sábado, 18 de febrero de 2012

Atacada la galería que muestra fotografías de Bruce LaBruce


La Fresh Gallery exhibe retratos de famosos en poses de contenido sexual e imaginería religiosa. La policía ha retirado dos botellas cargadas de pólvora y combustible que no han llegado a explotar. Un centenar de personas se ha manifestado por la tarde contra la exposición frente a la galería


Los caminos del arte son inescrutables. Y en según qué casos, sus consecuencias, también. La Fresh Gallery, sala madrileña situada en pleno barrio de Salamanca, sufrió un ataque ayer que, según todos los indicios, guarda relación con la muestra de fotografías del cineasta Bruce LaBruce inaugurada el jueves. La exposición Obscenity mezcla modelos famosos, cierto tono erótico e imaginería católica. Una de esas fotografías muestra a la cantante Alaska y su marido, Mario Vaquerizo, representando una versión libre de La Piedad. Precisamente por esta imagen, la cadena COPE (propiedad del episcopado) despidió fulminantemente a Vaquerizo, que colaboraba en el programa de fin de semana de una de sus periodistas estrella, Cristina López Schlichting.

“Nos acaba de llamar la policía y nos ha dicho que han roto las ventanas de la galería y han tirado un cóctel molotov dentro, que afortunadamente no ha llegado a explotar”, explicaba Topacio Fresh, propietaria de la galería a primera hora de la tarde.

La policía había sido alertada poco antes del riesgo de dos objetos potencialmente explosivos: dos botellas de dos litros rellenas de pólvora, petardos y combustible sin especificar. Los agentes de desactivación de explosivos (TEDAX) las retiraron de urgencia. Se habían preparado para estallar al atravesar la ventana del comercio, pero la mecha no funcionó.

“Da la casualidad de que esta tarde a las 19.30 había convocada frente a la galería una concentración de protesta del partido Alternativa Española (AES). Nosotros no queremos acusar a nadie, pero nos parece algo más que una coincidencia”, afirmó Topacio Fresh. Si el ataque se hubiese dado, añadió, “con 300 personas dentro de la galería, podría haberse montado una tragedia”. El lanzamiento de los artefactos se produjo mientras el local estaba cerrado, por lo que ningún trabajador ni cliente resultó afectado.

Pocas horas después, unos 100 miembros y simpatizantes del partido derechista Alternativa Española se reunieron ante el edificio en el que se aloja la galería para protestar por la exposición. Al grito de “No más blasfemias” y entre pancartas con mensajes religiosos, criticaron la muestra, que incluye también una foto de la acrtiz Rossy de Palma ataviada como una religiosa.

Asunción López Peláez, de 70 años, aseguraba que ni conocía la agresión ni estaba de acuerdo con ella. “Pero es que ellos han empezado algo muy gordo. A mí no me gustan los gais, pero no los ataco”, decía. Irauza Casteli, de 19 años, explicaba que ni aprueba ni condena el intento de quemar la galería. “Los que atacan con fuego reciben fuego”, decía en referencia a las imágenes de la exposición, que definió como “blasfemas”. Mientras, algunos visitantes seguían entrando en la galería.

“Cierro a las siete porque no quiero ver ese espectáculo de fuera”, explicaba el director de la sala, Israel Cotes. “Que pasen cosas de estas todavía es increíble”, comentaba señalando la ventana rota por la que los agresores intentaron introducir los objetos incendiarios. “Te sientes indefenso”, concluía. Hacia el final de la manifestación, dos amigos del galerista abandonaron el edificio para acercarse a la protesta portando lienzos con pinturas de mujeres desnudas. Algunos manifestantes respondieron y la policía intervino para evitar mayores conflictos.

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