En términos neurológicos, la sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas se produce un «cruce de cables»
Investigadores españoles de la Universidad de Granada han descubierto la capacidad de ver el aura de las personas es un fenómeno neuropsicológico denominado sinestesia. Los sinéstetas «mezclan los cinco sentidos, al tener más interconectadas las áreas del cerebro encargadas de procesar cada uno de los estímulos, de forma que son capaces de ver o paladear un sonido, según explica la nota de prensa de la universidad española.
De este modo, conocidos popularmente como «curanderos» o «santones», presentan en realidad esta capacidad, que explicaría científicamente esta supuesta «virtud».
En un artículo publicado en la prestigiosa revista «Consciousness and Cognition», los profesores del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán han ofrecido, por primera vez en el mundo, una explicación científica al fenómeno esotérico del aura, un supuesto campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los seres humanos.
En términos neurológicos, la sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas se produce un «cruce de cables» o conexiones sinápticas . Este hecho «les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas», según explica el profesor Gómez Milán, una cualidad que tendrían muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.
Varios tipos de sinestesia
Para realizar esta investigación, los científicos entrevistaron a varias personas afectadas por sinestesia, entre los que se encontraban supuestos curanderos, como el granadino Esteban Sánchez Casas, conocido como «El Santón de Baza».
Muchos le atribuyen ciertos «poderes paranormales», como poder ver el aura de las personas, «cuando en realidad se trata de un claro ejemplo de sinésteta», explican los autores de esta investigación.
Los autores del estudio destacan que en el caso de «El Santón de Baza» presenta sinestesia caras-color (por lo que asocia a cada persona con un color); sinestesia tacto-espejo (cuando observa a una persona que está siendo tocada o que experimenta un dolor, él experimenta ese mismo dolor); una alta empatía (la capacidad de sentir lo que está sintiendo otra persona) y esquizotipia (ciertos rasgos de personalidad con tendencia a formas atenuadas de paranoia y de alucinación que se da en las personas sanas).
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