lunes, 30 de abril de 2012

¿Drogas? Hablemos


Un español maneja con destreza una tarjeta de crédito para preparar una dosis de cocaína; la Policía mexicana halla 14 cadáveres en una furgoneta; tres toneladas de opio afgano atraviesan Rusia; una madre colombiana entra en una prisión estadounidense para pasar la próxima década entre rejas por tráfico de estupefacientes; un joven neoyorquino muere de sobredosis en una fiesta y un marroquí lo hace en una patera al estallar la carga de su estómago. La secuencia no es real, que se sepa, pero algo parecido sucede cada día en todo el mundo. Son las consecuencias desiguales de un mismo tema, el vil aleteo de la mariposa o la teoría del caos. Las respuestas del tráfico de drogas, el mayor mercado del mundo. 

Hace 40 años el presidente de Estados Unidos Richard Nixon se dirigió a la nación: “El enemigo público número uno de Estados Unidos es el abuso de las drogas (…) Declaro la guerra contra las drogas”. Estaba el entonces mandatario inmerso en el conflicto de Vietnam, una de las guerras más largas que se atribuyen a la superpotencia, pero aunque comúnmente olvidado, el frente que abrió Nixon en 1971 ha sobrevivido a todos sus sucesores. Hasta ahora, porque las cosas están empezando a cambiar. 

Los primeros en hablar de fracaso en esta guerra fueron los expresidentes de Brasil, Colombia y México, Fernando Henrique Cardoso, César Gaviria y Ernesto Zedillo, respectivamente. En los últimos meses, políticos en activo como el actual mandatario de Guatemala, Otto Pérez, o el de Colombia, Juan Manuel Santos, han seguido sus pasos para demandar la apertura de un debate sobre el tema, haciendo uso de la legitimidad que les otorga liderar los países que sufren la cara más trágica de las consecuencias de una guerra que suma víctimas a diario (aunque al sur del Río Grande). Honduras, con 82,1 homicidios por cada 100.000 habitantes, seguido de El Salvador, encabezan la lista mundial por tasa de homicidios. México, inmerso desde hace seis años en la guerra contra el narcotráfico, suma ya casi 50.000 muertos y ha incrementado su tasa de homicidios desde 2005 en un 65%, según datos de la ONU. 

Su legitimidad, unida a las cifras y los muertos, ha obligado al presidente de EE UU, Barack Obama, a mover ficha. El runrún que alentaba a un debate en el continente americano estalló el pasado 14 de abril. Como no podía ser de otra manera, de la voz de un sucesor de Nixon. “Somos conscientes de nuestra responsabilidad en este tema y creo que es completamente legítimo entablar una discusión sobre si las leyes que están ahora en vigor son leyes que quizá están causando más daños que beneficios en algunos campos”. Habló Obama y todos entendieron: ha llegado la hora de hablar de drogas. El tema ya está en la agenda.

Sobre el incipiente debate que se abre, hay quienes defienden que la regulación de las drogas reduciría el tráfico y acabaría con un negocio que mueve 216.000 millones de euros anuales en todo el mundo, según la ONU; o 19.000 millones de euros solo en México durante 2009, según EE UU. Otros no ven cómo regular podría mejorar la seguridad. Entre ellos el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, que considera que cualquier paso hacia la legalización “podría convertir a Centroamérica en un paraíso del tráfico y consumo de droga”. Funes aboga por implementar la ayuda para mejorar el nivel de vida de su país y luchar contra la pobreza y la exclusión. El debate en el continente americano no ha hecho más que empezar. 

Si hay una palabra que se relaciona con la discusión sobre las drogas es legalización. Nada genera más rechazo o apoyo que abogar por ello. El presidente de Guatemala, Otto Pérez, fue el primero en pronunciarse ante un micrófono, mostrándose a favor, y el mismo Obama empezó su alocución en la Cumbre de las Américas del mes pasado marcando su posición en contra: “Legalizar no es la respuesta”.

Amira Armenta, miembro del Transnational Institute, un think tank internacional fundado en Amsterdam, explica que “la gente le tiene miedo a la legalización porque, presentada así, asusta”. Sin embargo, achaca a Pérez más un deseo de llamar la atención que de apoyar la legalización real. “Fue una presentación sobre todo mediática. Otto no dice ‘hagamos eso’, lo que dice es ‘discutamos eso’. Entre la actual política y la legalización hay muchas opciones. Habría que considerar las más realistas y con menos riesgos, que son concretamente las que tienen que ver con la despenalización y la discriminalización del consumo, del comercio y la producción”, argumenta. 

La deriva que tome el debate es una incógnita para todos, pero las personas consultadas para este reportaje creen que la clave está en Estados Unidos. Después de una espera de años, nadie imagina que el cambio se produzca enseguida. Es más, con el actual presidente estadounidense inmerso en la precampaña electoral todos dudan de que haya una respuesta inmediata. “Obama no puede hablar de este asunto ahora, pero en un segundo mandato el campo es distinto. Tengo serias dudas de que sea un entusiasta promotor [de la regulación], pero sí creo que, en el fondo, no está en contra”, dice el presidente del Colectivo por una Política Integral hacia las Drogas en México, Jorge Hernández. 

El experto estadounidense Peter Reuter considera que las drogas no son un tema de interés público para la sociedad estadounidense. “En las campañas presidenciales no se hablará nada de drogas”, augura este profesor de la Universidad de Maryland (EE UU), que sí pone el acento, sin embargo, en el cambio de actitud hacia la legalización de la marihuana, aunque “no hacia otras drogas”. A finales de 2010, California, uno de los 14 estados en los que la marihuana es legal para usos médicos, hizo un referéndum para decidir si se legalizaba el consumo y el cultivo. En una ajustada votación, un 56% de los electores votaron en contra y se rechazó la medida. Solo un año después, la encuesta Gallup aseguró que el 50% de los estadounidenses estarían a favor de la legalización de la marihuana. Hernández sostiene que si Obama llegara a apoyarla sería un buen punto de partida para el cambio de paradigma global respecto a todas las drogas.

El cannabis es, con mucho, la droga más consumida a nivel global. Entre 125 y 203 millones de personas de todo el mundo la consumieron en 2009, según datos de la ONU. Las cifras del consumo de todas las drogas se disparan hasta los 149 y 272 millones, lo que supone del 3,3% al 6,1% de la población de 15 a 64 años. “Es absurdo pensar que la demanda va a acabar aquí o allá, hay que aceptarla y trabajar en aras de la seguridad”, dice el presidente del Colectivo por una Política Integral hacia las Drogas en México. 

Los especialistas hacen una clara diferenciación entre países productores y consumidores, para algunos lo que sirve para unos no sería bueno para los otros. Con el punto de partida marcado en la marihuana, valoran de forma desigual los beneficios reales que supondría la regulación para los países centroamericanos, que si bien no tienen un problema grave de consumo, sufren con la violencia la peor cara del tráfico de sustancias. “Al hablar de cambio de política se habla en realidad de legalización, regulación o despenalización de las drogas y, a pesar de que uno esté de acuerdo, la verdad es que no es un objetivo realista y a los países de producción y tráfico no nos serviría de mucho”, alerta el exguerrillero salvadoreño y experto en resolución de conflictos Joaquín Villalobos.

Sin embargo, para el escritor mexicano Jorge Castañeda, que en “un mundo ideal defendería la liberalización total de todas las drogas”, que Obama regularizase la marihuana sí supondría un cambio importante, principalmente para México, gran exportador de cannabis al norte. “Los cárteles derivan parte de sus ganancias con la marihuana para extenderse y producir cocaína”, explica Castañeda. Eso no es suficiente para el politólogo mexicano especialista en temas de seguridad Alejandro Hope, que considera que en los países de América Latina los problemas de violencia y corrupción vinculados a las drogas “son un problema de cocaína”. 

A la espera de ver qué votan los estadounidenses el próximo mes de noviembre, tímidos pasos del presidente Obama ya empiezan a materializar un incipiente cambio. Un nuevo enfoque y discurso. Nada más llegar de Cartagena de Indias (Colombia), donde pronunció sus palabras favorables al debate, el presidente de EE UU presentó un Plan Nacional de Drogas que por primera vez en 40 años ponía el objetivo en la prevención y el tratamiento de la drogadicción como una enfermedad más que en la acción policial. Solo unos meses antes, se conoció la rebaja de un 17% en 2013 respecto al año anterior en la inversión para la guerra global contra el tráfico de drogas, al pasar de 422 a 360 millones de euros. 

El dinero estadounidense siempre ha financiado las guerras que libran los países centroamericanos contra las drogas. La más reciente, en México, comenzó con la Administración Bush y ha continuado con la de Obama. Tras seis años de guerra, desde la llegada al poder en México de Felipe Calderón, el consumo de drogas no ha caído y sobre el terreno, con el ejército desplegado en toda la República mexicana, el saldo humano se acerca ya a las 50.000 vidas. El presidente Calderón, de una manera más tímida que su homólogo colombiano, también es partidario de abrir el debate, aunque siempre se ha mostrado un acérrimo defensor del modelo prohibicionista. “Calderón es un cruzado antidrogas. Ahora es difícil que diga ‘mis muertos no sirvieron de nada, vamos a legalizar”, razona Castañeda. 

Aunque para algunos expertos la política de Calderón ha sido un “rotundo fracaso” y una “carnicería”, que diría el escritor, Villalobos cree que “en algún sentido [la guerra en México] ha generado un sentido de urgencia para transformar la situación, hoy el estado tiene más capacidad que hace seis años, aunque eso no justifica que se haya hecho”. Así, defiende que el actual debate no se ha abierto por los últimos informes de la ONU o de la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, como sí sostiene el experto colombiano Daniel Mejía, ni por las palabras de Otto Pérez o la mano tendida al diálogo del presidente Santos, sino por los “esfuerzos y sacrificios que México y Colombia han realizado para enfrentar al crimen organizado. Sin eso a EE UU y a muchos otros les seguiría sin importar el tema”. “Es falso que sea una alternativa al combate al crimen organizado. Lo progresista y avanzado en nuestro caso es que nos ocupemos de la construcción de Estado. Hay riesgo de que la demanda de legalización se convierta en un argumento para no hacer las reformas que se necesitan en seguridad y justicia en casi todos los países”, argumenta Villalobos. 

La intervención militar es, por contra, para Hernández, una forma de “abdicación” del Gobierno y aboga por que “el Estado tome control de lo que está en manos del crimen”. Para el experto mexicano hablar de regulación “significa que, con o sin un marco prohibitivo, cada sociedad sea capaz de tener control del uso de las drogas legales o ilegales”. Habla de cambiar el uso de la fuerza por un enfoque social y preventivo. “El actual marco normativo supone que no existe ninguna otra forma de modelar la conducta de nuestra sociedad con respecto a sus prácticas, salvo la fuerza. Ha llegado la hora de ensayar nuevas cosas”, dice.

En esta línea, el profesor de la Universidad de Los Andes (Colombia) Daniel Mejía defiende la despenalización y la estrategia de poner el “énfasis en regular para quitarle los mercados al crimen organizado”. “El bloque centroamericano paga las consecuencias de la política de drogas que se impone. Esto no ha funcionado. ¿Por qué no pensar en un modelo para reducir los niveles de violencia?”, apoya Armenta desde Amsterdam. 

Sin acuerdo sobre lo que está por llegar, sí hay consenso de que es ahora o nunca el momento de abrir un nuevo horizonte. El punto quizás más importante desde que Nixon declaró su guerra a las drogas. El inicio de algo que, como casi todo, empieza por una frase tan simple y a la vez tan difícil: “Hemos fracasado. Hablemos”.

viernes, 27 de abril de 2012

EL BORN, HECHO A MANO

El comercio de toda la vida, con un nuevo enfoque. En el barrio barcelonés de El Born, lo sencillo está de moda y los artesanos del siglo XXI despliegan todo su talento

TEXTO: SALOMÉ GARCÍA FOTOS: ALFREDO ARIAS 

El Born sigue siendo un barrio muy especial de Barcelona, y en sus comercios destacan sobre todo los ingredientes naturales y el hecho a mano por artistas locales. Esta es la filosofía de Made a Mà, una iniciativa que aglutina a joyeros, sastres, tejedores y hasta restaurantes de cocina ecológica.

La crisis inmobiliaria y la bajada de los alquileres han propiciado que jóvenes artesanos se instalen en pequeños locales entre el mercado de Santa Caterina, el Museu Picasso y Santa María del Mar.

Los comerciantes de la zona han editado un plano gratuito para invitar a todos a pasear por estas callejuelas llenas de negocios que pujan por una nueva Barcelona sin artificios. Y como todo cae en un radio pequeño, lo suyo es descubrirlo a pie o en bici. Todo sea por el planeta, por amor al arte o por plantarle cara a las grandes multinacionales a base de puntadas e ingenio. Un barrio que se convierte así en un ejemplo.


1 Suno

"¿Venden aquí las faldas de cremalleras de Efecto Limón?", preguntan dos jóvenes con pinta de estudiantes de Erasmus. Paqui Costea, la diseñadora, asiente y muestra sus últimas creaciones. "Todas hechas a mano. También las hacemos a medida". Una original fórmula que ya ha saltado a las recomendaciones de The New York Times y Die Zeit.
Cotoners, 12

2 El Calaix

El ganchillo está de moda, pero ahora se llama crochet y ya no se hacen tapetes para encima de la tele, sino amigurimis o pequeños muñecos de ganchillo. "Es una técnica artesanal importada de Japón", explica Patricia Viussá, y causa furor entre muchas jóvenes modernas. Además de amigurimis, vende vestidos cincuenteros hechos a mano en Asturias por La Bigotera y complementos de La Mouchette y Lady Desidia. Esquirol, 4

3 Géneros de Punta

Gastón Liberto, ilustrador que plasma sus dibujos en esculturas y camisetas serigrafiadas, y Sandra Velzi, diseñadora de joyas, comparten este laboratorio creativo, mitad taller, mitad sala de exposiciones, donde se entra, se admira y, si gusta, también se compra.
Semoleres, 4

4 Kiosko

Se autodenominan hamburguesería gourmet y despachan a destajo hamburguesas de carne ecológica que el cliente aliña a su gusto con salsas caseras. Añádanse precios razonables y el resultado es que el local está siempre lleno hasta la bandera. 
Marqués de L'Argentera, 1 bis

5 All You Knit Is Love

Afortunado juego de palabras entre Todo lo que tejes es amor y el Todo lo que necesitas es amor (All you need is love) de Los Beatles. Antes de que medio mundo enloqueciera con el urban knitting, en esta tienda ya eran incondicionales del punto de toda la vida. Venden lanas, manuales e instrumental para tejer -léase agujas y ganchillos-, pero también dan cursos. El invierno pasado, la firma Andrés Sardá echó el lazo a los alumnos más aventajados para abrigar con bufandas y calentadores a sus modelos sobre la Pasarela Cibeles. 
Barra de Ferro, 8

6 Florentine Cupcakes & Cookies


Dos arquitectas reconvertidas en reposteras montaron esta minitienda para incondicionales de cupcakes, macarons y otros dulces que enloquecerían a la mismísima María Antonieta. Aplican recetas de la abuela e imaginación a la hora de decorar sus tartas. Además, hay un pequeño bazar con delantales y trapos de cocina hechos a mano, caramelos artesanales y tés orgánicos.
Calders, 3

7 Lilipep


Un acogedor bar con atmósfera centroeuropea que invita a sentarse a leer un libro, consultar prensa internacional o disfrutar de cocina sencilla con ingredientes orgánicos. Su fuerte es el desayuno alemán (5,80 euros): pan negro, queso, jamón, mermelada, ensalada y huevos felices, esto es, de gallinas de granjas biológicas. Para el almuerzo, un sencillo menú de plato más bebida por 5,90 euros. Los viernes por la noche hay conciertos, cuentacuentos y hasta cenas africanas amenizadas por un percusionista. 
Pou de la Cadena, 8


8 Pinzat


Un colectivo de diseñadores y artistas plásticos recicla de todo para hacer bolsos, desde lonas de camiones a los cierres de cinturones de seguridad de automóviles. Luego los pintan a mano. Y el cliente sale de la tienda con una obra de arte única bajo el brazo. Sus bolsas-mensajero para llevar en la bici se venden como churros.
Grunyi, 7

9 Andapanda


Otra palabra para aprender: plushies, o muñecos de trapo, con ojos saltones y aspecto entrañable. Todos tienen nombre: el mapache Luca, el pingüino Max... Estas criaturitas coexisten con monederos de animales de aspecto naif y broches para eternas adolescentes. Vicky es la mujer orquesta tras este proyecto: "Yo dibujo los muñecos, rastreo en busca de telas recicladas, creo las ilustraciones y coso los muñecos".  Grunyí, 6. Local 1

10 Papabubble


Antes de que los caramelos se envolvieran en celofán se hacían en tiras largas, se cortaban y se metían en una caja. Y así los siguen elaborando a diario en esta confitería ante los incrédulos ojos golosos de los clientes. La destreza con la que trabajan es todo un espectáculo. Aviso: los colores de los caramelos pueden despistar porque se suelen elaborar con criterios estéticos más que por la semajanza con la naturaleza. Vamos, que el verde no tiene necesariamente sabor a menta (puede saber a piña).
Ample, 28

11 Óscar H. Grand



Rollos de tela importados de Italia y Reino Unido, patrones y piezas hilvanadas dan cuenta de que estamos ante una sastrería como las de antaño. Además de encargar algo específico se pueden comprar las piezas expuestas en la tienda -todas confeccionadas a mano- y elegir los últimos detalles, como botones o puños. Barra de Ferro, 7

12 Mimi Scholer


Mimi Scholer iba para maestra platera en Viena, pero acabó montando su propio taller-tienda de bisutería artesanal a dos pasos del mercado de Santa Caterina.
Sant Jacint, 6

13 Mandarosso Pastis

Más conocido como el Dolç i Salat por el letrero enorme de su escaparate, Mandarosso Pastis se inauguró en septiembre y ya es punto de encuentro a media mañana para tomar un minibocadillo vegetariano o apuntarse al aperitivo con un vermú Aperol o el menos conocido Punt e Mes. 
General Álvarez de Castro, 5-7

14 Hofmann Pastisseria

Este paraíso para golosos es el proyecto más delicado de la restauradora Mey Hofmann, creadora de la escuela de hostelería que lleva su nombre. Es difícil no sucumbir a los aromas a vainilla, mantequilla o chocolate. Compramos, por ejemplo, sus galletas de gianduja o las sardinas de chocolate y praliné. Flassaders, 44

15 Ivo & Co

Se autodefinen como una tienda de retro-vintage. ¿Qué venden? Paños de cocina como heredados de la abuela, botes de hojalata o tazas de loza. Y a dos pasos, en la calle de Rec, 20, su versión infantil: una juguetería con toda suerte de juguetes de trapo y madera de siempre. 
Plaza Comercial, 3

La asistencia sanitaria a partir de ahora

¿Qué medicamentos quedarán fuera? No se sabe. Va a haber dos vías para sacar fármacos de la financiación pública. Por un lado, se excluirán los obsoletos, cuya función ya ha sido superada por otros más modernos. Esto no debe de suponer ningún ahorro, ya que si se han quedado anticuados lo lógico es que no se estén usando. El otro es el que se refiere a medicamentos para síntomas leves. No hay una lista. Lo que sucede actualmente es que hay algunos preparados (antidiarreicos, antitusivos) que están catalogados de dos maneras: como medicamentos de prescripción (con receta) y de venta libre. El propósito de Sanidad es dejarlos en un solo grupo, los de venta sin receta (que así no tiene que subvencionar la Administración). El problema es que hay productos que sirven a la vez para síntomas leves y para otros más graves, indican fuentes de la patronal de los medicamentos sin receta, Anefp. Por eso habrá que ir caso a caso

¿Qué copago habrá para ambulancias, prótesis y dietoterápicos? La escala que fija el real decreto es la misma que para medicamentos. Pero en estos casos no va a haber un tope de copago para el usuario. Lo que se desconoce es cómo actuará cada comunidad. Ya hay copago para estos productos o servicios en muchas de ellas. En unos casos es mayor, y en otros, menor. El decreto solo puede fijar el mínimo que subvenciona la Administración (el 90% en el caso de pensionistas, por ejemplo), pero una comunidad puede financiar el resto. Eso sí, tendrá que informar de ello. Lo mismo sucede si una comunidad quiere dar más prestaciones que las de la cartera mínima común (por ejemplo, pagar las gafas de todos). En ese caso lo pagará con sus medios, no con fondos del Estado.

¿Habrá que renovar la tarjeta sanitaria? No. El cruce de datos con Hacienda para ver cuánto tiene que pagar cada uno será invisible para el usuario. El nivel de renta quedará en los ordenadores de las Consejerías de Salud, y, en función de eso, se calculará lo que se abona por los medicamentos.

¿Cuánto deben pagar los pensionistas? En general (los que ganen hasta 100.000 euros), el 10% del precio de los fármacos. Pero ese copago tiene un tope mensual: si excede de 8 o 18 euros al mes (según la escala de renta) la diferencia será reembolsada por las comunidades, que tienen seis meses para hacerlo. Por ejemplo, si gasta 200 euros en medicamentos, paga 20. Si su tope es de 8 euros, los 12 restantes tendrán que devolvérselos antes de seis meses. Con rentas por encima de 100.000 euros, el pensionista paga el 60%, pero nunca más de 60 euros al mes.

¿Y quien no tenga ingresos? Como hasta ahora, cabe la posibilidad de que acuda a la Seguridad Social con el certificado correspondiente de Hacienda para que, si es español o extranjero con papeles, le den la tarjeta.

¿Quiénes quedan fuera? Hay dudas sobre qué pasará con personas de más de 26 años que nunca hayan cotizado (estudiantes, rentistas, grupos como algunos monjes y monjas). Sanidad dice que habrá una solución.

¿Y los extranjeros? Solo tendrán tarjeta sanitaria los que residan legalmente en España. Al resto solo se les tratará en urgencias, aunque puede haber excepciones, como los enfermos infecciosos.

Encuentran el punto G

Un estudio americano lo sitúa entre el aparato genital y el urinario, formando un ángulo de 35 grados con la pared lateral de la uretra. 

El punto G ha sido objeto de muchos debates sobre sexo, dudosos estudios y «víctima» de repetidos desmentidos, pero ahora el «botón» del placer parece haber sido encontrado por primera vez después de la ejecución de un estudio anatómico por el Instituto de Ginecología de St. Petersburg, en Florida.

Según el líder del estudio, Adam Ostrzenski, el punto G se encontraría entre el aparato genital y el urinario, formando un ángulo de 35 grados con la pared lateral de la uretra, según un estudio que realizaron sobre el cuerpo de una mujer fallecida de 83 años. 

El Punto Grafenberg, o punto G, fue llamado de este modo para recordar al ginecólogo alemán Ernst Grafenberg, que fue la primera persona que lo describió hace más de 50 años, situándolo en la pared frontal de la vagina a una altura de más de dos centímetros y medio. Investigadores ingleses del King's College de Londres habían negado en el pasado la existencia de este punto, definiéndolo como un mito alimentado por revistas y expertos en sexología. 

No obstante, hace algún tiempo Emmanuele Jannini, docente de sexología médica de la Unviersidad de L'Aquila ha sido el primero en «avistar» el misterioso punto que proporciona las alegrías del orgasmo vaginal. La presencia a nivel anatómico del punto G ha sido observado en una muestra de mujeres con un simple instrumento de uso rutinario usado para el diagnóstico médico, que es la ecografía transvaginal, según el estudio pubicado en el Journal of Sexual Medicine. 

El resultado de la investigación revela que el punto G mide 8,1 milímetros, tiene un ancho de entre 3,6 milímetros y 1,5 milímetros y una altura de 0,4 milímetros. Tiene un aspecto parecido al tejido cavernoso de los genitales masculinos y del clítoris. Aunque no han dejado claro que se encuentre en la misma posición en los cuerpos de todas las mujeres, explica Ostrzenski, y no seguran si todas las mujeres sentirían un orgasmo femenino al estimularlo.

miércoles, 25 de abril de 2012

Una aplicación para autistas rompe las barreras de la comunicación

e-Mintza facilita la interacción oral y escrita a a personas con enfermedades cerebrales. En siete meses 17.000 internautas de 55 países se la han descargado. Entre sus ventajas, la personalización para cada paciente.

Las palabras no garantizan la comunicación entre las personas. Lo sufren los autistas, lesionados cerebrales y otras personas con algún tipo de discapacidad. También sus familiares. E-Mintza (habla electrónica en euskera) es una aplicación multimedia que les permite comunicarse gracias a un catálogo de 400 imágenes asociadas a sonidos. El programa, de descarga gratuita, está disponible para ordenadores con el sistema operativo Windows y los aparatos que funcionan con Android. En sus siete primeros meses de vida se la han descargado 17.000 personas de 55 países distintos. Entre sus ventajas, la posibilidad de personalización para cada paciente. 

Las personas que sufren autismo suelen valerse de una serie de fichas con fotografías de objetos, pictogramas o agendas que reúnen en una colección de imágenes. E-mintza viene a tener la misma utilidad pero concentrada y casi ilimitada en tabletas y ordenadores. Ahora también preparan la versión para iPad.

Disponible en euskera y castellano, permite seleccionar dibujos de objetos u acciones, que al pulsarlos reproducen una voz, que el usuario puede elegir entre cuatro distintas. Para crear frases completas solo hace falta elegir hasta un máximo de seis palabras y colocarlas en la pizarra. Se puede repetir tantas veces como quiera cada término o frase, facilitando su asimilación y aprendizaje. En definitiva, e-Mintza mejora la comunicación del enfermo con su interlocutor, porque le permite expresar qué es lo que quiere o cuáles son sus necesidades. 

Aunque el programa por defecto reúne 400 términos agrupados en 12 grupos, puede almacenar hasta 10.000 palabras. Basta con hacer una fotografía de algún alimento, juguete u objeto cotidiano, escribir su nombre y añadirlo a la colección. “Cada paciente es un mundo y tiene unas necesidades específicas”, explica la logopeda del proyecto, Ane Basurco, en referencia al nivel cognitivo de cada persona con autismo u otro tipo de enfermedad. E-Mintza permite adaptarse a cada realidad, no sólo por la inclusión de un abanico amplio de vocabulario, también por la posibilidad de personalizar los grupos, quitando o añadiendo palabras en función del desarrollo del paciente. 

La aplicación ha sido diseñada por Joaquín Fuentes, psiquiatra especializado en infancia y adolescencia de la Policlínica de Gipuzkoa, en colaboración con la empresa Nesplora. Testada a lo largo de tres años, permite su empleo a cualquier tipo de persona y edad. Las primeras pruebas se realizaron con seis personas, dos niños, dos adolescentes y dos mayores de edad. En este vídeo, los responsables explican la aplicación, que definen como un "sistema personalizable y dinámico de comunicación aumentativa y alternativa dirigido a personas con autismo o con barreras de comunicación oral o escrita". 

Sus impulsores, entre los que también se encuentran la Asociación de Autismo Gautena, la Fundación Orange y el Ministerio de Industria, destacan otras utilidades, como la posibilidad de crear una agenda para anotar hasta seis actividades, fundamental para el día a día de las personas con autismo, según los médicos. Y la opción de incluir en un apartado toda la información relativa al paciente (nombre, edad, domicilio, persona de contacto y datos médicos) por si “el niño autista se pierde y de repente se ve en medio de la marabunta, se bloquea, y no es capaz de comunicarse por mucha gente que le pregunte o intente ayudar”, concluye Basurco.

Nueva York se ‘desclasifica’ en la Red

El mafioso Charles 'Lucky' Luciano, fichado por la policía tras una detención el 18 de abril de 1936. Luciano, paradigma del mafioso neoyorquino, fue el cerebro del tráfico de heroína en Nueva York tras la Segunda Guerra Mundial y es considerado como el primer 'Don' de la familia Genovese (Foto: New York City Municipal Archives) / AP 

 870.000 fotografías del Archivo Municipal dibujan una historia oculta de la ciudad. Fueron tomadas por funcionarios entre 1850 y 1980.

Ha sido musa de Weegee, Irving Penn, Robert Frank, Diane Arbus, Berenice Abbott… Imaginada, sugerida, evocada pero sobre todo inmortalizada en millones de fotografías y en miles de películas a lo largo de los últimos 150 años, Nueva York probablemente sea la top model más codiciada de las ciudades del planeta. Su indiscutible fotogenia, unida al talento de quienes la han convertido en estrella de la imagen y en insuperable decorado cinematográfico, han contribuido a alimentar la infinita curiosidad planetaria hacia una ciudad donde el peso de los sueños se mastica y en la que las desilusiones pueden ser tan demoledoras como la visión de un hombre a ras de suelo desde cualquiera de sus rascacielos. 

Además fue en Nueva York donde la fotografía se convirtió en un arte, gracias a la labor, entre otros, de Alfred Stieglitz y Paul Strand. Por eso resulta imposible despegar los ojos de la ciudad, como demuestra el colapso que ayer sufrió la web de los Archivos Municipales de Nueva York tras anunciar la publicación online de 870.000 imágenes procedentes de sus fondos, que abarcan desde mediados del siglo XIX hasta los años 80 y que se componen de más de dos millones de fotografías que llegarán a la Red en su totalidad a medida que haya dinero para completar el proceso de digitalización.

No se trata de fotografías famosas ni conocidas. Al contrario, en su mayoría se trata de imágenes tomadas por funcionarios municipales anónimos para dejar constancia de la existencia de cada uno de los edificios de la ciudad, del proceso de construcción de sus infraestructuras o incluso, en algún arrebato poético, de la simple belleza del skyline a través de una ventana desde lo alto de un puente. Sin embargo, pese a no estar tocados por esa falsa virtud llamada fama, los autores de las imágenes demuestran que el mundo estuvo y está lleno de grandes talentos cuyos nombres nunca se conocerán. Entre ellos muchos de los detectives del Departamento de Policía de Nueva York, que puede presumir de tener la mayor colección de imágenes de crímenes y criminales del mundo anglosajón. Los amantes del género más morboso tienen a su disposición online cientos de imágenes de casos sin resolver donde la escena del crimen y sus víctimas son los protagonistas. 

Pero esa es solo una pequeña parte. Entre las fotografías accesibles a través de Internet el grueso lo componen 800.000 retratos tomados en los años 80 de cada uno de los edificios de los cinco barrios de la ciudad. Además hay 1.300 imágenes apenas conocidas de la época de la depresión tomadas por fotógrafos locales que trabajaron para la Works Progress Administration, agencia creada para poner en práctica el New Deal que impulsó el presidente Franklin D. Roosevelt. 

“Sabíamos que teníamos colecciones fantásticas de fotografía y que nadie se imaginaba lo buenas que eran”, afirmaba ayer en la agencia AP Kenneth Cobb, uno de los miembros del Departamento de Registros Municipales, a su vez subdividido en otros departamentos como el de Puentes, Túneles y Estructuras. Ahí trabajaba, como jefe de fotografía, una de las pocas casi-celebridades de la colección, Eugene de Salignac, un fotógrafo que permaneció en el anonimato hasta que el propio Archivo Municipal decidió rescatarlo del ostracismo tras clasificar toda su obra, que abarca desde 1906 hasta 1934, un periodo clave en la historia de una ciudad que en aquellas décadas dejó de ser ciudad para erigirse en la gran metrópolis del siglo XX. 

Las imágenes de Salignac recogen momentos épicos de su historia, como la que muestra a un grupo de pintores en equilibrio sobre los tensores del puente de Brooklyn u otra en la que se ve el arranque de la construcción del puente de Manhattan desde una calle del barrio de Dumbo, entonces obrero y hoy transformado en uno de los más exquisitos de la ciudad. Si algo tiene esta excelente colección, que hasta ahora solo podía consultarse de forma física en la sede de los Archivos Municipales, es que da fe de la metamorfosis que ha sufrido una ciudad que en el imaginario colectivo no sería la misma si no fuera precisamente por los millones de imágenes que hay de ella.

martes, 24 de abril de 2012

Horas difíciles para la Monarquía

Tras la polémica por el viaje a Botsuana, el Rey pidió perdón e hizo propósito de enmienda. Ahora, en un entorno de crisis, llega para Don Juan Carlos el mayor reto: retomar la iniciativa. Este es el retrato político de su situación. 

Se preparó toda la vida para ser Rey, pero no para pedir perdón. Los reyes no se excusan, no dan explicaciones, no se justifican, no prometen enmendarse. Si sucede, es que algo muy grave está pasando, una crisis de proporciones desconocidas. Estos días, antes y después del impacto de las imágenes del Rey con la cabeza gacha reclamando a los españoles que le den otra oportunidad, prometiendo que no volverá a equivocarse, en todos los despachos del poder político y empresarial, las preguntas se repiten: ¿Estamos ante el ocaso de don Juan Carlos? ¿Superará la Monarquía esta crisis? ¿Ha llegado el momento de pensar en una abdicación? La de don Juan Carlos ha sido una vida acelerada, llena de sorpresas y momentos cumbre en los que todo podía salir fatal. En un país con dos repúblicas a sus espaldas, con un partido centenario como el PSOE de tradición republicana, con una izquierda y unos nacionalistas declaradamente antimonárquicos y una parte importante de la derecha que nunca quiso la Monarquía y mucho menos a este Rey, la tranquilidad estaba descartada. Pero nadie en su entorno, y mucho menos él mismo, pensó nunca que la crisis de credibilidad llegaría tan lejos precisamente en el momento más difícil, en el que sus 74 años, 36 de ellos como Rey, sus problemas de salud y sus dificultades de movimientos hacían que muchos, siempre en sordina, siempre en los cenáculos del poder en Madrid, hablaran ya de la sucesión. El Rey, señalan los que le conocen, se quedó muy impactado al comprobar la profunda indignación que había causado una noticia que nunca se pensó como tal. Como en otras muchas ocasiones, había preparado un viaje privado destinado a ser absolutamente secreto. Como otras veces —la fotografía que se ha publicado en una cacería y que ha rematado el escándalo es de 2006— se había organizado para él una cacería de elefantes en Botsuana. Otras veces fueron búfalos, otras osos en Rumanía. Siempre en secreto, invitado por algún empresario, españoles y extranjeros. Todo con la opacidad que ha caracterizado el mundo que le rodea. Pero esta vez, además, en la peor semana de la prima riesgo española, mientras el Gobierno anunciaba recortes duros en educación y sanidad. El Gobierno de Mariano Rajoy, una vez más, como antes el de José Luis Rodríguez Zapatero, había mirado para otro lado, como si no fuera asunto suyo. Mientras sea secreto, no hay problema, se pensaba. Rajoy, que conocía el viaje, no se animó a frenarlo, si es que en algún momento pensó que debía hacerlo. Decirle no a un Rey no es plato de buen gusto. Solo Adolfo Suárez, Felipe González y José María Aznar lo hicieron algunas veces. Y con conflictos serios, porque don Juan Carlos, como cualquier Rey, no es un hombre acostumbrado a recibir negativas. Algunos políticos de ambos partidos consultados señalan que con Zapatero primero y ahora con Rajoy se ha perdido mucha formalidad en las relaciones entre el Gobierno y la Casa del Rey. En teoría, el Ejecutivo debe controlar y dirigir todo lo que hace y dice el Rey. Pero en la práctica ese control se ha relajado con los años, sobre todo en lo que se refiere a sus viajes privados y relaciones con millonarios de todo tipo, por lo que algunas de las críticas plantean ahora que Rajoy debe recuperar el mando. Algunos dirigentes señalan que el presidente está “preocupado y ocupado” y sin duda tratará a partir de ahora de estar mucho más encima. Señalan que a eso se refería el presidente cuando dijo el jueves a los periodistas, en un avión entre México y Colombia, ante una pregunta sobre el perdón del Rey: “Las cosas van a ir bien en el futuro”. La Casa del Rey se muestra dispuesta a mejorar la comunicación con el Gobierno. Lo cierto es que todo se ha aliado para formar la tormenta perfecta. El Rey se rompió la cadera en la cacería. La Zarzuela dudó durante 36 horas en los que todo se mantuvo en un secreto impensable en cualquier otra institución. ¿Qué hacer? ¿Cómo explicar lo inexplicable? Alguien incluso planteó contar oficialmente que se había caído en Madrid. Un riesgo enorme: si se desvelaba al viaje, al escándalo se sumaba la mentira. Se descartó. Al final, cuando don Juan Carlos ya estaba en un hospital español preparado para ser intervenido, se intentó una voladura controlada del escándalo, al estilo tradicional. Un día y medio después. Pero fue imposible. Se hizo público el viaje sin muchos detalles, pero los suficientes —caza, Botsuana, elefantes— y la prensa ató rápidamente cabos: safari elitista, escapada en la peor semana para la prima de riesgo, poco después de haber dicho que el paro juvenil le quitaba el sueño y pedir a los empresarios que arrimaran el hombro. Desde ese momento, el Rey ha podido comprobar la magnitud de la crisis institucional a la que se enfrenta. Ha leído prensa, ha visto la televisión, ha escuchado la radio. Pese al evidente respaldo tanto del Gobierno y el PP como del PSOE, al menos de la dirección del PSOE, el escándalo crecía a cada hora, alentado por los detalles que iban narrando los medios de comunicación y un fenómeno con el que la Monarquía, acostumbrada a resolver las crisis en despachos, no contaba: las redes sociales. Don Juan Carlos y sus asesores comprobaron con estupor cómo se rompía definitivamente el tabú de los viajes, las amistades y la vida privada del Rey, que resistió durante 36 años de reinado, para sorpresa de muchos observadores extranjeros, acostumbrados a que la prensa amarilla despelleje a sus monarcas. Durante cinco eternos días de crisis, el Rey llegó a una conclusión muy clara, empujado por sus asesores: o hacía algo muy radical para intentar recuperar el prestigio y el afecto de la ciudadanía, sobre todo la que no es monárquica pero respeta su figura por sus méritos durante la Transición, o podía estar frente al final de su carrera. La conclusión se perfiló hasta llegar a una idea: “O pide perdón, o está muerto políticamente”. Y lo hizo: “Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Una petición de disculpas nítida, que no ha dejado a nadie indiferente, y que ha permitido al PP y al PSOE salir de nuevo en su apoyo sin matices. En una España en la que ya parecen rotos todos los pactos tácitos, en la que se habla de casi todo, el Rey sigue siendo, para la política y el empresariado, para el poder, una figura casi intocable. Como demuestra el hecho de que todos los consultados para este artículo —políticos del Gobierno y la oposición, empresarios— hayan pedido el anonimato para analizar la situación de fondo. Algunos han rechazado ese análisis incluso bajo la condición de anonimato, porque entienden que eso podría perjudicar de alguna manera al Rey. “He jurado mi cargo con lealtad al Rey, y eso incluye no criticarle de ninguna manera, ni siquiera off the record”, señalaba un miembro del Ejecutivo. La preocupación está creciendo. Todas las alarmas saltaron en octubre de 2011, cuando el CIS detectó que, por primera vez en la historia, la Monarquía suspendía en valoración ciudadana, con un 4,89 sobre 10. Las encuestas de Metroscopia detectan además algo más profundo: los jóvenes por debajo de 35 años, que no vivieron la Transición ni el golpe de Estado, no comprenden la utilidad de la Monarquía. Si en 1996 apostaban por ella el 66% de los encuestados frente a un 13% de republicanos, en 2011, ha pasado a un 49% a 37%, siempre a favor de la Monarquía. Entre los menores de 35 años hay un empate a 45%. Pero lo más preocupante para los políticos es que encuestas recientes que se manejan estos días en los despachos indican que el deterioro de don Juan Carlos e incluso de rebote del Príncipe —aunque menos— es muy importante y que en los menores de 35 años, la república ya supera claramente a la Monarquía como preferencia, por primera vez desde 1978. ¿Qué hacer? La Zarzuela habla de mucha mayor transparencia, algunos de cambio de rumbo. Esto es, no más cacerías en plena crisis, no más silencio sobre las cuentas y los regalos del Rey. Señalan que ya empezaron esos cambios el año pasado al publicar, por primera vez, cómo repartía el Rey las asignaciones entre los miembros de su familia. El nombramiento hace ocho meses de un nuevo jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, y hace mes y medio de un nuevo responsable de comunicación, Javier Ayuso, respalda esa idea de la renovación. Ambos tienen por delante un reto difícil: adaptar una institución por definición arcaica y reservada al mundo abierto e hipercrítico de siglo XXI. Se plantean, de momento, una gran reforma de la web para dar mucha más información de todo lo que sucede en esa casa. El Gobierno, en privado, también señala que está dispuesto a cambiar cosas. Pero a la hora de la concreción no hay nada claro. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría ha dejado clarísimo, antes y después del escándalo, que la Casa del Rey queda excluida de la ley de transparencia porque no es una administración pública. Tampoco parece claro si el Gobierno está dispuesto a dar mucha más formalidad y transparencia a sus relaciones con la Casa del Rey. 33 años después de aprobar la Constitución, aún está pendiente la ley orgánica que prevé para regular la jefatura del Estado, que debería precisar entre otras cosas las labores del Príncipe en una circunstancia como la actual, cuando su padre está de baja. El Rey es inimputable, pero Don Felipe ni siquiera es aforado, nada regula sus funciones. Tampoco se ha abordado la reforma constitucional para eliminar la prevalencia de la mujer en la sucesión. Si el Príncipe tuviera un hijo varón, esta norma impediría en su día reinar a doña Leonor, su hija mayor. PSOE y PP no se animaron a sacar adelante la reforma por el temor de que se reabriera precisamente el debate sobre la Monarquía. Lo que más preocupa ahora es la figura de don Juan Carlos. El Rey siempre ha presumido de olfato político. Y todos los que le conocen insisten en que lo tenía, y muy desarrollado. Se cuenta la anécdota de que él, con su conocida simpatía burlona, decía a veces a los íntimos: “Yo de aquí (señalando a la cabeza), no mucho, pero de aquí (señalando a la nariz) mucho”. Por eso ha sorprendido la falta de olfato y empatía con una sociedad en crisis que demostró con su viaje. En los círculos de poder se maneja una hipótesis muy extendida. Señalan que el Rey ya no está tan pendiente de los asuntos de actualidad como antes. Que está cansado. Dicen que le afectó mucho la operación para extirparle un tumor en el pulmón en mayo de 2010. Finalmente, los médicos concluyeron que no tenía cáncer. Pero el susto fue enorme. Y desde entonces, su actitud ante la vida ha cambiado mucho, señalan distintos dirigentes. Ya no está encima de las cosas, parece incluso cansado de reinar, algo aparentemente impensable. Incluso se le ha escuchado decir, ante alguna reclamación especial, que ya no se le pueden pedir tantas gestiones como antes, que no puede acudir a tantos actos. Su ausencia en la final del Mundial de fútbol de Sudáfrica, donde le sustituyó el Príncipe, fue muy comentada. Él insiste en reclamar su derecho a vivir más intensamente su ocio en los últimos años de su vida. Pero el Rey, eso lo tienen clarísimo todos los consultados, no quiere abdicar. No cree en esa solución. De hecho, en las brevísimas palabras que pronunció el miércoles incluyó un mensaje claro para todos los que especulan con la abdicación: “Me encuentro muy bien y estoy deseando volver a mis obligaciones”. El viernes, para rematar con gestos ese mensaje, despachó con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Como si nada hubiera pasado. Eso sí, no hubo foto. El relevo, sin embargo, lleva mucho tiempo en preparación. Incluso los que ven razonable la abdicación saben que es prácticamente imposible, porque el Rey no quiere. La mayoría, además, no la considera oportuna. “Si llega la abdicación, será por razones naturales [esto es, por una incapacidad muy clara] y desde luego en ningún caso como reacción a un escándalo, ni por presión externa. Si no fuera así esa abdicación contaminaría el reinado de Felipe”, señala un dirigente del PP. Sin embargo, y para preparar ese momento, el Príncipe lleva mucho tiempo trabajando todos los círculos políticos y económicos españoles e internacionales, acudiendo a las tomas de posesión de todos los presidentes latinoamericanos. De hecho, otra de las grandes preocupaciones que esta crisis ha devuelto al primer nivel es que el Rey está perdiendo, poco a poco, esa gran influencia en América Latina que tenía, que superaba a la de cualquier Gobierno. Varios dirigentes clave de la época de Aznar recuerdan el enfado monumental entre el presidente y Don Juan Carlos porque éste quería viajar a la Cuba de Castro para restaurar las relaciones y el jefe del Gobierno no le dejó. Ahora, una nueva generación de dirigentes parece estar perdiendo el respeto al Rey. Incidentes como el “¡Por qué no te callas!” a Chávez fueron muy populares en España, pero lejos de aumentar, disminuyeron su influencia en una clase dirigente latinoamericana cada vez más alejada de la madre patria. La burla de Cristina Fernández de Kirchner sobre la similitud entre la curva de la producción de petróleo en Argentina y la trompa de un elefante han puesto en evidencia esa realidad. Las cumbres iberoamericanas, antes grandes momentos para el Rey, han ido perdiendo peso. El caso de la expropiación de Repsol, donde la mediación del Rey, que existió, ha sido infructuosa, también remata esa imagen. El monarca estaba en Botsuana precisamente cuando se estaba terminando de tomar esa decisión. Mientras se trabaja a la nueva generación de líderes latinoamericanos, don Felipe busca la cercanía de todos los políticos españoles, sobre todo los de su generación y las siguientes. Los que mandarán cuando él sea Rey. Al heredero le preocupan especialmente los jóvenes. Sabe que su padre logró su legitimidad entre los españoles no tanto del pacto constitucional que sancionó la Monarquía, sino sobre todo de su tarea durante la transición y, especialmente, el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Y él tendrá que ganársela de otra manera, o al menos intentarlo. El Príncipe, como antes hizo el padre, cuida especialmente a los no monárquicos, algo que indigna a la derecha extrema, que considera a los Borbón demasiado cercanos a los socialistas. Todos los políticos consultados, también los del PP, asumen que la clave para que la Monarquía aguante es que el PSOE mantenga su apoyo incondicional. Solo eso frena, señalan, que el debate Monarquía-república se instale definitivamente en la sociedad. Don Felipe está informadísimo de todos los movimientos pro-república, sabe qué pueblos gobierna Izquierda Unida, conoce a sus dirigentes, y siempre quiere saber hacia dónde va el PSOE en este asunto. Es muy distinto de su padre, señalan quienes le conocen. Muy profesional, respetuoso, atento, pero nada campechano. Aunque la verdadera inquietud del Gobierno y del PP estos días no eran las grietas en la izquierda, sino precisamente entre los monárquicos y la derecha moderada. El artículo en El Confidencial de José Antonio Zarzalejos, exdirector de Abc, en el que planteaba que el Rey estaba tirando por la borda todo el apoyo que se le ha dado y apostaba ya por don Felipe, causó un gran impacto en el Ejecutivo y el PP. La sucesión no es, en cualquier caso, la principal preocupación. El Príncipe ha conseguido, en el peor momento, mantener su imagen. El problema es la crisis institucional, que está lejos de ser resuelta, admiten prácticamente todos los consultados. El problema de fondo es que el viaje a Botsuana ha sido solo el final de un largo proceso de deterioro de la imagen de la Monarquía y del monarca. Ha sido el elefante que colma el vaso, ironizan algunos, pero la verdadera gota malaya que machaca cada día a son Juan Carlos y a la Monarquía es el caso Urdangarin. Asociar a la Familia Real con uno de los casos de corrupción más conocidos de España es algo mucho más grave que una cacería. Justo en el peor momento de la crisis, mientras el Rey estaba ingresado en el hospital, se publicaron unos correos electrónicos de Iñaki Urdangarin que indicarían que el propio Don Juan Carlos, mucho después de pedir —eso es lo que se contó— a su yerno que abandonara sus negocios privados, hizo gestiones ante el presidente valenciano, Francisco Camps para favorecer al marido de su hija Cristina. El problema, y a nadie se le escapa en los círculos del poder, es que ese asunto puede agravarse, porque el exsocio de Urdangarín, Diego Torres, enfrentado abiertamente con él, parece dispuesto a hacer pública toda la información de que dispone y amenaza con salpicar aún más a don Juan Carlos en un caso del que ha intentado alejarse separando incluso a su hija Cristina de la familia, hasta el punto de que no ha ido a visitarle al hospital. Un cortafuegos importante, rematado por el discurso de Navidad —“la Justicia es igual para todos, las personas con responsabilidad pública debemos observar un comportamiento adecuado, ejemplar”— en el que claramente se alejaba definitivamente de Urdangarin. Entonces, la política apoyó al Rey y trató de separarlo del caso. Si ahora su nombre queda asociado al escándalo, el daño puede ser mucho mayor. Un empresario lo expresa con claridad: “Curiosamente, la magnitud de la polémica del elefante ha tapado el bosque del caso Urdangarín. Eso unido a su simpatía y tremenda popularidad le ha permitido salir del atolladero y seguir adelante como si no hubiera pasado nada, cuando posiblemente sería el momento de pensar en otras cosas, como la sucesión”. El Rey sigue suponiendo un enorme capital político para España. No solo por su experiencia, sino sobre todo por sus contactos, labrados en casi 40 años de relaciones internacionales. Y por sus vínculos con monarquías que, al contrario que la suya, sí gobiernan y controlan los negocios de países clave, especialmente los árabes. Su papel ha sido fundamental en el estratégico contrato que un grupo de empresas españolas acaba de cerrar para construir el AVE Medina-La Meca, donde su influencia y la del Gobierno español competían con la de Nicolas Sarkozy. Son cuestiones que no llegan al gran público, pero que en el mundo del poder son bien conocidas. El presidente de una gran compañía recuerda que “los grandes empresarios, sobre todo, le suelen pedir que interceda para allanar la expansión en el exterior o el camino para la consecución de contratos. Por tanto, que se debilite la figura es malo para la empresa española. Es evidente que este incidente ha abierto un boquete, aunque no creo que afecte a su credibilidad, sobre todo después de pedir disculpas, algo nada normal”. Otro señala que quizás debiera “explicarse más” las gestiones que hace para que las valore la ciudadanía. Varios de los consultados están muy preocupados por la posibilidad de que el Rey se desprestigie y deje de funcionar como un mecanismo para abrir puertas empresariales. Todos citan el reciente contrato del AVE en Arabia Saudí como un ejemplo claro, tanto que algunos señalan que fue a la cacería precisamente como gesto hacia quien facilitó el contrato. Y algunos están muy molestos: “Después de decir que no dormía pensando en el alto desempleo juvenil y de haberse reunido con los principales empresarios del país pidiéndoles que se esforzaran por crear empleo y por la internacionalización de su actividad, se descubre esta faceta del safari que le deja muy mal”, enfatiza otro. Lo que más preocupa a los políticos, aunque también a los empresarios, es el momento en el que ha llegado este escándalo. En plena crisis económica, con la política bajo mínimos, y el problema territorial, el de siempre, lejos de estar resuelto. La deriva soberanista de Convergéncia en Cataluña y la posibilidad de que en País Vasco haya una mayoría de PNV y Bildu en 2013 están ahí, fuera del primer plano porque la crisis económica lo ocupa todo, pero inamovibles. El Príncipe, que durante estas semanas de baja médica sustituirá al Rey en actos oficiales, comprobará en breve en primera persona esas dificultades. La final de la Copa del Rey se juega el 25 de mayo, y casi con seguridad entregará él el trofeo. De nuevo, el partido es entre el Barcelona y el Athletic de Bilbao, los dos equipos en cuyas aficiones tienen más fuerza los independentistas. La pitada al himno nacional y al propio Príncipe está descontada, pero esta vez se analizará aún con más detalle. Otros políticos introducen esta polémica en la sensación generalizada de crisis que se ha instalado en España. “Se puede hablar de fin de ciclo, incluso de fin de régimen. Y esto lo apuntala. Se ha hablado mucho del aplauso que recibió el Rey cuando inauguró las Cortes el 27 de diciembre. En realidad, si lo pensamos bien, nos estábamos aplaudiendo a nosotros mismos, a las instituciones que surgieron de la Transición, a la política, al régimen establecido, del que el Rey es la pieza maestra. Es el Rey que representa el gran pacto de España, el de no mirar atrás, porque él mismo juró las leyes del franquismo y luego la Constitución sin que se le pidieran cuentas”, señala un veterano diputado. “El problema es el cambio social. Si hace 15 años te dicen que se va a abrir una crisis institucional en España porque el Rey de ha ido a cazar elefantes a Botsuana no te lo crees. Lo ha hecho toda la vida. Siempre ha tenido relaciones con empresarios no muy recomendables. Todos recordamos muchas ocasiones en las que no era fácil saber dónde estaba el Rey. Él no ha cambiado tanto, aunque esté mayor y pueda tener menos tino. Lo que ha cambiado es la sociedad, que ahora escruta cada paso y machaca a todos los poderosos”, apuntala otro. “Esto es como la marcha verde en 1975. Cuando se percibe que un país está débil, todo se te viene en contra. Es evidente que el Rey está perdiendo imagen no solo en España, también fuera. Y eso va a perjudicar a nuestras empresas. El Rey siempre ha estado muy vinculado a todas las grandes operaciones económicas, sobre todo energéticas, no hay más que seguir sus viajes y ver el porcentaje de países petroleros o gasísticos que visita. La crisis es de fondo, afecta a muchas más cosas de las que parece, y deberían hacer todo lo posible por resolverla pronto”, señala otro destacado dirigente. La clave, a partir de ahora, está en ese “no volverá a ocurrir”. Se ha abierto la veda, y el Rey va a ser mirado con lupa como nunca lo ha estado. Algunos incluso piensan que puede ser un error esa promesa, porque no habrá un segundo perdón. Y el Rey, en los últimos meses, ha cometido bastantes tropiezos de imagen, como mandar callar a la Reina o enfadarse con los periodistas a los que acusó de exagerar con su salud. “Lo que os gusta es matarme y ponerme un pino en la tripa”, les llegó a decir. El Rey es consciente, señalan los que le conocen, de la gravedad de la situación. Y tiene ese propósito de enmienda. Se dejará aconsejar, se analizará con mucho más detalle todo lo que hace, aunque tampoco piensa renunciar a su vida privada. Pero en cualquier caso ahora sabe que el pacto de silencio de la Transición ha quedado definitivamente roto. Si no en la alta política, sí en la sociedad. Y ya no va a volver. Por eso algunos confían en que el perdón del miércoles indique que ha recuperado ese conocido olfato del que hacía gala. Porque a partir de ahora, y por primera vez en sus 74 años de vida, está sometido a una auténtica vigilancia de la sociedad. Un Rey que atraviesa sus horas más bajas y por primera vez en su vida, bajo examen en todas las facetas. Una situación de difícil gestión. Al analizar la petición de excusas, algunos han recordado que el precedente más parecido —no igual, porque no pedía perdón— fue el de Alfonso XIII. En una carta publicada en el diario Abc tras la proclamación de la República, el 17 de abril de 1931, el abuelo de Don Juan Carlos admitía que había cometido errores “alguna vez” aunque “sin malicia” y reconocía, después de unas elecciones en las que arrasaron los partidos republicanos, que había perdido el “amor” del pueblo. Lo dijo el día que abandonaba España, y la Monarquía quedó en suspenso hasta que su nieto fue coronado. La práctica totalidad de los consultados cree que las cosas esta vez no llegarán tan lejos y la Monarquía sobrevivirá. El tiempo dirá si es así, y sobre todo de qué manera se supera una crisis que ya nadie niega. Con información de Miguel Ángel Noceda. 

Los 15 minutos de la Reina 



Hace algunos años, el Rey definió a la Reina en un libro de José Luis de Vilallonga como una “gran profesional”. El calificativo fue interpretado como un cumplido. Pero la Reina esperaba un reconocimiento más cálido de su esposo. Los Reyes de España cumplen, el 14 de mayo, 50 años de matrimonio. La unión se mantiene formalmente, pero ha evolucionado siempre pensando en lo mejor para la Corona, y, por tanto, para don Felipe. El papel de la Reina en la familia real ha ido cambiando. Primero fue esposa; luego, madre, y ahora, mediadora y pacificadora. Ella es quien se encarga de tomar la iniciativa cuando hay crisis familiar, de recomponer la imagen de familia cuando hay problemas. Aunque le cueste cada vez más encarnarlo. Los 15 minutos que permaneció el lunes junto a su marido recién operado no pasaron desapercibidos. Como tampoco su decisión de no variar el viaje a Grecia, pese a que el Rey volvía de Botsuana con una cadera rota. La Reina decidía irse a Grecia mientras don Juan Carlos pasaba con otras compañías esos días de vacaciones en África. Los Reyes aparecen en público siempre que la agenda oficial lo exige, pero apenas comparten horas de ocio y familia. La Reina estuvo en Semana Santa con su hermana Irene en Palma de Mallorca. El Rey llegó con el tiempo justo de asistir el domingo a la misa de Pascua. Luego prosiguió viaje a Botsuana. El pasado verano, la estancia de don Juan Carlos en la isla se redujo a unos días. La Reina, sin embargo, se instaló en Marivent. En Navidad coincidieron pocos días. Se reunieron para la Nochebuena. Desde hace tiempo reciben el Año Nuevo cada uno por su lado. El propio Rey ha bromeado en público sobre algunas situaciones. Hace un mes, en una entrega de becas de La Caixa en la que confesó que el desempleo juvenil le “quitaba el sueño”, le pidió a la Reina en público que no interrumpiera sus palabras: “Está claro que a ella le gusta más la música”. El caso Urdangarin ha tensado más las relaciones. Esa profesionalidad que ve don Juan Carlos en su esposa quedó aparcada tras estallar el escándalo del Instituto Nóos. Fue entonces cuando doña Sofía decidió ser madre antes que reina y se dejó fotografiar con la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en Washington, una imagen muy criticada y calificada como inoportuna. Al Rey tampoco le gustó. Doña Sofía estos días ha hecho un nuevo intento de acercamiento tras la crisis del safari. Después de la visita de 15 minutos, en la que la pareja no se quedó sola ni un minuto y apenas se intercambió un breve saludo, decidió volver a la clínica al día siguiente. Pasaron juntos casi tres horas. Ella le dio un par de besos al llegar y le llevó un dulce. Comieron juntos y a solas. Hablaron mucho. De nuevo, ambos decidieron ser profesionales.

Vodafone lanza un ´tabet´ de 10 pulgadas desde 69 euros

Se adquiere con un plan de precios, y sin permanencia cuesta 359 euros -Orange anuncia una oferta similar 

Vodafone España ha lanzado su propia tableta de 10 pulgadas 'Vodafone Smart Tab' con un plan de precios que va desde 69 euros, para nuevos clientes con internet móvil de 10 GB y una permanencia de 24 meses, hasta 359 euros, sin permanencia. La filial española de Vodafone, que anunció en marzo que dejaba de subvencionar móviles a nuevos clientes, ya indicó que no aplicará esta política de venta de terminales a otros dispositivos como las tabletas. En concreto, 'Vodafone Smart Tab', fabricado por ZTE, cuenta con procesador de doble núcleo 1.2Ghz y sistema operativo Android 3.2 Honeycomb, un módulo 3G con navegación de hasta 14,4 Mbps, doble cámara (trasera y delantera) y 16 GB de memoria interna. La compañía ha explicado que los clientes que tienen su móvil con 'Tarifas de Talla', excepto con la tarifa 'XS', se benefician de un descuento del 25% para siempre en la cuota de la 'Tarifa de Internet Móvil'. 'Vodafone Smart Tab' 10 pulgadas, cuya versión con pantalla de 7 pulgadas está disponible desde diciembre, se podrá adquirir desde este mes con las tarifas para Internet Móvil de Vodafone, tanto para contrato como para prepago. En este sentido, Orange ha anunciado este lunes el lanzamiento de su nueva tableta de marca propia 'Orange Tahití' a un precio que oscilará entre los 69 euros, con la tarifa 'Internet Everywhere 39', y los 329 euros, sin subvención.

«The Beatles», imágenes de los sesenta a subasta


Veinte fotografías en blanco y negro de los «Beatles», que permanecieron durante casi 50 años en un álbum familiar, serán subastadas el próximo 19 de mayo en Stockport, en el condado inglés de Cheshire (noroeste de Inglaterra). Las instantáneas, que no han sido vistas ni publicadas hasta la fecha, fueron tomadas en Londres a finales de los 60 y se pondrán a la venta junto con sus negativos originales en la casa de pujas Omega Auctions. La banda de Liverpool sigue siendo una mina de noticias.

Una fruta que nos cuida por dentro

El arándano protege las células del cuerpo, mejora la circulación, reduce la inflamación cardiovascular y evita la obstrucción de las arterias
 El arándano es un fruto pequeño de color rojo, parecido a la cereza y a la uva. Pero a diferencia de su tamaño, sus beneficios para la salud son grandes.Gracias a numerosas investigaciones se sabe que el arándano aporta vitamina C y calcio, y más importante aún es su doble poder: antioxidante y antiadherente. Los antioxidantes son sustancias encargadas de "atrapar" a los radicales libres que produce nuestro cuerpo y que interfieren con su buen funcionamiento, ayudándonos a prevenir enfermedades como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. El arándano es una de las frutas con mayor contenido de antioxidantes; de hecho, estudios recientes muestran que esta fruta protege las células del cuerpo, aumentando los niveles de colesterol "bueno" en la sangre, mejora la circulación, reduce la inflamación cardiovascular y evita la obstrucción de las arterias. El arándano tiene proantocianidinas, unas sustancias con una función antiadherente en el organismo, que hace que las bacterias dañinas para nuestro organismo como el Helicobacter pylori, entre otras, no se adhieran a las paredes del aparato gastrointestinal, evitando su proliferación y por lo tanto el daño a nuestro cuerpo. Este poder nos ayuda en diferentes partes del cuerpo. Además, el consumo de arándano beneficia el funcionamiento del aparato digestivo. El aparato digestivo empieza por la boca y su poder antiadherente también empieza por la boca, ya que evita la proliferación de bacterias en ésta, previniendo la placa dental, principal causa de gingivitis y caries. Siguiendo con el tubo digestivo, también ayuda a evitar las úlceras estomacales. Las infecciones en las vías urinarias son cada vez más comunes y enmuchos casos recurrentes. Esta enfermedad en la mayoría de los casos es provocada por la Escherichia coli. El arándano ayuda a prevenir las infecciones urinarias, ya que gracias a su poder antiadherente evita que las bacterias proliferen en estas vías. La mitad de las mujeres experimenta una infección urinaria por lo menos una vez ensu vida.

 Diferentes variedades para consumir
 La mayoría de la producción mundial de arándano procede de Estados Unidos y Canadá, donde este fruto es más popular. Es tradicional en el día de Acción de Gracias, una festividad muy señalada en los EEUU en la que estos frutos se consumen de manera masiva. Podemos distinguir dos variedades diferentes: los arándanos de color azul muy oscuro, los más conocidos y más utilizados en pastelería, y los arándanos rojos, con un jugo algo más ácido. A la hora de elegirlos en el mercado es aconsejable decantarse por las piezas más duras al tacto y de color más brillante pues tardarán más en estropearse. Es conveniente mantenerlos siempre en la nevera para poder disfrutar de ellos más tiempo. De todas las facetas de este exquisito fruto en la cocina, el más conocido es el de la repostería, especialmente en forma de mermeladas y confituras. Además, últimamente se utiliza mucho como guarnición.

 Aliado para bajar de peso
El arándano es una fruta que aporta muy pocas calorías, solo 30 calorías por cada 100 gramos. Además, es diurética, ya que mejora el metabolismo renal, aumentando la eliminación de exceso de líquido. Su delicioso zumo, con múltiples propiedades, se puede consumir sólo o con otras frutas, tales como piña, toronja o papaya.