jueves, 18 de marzo de 2021

Anthony Hopkins llama a la puerta del segundo “Oscar”

 

Treinta años después de ganar su primer “Oscar” por uno de los personajes más icónicos de la historia del cine, el Hannibal Lecter de “El silencio de los corderos”, Anthony Hopkins podría repetir estatuilla con “El padre” en un registro radicalmente opuesto y frágil de un hombre que sufre demencia senil. “La vida es absurda, es ridículo, nos tomamos todo demasiado en serio”, dice Hopkins a sus 83 años. “Trato de cultivar el arte de la indiferencia, no en un sentido de frialdad, sino que las cosas que hace unos años creía importantes ahora no me lo parecen, vamos a morir todos y ese es el chiste más negro y divertido”.

Hopkins recuerda que cuando leyó el guion sintió algo parecido a lo que le ocurrió con “El silencio de los corderos”. Supo al instante que quería hacerlo. Dice que para mantener su cerebro activo toca el piano, pinta o memoriza poemas de Dylan Thomas, pero cuando se trata de hablar de sus méritos como actor o de desvelar los secretos de algunas de las escenas más míticas de su carrera, se empeña en restarles importancia. “Actuar no requiere ser un genio ni un gran esfuerzo intelectual, habrá gente a quien le interese que parezca así, pero no”, defiende.

“En ‘El silencio de los corderos’ Jodie Foster venía con un café en la mano, nos mirábamos fijamente a través de un muro de cristal y soltábamos el texto. Ya está. Aún quedamos a veces para comer juntos y comentamos lo divertido que es este modo de ganarse la vida”, afirma.

“Cuando llegas a los 83 años, no sé si eres más listo o más estúpido, pero desde luego no pierdes el tiempo pensando demasiado en ti mismo”, añade. Confiesa que cuando estaban rodando, entre tomas, se ponía frente a un espejo y se repetía a sí mismo: “Esto es solo un juego, ¿vale? No sufro demencia, estoy actuando, estoy actuando”.


No hay comentarios: