martes, 1 de noviembre de 2011

La capacidad del ser humano a superar los acontecimientos es muy potente



Luis Rojas Marcos (Sevilla, 1943) ha viajado desde Nueva York a Madrid para presentar su nuevo libro -"informativo"- en el que se adentra en el mundo del recuerdo: Eres tu memoria. De una manera sutil navega por los entresijos de esta habilidad humana acoplando la historia de la medicina y de la psicología con su propia experiencia para explicar los mecanismos que llevan al olvido, el recuerdo o a demencias degenerativas como el alzhéimer. Casi 200 páginas que adentran al lector en un mundo de células, estructuras cerebrales y mecanismos biológicos que explican el "maravilloso e inquietante" mundo de la memoria.

Pregunta. La pregunta obligada es: ¿qué es la memoria?

Respuesta. Es la facultad básica que nos permite construir nuestra propia historia, definir quiénes somos y mantiene el sentido de continuidad.

P. ¿Y qué aporta su libro que no tengan los demás?

R. Mi objetivo con este libro era explicarle al lector de la forma más sencilla y exacta lo qué es la memoria y es algo que no he leído en ningún libro, nadie ha tratado de explicar de forma sencilla pero puesto al día qué es la memoria, sobre todo, desde el aspecto creativo de la memoria. La mayoría de los libros se centran en la evocación de lo que uno aprende. Y los otros aspectos que he incluido son la cuestión del olvido y esta nueva herramienta de Internet y la nueva definición que tenemos del alzhéimer de hace unos meses.

P. En cuanto al alzhéimer cada vez se están diagnosticando más casos de comienzo temprano. Usted habla en el escrito de cuatro fármacos que retrasan el inicio de la enfermedad. ¿En su opinión cuál es más efectivo?

R. En la actualidad efectivamente hay cuatro medicamentos que cumplen requisitos oficiales para el tratamiento del alzhéimer que son los conocidos como inhibidores de la colinesterasa y el cuarto, igualmente aprobado, es la memantina. Estos fármacos son muy útiles, retrasan el deterioro pero no son curativos. Para elegir el idóneo depende del paciente. Las medicinas con las que trabajamos facilitan la transmisión entre las neuronas y todo lo que facilite esa conducción nos va ayudar. Lo que suelo hacer es probar con el paciente un fármaco durante un mínimo de tres semanas y esperar a ver cómo reacciona. Algunas veces si añades vitamina B, funciona mejor. Pero repito, estos retrasan los síntomas, todavía no tenemos la llave la curación.

P. En su libro revela la importancia de la memoria virtual y su relación con el olvido, en este mundo actual lleno de redes sociales en las que cualquiera puede plasmar su vida. Como seres sociales que somos, estamos perdiendo la capacidad de no recordar. ¿Estamos enlatando la memoria?

R. La gente tiene miedo a desaparecer. Hace mil años hacían pirámides porque pensaban que era una forma de seguir viviendo y ahora cuelgan sus fotos. Al final la sociedad va a tener que adaptarse a esa realidad, no tomarlo mal, hay que darle otra oportunidad aquellos que por el afán de contar su vida erran -por ejemplo poniendo fotos borrachos- y sus superiores deciden castigarlos. Habrá que admitir que la gente tiene derecho a contar su vida y que eso no le define como personas. El peligro actual es que va a haber víctimas de esa realidad y no van a tener una segunda oportunidad.

P. ¿En la introducción del libro usted menciona un estudio que se hizo con personas bilingües, cómo surgió esta investigación?

R. Fue una experiencia muy importante para mí. Yo venía de un país, te recuerdo que yo nací en el 1943, en el que estaba todo parado y llegué a Estados Unidos sin saber que me iba a encontrar. Estaba en mi año de residencia, aquí lo llamáis MIR, y me llamó la atención de que había enfermos que recordaban cosas distintas en idiomas distintos, en español o inglés, la mayoría puertorriqueños, y se lo conté a un profesor. Fue en 1971. Lo sorprendente fue que en unas semanas montaron una sala con vídeo y empezaron a investigarlo. Se lo tomaron en serio. Al final se descubrió que si la respuesta esperada era un sí o un no, contestaban en inglés y si por la contra requería una elaboración de sentimientos y actitudes pues estas personas cambiaban a su lengua materna, el español. Yo noté todo esto en mi persona, para mí no era igual decir Te quiero que I love you por el componente emocional. La memoria no cambia de idioma, los conceptos subjetivos y sentimentales son las que fuerzan que elijamos un idioma u otro.

P. En su libro narra la historia de cuando su hija se fue a la universidad. Usted, según narra, sintió cierta desazón pero inmediatamente su memoria se activó y pudo recordar rencillas y discusiones con ella que le ayudaron a superar el trance. ¿Ocurre este mismo proceso cuando perdemos a un ser querido, con la muerte?

R. Si la muerte es inesperada de un ser querido, se tardará un poco más en asimilarlo. Ten en cuenta que una función de la memoria es el olvido, por lo que la memoria se encargar de bloquear el dolor, te ayuda. El paso del tiempo hace que el dolor pierda intensidad. Y luego esta incluso te hace percibir buenos recuerdos. Además, existe una tendencia natural en el ser humano a tener una visión positiva de las situaciones.

P. La OMS anunció hace unas semanas que uno de cada cuatro habitantes del mundo será atendido por un servicio de atención mental en los próximos años. En esta época de crisis, en la que cada vez hay más ansiedad y depresión, ¿cómo afectará a la memoria de estas personas a largo plazo?

R. No cabe duda que la depresión afecta a la memoria. Es cierto que en tiempos de crisis, hay y va haber más gente aquejada de ansiedad, sobre todo con una sensación de incertidumbre de no poder programar su vida. Tiendo a pensar, como en otras crisis mundiales, que la capacidad del ser humano a superar los acontecimientos es muy potente, incluso en episodios como la II Guerra Mundial. Mi creencia es que la mayoría de los seres humanos tenemos la suficiente capacidad de compensar los acontecimientos dolorosos por lo que aseguro que no habrá un daño permanente, en general. Siempre habrá personas individuales que puedan tener problemas. La memoria nos ayuda a negar y es muy útil para explicarnos las cosas.

P. Hace dos semanas se declaró el fin de terror en España. ¿Qué va a ocurrir con la memoria de aquellos que fueron tocados por esta realidad?

R. Habrá personas que les haya afectado mucho porque fueron él o ella los que lo vivieron de cerca, se han quedado estancados, y, tal vez, no puedan liberarse del dolor. Esta gente sigue muy atada a su verdugo en la identidad de víctima que les limita mucho su vida, porque les impide abrir un nuevo capítulo con entusiasmo. Sienten cosas como la venganza, odio o rencor que les paralizan. Les absorbe la energía vital. Por lo que la memoria les puede ayudar a crear nuevos recuerdos que les ayude a afrontar tan terrible realidad.

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