viernes, 20 de abril de 2012

El vértigo, una dolencia muy común


Es una enfermedad que afecta especialmente a las mujeres


El vértigo supone la segunda causa de consulta en los servicios sanitarios de atención primaria, tras las cefaleas, y representa tres de cada diez citas del otorrinolaringólogo. Esta dolencia se manifiesta con una sensación subjetiva de movimiento (el paciente siente que se mueve o se mueve su entorno de una manera más o menos violenta), lo que los especialistas llaman alucinación del movimiento, y va acompañada de síntomas vegetativos como mareo, náuseas, vómitos, desequilibrio y en ocasiones palidez, sudoración, presión en la cabeza y los oídos, visión borrosa, dolor cervical e incluso desequilibrios del ritmo intestinal, tal y como refiere Manuel Estévez, otorrinolaringólogo especializado en otoneurología.

Aunque puede presentarse a cualquier edad, es más frecuente a partir de los cuarenta años y lo padecen en mayor medida las mujeres. La gran mayoría de los vértigos tienen su origen en el oído, de ahí la importancia de acudir al especialista adecuado. Y es que los síntomas asociados hacen que el paciente lo pueda confundir con otras dolencias y piden cita en oftalmólogos, neurólogos, traumatólogos, médicos expertos en el aparato digestivo,... retrasando así su correcto diagnóstico y curación. Uno de los vértigos más comunes es el posicional, que representa entre el 30 y el 40% de los que trata un especialista en otorrinolaringología. Una manifestación exclusiva de este tipo de vértigo paroxístico benigno es que los mareos se experimentan cuando la persona cambia de posición en el espacio, es decir al levantarse, agacharse o girar la cabeza.

El propio envejecimiento del oído interno, infecciones víricas, aceleraciones bruscas de la cabeza, neurotitis y traumatismos cranoencefálicos pueden originar este tipo de vértigo, aunque en ocasiones no hay causas objetivas que se asocien a la aparición de esta dolencia. Factores como el estrés y la ansiedad pueden actuar como desencadenantes, ya que se ha comprobado una mayor incidencia en pacientes expuestos a este tipo de situaciones, tal y como indica el doctor Estévez. En el caso de los postraumatismos que antes se atribuían a esguinces cervicales producidos en su mayor parte por colisiones de tráfico por alcance, ahora se sabe que las secuelas no son sólo cervicales, sino que en muchas ocasiones se producen desprendimientos en el oído causantes de vértigos.

El vértigo posicional se produce por el desprendimiento de unas partículas de carbonato cálcico (otolitos) en el líquido de los conductos semicirculares que se encuentran en el laberinto posterior del oído, órgano que se encarga del equilibrio.

Para realizar el diagnóstico, el especialista se guía por el relato del paciente y por un movimiento involuntario de los ojos, denominado nistagmo, que se detecta cuando se tumba al paciente en la camilla y se le realizan una serie de movimientos. Dependiendo de cómo sea el movimiento del ojo, el otorrino sabe qué canal es el afectado y qué maniobras debe realizar para recolocar las partículas sueltas. Este tratamiento, denominado terapia de movimiento, cura el 80% de los vértigos posicionales y se realiza normalmente en una única sesión cuya duración fluctúa entre los quince minutos y la hora y media, dependiendo del caso, tal y como apunta el doctor Estévez.

¿Cómo actuar ante el vértigo?

No beber bebidas alcohólicas.
No realizar cambios bruscos de posición
Descansar bien antes de realizar un viaje
Ante los primeros síntomas, sentarse e inclinarse con la cabeza entre las rodillas para activar el suministro de sangre hacia el cerebro
No fijar la vista en objetos que se muevan
Evitar fumar. Los cigarros contienen agentes tóxicos que causan trastornos a la circulación sanguínea
Reducir el consumo de azucares o carbohidratos procesados.

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