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jueves, 6 de diciembre de 2012

Muere a los 104 años el arquitecto Oscar Niemeyer


Ha fallecido en Rio de Janeiro a causa de una infección respiratoria. Será velado en el palacio presidencial de Brasilia que él diseñó. Rousseff ha afirmado que "Brasil ha perdido uno de sus genios" 

 El arquitecto brasileño Oscar Niemeyer ha fallecido a los 104 años de edad, han confirmado fuentes hospitalarias. 

 El célebre arquitecto, quien permanecía ingresado desde el pasado 2 de noviembre en el Hospital Samaritano de Río de Janeiro, murió a las 21.55 horas local (23.55 GMT), precisó una portavoz del centro médico. 

 La salud de Niemeyer, considerado el padre de la arquitectura brasileña moderna, se había agravado considerablemente en las últimas horas y permanecía sedado y con respiración asistida, según el último parte médico. 

 El doctor que atendía a Niemeyer, Fernando Gjorup, certificó que el cuadro clínico del paciente se había complicado con una infección respiratoria. 

 Creador de los principales edificios públicos de Brasilia, Niemeyer fue ingresado en el Hospital Samaritano hace 33 días debido a dificultades para alimentarse e ingerir líquidos, pero su estado se agravó paulatinamente con dos hemorragias digestivas y una insuficiencia renal que forzó a someterlo a hemodiálisis.  

 El arquitecto, discípulo privilegiado del suizo Le Corbusier, perdió este mismo año a su única hija, Ana María, quien falleció a los 82 años en ese mismo hospital. Nacido en Río de Janeiro en 1907, Niemeyer hubiera cumplido 105 años el próximo 15 de diciembre. 

 Rousseff dice que "Brasil ha perdido a uno de sus genios" 

 La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó que "Brasil perdió hoy uno de sus genios", al lamentar en una nota oficial el fallecimiento del centenario arquitecto Oscar Niemeyer, a quien definió como "revolucionario". 

 "Su historia no cabe en las planchetas. Niemeyer fue un revolucionario, el mentor de una nueva arquitectura, bonita, lógica y, como él mismo definía, inventiva", expresó Rousseff en una nota divulgada por el Palacio de Planalto, sede de la presidencia y una de las obras diseñadas por Niemeyer. 

 "De la sinuosidad de la curva, Niemeyer diseñó casas, palacios y ciudades. De las injusticias del mundo, él soñó una sociedad igualitaria", agregó la mandataria en su mensaje. 

 Rousseff no ahorró elogios hacia la figura del arquitecto, de quien dijo que fue "un gran brasileño". 

 "Y pocos soñaron tan intensamente e hicieron tantas cosas ocurrir como él", agregó la presidenta, quien recordó que Niemeyer, junto con Lucio Costa, es el "autor intelectual de Brasilia", la ciudad creada en medio de la nada en los años 60 para ser la nueva capital de Brasil. 

 "Es día de llorar su muerte. Es día de saludar su vida", concluyó Rousseff. 

 La muerte del arquitecto también fue lamentada por el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, quien lo definió como "un genio de la arquitectura mundial". "Dulce en el trato, firme en sus convicciones y amado por el pueblo brasileño", así lo definió Cabral. 

El alcalde de Río destaca que mantuvo sus ideales "hasta el fin" 

 El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, destacó que el arquitecto mantuviera sus ideales "hasta el fin de sus días". 

 Paes hizo estas declaraciones a la prensa a la salida del Hospital Samaritano de Río de Janeiro, donde ha fallecido Niemeyer. 

 Tras despedirse de los familiares del arquitecto, el alcalde destacó que Niemeyer, un militante comunista, mantuviera sus ideales "hasta el fin de sus días". 

 Paes subrayó la vitalidad y fuerza del artista fallecido, al tiempo que resaltó la gran obra que dejó a Río de Janeiro: el Sambódromo, escenario principal del carnaval carioca. 

 Descrito como "uno de los mayores genios que Brasil dio al mundo", Paes subrayó que Niemeyer deja su marca "en el paisaje y la historia de nuestro país". 

 "Brasil y el mundo perdieron hoy un hombre que dedicó toda su vida a producir belleza, pero lo que él creó quedará entre nosotros como el recuerdo de un gran carioca", resaltó al recordar que el artista había nacido en Río de Janeiro el 15 de diciembre de 1907. 

Chico Buarque dice que Niemeyer fue "mayor" que su arte 

 El cantautor brasileño Chico Buarque se ha sumado a las reacciones de pesar que se han sucedido por la muerte del arquitecto Óscar Niemeyer, fallecido esta noche a la edad de 104 años, y dijo que fue más grande que su arte. 

 "Oscar Niemeyer tuvo una vida muy bonita. Fue uno de los mayores artistas de su tiempo y un hombre mayor que su arte", dijo el célebre cantante.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Fallece Emilio Aragón 'Miliki'



Murió con 83 años a medianoche en el Hospital Ruber Internacional. Formó parte del famoso trio de payasos Gaby, Fofó y Miliki. Se ganó el cariño de los niños con 'Había una vez un circo', de TVE 

 Emilio Aragón 'Miliki', uno de los famosos "payasos de la tele", ha fallecido a los 83 años, según han confirmado a Efe fuentes próximas a la familia. 'Miliki' era el padre de Emilio Aragón, socio consejero de Globomedia y uno de sus fundadores. 

 Miembro de una familia de payasos de gran tradición, formó parte del trío Gaby, Fofó y Miliki, que debutó en el circo Price en 1966 y que alcanzó su máximo éxito con el programa, 'Había una vez un circo', de TVE.

 'Miliki' falleció al filo de la medianoche, rodeado de su familia en la Clínica madrileña Ruber Internacional donde ingresó hace unos días aquejado de una neumonía, que "finalmente no pudo superar". 

 La capilla ardiente se instalará a partir de las 12:00 horas en el tanatorio La Paz del municipio madrileño de Tres Cantos y será enterrado el próximo lunes "en la más estricta intimidad", según han informado a Efe las citadas fuentes. 

 "Profunda tristeza" 

En un comunicado, la familia señala su "profunda tristeza" por el fallecimiento, y afirma que su esposa e hijos han perdido a un "marido y un padre maravilloso"

 No obstante aseguran sentir el "consuelo de saber que se marcha rodeado del cariño de muchos niños que han crecido cantando, riendo y disfrutando con él". Su último trabajo fue su participación en la ópera prima cinematográfica de su hijo Emilio Aragón, Pájaros de papel, en el 2010. 

 Además en mayo de este año publicó su segundo libro, Mientras duermen los murciélagos sobre unos artistas retirados que recorren media Europa en autobús huyendo de la policía nazi. 

 Nacido en Carmona (Sevilla) en 1929, en su juventud trabajó junto a sus hermanos por toda América en diversos espectáculos y medios de comunicación y el cenit de su carrera le llegó con el espacio de TVE 'Había una vez un circo', en el que estuvo entre 1973 y 1977, cuando se retiró. 

 Regresó al mundo del espectáculo en 1986 con su hija Rita Irasema con la que, entre otros, hizo la comedia musical 'Un fantasma en la sopera'.

lunes, 1 de octubre de 2012

Ciclistas en la jungla


España es líder europeo de accidentes con bicicletas implicadas Sus diferentes usos no están regulados en carretera. 

 Bridget Driscoll tenía 44 años y dos hijos cuando murió atropellada por un coche en Inglaterra. La máquina infernal que acabó con su vida circulaba a la velocidad “tremenda”, según el forense, de 7 km por hora. El conductor, Arturo Edsell, con tres semanas de experiencia, era quien pilotaba el coche de la compañía anglo-francesa Roger-Benz en una demostración del nuevo invento mecánico. “Nunca más volverá a ocurrir”, dijo el forense tras concluir la investigación, aunque Arturo fue absuelto al considerar el incidente como “una muerte accidental”. Fue la primera persona fallecida por el efecto de aquellos artefactos con motor de combustión que originaron a finales del siglo XIX una asociación en Francia llamada Liga contra el automovilismo y otra en EE UU conocida como Enemigos de las máquinas infernales. Tras el peatón llegó el ciclista. En 1899, en Nueva York, un coche atropelló a uno y le fracturó la pierna. El conductor pasó una noche en la cárcel y luego fue liberado por ser “un hecho accidental”. 

 Desde el principio, el coche fue considerado el futuro y la bicicleta, el pasado rural. La convivencia, en tales circunstancias, tenía necesariamente que ser difícil. En España no es pacífica. Víctor Cabedo, profesional del Euskaltel, ha sido el último ciclista atropellado y muerto en un entrenamiento. Samuel Sánchez, compañero de equipo y medalla de oro en los Juegos Olímpicos, relata su desconcierto: “Nunca sabes cómo acertar. Yo había entrenado con él en esa misma carretera en Castellón, por la que pasa como mucho un coche cada tres horas. Te parece una carretera segura por la poca densidad de tráfico, y ya ves...”. Y lo dice tras regresar de un entrenamiento en Asturias en el que se ha caído. “Llovía y la mezcla de aceite, lluvia y el frenazo del coche que me precedía me ha llevado al suelo. No ha sido nada, pero...”. Culpa de nadie, pero el miedo impera en los profesionales que entrenan y amateurs que circulan por carretera. 

 No en vano España ha incrementado entre 2009 y 2010 el 20% el nivel de fallecidos en accidentes entre ciclistas y coches, tras haber experimentado un descenso en los años anteriores de un 39%, según un estudio de la Fundación Mapfre sobre seguridad vial. 

 Lo cierto es que lidera el ránking europeo de accidentes con ciclistas implicados, 3.600, una cifra que a veces se quiere explicar por el incremento del uso de la bicicleta en las ciudades “pero que no se soporta por sí misma”, según Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados. “Hace 50 años también había un parque menor de coches en España y, sin embargo, ahora, con muchos más vehículos, la siniestralidad se ha reducido. El volumen de coches y bicicletas no es la causa”, dice. 

 En España hay aproximadamente tres millones de usuarios de bicicleta, una cifra infinitamente menor a la de países donde la bicicleta es la reina y está insertada en la sociedad como elemento de transporte, y no solo lúdico o deportivo. Holanda es la campeona de Europa en la adoración a la bicicleta. “Allí”, dice Samuel Sánchez, “el respeto máximo es a la bicicleta más que al ciclista. Allí te pitan si te sales del carril bici, para que te protejas, y jamás te adelantan si no es el momento apropiado. Para ellos la bicicleta es un elemento más de la carretera como medio de transporte, como actividad deportiva o lúdica. En España aún no hay una cultura de que el coche puede frenar, esperar y acelerar en apenas unos segundos. A los ciclistas eso mismo nos cuesta un mundo. Por no hablar del rebufo que deja un coche cuando te adelanta. Los conductores no saben que el rebufo te puede tirar”. 

 Hay más elementos descontrolados. Al prometedor ciclista Antonio Martín, fallecido en 1994, se lo llevó de este mundo un adelantamiento de un camión que le golpeó con el espejo retrovisor. Un automovilista veterano recuerda: “Mi problema con el furgón que tengo es que la altura de los retrovisores es equivalente a la de la cabeza de un ciclista o un motorista. Cuando adelantas tienes que pensar no solo en el rebufo sino en la posibilidad de golpearle con el espejo”. 

 “Lo que hay que resolver en España es la organización de la bicicleta en las carreteras”, afirma Arnaldo. “Hay que separar lo que es la actividad ciclista deportiva, la urbana, como medio de transporte, y la lúdica. Y aquí todo se ha acumulado. Hoy en día un niño de siete años podría circular por una autovía [está permitido], cuando la autovía es una carretera para desarrollar altas velocidades. El afán por divulgar el uso de la bicicleta ha llevado a extremos insospechados de confusión. Hay que prever los distintos usos de la bicicleta y considerar que las carreteras son de todos, pero tienen usos distintos y la racionalidad de los mismos tiene que ser distinta. Hay que prever las bicicletas en la urbe o en la carretera como hay que prever la circulación de jinetes, o de ganado o de peatones, porque no hay usos exclusivos. Y ahí es donde falla la legislación española, amén de tener tantas reglamentaciones distintas como ordenanzas municipales. Hace falta una reglamentación de circulación única”, asegura. “Hay municipios donde se puede circular en grupo y municipios donde no. No puede ser”. 

 La Dirección General de Tráfico está trabajando en la reforma del Reglamento de Circulación que podría incluir la utilización del casco en las vías urbanas, como ya ocurre en las carreteras generales. Las asociaciones ciclistas se oponen porque consideran que eso desincentivaría el uso de la bicicleta en la ciudad y para ello buscaron el apoyo de los grupos parlamentarios ante la iniciativa del Gobierno. Sin embargo, casi la tercera parte de los ciclistas fallecidos en 2010 lo fueron en carreteras urbanas y secundarias, donde quizás el casco pudiera haber evitado algunas muertes. Ese es el debate. Arnaldo cree que “hay que huir de los grupos de presión, sean los que sean, y aplicar criterios formativos y organizativos”. 

 La bici se ha puesto de moda, pero la conciencia no se ha ajustado a la moda. “A mí ya me ha ocurrido tener que salir corriendo porque un camionero se bajó con una llave inglesa porque le criticamos su actitud en la carretera”, recuerda un exciclista profesional. “Tuvimos que salir esprintando porque aquello pintaba muy mal y durante unos días no volvimos por esa ruta, no fuera que el camionero la frecuentara”. La alternativa natural son los carriles bici. Pero el problema es la financiación. “El kilómetro sale muy caro, el ejemplo es Londres, a la que le salió a 170.000 euros el kilómetro y, en estos momentos, la financiación es complicada. Es lo ideal, pero es caro . 

 El aumento de accidentes en España no cabe atribuirlo solo a las máquinas de cuatro ruedas. “Es verdad que a veces los ciclistas tampoco saben rodar como se debe en una carretera y convierten la indefensión en su único argumento”, dice Samuel Sánchez. 

 Los datos explican en cualquier caso que es mejor ser holandés que español cuando de andar en bici se trata; que, como decía Fernando Fernán Gómez en su obra de teatro Las bicicletas son para el verano, no parece el mejor eslogan para la DGT teniendo en cuenta que julio es el mes con más siniestralidad ciclista en las carreteras y que las secundarias, presuntamente menos densas, no son las más seguras. 

 Las soluciones son complejas. Más que por la normativa, los afectados apuestan por el intangible de la cultura y la conciencia. 

 “Hay que diversificar las soluciones según el uso de las carreteras y de la bicicleta”, afirma Arnaldo. “Es curioso, pero igual hay que hacer como en Holanda, donde se respeta la bicicleta como concepto. Pero es que allí es un elemento de transporte, de vida cotidiana. Y en España, no”, intuye Sánchez, que como todos los ciclistas profesionales tienen más miedo a entrenar que a disputar carreras profesionales, más controladas aunque tampoco exentas de riesgos. 

 La realidad y el deseo se enfrentan. De un lado, el espíritu verde exige más uso de la bicicleta, pero el espíritu gris de la realidad devuelve a un panorama sombrío donde el coche es el rey de la carretera, hecha a su medida, donde la bici, el tractor, el jinete, el ganado, son un obstáculo. “Nosotros a veces huimos de determinadas rutas, adecuadas para el entrenamiento, por su grado de peligrosidad o de aquel camionero irascible”, recuerda el exciclista. 

 Consideran los ciclistas que a diferencia de la calle, ya de todos, las carreteras aún no son comunitarias y las jerarquías se imponen. Los ciclistas solo ganan a los peatones en el lamentable ránking de los perdedores. Si Bridget Driscoll levantara la cabeza...

¡Respeto! 
 PEDRO HORRILLO 

Es el tema de siempre, la eterna cuestión cuando a la hora de salir a pedalear a la carretera se trata: la seguridad. Y da lo mismo que seas un profesional que sale a hacer su trabajo, un cicloturista que salga a disfrutar de su afición, o un ciclista urbano que utilice la bicicleta como medio de locomoción. Es la jungla, los peligros acechan donde menos te lo esperas, y si hay alguien que sale perdiendo, ese siempre vas a ser tú. El ciclista sale a disfrutar de la bici tratando de esquivar las situaciones de conflicto, buscando carreteras poco transitadas y huyendo de las grandes aglomeraciones, pero a nada que haga los kilómetros suficientes, siempre se encontrará con algún conductor que se tome la cuestión como una auténtica guerra. 

La gran mayoría de los ciclistas somos además conductores. Y cuando circulamos en un vehículo de motor y nos encontramos con una bicicleta, tenemos empatía, pues sabemos bien cómo se vive todo eso desde las dos ruedas. Así que por norma general tratamos de respetar las normas para que la carretera sea un espacio de convivencia. Pero hay conductores —una minoría, es cierto, pero raro es el día en el que no te encuentras con uno de ellos— que sienten auténtica fobia por los ciclistas y que se encargan de demostrártelo con maniobras intimidatorias —cierres, volantazos, frenazos, violentos toques de claxon— que pueden suponer un grave riesgo para tu integridad. Muchas veces además, como sucede con respecto al hecho de circular en paralelo, desconociendo por completo las normas y tomándose la justicia por su mano. Justicia del poderoso; el de las cuatro ruedas con la carrocería de chapa, contra el débil —siempre el ciclista— cuya carrocería es su propia piel. 

Y yo lo veo como un problema de educación y civismo, pues aún hay gente que piensa que la carretera es para los vehículos de motor, y las bicis que se vayan a otra parte, sin importarles para nada el dónde y mucho menos preguntarse el porqué. El metro y medio de separación a la hora de adelantarnos, es una norma que rara vez vemos que se cumple. A pesar de que los conductores están autorizados a pisar la raya continua en el caso de que sea necesario, pero eso hay muchos que no lo saben. El circular en paralelo —es por vuestra seguridad, nos recuerdan en las cuñas radiofónicas de concienciación— se convierte en el caballo de batalla diario con conductores que desconocen por completo la normativa. El uso de los intermitentes por parte de algunos conductores es nulo. En las rotondas, muchos no saben que un grupo de ciclistas se considera un conjunto en sí mismo; si el primero tiene prioridad, la prioridad permanece hasta que cruza el último, pero hay conductores que o bien lo desconocen, o a los que les puede la urticaria de que uno sin motor y con dos ruedas se le adelante a él con su todopoderoso vehículo de muchísimos caballos. Y que decir de los trayectos urbanos en los que estás expuesto a que la puerta de un vehículo se abra delante de tu morro… 

Así se vive esta guerra —en la que nosotros los ciclistas no queremos participar, pero no nos queda otra que cumplir con nuestro papel de víctimas— desde la bici. Y los ciclistas no somos ningunos santos, también cometemos nuestras imprudencias, pero ese no es argumento suficiente para que tengamos que pagarlo con nuestro pellejo, como algún conductor cree. Hace poco, a cuenta del desgraciado fallecimiento de Víctor Cabedo, leía a Óscar Pereiro: “Cuando sales a entrenar siempre tienes la duda de si volverás”. Es así de triste, pero rigurosamente cierto. Con el tiempo asumes que ese riesgo está ahí y que tienes que tomarlo como precio a pagar por tu afición. Pero prefieres obviarlo y no pensar demasiado en ello, pues en caso contrario, se te quitan las ganas de salir un día más a la carretera. Pero no, seguiremos haciendo lo que nos gusta, que es andar en bici, alzando la voz cada vez que esté en nuestra mano: tan solo pedimos respeto, ni más ni menos. No parece mucho pedir, pero sí que lo es viendo el trabajo que a algunos les cuesta respetarnos. 

Pedro Horrillo es exciclista profesional.