martes, 24 de abril de 2012

Horas difíciles para la Monarquía

Tras la polémica por el viaje a Botsuana, el Rey pidió perdón e hizo propósito de enmienda. Ahora, en un entorno de crisis, llega para Don Juan Carlos el mayor reto: retomar la iniciativa. Este es el retrato político de su situación. 

Se preparó toda la vida para ser Rey, pero no para pedir perdón. Los reyes no se excusan, no dan explicaciones, no se justifican, no prometen enmendarse. Si sucede, es que algo muy grave está pasando, una crisis de proporciones desconocidas. Estos días, antes y después del impacto de las imágenes del Rey con la cabeza gacha reclamando a los españoles que le den otra oportunidad, prometiendo que no volverá a equivocarse, en todos los despachos del poder político y empresarial, las preguntas se repiten: ¿Estamos ante el ocaso de don Juan Carlos? ¿Superará la Monarquía esta crisis? ¿Ha llegado el momento de pensar en una abdicación? La de don Juan Carlos ha sido una vida acelerada, llena de sorpresas y momentos cumbre en los que todo podía salir fatal. En un país con dos repúblicas a sus espaldas, con un partido centenario como el PSOE de tradición republicana, con una izquierda y unos nacionalistas declaradamente antimonárquicos y una parte importante de la derecha que nunca quiso la Monarquía y mucho menos a este Rey, la tranquilidad estaba descartada. Pero nadie en su entorno, y mucho menos él mismo, pensó nunca que la crisis de credibilidad llegaría tan lejos precisamente en el momento más difícil, en el que sus 74 años, 36 de ellos como Rey, sus problemas de salud y sus dificultades de movimientos hacían que muchos, siempre en sordina, siempre en los cenáculos del poder en Madrid, hablaran ya de la sucesión. El Rey, señalan los que le conocen, se quedó muy impactado al comprobar la profunda indignación que había causado una noticia que nunca se pensó como tal. Como en otras muchas ocasiones, había preparado un viaje privado destinado a ser absolutamente secreto. Como otras veces —la fotografía que se ha publicado en una cacería y que ha rematado el escándalo es de 2006— se había organizado para él una cacería de elefantes en Botsuana. Otras veces fueron búfalos, otras osos en Rumanía. Siempre en secreto, invitado por algún empresario, españoles y extranjeros. Todo con la opacidad que ha caracterizado el mundo que le rodea. Pero esta vez, además, en la peor semana de la prima riesgo española, mientras el Gobierno anunciaba recortes duros en educación y sanidad. El Gobierno de Mariano Rajoy, una vez más, como antes el de José Luis Rodríguez Zapatero, había mirado para otro lado, como si no fuera asunto suyo. Mientras sea secreto, no hay problema, se pensaba. Rajoy, que conocía el viaje, no se animó a frenarlo, si es que en algún momento pensó que debía hacerlo. Decirle no a un Rey no es plato de buen gusto. Solo Adolfo Suárez, Felipe González y José María Aznar lo hicieron algunas veces. Y con conflictos serios, porque don Juan Carlos, como cualquier Rey, no es un hombre acostumbrado a recibir negativas. Algunos políticos de ambos partidos consultados señalan que con Zapatero primero y ahora con Rajoy se ha perdido mucha formalidad en las relaciones entre el Gobierno y la Casa del Rey. En teoría, el Ejecutivo debe controlar y dirigir todo lo que hace y dice el Rey. Pero en la práctica ese control se ha relajado con los años, sobre todo en lo que se refiere a sus viajes privados y relaciones con millonarios de todo tipo, por lo que algunas de las críticas plantean ahora que Rajoy debe recuperar el mando. Algunos dirigentes señalan que el presidente está “preocupado y ocupado” y sin duda tratará a partir de ahora de estar mucho más encima. Señalan que a eso se refería el presidente cuando dijo el jueves a los periodistas, en un avión entre México y Colombia, ante una pregunta sobre el perdón del Rey: “Las cosas van a ir bien en el futuro”. La Casa del Rey se muestra dispuesta a mejorar la comunicación con el Gobierno. Lo cierto es que todo se ha aliado para formar la tormenta perfecta. El Rey se rompió la cadera en la cacería. La Zarzuela dudó durante 36 horas en los que todo se mantuvo en un secreto impensable en cualquier otra institución. ¿Qué hacer? ¿Cómo explicar lo inexplicable? Alguien incluso planteó contar oficialmente que se había caído en Madrid. Un riesgo enorme: si se desvelaba al viaje, al escándalo se sumaba la mentira. Se descartó. Al final, cuando don Juan Carlos ya estaba en un hospital español preparado para ser intervenido, se intentó una voladura controlada del escándalo, al estilo tradicional. Un día y medio después. Pero fue imposible. Se hizo público el viaje sin muchos detalles, pero los suficientes —caza, Botsuana, elefantes— y la prensa ató rápidamente cabos: safari elitista, escapada en la peor semana para la prima de riesgo, poco después de haber dicho que el paro juvenil le quitaba el sueño y pedir a los empresarios que arrimaran el hombro. Desde ese momento, el Rey ha podido comprobar la magnitud de la crisis institucional a la que se enfrenta. Ha leído prensa, ha visto la televisión, ha escuchado la radio. Pese al evidente respaldo tanto del Gobierno y el PP como del PSOE, al menos de la dirección del PSOE, el escándalo crecía a cada hora, alentado por los detalles que iban narrando los medios de comunicación y un fenómeno con el que la Monarquía, acostumbrada a resolver las crisis en despachos, no contaba: las redes sociales. Don Juan Carlos y sus asesores comprobaron con estupor cómo se rompía definitivamente el tabú de los viajes, las amistades y la vida privada del Rey, que resistió durante 36 años de reinado, para sorpresa de muchos observadores extranjeros, acostumbrados a que la prensa amarilla despelleje a sus monarcas. Durante cinco eternos días de crisis, el Rey llegó a una conclusión muy clara, empujado por sus asesores: o hacía algo muy radical para intentar recuperar el prestigio y el afecto de la ciudadanía, sobre todo la que no es monárquica pero respeta su figura por sus méritos durante la Transición, o podía estar frente al final de su carrera. La conclusión se perfiló hasta llegar a una idea: “O pide perdón, o está muerto políticamente”. Y lo hizo: “Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Una petición de disculpas nítida, que no ha dejado a nadie indiferente, y que ha permitido al PP y al PSOE salir de nuevo en su apoyo sin matices. En una España en la que ya parecen rotos todos los pactos tácitos, en la que se habla de casi todo, el Rey sigue siendo, para la política y el empresariado, para el poder, una figura casi intocable. Como demuestra el hecho de que todos los consultados para este artículo —políticos del Gobierno y la oposición, empresarios— hayan pedido el anonimato para analizar la situación de fondo. Algunos han rechazado ese análisis incluso bajo la condición de anonimato, porque entienden que eso podría perjudicar de alguna manera al Rey. “He jurado mi cargo con lealtad al Rey, y eso incluye no criticarle de ninguna manera, ni siquiera off the record”, señalaba un miembro del Ejecutivo. La preocupación está creciendo. Todas las alarmas saltaron en octubre de 2011, cuando el CIS detectó que, por primera vez en la historia, la Monarquía suspendía en valoración ciudadana, con un 4,89 sobre 10. Las encuestas de Metroscopia detectan además algo más profundo: los jóvenes por debajo de 35 años, que no vivieron la Transición ni el golpe de Estado, no comprenden la utilidad de la Monarquía. Si en 1996 apostaban por ella el 66% de los encuestados frente a un 13% de republicanos, en 2011, ha pasado a un 49% a 37%, siempre a favor de la Monarquía. Entre los menores de 35 años hay un empate a 45%. Pero lo más preocupante para los políticos es que encuestas recientes que se manejan estos días en los despachos indican que el deterioro de don Juan Carlos e incluso de rebote del Príncipe —aunque menos— es muy importante y que en los menores de 35 años, la república ya supera claramente a la Monarquía como preferencia, por primera vez desde 1978. ¿Qué hacer? La Zarzuela habla de mucha mayor transparencia, algunos de cambio de rumbo. Esto es, no más cacerías en plena crisis, no más silencio sobre las cuentas y los regalos del Rey. Señalan que ya empezaron esos cambios el año pasado al publicar, por primera vez, cómo repartía el Rey las asignaciones entre los miembros de su familia. El nombramiento hace ocho meses de un nuevo jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, y hace mes y medio de un nuevo responsable de comunicación, Javier Ayuso, respalda esa idea de la renovación. Ambos tienen por delante un reto difícil: adaptar una institución por definición arcaica y reservada al mundo abierto e hipercrítico de siglo XXI. Se plantean, de momento, una gran reforma de la web para dar mucha más información de todo lo que sucede en esa casa. El Gobierno, en privado, también señala que está dispuesto a cambiar cosas. Pero a la hora de la concreción no hay nada claro. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría ha dejado clarísimo, antes y después del escándalo, que la Casa del Rey queda excluida de la ley de transparencia porque no es una administración pública. Tampoco parece claro si el Gobierno está dispuesto a dar mucha más formalidad y transparencia a sus relaciones con la Casa del Rey. 33 años después de aprobar la Constitución, aún está pendiente la ley orgánica que prevé para regular la jefatura del Estado, que debería precisar entre otras cosas las labores del Príncipe en una circunstancia como la actual, cuando su padre está de baja. El Rey es inimputable, pero Don Felipe ni siquiera es aforado, nada regula sus funciones. Tampoco se ha abordado la reforma constitucional para eliminar la prevalencia de la mujer en la sucesión. Si el Príncipe tuviera un hijo varón, esta norma impediría en su día reinar a doña Leonor, su hija mayor. PSOE y PP no se animaron a sacar adelante la reforma por el temor de que se reabriera precisamente el debate sobre la Monarquía. Lo que más preocupa ahora es la figura de don Juan Carlos. El Rey siempre ha presumido de olfato político. Y todos los que le conocen insisten en que lo tenía, y muy desarrollado. Se cuenta la anécdota de que él, con su conocida simpatía burlona, decía a veces a los íntimos: “Yo de aquí (señalando a la cabeza), no mucho, pero de aquí (señalando a la nariz) mucho”. Por eso ha sorprendido la falta de olfato y empatía con una sociedad en crisis que demostró con su viaje. En los círculos de poder se maneja una hipótesis muy extendida. Señalan que el Rey ya no está tan pendiente de los asuntos de actualidad como antes. Que está cansado. Dicen que le afectó mucho la operación para extirparle un tumor en el pulmón en mayo de 2010. Finalmente, los médicos concluyeron que no tenía cáncer. Pero el susto fue enorme. Y desde entonces, su actitud ante la vida ha cambiado mucho, señalan distintos dirigentes. Ya no está encima de las cosas, parece incluso cansado de reinar, algo aparentemente impensable. Incluso se le ha escuchado decir, ante alguna reclamación especial, que ya no se le pueden pedir tantas gestiones como antes, que no puede acudir a tantos actos. Su ausencia en la final del Mundial de fútbol de Sudáfrica, donde le sustituyó el Príncipe, fue muy comentada. Él insiste en reclamar su derecho a vivir más intensamente su ocio en los últimos años de su vida. Pero el Rey, eso lo tienen clarísimo todos los consultados, no quiere abdicar. No cree en esa solución. De hecho, en las brevísimas palabras que pronunció el miércoles incluyó un mensaje claro para todos los que especulan con la abdicación: “Me encuentro muy bien y estoy deseando volver a mis obligaciones”. El viernes, para rematar con gestos ese mensaje, despachó con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Como si nada hubiera pasado. Eso sí, no hubo foto. El relevo, sin embargo, lleva mucho tiempo en preparación. Incluso los que ven razonable la abdicación saben que es prácticamente imposible, porque el Rey no quiere. La mayoría, además, no la considera oportuna. “Si llega la abdicación, será por razones naturales [esto es, por una incapacidad muy clara] y desde luego en ningún caso como reacción a un escándalo, ni por presión externa. Si no fuera así esa abdicación contaminaría el reinado de Felipe”, señala un dirigente del PP. Sin embargo, y para preparar ese momento, el Príncipe lleva mucho tiempo trabajando todos los círculos políticos y económicos españoles e internacionales, acudiendo a las tomas de posesión de todos los presidentes latinoamericanos. De hecho, otra de las grandes preocupaciones que esta crisis ha devuelto al primer nivel es que el Rey está perdiendo, poco a poco, esa gran influencia en América Latina que tenía, que superaba a la de cualquier Gobierno. Varios dirigentes clave de la época de Aznar recuerdan el enfado monumental entre el presidente y Don Juan Carlos porque éste quería viajar a la Cuba de Castro para restaurar las relaciones y el jefe del Gobierno no le dejó. Ahora, una nueva generación de dirigentes parece estar perdiendo el respeto al Rey. Incidentes como el “¡Por qué no te callas!” a Chávez fueron muy populares en España, pero lejos de aumentar, disminuyeron su influencia en una clase dirigente latinoamericana cada vez más alejada de la madre patria. La burla de Cristina Fernández de Kirchner sobre la similitud entre la curva de la producción de petróleo en Argentina y la trompa de un elefante han puesto en evidencia esa realidad. Las cumbres iberoamericanas, antes grandes momentos para el Rey, han ido perdiendo peso. El caso de la expropiación de Repsol, donde la mediación del Rey, que existió, ha sido infructuosa, también remata esa imagen. El monarca estaba en Botsuana precisamente cuando se estaba terminando de tomar esa decisión. Mientras se trabaja a la nueva generación de líderes latinoamericanos, don Felipe busca la cercanía de todos los políticos españoles, sobre todo los de su generación y las siguientes. Los que mandarán cuando él sea Rey. Al heredero le preocupan especialmente los jóvenes. Sabe que su padre logró su legitimidad entre los españoles no tanto del pacto constitucional que sancionó la Monarquía, sino sobre todo de su tarea durante la transición y, especialmente, el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Y él tendrá que ganársela de otra manera, o al menos intentarlo. El Príncipe, como antes hizo el padre, cuida especialmente a los no monárquicos, algo que indigna a la derecha extrema, que considera a los Borbón demasiado cercanos a los socialistas. Todos los políticos consultados, también los del PP, asumen que la clave para que la Monarquía aguante es que el PSOE mantenga su apoyo incondicional. Solo eso frena, señalan, que el debate Monarquía-república se instale definitivamente en la sociedad. Don Felipe está informadísimo de todos los movimientos pro-república, sabe qué pueblos gobierna Izquierda Unida, conoce a sus dirigentes, y siempre quiere saber hacia dónde va el PSOE en este asunto. Es muy distinto de su padre, señalan quienes le conocen. Muy profesional, respetuoso, atento, pero nada campechano. Aunque la verdadera inquietud del Gobierno y del PP estos días no eran las grietas en la izquierda, sino precisamente entre los monárquicos y la derecha moderada. El artículo en El Confidencial de José Antonio Zarzalejos, exdirector de Abc, en el que planteaba que el Rey estaba tirando por la borda todo el apoyo que se le ha dado y apostaba ya por don Felipe, causó un gran impacto en el Ejecutivo y el PP. La sucesión no es, en cualquier caso, la principal preocupación. El Príncipe ha conseguido, en el peor momento, mantener su imagen. El problema es la crisis institucional, que está lejos de ser resuelta, admiten prácticamente todos los consultados. El problema de fondo es que el viaje a Botsuana ha sido solo el final de un largo proceso de deterioro de la imagen de la Monarquía y del monarca. Ha sido el elefante que colma el vaso, ironizan algunos, pero la verdadera gota malaya que machaca cada día a son Juan Carlos y a la Monarquía es el caso Urdangarin. Asociar a la Familia Real con uno de los casos de corrupción más conocidos de España es algo mucho más grave que una cacería. Justo en el peor momento de la crisis, mientras el Rey estaba ingresado en el hospital, se publicaron unos correos electrónicos de Iñaki Urdangarin que indicarían que el propio Don Juan Carlos, mucho después de pedir —eso es lo que se contó— a su yerno que abandonara sus negocios privados, hizo gestiones ante el presidente valenciano, Francisco Camps para favorecer al marido de su hija Cristina. El problema, y a nadie se le escapa en los círculos del poder, es que ese asunto puede agravarse, porque el exsocio de Urdangarín, Diego Torres, enfrentado abiertamente con él, parece dispuesto a hacer pública toda la información de que dispone y amenaza con salpicar aún más a don Juan Carlos en un caso del que ha intentado alejarse separando incluso a su hija Cristina de la familia, hasta el punto de que no ha ido a visitarle al hospital. Un cortafuegos importante, rematado por el discurso de Navidad —“la Justicia es igual para todos, las personas con responsabilidad pública debemos observar un comportamiento adecuado, ejemplar”— en el que claramente se alejaba definitivamente de Urdangarin. Entonces, la política apoyó al Rey y trató de separarlo del caso. Si ahora su nombre queda asociado al escándalo, el daño puede ser mucho mayor. Un empresario lo expresa con claridad: “Curiosamente, la magnitud de la polémica del elefante ha tapado el bosque del caso Urdangarín. Eso unido a su simpatía y tremenda popularidad le ha permitido salir del atolladero y seguir adelante como si no hubiera pasado nada, cuando posiblemente sería el momento de pensar en otras cosas, como la sucesión”. El Rey sigue suponiendo un enorme capital político para España. No solo por su experiencia, sino sobre todo por sus contactos, labrados en casi 40 años de relaciones internacionales. Y por sus vínculos con monarquías que, al contrario que la suya, sí gobiernan y controlan los negocios de países clave, especialmente los árabes. Su papel ha sido fundamental en el estratégico contrato que un grupo de empresas españolas acaba de cerrar para construir el AVE Medina-La Meca, donde su influencia y la del Gobierno español competían con la de Nicolas Sarkozy. Son cuestiones que no llegan al gran público, pero que en el mundo del poder son bien conocidas. El presidente de una gran compañía recuerda que “los grandes empresarios, sobre todo, le suelen pedir que interceda para allanar la expansión en el exterior o el camino para la consecución de contratos. Por tanto, que se debilite la figura es malo para la empresa española. Es evidente que este incidente ha abierto un boquete, aunque no creo que afecte a su credibilidad, sobre todo después de pedir disculpas, algo nada normal”. Otro señala que quizás debiera “explicarse más” las gestiones que hace para que las valore la ciudadanía. Varios de los consultados están muy preocupados por la posibilidad de que el Rey se desprestigie y deje de funcionar como un mecanismo para abrir puertas empresariales. Todos citan el reciente contrato del AVE en Arabia Saudí como un ejemplo claro, tanto que algunos señalan que fue a la cacería precisamente como gesto hacia quien facilitó el contrato. Y algunos están muy molestos: “Después de decir que no dormía pensando en el alto desempleo juvenil y de haberse reunido con los principales empresarios del país pidiéndoles que se esforzaran por crear empleo y por la internacionalización de su actividad, se descubre esta faceta del safari que le deja muy mal”, enfatiza otro. Lo que más preocupa a los políticos, aunque también a los empresarios, es el momento en el que ha llegado este escándalo. En plena crisis económica, con la política bajo mínimos, y el problema territorial, el de siempre, lejos de estar resuelto. La deriva soberanista de Convergéncia en Cataluña y la posibilidad de que en País Vasco haya una mayoría de PNV y Bildu en 2013 están ahí, fuera del primer plano porque la crisis económica lo ocupa todo, pero inamovibles. El Príncipe, que durante estas semanas de baja médica sustituirá al Rey en actos oficiales, comprobará en breve en primera persona esas dificultades. La final de la Copa del Rey se juega el 25 de mayo, y casi con seguridad entregará él el trofeo. De nuevo, el partido es entre el Barcelona y el Athletic de Bilbao, los dos equipos en cuyas aficiones tienen más fuerza los independentistas. La pitada al himno nacional y al propio Príncipe está descontada, pero esta vez se analizará aún con más detalle. Otros políticos introducen esta polémica en la sensación generalizada de crisis que se ha instalado en España. “Se puede hablar de fin de ciclo, incluso de fin de régimen. Y esto lo apuntala. Se ha hablado mucho del aplauso que recibió el Rey cuando inauguró las Cortes el 27 de diciembre. En realidad, si lo pensamos bien, nos estábamos aplaudiendo a nosotros mismos, a las instituciones que surgieron de la Transición, a la política, al régimen establecido, del que el Rey es la pieza maestra. Es el Rey que representa el gran pacto de España, el de no mirar atrás, porque él mismo juró las leyes del franquismo y luego la Constitución sin que se le pidieran cuentas”, señala un veterano diputado. “El problema es el cambio social. Si hace 15 años te dicen que se va a abrir una crisis institucional en España porque el Rey de ha ido a cazar elefantes a Botsuana no te lo crees. Lo ha hecho toda la vida. Siempre ha tenido relaciones con empresarios no muy recomendables. Todos recordamos muchas ocasiones en las que no era fácil saber dónde estaba el Rey. Él no ha cambiado tanto, aunque esté mayor y pueda tener menos tino. Lo que ha cambiado es la sociedad, que ahora escruta cada paso y machaca a todos los poderosos”, apuntala otro. “Esto es como la marcha verde en 1975. Cuando se percibe que un país está débil, todo se te viene en contra. Es evidente que el Rey está perdiendo imagen no solo en España, también fuera. Y eso va a perjudicar a nuestras empresas. El Rey siempre ha estado muy vinculado a todas las grandes operaciones económicas, sobre todo energéticas, no hay más que seguir sus viajes y ver el porcentaje de países petroleros o gasísticos que visita. La crisis es de fondo, afecta a muchas más cosas de las que parece, y deberían hacer todo lo posible por resolverla pronto”, señala otro destacado dirigente. La clave, a partir de ahora, está en ese “no volverá a ocurrir”. Se ha abierto la veda, y el Rey va a ser mirado con lupa como nunca lo ha estado. Algunos incluso piensan que puede ser un error esa promesa, porque no habrá un segundo perdón. Y el Rey, en los últimos meses, ha cometido bastantes tropiezos de imagen, como mandar callar a la Reina o enfadarse con los periodistas a los que acusó de exagerar con su salud. “Lo que os gusta es matarme y ponerme un pino en la tripa”, les llegó a decir. El Rey es consciente, señalan los que le conocen, de la gravedad de la situación. Y tiene ese propósito de enmienda. Se dejará aconsejar, se analizará con mucho más detalle todo lo que hace, aunque tampoco piensa renunciar a su vida privada. Pero en cualquier caso ahora sabe que el pacto de silencio de la Transición ha quedado definitivamente roto. Si no en la alta política, sí en la sociedad. Y ya no va a volver. Por eso algunos confían en que el perdón del miércoles indique que ha recuperado ese conocido olfato del que hacía gala. Porque a partir de ahora, y por primera vez en sus 74 años de vida, está sometido a una auténtica vigilancia de la sociedad. Un Rey que atraviesa sus horas más bajas y por primera vez en su vida, bajo examen en todas las facetas. Una situación de difícil gestión. Al analizar la petición de excusas, algunos han recordado que el precedente más parecido —no igual, porque no pedía perdón— fue el de Alfonso XIII. En una carta publicada en el diario Abc tras la proclamación de la República, el 17 de abril de 1931, el abuelo de Don Juan Carlos admitía que había cometido errores “alguna vez” aunque “sin malicia” y reconocía, después de unas elecciones en las que arrasaron los partidos republicanos, que había perdido el “amor” del pueblo. Lo dijo el día que abandonaba España, y la Monarquía quedó en suspenso hasta que su nieto fue coronado. La práctica totalidad de los consultados cree que las cosas esta vez no llegarán tan lejos y la Monarquía sobrevivirá. El tiempo dirá si es así, y sobre todo de qué manera se supera una crisis que ya nadie niega. Con información de Miguel Ángel Noceda. 

Los 15 minutos de la Reina 



Hace algunos años, el Rey definió a la Reina en un libro de José Luis de Vilallonga como una “gran profesional”. El calificativo fue interpretado como un cumplido. Pero la Reina esperaba un reconocimiento más cálido de su esposo. Los Reyes de España cumplen, el 14 de mayo, 50 años de matrimonio. La unión se mantiene formalmente, pero ha evolucionado siempre pensando en lo mejor para la Corona, y, por tanto, para don Felipe. El papel de la Reina en la familia real ha ido cambiando. Primero fue esposa; luego, madre, y ahora, mediadora y pacificadora. Ella es quien se encarga de tomar la iniciativa cuando hay crisis familiar, de recomponer la imagen de familia cuando hay problemas. Aunque le cueste cada vez más encarnarlo. Los 15 minutos que permaneció el lunes junto a su marido recién operado no pasaron desapercibidos. Como tampoco su decisión de no variar el viaje a Grecia, pese a que el Rey volvía de Botsuana con una cadera rota. La Reina decidía irse a Grecia mientras don Juan Carlos pasaba con otras compañías esos días de vacaciones en África. Los Reyes aparecen en público siempre que la agenda oficial lo exige, pero apenas comparten horas de ocio y familia. La Reina estuvo en Semana Santa con su hermana Irene en Palma de Mallorca. El Rey llegó con el tiempo justo de asistir el domingo a la misa de Pascua. Luego prosiguió viaje a Botsuana. El pasado verano, la estancia de don Juan Carlos en la isla se redujo a unos días. La Reina, sin embargo, se instaló en Marivent. En Navidad coincidieron pocos días. Se reunieron para la Nochebuena. Desde hace tiempo reciben el Año Nuevo cada uno por su lado. El propio Rey ha bromeado en público sobre algunas situaciones. Hace un mes, en una entrega de becas de La Caixa en la que confesó que el desempleo juvenil le “quitaba el sueño”, le pidió a la Reina en público que no interrumpiera sus palabras: “Está claro que a ella le gusta más la música”. El caso Urdangarin ha tensado más las relaciones. Esa profesionalidad que ve don Juan Carlos en su esposa quedó aparcada tras estallar el escándalo del Instituto Nóos. Fue entonces cuando doña Sofía decidió ser madre antes que reina y se dejó fotografiar con la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en Washington, una imagen muy criticada y calificada como inoportuna. Al Rey tampoco le gustó. Doña Sofía estos días ha hecho un nuevo intento de acercamiento tras la crisis del safari. Después de la visita de 15 minutos, en la que la pareja no se quedó sola ni un minuto y apenas se intercambió un breve saludo, decidió volver a la clínica al día siguiente. Pasaron juntos casi tres horas. Ella le dio un par de besos al llegar y le llevó un dulce. Comieron juntos y a solas. Hablaron mucho. De nuevo, ambos decidieron ser profesionales.

Vodafone lanza un ´tabet´ de 10 pulgadas desde 69 euros

Se adquiere con un plan de precios, y sin permanencia cuesta 359 euros -Orange anuncia una oferta similar 

Vodafone España ha lanzado su propia tableta de 10 pulgadas 'Vodafone Smart Tab' con un plan de precios que va desde 69 euros, para nuevos clientes con internet móvil de 10 GB y una permanencia de 24 meses, hasta 359 euros, sin permanencia. La filial española de Vodafone, que anunció en marzo que dejaba de subvencionar móviles a nuevos clientes, ya indicó que no aplicará esta política de venta de terminales a otros dispositivos como las tabletas. En concreto, 'Vodafone Smart Tab', fabricado por ZTE, cuenta con procesador de doble núcleo 1.2Ghz y sistema operativo Android 3.2 Honeycomb, un módulo 3G con navegación de hasta 14,4 Mbps, doble cámara (trasera y delantera) y 16 GB de memoria interna. La compañía ha explicado que los clientes que tienen su móvil con 'Tarifas de Talla', excepto con la tarifa 'XS', se benefician de un descuento del 25% para siempre en la cuota de la 'Tarifa de Internet Móvil'. 'Vodafone Smart Tab' 10 pulgadas, cuya versión con pantalla de 7 pulgadas está disponible desde diciembre, se podrá adquirir desde este mes con las tarifas para Internet Móvil de Vodafone, tanto para contrato como para prepago. En este sentido, Orange ha anunciado este lunes el lanzamiento de su nueva tableta de marca propia 'Orange Tahití' a un precio que oscilará entre los 69 euros, con la tarifa 'Internet Everywhere 39', y los 329 euros, sin subvención.

«The Beatles», imágenes de los sesenta a subasta


Veinte fotografías en blanco y negro de los «Beatles», que permanecieron durante casi 50 años en un álbum familiar, serán subastadas el próximo 19 de mayo en Stockport, en el condado inglés de Cheshire (noroeste de Inglaterra). Las instantáneas, que no han sido vistas ni publicadas hasta la fecha, fueron tomadas en Londres a finales de los 60 y se pondrán a la venta junto con sus negativos originales en la casa de pujas Omega Auctions. La banda de Liverpool sigue siendo una mina de noticias.

Una fruta que nos cuida por dentro

El arándano protege las células del cuerpo, mejora la circulación, reduce la inflamación cardiovascular y evita la obstrucción de las arterias
 El arándano es un fruto pequeño de color rojo, parecido a la cereza y a la uva. Pero a diferencia de su tamaño, sus beneficios para la salud son grandes.Gracias a numerosas investigaciones se sabe que el arándano aporta vitamina C y calcio, y más importante aún es su doble poder: antioxidante y antiadherente. Los antioxidantes son sustancias encargadas de "atrapar" a los radicales libres que produce nuestro cuerpo y que interfieren con su buen funcionamiento, ayudándonos a prevenir enfermedades como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. El arándano es una de las frutas con mayor contenido de antioxidantes; de hecho, estudios recientes muestran que esta fruta protege las células del cuerpo, aumentando los niveles de colesterol "bueno" en la sangre, mejora la circulación, reduce la inflamación cardiovascular y evita la obstrucción de las arterias. El arándano tiene proantocianidinas, unas sustancias con una función antiadherente en el organismo, que hace que las bacterias dañinas para nuestro organismo como el Helicobacter pylori, entre otras, no se adhieran a las paredes del aparato gastrointestinal, evitando su proliferación y por lo tanto el daño a nuestro cuerpo. Este poder nos ayuda en diferentes partes del cuerpo. Además, el consumo de arándano beneficia el funcionamiento del aparato digestivo. El aparato digestivo empieza por la boca y su poder antiadherente también empieza por la boca, ya que evita la proliferación de bacterias en ésta, previniendo la placa dental, principal causa de gingivitis y caries. Siguiendo con el tubo digestivo, también ayuda a evitar las úlceras estomacales. Las infecciones en las vías urinarias son cada vez más comunes y enmuchos casos recurrentes. Esta enfermedad en la mayoría de los casos es provocada por la Escherichia coli. El arándano ayuda a prevenir las infecciones urinarias, ya que gracias a su poder antiadherente evita que las bacterias proliferen en estas vías. La mitad de las mujeres experimenta una infección urinaria por lo menos una vez ensu vida.

 Diferentes variedades para consumir
 La mayoría de la producción mundial de arándano procede de Estados Unidos y Canadá, donde este fruto es más popular. Es tradicional en el día de Acción de Gracias, una festividad muy señalada en los EEUU en la que estos frutos se consumen de manera masiva. Podemos distinguir dos variedades diferentes: los arándanos de color azul muy oscuro, los más conocidos y más utilizados en pastelería, y los arándanos rojos, con un jugo algo más ácido. A la hora de elegirlos en el mercado es aconsejable decantarse por las piezas más duras al tacto y de color más brillante pues tardarán más en estropearse. Es conveniente mantenerlos siempre en la nevera para poder disfrutar de ellos más tiempo. De todas las facetas de este exquisito fruto en la cocina, el más conocido es el de la repostería, especialmente en forma de mermeladas y confituras. Además, últimamente se utiliza mucho como guarnición.

 Aliado para bajar de peso
El arándano es una fruta que aporta muy pocas calorías, solo 30 calorías por cada 100 gramos. Además, es diurética, ya que mejora el metabolismo renal, aumentando la eliminación de exceso de líquido. Su delicioso zumo, con múltiples propiedades, se puede consumir sólo o con otras frutas, tales como piña, toronja o papaya.

viernes, 20 de abril de 2012

Viento del Norte

Recomiendo este tema porque, al menos para mí, es precioso.

El vértigo, una dolencia muy común


Es una enfermedad que afecta especialmente a las mujeres


El vértigo supone la segunda causa de consulta en los servicios sanitarios de atención primaria, tras las cefaleas, y representa tres de cada diez citas del otorrinolaringólogo. Esta dolencia se manifiesta con una sensación subjetiva de movimiento (el paciente siente que se mueve o se mueve su entorno de una manera más o menos violenta), lo que los especialistas llaman alucinación del movimiento, y va acompañada de síntomas vegetativos como mareo, náuseas, vómitos, desequilibrio y en ocasiones palidez, sudoración, presión en la cabeza y los oídos, visión borrosa, dolor cervical e incluso desequilibrios del ritmo intestinal, tal y como refiere Manuel Estévez, otorrinolaringólogo especializado en otoneurología.

Aunque puede presentarse a cualquier edad, es más frecuente a partir de los cuarenta años y lo padecen en mayor medida las mujeres. La gran mayoría de los vértigos tienen su origen en el oído, de ahí la importancia de acudir al especialista adecuado. Y es que los síntomas asociados hacen que el paciente lo pueda confundir con otras dolencias y piden cita en oftalmólogos, neurólogos, traumatólogos, médicos expertos en el aparato digestivo,... retrasando así su correcto diagnóstico y curación. Uno de los vértigos más comunes es el posicional, que representa entre el 30 y el 40% de los que trata un especialista en otorrinolaringología. Una manifestación exclusiva de este tipo de vértigo paroxístico benigno es que los mareos se experimentan cuando la persona cambia de posición en el espacio, es decir al levantarse, agacharse o girar la cabeza.

El propio envejecimiento del oído interno, infecciones víricas, aceleraciones bruscas de la cabeza, neurotitis y traumatismos cranoencefálicos pueden originar este tipo de vértigo, aunque en ocasiones no hay causas objetivas que se asocien a la aparición de esta dolencia. Factores como el estrés y la ansiedad pueden actuar como desencadenantes, ya que se ha comprobado una mayor incidencia en pacientes expuestos a este tipo de situaciones, tal y como indica el doctor Estévez. En el caso de los postraumatismos que antes se atribuían a esguinces cervicales producidos en su mayor parte por colisiones de tráfico por alcance, ahora se sabe que las secuelas no son sólo cervicales, sino que en muchas ocasiones se producen desprendimientos en el oído causantes de vértigos.

El vértigo posicional se produce por el desprendimiento de unas partículas de carbonato cálcico (otolitos) en el líquido de los conductos semicirculares que se encuentran en el laberinto posterior del oído, órgano que se encarga del equilibrio.

Para realizar el diagnóstico, el especialista se guía por el relato del paciente y por un movimiento involuntario de los ojos, denominado nistagmo, que se detecta cuando se tumba al paciente en la camilla y se le realizan una serie de movimientos. Dependiendo de cómo sea el movimiento del ojo, el otorrino sabe qué canal es el afectado y qué maniobras debe realizar para recolocar las partículas sueltas. Este tratamiento, denominado terapia de movimiento, cura el 80% de los vértigos posicionales y se realiza normalmente en una única sesión cuya duración fluctúa entre los quince minutos y la hora y media, dependiendo del caso, tal y como apunta el doctor Estévez.

¿Cómo actuar ante el vértigo?

No beber bebidas alcohólicas.
No realizar cambios bruscos de posición
Descansar bien antes de realizar un viaje
Ante los primeros síntomas, sentarse e inclinarse con la cabeza entre las rodillas para activar el suministro de sangre hacia el cerebro
No fijar la vista en objetos que se muevan
Evitar fumar. Los cigarros contienen agentes tóxicos que causan trastornos a la circulación sanguínea
Reducir el consumo de azucares o carbohidratos procesados.

¿Funciona Facebook como curriculum vitae?


Un estudio muestra que los usuarios valoran los contenidos de los perfiles de la red social para contratar personal


Un análisis sobre los datos académicos y profesionales que contienen los perfiles de más de cinco millones de usuarios de Facebook, muestra que los usuarios valoran dichos perfiles como posible curriculum vitae a la hora de encontrar trabajo. Estos datos hacen reflexionar sobre la importancia de los datos en las redes sociales a la hora de aplicar para un empleo.

Así lo asegura Jobandtalent, la primera plataforma social de empleo a través de Facebook en Europa, tras analizar los datos de más de cinco millones de perfiles de Facebook a través de su aplicación, que permite conectar oportunidades de empleo con el perfil y los amigos en la red social.

Como dato significativo, la compañía española señala la tendencia positiva entre los usuarios de la red social de indicar datos académicos y experiencias profesionales dentro de sus perfiles, que es considerada como un entorno donde poder obtener resultados positivos para el desarrollo de sus carreras profesionales.

Así, de los cinco millones de perfiles de Facebook que han sido analizados, cerca de 3,5 millones cuentan con información académica o profesional, incluyendo al menos los nombres de las empresas y cargos que han ocupado durante su carrera profesional o dónde estudian y lo hicieron en el pasado.

Entre esos 3,5 millones de usuarios, son más numerosos quienes prefieren que sus perfiles recojan información académica frente a la profesional, pero es esta última la que ha experimentado un incremento mayor en el último año.

Las empresas según Jobandtalent lamentan la imposibilidad de llegar a miles de candidatos potencialmente interesantes y la pérdida de oportunidades que supone para empresas y candidatos. Y, por último, destacan el gran valor de Facebook para conocer las conexiones de los posibles candidatos con personas que trabajan en su empresa o lo han hecho.

Pero esto no puede confundirse con lo que sucedió en Estados Unidos y Reino Unido, donde se han conocido varios casos en los que los entrevistadores pedían a los candidatos las contraseñas de Facebook para ver sus cuentas y si se negaban quedaban automáticamente descartados para el puesto. Facebook considera que se trata de una situación "preocupante" y advierte de que las empresas pueden tener problemas legales.

"Si el currículo es un resumen de la carrera profesional de una persona, el perfil de Facebook resume su vida", ha declarado el cofundador de Jobandtalent, Felipe Navío. Y lo hace gracias a recoger datos personales, gustos, opiniones y amigos, a lo que debería añadirse también estudios y experiencias profesionales.

Esto es algo de lo que empiezan a tomar conciencia los usuarios de Facebook, como queda reflejado al analizar los datos de los últimos seis meses, cuando el porcentaje de perfiles completos con información académica y profesional ha aumentado casi un 20 por ciento coincidiendo con la introducción del formato Timeline en los perfiles de Facebook.

Teniendo en cuenta que los usuarios de Facebook emplean un promedio de 7,5 horas al mes en la red social (según datos de ComScore) frente a otras redes sociales como LinkedIn y Twitter, que rondan los 20 minutos, y que tres de cada cuatro usuarios la visitan diariamente, es posible asegurar que Facebook no sólo es la red social donde las personas aportan más información, si no que además es dónde se encuentra más actualizada, elemento clave para un proceso de empleo.

Drácula llora a Bram Stoker


Hoy se cumplen 100 años de la muerte del escritor irlandés, creador del mito del vampiro

"Strigoi, strigoi, strigoi...", susurraba hace hoy 100 años Bram Stoker. Podía ser fruto del delirio o tal vez sea una leyenda enriquecida por el paso del tiempo, pero el autor de Drácula falleció señalando —según atestiguaron sus amigos presentes— algo en un rincón de la habitación de la pensión londinense en la que pasó sus últimos días. Strigoi, en rumano, significa espíritu maligno. Una expresión final demasiado perfecta para ser pronunciada por el creador del mito moderno del vampirismo (algo parecido se cuenta de Bela Lugosi, el primer gran Drácula del cine, del que se decía paseaba por la residencia de ancianos buscando cuellos que chupar).

El irlandés Bram Stoker (1847-1912) no será recordado como un gran escritor. Rodrigo Fresán, autor de prólogo a la edición de 2005 de Mondadori de la novela, comenta: "Stoker es muy mal escritor, un ejemplo clásico de creador flojo —no hay más que leerle en su inglés original— que de repente crea una obra genial". Enrique Vila-Matas apunta en esa dirección: "Seiscientas páginas y el conde solo sale en unas quince. Al estilo de El corazón en las tinieblas, de Joseph Conrad, se crea un espectáculo alrededor de un personaje que aparece muy poco. Es más interesante y fascinante el ambiente que lo que ocurre. La narración conduce al personaje. En cambio, creó el vampiro moderno. Solo por eso merece nuestro respeto". Gonzalo Suárez, escritor y cineasta que en diversas ocasiones ha indagado en el ser y el otro, en la criatura y su creador (Mi nombre es sombra, Remando al viento), reconoce que Stoker le aburre. "Empecé a leerlo y lo dejé. Obviamente forma parte de la literatura victoriana, que sí me atrae. Pero el libro no desarrolla un carácter ontológico, juega más con el sadismo y la sangre. Todos tenemos un monstruo en nuestro interior, pero creo que justo en mí no hay de esa especie", reconoce entre risas.

Entonces, ¿qué hizo bien Stoker? El escritor irlandés, criado entre libros y profesores privados por culpa de una enfermedad infantil, publicó muchos más cuentos, y ninguno tuvo la repercusión popular y artística de Drácula. "Claro", descifra Fresán, "porque existen novelas influyentes, que por su calidad crea escuela de escritores y de obras, y novelas radioactivas, que enferman a otros, que infectan y producen mejores herederos. El éxito de Drácula radica en un personaje fascinante". Su misma construcción, a base de trozos de diarios y cartas entre los personajes, ralentiza la trama: "Es la novela en la que más se escribe y se lee. Pero, ¿cuándo van a por el monstruo?", dice Fresán.

Bram Stoker publicó Drácula en 1897, y creó el personaje bebiendo de varias fuentes: primero, del personaje real de Vlad Draculea Vlad el Hijo del Demonio / Dragon, también conocido como Vlad Tepes el empalador; del actor Henry Irving, una estrella de la época, para el que Stoker trabajó durante 29 años como representante y secretario, y cuya enfermiza relación inspiró de lejos la película La sombra del actor; y de sus charlas con un extraño orientalista húngaro llamado Arminius Vámbéry con el que se entrevistó en diversas ocasiones (Vámbery también era muy imaginativo en sus leyendas sobre la Europa oriental, y su labia y su imaginación las engordaban a gusto del oyente que tenía en cada momento). Óscar Wilde dijo que Drácula era la obra de terror mejor escrita de todos los tiempos. Arthur Conan Doyle tampoco escatimó elogios. "Es que es muy de la época victoriana", según Fresán, "es el triunfo del gótico, de un terror que crea personajes como Frankenstein, el doctor Jekyll y Mister Hyde...". ¿También puede ser la venganza de un hombre que se siente vampirizado por otro? "Como libro, efectivamente, es muy transparente, ya que son los años del advenimiento del psicoanálisis". El subconsciente de los autores sale a borbotones. "Fíjate en este Drácula, en Peter Pan, en Sherlock Holmes...". Gonzalo Suárez recalca en ese grandioso momento literario británico: "Me atrae mucho ese género. Dio unas obras de ficción fascinantes, a diferencia de la española, más realista".

La triste vida de Stoker, que arrastra a su familia detrás de Irving, que no recibe ningún dinero cuando fallece el actor, y que muere pobre víctima de la sífilis que había contraído yendo de prostitutas con Irving en París, se ha prolongado en el tiempo. Vila-Matas estuvo en Dublín alojado a pocos metros de la casa donde durante décadas vivió Stoker: "La primera vez vi una placa, que recordaba su estancia. El mismo Oscar Wilde, primer novio de Florence, posterior esposa de Stoker, vivía a pocas manzanas. Años después volví y en lugar de la casa había una clínica de cirugía estética. De la placa, ni rastro". "A mí me entristece la deriva actual del personaje", comenta Fresán. "Eso de que vayan al colegio los vampiritos de Crepúsculo...". Algo que nunca hubiera ocurrido en la novela original. Como dice el viejo conde: "Yo pertenezco a un familia muy antigua y me moriría muy pronto si me viese obligado a residir en una mansión moderna. No busco ni la alegría ni el júbilo, y menos aún la felicidad que obtienen los jóvenes por un bello día de sol y el murmullo del agua".

GREGORIO BELINCHÓN