no se pueden traspasar. “Tenemos que hablar con nuestros hijos sobre qué contenidos hay que evitar en todas las redes sociales: no publicar datos personales; mejor utilizar un apodo que nuestro nombre y apellidos completos; que no salgan uniformes ni nada que identifique dónde vivimos; y no publicar fotos o videos de momentos íntimos o personales”. La coordinadora de Empantallados habla de que no deberían subir nada de lo que se pudieran avergonzar ante sus padres. Claro que, a menudo, precisamente el progenitor es algo así como el peor enemigo del adolescente.


Confianza y comunicación

Cualquiera que tenga un adolescente en casa sabe que no es fácil hacerles entender los peligros que corren. Y menos aún si son rebeldes o están inmersos en una etapa de lucha o enfrentamiento con el poder. A pesar de ello, los expertos recomiendan sacar el comodín de la confianza. “Es necesario establecer una relación basada en la comunicación abierta. Si en los inicios padres e hijos utilizan juntos TikTok, se facilita un espacio para comunicar al hijo o hija de forma clara y directa que puede utilizarla estableciendo normas y límites desde el inicio, supervisando que hace un uso adecuado, y explicando los riesgos a los que se puede ver expuesto”, comenta Jessica Ortega Barón.

Aun con todas las precauciones, seamos sinceros. Los adolescentes son imprevisibles y todo esto se puede torcer. Es entonces cuando nos enteramos de que tienen cuenta y no nos gusta un pelo lo que publican. ¿Cuál es la opción más adecuada?. ¿Se lo decimos o les vigilamos desde la distancia? “Espiar o prohibir suele ser contraproducente. Es habitual que los adolescentes huyan de esta sobreprotección y se creen una cuenta B, además de tener una oficial para que la vean sus padres”, dice María José Abad.

“Es conveniente ser claros, informar, y explicar los motivos si se instala el control parental que tiene TikTok de forma remota en la cuenta del menor. Tanto por parte de los menores como por parte de los padres, hacer las cosas a escondidas dificulta la comunicación y la confianza, tan necesaria para supervisar el uso de TikTok y protegerles si es necesario. Una buena educación, la mediación y supervisión parental, una comunicación clara y directa, y la confianza son los mejores ingredientes para que los menores puedan utilizar esta aplicación o similares de forma responsable”, concluye la doctora Ortega Barón.


domingo, 6 de diciembre de 2020

Las secuelas de la violencia doméstica en los más pequeños

 

Crecer en un ambiente cargado de amenazas a tu madre o a ti mismo no sólo es peligroso, también marca. Y es que las consecuencias de la violencia de género no las padecen solo las mujeres. También sus hijos, cuando los hay. Según la mayoría de los expertos, vivir en una familia con problemas de violencia afecta considerablemente al desarrollo de los menores. Estos son algunos de los principales reflejos de ello, según la Guía de prevención y actuación ante la violencia de género elaborada por el Instituto Asturiano de la Mujer.

Conductas resultado de vivir en contextos de violencia de género

Los problemas emocionales son uno de los reflejos más frecuentas en los niños que han visto en primera persona cómo sus madres eran víctimas de violencia de género.  

En los casos de bebés de hasta cuatro años, los principales problemas son físicos: problemas respiratorios, bajo peso al nacer, dificultades para la regulación del sueño y mayores probabilidades para desarrollar trauma infantil. En la niñez (de 5 a 12 años), son habituales los problemas psicosomáticos (dolores de cabeza, estómago, insomnio...), el déficit de atención e hiperactividad (TDHA), conductas desafiantes y sensación de aislamiento. 

En el caso de los adolescentes (de 13 a 18 años), esta exposición puede traducirse en conductas violentas y/o antisociales, dificultades para formar relaciones íntimas sanas, consumo de drogas, absentismo escolar... Por otra parte, esta exposición también puede hacer que en la adolescencia los chicos adopten conductas violentas ante sus parejas.

Alteraciones de vínculos de apego

El impacto de la exposición a la violencia de género provoca, con frecuencia, que los niños pierdan capacidad para establecer vínculos sanos consigo mismo y con los demás.

Disfunciones en los procesos de socialización y aprendizaje

La exposición a casos de violencia de género a edades tempranas no genera, por lo general, una conciencia crítica sobre los comportamientos y creencias del agresor. Desafortunadamente tienden a normalizar la situación. Si estos niños no encuentran modelos alternativos existe un alto riesgo de que en el futuro reproduzcan los comportamientos del maltratador.

Trastornos del desarrollo

Los ambientes violentos y de malos tratos generan estrés y carencias también en los más pequeños. Esto deriva en importantes problemas de desarrollo físico (principalmente en el cerebro y el sistema nervioso central) y emocional. Para evitar esto es prioritario realizar intervenciones de apoyo a estos menores, a fin de minimizar el impacto de estas situaciones en ellos.

Alteraciones de los procesos resilientes

Los entornos de violencia doméstica hacen que, en muchas ocasiones, los menores vivan en una situación de cierto aislamiento. Esto hace que no se beneficien del aporte que supone contar con una red de contactos sociales sana.