jueves, 19 de julio de 2012

Los neandertales se automedicaban


Un estudio internacional del sarro dentario de los fósiles de El Sidrón concluye que la especie que habitó la falda del Sueve conocía las propiedades medicinales de las plantas 

 Un equipo internacional de investigadores ha hallado la primera evidencia de que los neandertales no sólo comían una amplia variedad de plantas cocinadas, sino que también conocían sus propiedades. Y lo ha hecho a partir del sarro dentario de cinco individuos adultos y uno joven del yacimiento de Sidrón, en Piloña.

 En el estudio, cuyos resultados han sido publicados en «Naturwissenschaften» han participado investigadores de España, Reino Unido y Australia, entre ellos Antonio Rosas, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en el museo Nacional de Ciencias Naturales y uno de los tres científicos principales -los otros dos son Marco de la Rasilla y Carles Lalueza-Fox- que investigan los restos fósiles del yacimiento asturiano. «Se está viendo que sobre todo en latitudes más al sur de Europa, como El Sidrón, los neandertales tenían un componente vegetal en la dieta nada desdeñable», asegura Rosas. 

 Hasta ahora se sabía que el hombre neandertal se alimentaba de carne, pero esta investigación avanza en el conocimiento de una especie que no deja de dar sorpresas. «La variedad de plantas que hemos identificado sugiere que los habitantes neandertales de El Sidrón tenían un sofisticado conocimiento de su entorno natural, que incluía la habilidad para seleccionar y usar ciertas plantas por su valor nutricional y curativo. Mientras que la carne era claramente importante, nuestra investigación apunta a una dieta bastante más completa de la que creíamos que tenían hasta ahora», afirma Karen Hardy, prehistoriadora, investigadora honoraria de la Universidad de York (Reino Unido) y directora del estudio. 

 Una investigación del año 2009 ya había identificado en los fósiles de Sidrón el gen de la percepción del sabor amargo. Ahora, se han encontrado pruebas moleculares que indican que uno de los individuos analizados había ingerido plantas de gusto amargo. 

 Stephen Buckley, investigador del centro BioArCh de la Universidad de York, cree que «el hecho de que este individuo hubiera comido plantas de gusto amargo, como aquilea o camomila, con poco valor nutricional, es sorprendente. Nosotros sabemos que los neandertales encontrarían amargas esas plantas, por lo que es probable que las seleccionaran para otras razones que fueran más allá de su sabor». 

 En el estudio se analizaron diez muestras de cálculos dentales de cinco neandertales. Los investigadores identificaron diversos compuestos orgánicos poliméricos mediante la técnica de pirolisis-cromatografía de gases -espectrometría de masas. Combinándola con la extracción y análisis de microfósiles de plantas, hallaron evidencias químicas consistentes con humo de madera quemada, almidón procedente de varios alimentos, dos plantas conocidas hoy por sus cualidades medicinales y bitumen o pizarras bituminosas.

 Marco de la Rasilla, profesor de prehistoria de la Universidad de Oviedo y director de las excavaciones, destaca la importancia que está teniendo en los hallazgos «la integración de las diferentes disciplinas y la unión de distintas informaciones». 

 «Evidentemente, los neandertales conocían el terreno, se movían por sitios específicos, el ejemplo es que en uno de los individuos se hallaron marcadores químicos de bitumen, lo que indica que probablemente visitó el yacimiento de pizarra bituminosa en Llames de Parres, a unos 15 kilómetros de El Sidrón, y que trabajó con este material. Lo importante es que la investigación sigue en marcha y lo que vamos conociendo de esta especie cada vez le da una dimensión más humana». 

 El grupo que residió en la falda del Sueve hace 49.000 años estaba formado por al menos trece individuos. El equipo reanudará las excavaciones en el yacimiento el próximo mes de septiembre.

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