martes, 11 de octubre de 2011

Noventa latigazos y cárcel: el precio de ser actriz en Irán


Marzieh Vafamehr ha sido condenada por su papel en 'Mi Teherán a subasta'

"La película tiene una directora y un productor. ¿Por qué no los castigan a ellos? ¿Por qué solo retienen a mi esposa?". Esta queja salía de la boca del director de cine iraní Nasser Tagh-vai tras conocer la detención de su mujer, la actriz Marzieh Vafamehr. Tres meses más tarde su pregunta sigue sin respuesta, pero el castigo de su esposa ya ha sido dictaminado por el juez: 90 latigazos y un año de prisión. El crimen: actuar en Teherane man haray (Mi Teherán a subasta), de Granaz Moussavi, una película que explora los límites de la libertad de expresión en Irán. Su abogado apelará la sentencia.

Vafamehr es la única condenada por el largometraje, que narra las dificultades de una artista teatral iraní que se ve obligada a vivir en la clandestinidad para poder expresar su obra. La actriz aparece en varias ocasiones con la cabeza afeitada y sin pañuelo islámico en la película, que tiene de fondo la opresión cultural que sufre la sociedad iraní y algunos tabúes como el consumo de drogas. El filme, de 60 minutos, fue producido hace cuatro años por Granaz Moussavi, una ciudadana iraní residente en Australia como parte de sus tesis doctoral. En ella participaron estudiantes y actores, con el permiso del Ministerio de Cultura y Orientación Islámica. A pesar de estar prohibida su proyección en el país, ganó numerosos premios internacionales y llegó a presentarse en el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de 2010, al igual que en el certamen de Toronto en 2009.

Según las declaraciones del marido de la actriz a la web opositora Kalemeh.com, el filme, que se rodó en el verano del 2008 en Teherán "sin dificultades", llegó a Irán por vías desconocidas, lo que desencadenó varios arrestos que comenzaron en julio de este año. Según Taghvai, "antes se vendía a 12.000 riales [algo más de un dólar] y ahora, debido al proceso, a 70.000 riales [unos seis dólares]". Se desconoce a ciencia cierta por qué los demás participantes de la película han sido liberados y Vafamehr continúa en prisión. Sin embargo, una cosa está clara: la presión sobre los artistas, en especial sobre las mujeres cineastas o actrices, ha aumentado en los últimos meses en Irán y varias de ellas han sido detenidas, procesadas y condenadas a diversas penas.

Según Kalemeh.com, el abogado de Vafamehr ya ha interpuesto un recurso contra la sentencia. Mientras tanto, la actriz acumula meses en la prisión de Garchak, en Baramin, en la provincia de Teherán, un antiguo gallinero que, según su marido, no reúne las condiciones mínimas de habitabilidad.

Mientras tanto, el Gobierno sigue deteniendo cineastas. Cuando aún colea en el mundo cinematográfico la indignación por la condena a seis años de cárcel y la prohibición de hacer cine a los directores Jafar Panahi y Mohammad Rasoulof, en septiembre otros seis cineastas independientes fueron detenidos tras ser acusados de dar información "negativa para Irán" al servicio en farsí de la BBC. Dos de ellos, Nasser Saffarian y Mosen Shahrnazdar, fueron liberados el sábado.

Dilema en el avión: Reclinar o no reclinar


Por: Patricia Gosálvez

¿Reclinar o no reclinar? En cada vuelo la misma decisión incómoda. Hay gente que lo cree un derecho fundamental adquirido con la compra de su billete, y otros que lo consideran de peor educación que escupir al tipo del asiento de atrás.

La mayoría de los pasajeros de avión tienen (tenemos) complejos códigos de etiqueta sobre cuándo y cómo hay que reclinar el asiento (avisando antes, pidiendo permiso, nunca en vuelos cortos, solo cuando lo hace el de delante, cuando se apagan las luces en los vuelos intercontinentales, etcétera...).

Lonely Planet preguntó a 580.000 personas este verano que era lo que más les molestaba en un avión y la nube de conceptos resultante lo deja claro (siendo seat: asiento).

El asiento reclinable -el que rompe portátiles, derrama cafés y se come tu espacio personal- está entre las cosas más odiadas de viajar en avión (junto a los bebés, la conversación indeseada y la gente que cree que en el avión los pies y los pedos no huelen).

La mayoría de incidentes menores entre pasajeros empiezan con una discusión sobre el asiento. Algunos acaban con el avión dando la vuelta. Por ello hay quien decide tomar medidas drásticas, colocando artefactos para evitar que esos cabr#@%s reclinen su asiento.

Algunas compañías aéreas también han castrado la posibilidad de reclinar en sus vuelos, aunque creo que más que para ahorrar en disgustos, para ahorrar en espacio. Quizás es importante no olvidar que la razón última de que un asiento reclinable aplaste al de detrás es la codicia de las aerolíneas, no solo la falta de consideración del de delante.

Los teléfonos ya (casi) no son para hablar



Los teléfonos se usan cada vez menos para hablar.- Los mensajes o los chats delatan menos al interlocutor

Después de una fuerte discusión (cara a cara y a viva voz) alguien me acaba de pedir perdón por What's App. ¿Debo dar el asunto por cerrado o ponerme digna, enfadarme aún más y exigir una muestra sólida de arrepentimiento, por ejemplo, coger el teléfono y llamar?

Me dicen que hablar es una práctica demodé. Y es posible, hay que mirar de frente al teléfono y reconocer que sólo suena cuando llaman los padres, los jefes o sus secretarias y los operadores de telemarketing. Punto. Desde 2009 las operadoras telefónicas comenzaron a reportar el crecimiento del tráfico de cualquier tipo de datos, excepto los de voz. En concreto, Yoigo, la cuarta de España, señala que la mitad de sus clientes usa más el teléfono para navegar que para hablar. Y los resultados de un informe de la consultora JD Powers & Associates, cuyos autores observaron la actividad de cientos de teléfonos móviles durante 48 horas comprobaron que, efectivamente, hablar era lo de menos. El resto de las prestaciones del teléfono se usaban cuatro veces más.

¿Quién llama y quién osa devolver las llamadas? ¿Para qué? Todos son riesgos. En ocasiones, la voz tiembla; las palabras se atragantan; la respiración traiciona; los silencios son demasiado elocuentes. Se consume tiempo. Y lo peor, del otro lado alguien puede pretender que se tenga una respuesta coherente, lista para ser comunicada verbalmente. En fin, que acepto las disculpas por What's App. Respondo "OK" y caso cerrado.

En teoría, los hipocondríacos no llaman para mantener el teléfono alejado del cuerpo los centímetros que manda la OMS, y los sensatos, para ahorrar. Pero lo que realmente importa es que hablar ha adquirido connotaciones insospechadas. Se considera invasivo, inoportuno o mucho peor, demasiado comprometido. La gente hace cualquier cosa por sacarse una llamada de encima. Incluso calcula hábilmente llamar cuando del otro lado hay garantías de no respuesta al tiempo que se deja el rastro elegante de una llamada perdida.

El asunto ha dado para un hashtag #WaystogetOffthePhone (maneras de librarse del teléfono) que lleva varias semanas entre los Trending Topics de Twitter en San Francisco donde pululan, como en ningún otro sitio, sujetos techies y agotados tecnosocialmente .

Desconexión indolora

Hay razones para estar harto. Como media todos, ellos y nosotros, disponemos de cinco maneras de ser encontrados inmediatamente en teléfonos, chats varios, redes sociales o correos electrónicos. Ante tanta disponibilidad, la ambigüedad es el nuevo arte a cultivar. Emplee todos esos recursos para decir lo menos posible. Manténgase en tierra firme. Haga bromas sistemáticamente. Parapétese tras los emoticones. Tantee el terreno con mensajes. Si no hay respuesta no tendrá ni que despedirse. Nunca podrá conseguir tantas prestaciones con una llamada.

Al parecer, somos sujetos obsesionados por las conexiones y temerosos de las ataduras. Y, según observó el sociólogo Zygmun Bauman en su libro Vida de Consumo (Fondo de Cultura Económica, 2007), amamos las redes electrónicas porque llegan con "un dispositivo de seguridad" incluido: "la posibilidad de desconexión instantánea, inocua y (eso se espera) indolora".

Pregunto a Isabel Larraburu, una psicóloga que se mueve en el novísimo mundo de las manías que vamos adquiriendo los sujetos expuestos a la vida digital, ¿Es que ahora somos de no hablar por teléfono? Isabel cree que, por un lado, prima la economía del tiempo. "Un SMS o un what's App ahorran el saludo, la introducción del tema, y la intromisión en la vida del otro. Un mensaje es una comunicación diferida, breve y telegráfica, permite ir al grano sin sentirse maleducado". Detengámonos un minuto en la palabra "diferida" porque añade la enorme ventaja de disponer de un margen de maniobra del que carecemos en una conversación en la que los minutos de reflexión se convierten en silencios incómodos que revelan mucha información sobre nuestra postura.

Y sí, esta psicóloga acepta que hablar es peligroso. "Una llamada puede delatar si te acabas de despertar, si estás en casa con amigos y te has bebido una copa, si has llorado o si estás impaciente por terminar la conversación. Muestra mucho más de uno mismo".

Rebotados digitales

Mis amigos reconocen que ahora más que nunca se dan el lujo de no contestar en esos raros días en que el teléfono suele manifestarse. Estas son sus razones: "Sabes que quién llama quiere hablar y tienes que disponer de al menos media hora". "Las posibilidades de discutir se disparan". "Esperan que tenga una respuesta concreta, si no estoy en condiciones, no contesto". "Prefiero el chat. Mientras hablo puedo seguir con mis cosas, una llamada exige dedicación exclusiva". Y no digo sus nombres porque ellos no quieren y por mantenerlos en territorio seguro, posmoderno y cool. Este último término fascina a Bauman: "Es curioso que hayamos elegido esta palabra cuyos significados son también "frío" e "indiferente" para definir lo modernamente aceptado".

Para este sociólogo la diferencia entre llamar por teléfono y enviar un mensaje de texto o chatear es la misma que existe entre "estar conectado" y "estar relacionado". "Las conexiones se ocupan sólo del asunto que las genera y dejan a los involucrados a salvo de desbordes, protegiéndolos de todo compromiso más allá del mensaje enviado o leído. Las conexiones demandan menos tiempo y esfuerzo para ser realizadas y menos tiempo y esfuerzo para ser cortadas. La distancia no es obstáculo para conectarse, pero conectarse no es obstáculo para mantener la distancia", explica en su libro Amor líquido (Fondo de Cultura 2005).

Y como estamos condenados a volver a los clásicos comienzan a aparecer los rebotados digitales. Lissette Gómez, profesora de una escuela primaria en New Jersey pidió hace varios meses a su compañía que bloqueara la opción de recibir mensajes de texto. Todo empezó después de su experimento en Match.com. "Conocía a alguien, y antes de salir llamaba frecuentemente, después de la cita la comunicación se quedaba en mensajes de textos, una zona peligrosa que permite dejarlo todo en la nebulosa y en el juego". Ahora una voz neutra, de teleoperadora advierte a los que intentan enviarle un SMS. "Si quiere contactar con el cliente debe llamar. Esta persona sólo acepta llamadas". Cuando le cuento de conflictos cuyo nacimiento, muerte y resurrección han tenido lugar en el universo de los mensajes de texto, se reafirma. "Por eso los he eliminado, el que quiera algo que hable". No sé ustedes, pero yo es la primera persona que conozco que hace tal petición a su operadora de telefonía. A ella le ha funcionado. Pero si es de los que se mueve a gusto en el modo "sólo llamadas de emergencia" considérese parte de la tribu.

Sólo encuentro una contradicción en esta teoría, los SMS, What's App, chats varios, correos, etc. dejan huellas más duraderas que una conversación. Mis cuentas de Gmail y Facebook, por ejemplo, estaban configuradas por defecto para guardar todos los chats. Podría haberlo cambiado, pero como lo ignoraba he acabado acumulando un registro enorme de conversaciones triviales, densas, simpáticas, irritantes, tramposas. Podría sacarle los colores a dos o tres. Y no diría que alguien no pudiera hacer lo mismo conmigo. Si estas conversaciones hubieran transcurrido durante una llamada, ni yo ni ellos tendríamos ahora ese poder. No soy la única, me consta que muchos conservamos grandes chats en nuestros portátiles ¿Nos dará algún día por desclasificar estos archivos?

domingo, 9 de octubre de 2011

Un torrente de literatura y amistad


El fallecimiento del escritor y crítico Félix Romeo a los 43 años sobrecoge a la nueva narrativa española - Referente generacional, deja un libro inédito

Para entender la importancia de la figura del escritor Félix Romeo no bastan los tres libros que publicó sino las decenas que, sin ser suyos, ideó, impulsó, orientó o animó a escribir. Nacido en 1968 en Zaragoza y fallecido ayer en Madrid por un paro cardiaco, Romeo es una figura clave dentro de una generación de autores que encontró en él a un aglutinador, a un agitador y a una de sus voces más lúcidas y sólidas.

Su última novela, aún inédita y titulada La noche de los enamorados, se detiene en un episodio clave de su vida: su estancia en la cárcel de Torrero entre 1994 y 1995. Romeo fue condenado entonces por insumisión a 26 meses de prisión. La mayoría los cumplió en tercer grado, tras un juicio por negarse a hacer el servicio militar y el servicio social sustitutorio. El libro parte del retrato del que fuera su compañero de celda, Santiago Dulong (nieto del alcalde Zaragoza durante la República y acusado del homicidio de una mujer), para ofrecer una reflexión íntima sobre su propia experiencia allí dentro.

Era una historia que le perseguía desde hace años, como le persiguió la de su anterior novela, Amarillo (Plot, 2008), con la que puso final a la dolorosa amargura que le causó el suicidio, a principios de los años noventa, de su amigo y compañero de piso en Barcelona, el escritor Chusé Izuel. Le costó años superar aquel episodio. Una muerte que le trajo sensaciones como la ausencia, la culpabilidad, y una impotencia que su extrema vitalidad le impedía digerir.

Romeo era amigo exagerado de sus amigos. "Su interés no era solo por las ideas, también era por las personas", recuerda el editor Miguel Aguilar. "Siempre era estimulante estar a su lado. Le interesaban desde el último poeta bielorruso a la última corriente de pensamiento abstracto". Arrastrados por su voz de trueno y su inmenso cuerpo, los suyos se dejaban llevar por una energía que no parecía de este mundo. "Era una fuerza de la naturaleza", afirma Ignacio Martínez de Pisón, quien recuerda el impacto que le causó conocer a un chico ocho años más joven que él pero de una pasmosa precocidad intelectual. "Tenía 17 años y ya empezaba a hacer crítica literaria. Me llamó la atención que alguien tan joven estuviera tan formado. Lo había leído todo. Sabía más que cualquiera". Su sed de conocimiento le hizo vivir muy deprisa. "Leía sin parar y dormía muy poco. Tenía una energía que te movilizaba, que ponía a los demás en tensión intelectual".

"Nos impulsó y nos ayudó", afirma David Trueba. "Siempre leyó mis libros y guiones antes de publicarlos porque su opinión era importante. Sus conceptos del arte, del cine, de la literatura, le convertían en una referencia. Es una pieza fundamental de nuestra generación y con un mérito añadido: siempre desde Zaragoza, manteniendo allí un núcleo duro que convirtió la ciudad en un epicentro cultural".

Quizá por eso la noticia de su muerte recordó a algunos la conmoción que causó en 2008 la desaparición de otro referente generacional, el escritor barcelonés Francisco Casavella.

Como recuerda su agente, Mónica Martín, Romeo tenía energía de sobra para todo tipo de autores: "Él era una rareza: hizo escritores a Cristina Grande, Ismael Grasa, Eva Puyo o Paloma y Daniel Gascón... ¡incluso consiguió que Labordeta escribiera! Empujaba a todos a perseguir sus sueños. Y mientras hacía escribir a los demás él se volvía más tímido y exigente consigo mismo".

Ese rigor, su enorme autocrítica y perfeccionismo, hacían de él un hombre tocado por la melancolía. Había debutado en 1996 con Dibujos animados, un libro lleno de referencias generacionales (Correcaminos y el Coyote, tigretones, phoskitos, Uri Geller y Sergio y Estíbaliz) que le colocó con fuerza en el panorama de la nueva narrativa española. Siguió con Discotheque y, finamente, Amarillo, "un libro perfecto" para Trueba.

Entre uno y otro dirigió el programa cultural de La 2 La mandrágora y escribió decenas de artículos en los que brillaron sus dotes de ensayista y polemista. Y entre uno y otro, también, sentó a su lado durante noches y tardes impagables a decenas de amigos y escritores (Marcos Giralt Torrente, Nicolás Casariego, Malcolm Otero Barral...) que encontraban en su honestidad a la aragonesa un refugio para sus inquietudes.

Esos mismos amigos recordaban ayer las barricadas de libros que impedían el paso a sus casas o cómo le acompañaron durante muchas noches a las puertas de la cárcel. "Íbamos a cenar y luego le acercábamos a Torrero. Él se quedaba allí mientras nosotros seguíamos de copas", evoca con tristeza su compatriota Luis Alegre, una de las personas que le acompañó con un libro en la mano que ya no recuerda el primer día en que ingresó en prisión.

La historia de aquel joven erudito e insumiso impactó a Fernando Trueba. Cuando en 1996 le pidieron participar en la película colectiva sobre el nacimiento del cine Lumière y compañía junto a David Lynch, Spike Lee, Wim Wenders y Michael Haneke, entre otros, eligió la salida de Romeo de la cárcel como una nueva imagen fundacional. Su rostro, su inmensa ternura, le bastaron para resumir la emoción de un torrente que nacía para no morir jamás.

jueves, 6 de octubre de 2011

Procesados de nuevo tres militares de EE UU por el 'caso Couso'


El juez de la Audiencia Santiago Pedraz cree que existió un plan para evitar que se informara. El magistrado les imputa un delito contra la comunidad internacional y homicidio

El Ejército de EE UU urdió un plan para evitar que los numerosos medios internacionales con enviados especiales en Bagdad informaran sobre la toma de la capital iraquí. Y una de las tres víctimas mortales que provocó esa estrategia fue José Couso. El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz procesó ayer —por tercera vez, después de dos archivos revocados por el Tribunal Supremo— a los tres militares que ordenaron, autorizaron y efectuaron el disparo que acabó con la vida del cámara de Telecinco el 8 de abril de 2003 mientras tomaba imágenes de la llegada de las tropas estadounidenses desde un balcón del hotel Palestina. Pedraz imputa, además, a dos de sus superiores como ejecutores de esa táctica para amedrentar a los periodistas que cubrían el conflicto.

Los delitos que les atribuye el magistrado son un crimen contra la comunidad internacional al acabar con la vida de personas protegidas en caso de conflicto armado —Couso, como periodista, gozaba de esa protección—, el homicidio del camarógrafo español y otro de “amenazas de violencia con la finalidad de aterrorizar” a los redactores. Además del teniente coronel Philip de Camp, responsable del regimiento de blindados 64 de la tercera división de infantería acorazada, el capitán Philip Wolford, al mando de la unidad a la que pertenecía el tanque Abrams que disparó, y el sargento Thomas Gibson, que realizó el disparo, el juez imputa a dos de sus superiores.

Se trata de Buford Blount, máximo responsable de la tercera división de infantería, y el coronel David Perkins, que comandaba la segunda brigada de dicha división. Aunque Pedraz desconoce si ellos idearon la estrategia contra los medios, asegura que, teniendo en cuenta la cadena de mando, ambos tuvieron que ser los que ejecutaron ese plan sobre el terreno dando las órdenes necesarias para ello al teniente coronel De Camp. El juez solo los imputa (no los procesa) al entender que su posición jerárquica no es un indicio suficiente para ello.

Además de la vida de Couso, esa supuesta operación contra la prensa se cobró las del cámara de Reuters Taras Protsyuk —que grababa desde otro balcón del hotel Palestina— y la del periodista de Al Yasira Tarek Ayyoub, fallecido ese mismo día durante los ataques de los carros a la sede de la televisión catarí y a la de Abu Dhabi TV. “Primero se bombardean las sedes [de televisiones] árabes, luego los carros se colocan en el puente que se encuentra entre el hotel [Palestina] y tales sedes, se dispara a estas con gran precisión y a continuación se lanza un misil al hotel justo a la altura de las plantas donde se encontraban los dos periodistas que estaban filmando”, relata Pedraz.

Esos lugares, según el juez, eran los únicos en los que podía haber medios de comunicación. Pedraz también recuerda cómo la exsargento Adrienne Kinne, destinada en inteligencia militar, declaró en el programa de televisión Democracy Now del 13 de mayo de 2008 que recibió esos días un correo en el que se señalaba el hotel como objetivo militar, lo que la llevó a mostrar su extrañeza a sus superiores porque allí se alojaba la prensa. Basándose en su viaje a Bagdad del 28 de enero, en que visitó los escenarios del crimen, el magistrado asegura además que, desde el lugar del disparo, “con los elementos de visión del carro, se podía ver perfectamente” a las personas que estuvieran en el hotel, “incluidos los objetos que portaran”, lo que habría impedido a los militares que lo conducían confundir a Couso con un tirador enemigo.

El portavoz de la Embajada de EE UU en España, Jeffrey Galvin, insistió ayer en que los militares procesados “no son culpables” de la muerte de Couso y que solo actuaron “según las órdenes que tenían y de acuerdo con la situación en la que se encontraban”, informa Europa Press. Galvin aseguró que el Gobierno estadounidense “siempre se tomó este asunto con seriedad”, que investigó los hechos y compartió los resultados con el Ejecutivo español.

Muere Bert Jansch, una leyenda del rock del siglo XX


Fue un guitarrista tranquilo y una fuente de inspiración para Jimmy Page, el líder de Led Zeppelin

Fue una de las leyendas tranquilas del rock pese a estar enamorado de una guitarra acústica y haber sido reconocido como una figura del folk del siglo XX. Bert Jansch ha muerto hoy víctima de un cáncer de garganta a la edad de 67 años. Fue un virtuoso alabado por el líder de Led Zeppelin, Jimmy Page; Neil Young y el miembro de los Smiths Johnny Marr. Tentaciones quiere rendirle un homenaje recuperando una entrevista nunca publicada y que se realizó cuando el músico visitó Zaragoza en 2008 para un concierto.

Bert Jansch farfulla una respuesta ininteligible cuándo se le pregunta por Led Zeppelin. En un par de ocasiones Jimmy Page ha hecho suyos arreglos y composiciones de Bert sin acreditarle a pesar de sus repetidas y públicas alabanzas al folk singer escocés y seguramente no le hace gracia recordarlo.
Lo mismo que sus afamados rivales, acaba de reunirse la formación original de Pentangle, el supergrupo folk que formó Jansch en 1966 con John Renbourn, guitarrista místico y lírico, una cantante de de voz fresca y deliciosa, Jacqui McShee, y dos artesanos del jazz británico: Danny Thompson, contrabajo, y Terry Cox, batería.

Pregunta. ¿Cómo surgió la idea de la reunión de los Pentangle originales y qué tal ha funcionado?

Respuesta. Hace un año surgió la idea de volver a poner en marcha el grupo original y después de muchas negociaciones nos hemos reunido para algunos conciertos, como el del Royal Festival Hall de Londres, que han funcionado maravillosamente bien. Ha sido fantástico.

P. ¿Van a volver a grabar?

R. Quizá sí, existe esa posibilidad, por supuesto. Pero todo el mundo sigue con sus actividades particulares y va a resultar difícil…

P. ¿Cómo explica que su música sea ahora más popular que nunca?

R. ¡Ja, ja! No sé cómo responder… Supongo que cada nueva generación me descubre a través de sus padres o lo que sea.

En 1965, el primer disco de Bert, grabación casera de su voz y su guitarra, vendió 150.000 copias. Incluía el memorable Needle of Death, sobre el entierro de un amigo heroinómano. Inmediatamente, edita It Don't Bother Me, mientras en Estados Unidos sale la recopilación Lucky Thirteen que tanto impactó a Neil Young, admirador declatado de Bert. En 1966 el dúo de Bert con el único guitarrista acústico que podía hacerle sombra, John Renbourn sería el germen de Pentangle. La reputación del quinteto llevó a Bert a la Isla de Wight, el Fillmore y el Royal Festival Hall pero tras su disolución en 1973 vinieron años oscuros en los que los poderes de hecho musicales condenaron al ostracismo al folk y seguir las aventuras musicales de Bert y sus compañeros se hizo imposible. Mejor Toyah.

P. ¿Puede describir su música para los lectores que no le conozcan?

R. Básicamente soy un guitarrista. Un cantante y guitarrista… Músico de folk.

P. ¿'Folk singer' o cantautor?

R. Empecé cantando folk a los 16 ó 17 años. Por esa misma época empecé a componer, así que supongo que soy las dos cosas.

P. ¿Mantiene todas sus canciones en el repertorio de directo?¿Qué canciones de su discografía podría tocar si se lo pedimos?

R. Tengo en la cabeza mis favoritas y, si Johnny Marr o Bernard Butler quieren algo diferente, tengo que volver a aprendérmela antes.

Los ídolos de nuevo cuño no tienen miedo de reconocer pública y generosamente su admiración por el guitarrista escocés que, llegado el cambio de siglo, se vió arropado por la crème de la crème de la música comercial inglesa. Un documental Dreamweaver y una biografía Dazzling Stranger le retratan como un Sal Paradise solitario e inconformista que recorre el mundo guitarra al hombro y cargado de alcohol y hasta los mamelucos más vacuos de la música inglesa le persiguen.

P. ¿Es verdad que ha tocado con Pete Doherty?

R. Sí… Muy divertido…

P. ¿Ha sido su amistad con Johnny Marr y Bernard Butler el cebo para atraer al público cool?

R. Mmm (farfulla)… Es también bueno para ellos.

P. ¿Cuántas veces ha estado en España?

R. A lo largo de los años he estado varias veces en España… No puedo recordar cuántas… Estuve aquí muchas veces en mis tiempos de autoestopista.

P. ¿Qué conoce de música española?

R. No conozco mucho… Segovia sería mi favorito.

P. ¿Con cuántas guitarras viaja?

R. Con una.

P. ¿Y con todos los controles de los aeropuertos, le dejan subirla al avión?

R. Depende de la compañía. Viniendo hacia aquí ha sido perfecto porque me han permitido subirla como equipaje de mano, lo cual está muy bien porque me tranquiliza tenerla a la vista o al menos saber dónde está.

Apple anuncia el fallecimiento de Steve Jobs


El cofundador de la compañía luchó contra el cáncer desde que le fue diagnosticado en 2004

El enigmático, reservado y visionario Steve Jobs, ha muerto hoy a los 56 años, ha anunciado Apple. Jobs era mucho más que el consejero delegado de Apple. Nunca antes una marca estuvo tan asociada a una persona. Su contribución al mundo tecnológico le convierte en uno de los grandes innovadores de los últimos 75 años, en un transformador de la industria. El Thomas Edison del siglo Veintiuno hizo del ordenador un artilugio simple de usar, cambio la manera de hacer negocio con la música a través de Internet y lanzó la telefonía móvil en otra dimensión.

Apple fue fundada en abril de 1976, en un garaje en Los Altos (California), tal y como mandan los cánones del sueño americano. Al lado de Steve Jobs estaba su compañero de estudios y amigo Steve Wozniak. El dúo era perfecto. Jobs, que entonces tenía 21 años, se encargaba de las ideas y de vender el producto. Wozniak, se dedicaba a las cuestiones de ingeniería que daban vida a complejos artilugios tecnológicos.

Así, y con un respaldo financiero de 90.000 dólares, nació su primera computadora, Apple I, con una visión: popularizar el uso de los ordenadores personales, llevándolos de las oficinas a las casas. En 1977 llegó su primer éxito, con el Apple II, la primera computadora producido en masa para el consumo. En tan sólo dos años, la facturación de la compañía se multiplicó por quince, de los 7,8 millones de dólares hasta los 117 millones, lo que les convirtió en multimillonarios antes de cumplir los 25 años.

La famosa manzana

El popular símbolo de la manzana con un bocado al lado derecho lo tomó de los Beatles, que utilizaban la imagen de la fruta del pecado original en sus discos a final de la década de los años 1960. La elección le costaría después una intensa batalla legal para su uso en la tienda electrónica iTunes, donde la música de la legendaria banda Liverpool estuvo ausente hasta otoño de 2010.

Era sólo el inicio de lo que estaba por llegar, en un época en el que el IBM era el gigante a batir. Steve Jobs nació un 24 de febrero de 1955 en San Francisco. Sus padres biológicos, Abdulfattah Jandali -de origen sirio- y Joanne Schieble, no estaban casados. Fue adoptado por Paul y Clara Jobs. Se crió en el seno de una familia con pocos recursos. Y abandonó la universidad, porque sabía que las oportunidades estaban fuera de las aulas.

A los 12 años, ya había escrito a William Hewlett para hacer unas prácticas en su compañía, HP. Le gustaba la ingeniería, y ya de niño no sólo tenía claro que sería rico, además tenía la ambición de llegar a ser uno de los más grandes entre los grandes, tan popular como Shakespeare o Einstein. A Jobs le fue diagnosticado un cáncer de páncreas en 2004. Lo hizo público un año después, en el discurso de graduación en la Universidad de Stanford.

Una larga enfermedad

En abril de 2009 fue sometido a un transplante de hígado, tras negar durante meses los rumores sobre su delicado estado de salud. En septiembre de ese año reapareció en público para lanzar la tercera generación del popular reproductor iPod. Alarmantemente delgado, y con la voz muy débil, aprovechó para hacer campaña por la donación de órganos.

Aunque se le considera uno de los grandes innovares de la historia, no fue porque creara nuevos productos. Jobs ni inventó el ordenador personal, ni el ratón, ni los reproductores digitales de música, ni los teléfonos inteligentes, ni las tabletas, ni las tiendas electrónicas de música o de libros. Y estaba obsesionado con la competencia, a la que forzó a redefinir sus estrategias.

Jobs tuvo la capacidad de simplificar la tecnología existente y explotar su potencial, en el momento adecuado. El Mac que hoy se conoce debutó en el mercado en enero de 1984, como el primer ordenador que presentan todas sus funciones de una manera gráfica. Y lo dotó de un ratón, para que el usuario pudiera desplazar el cursor por la pantalla y con un simple click activar las funciones de los distintos programas. Simplificó la complejidad.

Un invento para la historia

El Macinstosh marcó el futuro, a pesar de que sus funciones eran limitadas y su uso cuestionable. Para explotar el potencial de la nueva máquina, Jobs necesitaba un buen programa que le diera vida. En ese momento acudió buscando ayuda al joven Bill Gates, sin saber que con el paso del tiempo se convertiría en su gran rival en Microsoft. Su enemigo entonces era IBM. Las ventas decepcionaron y el PC del Big Blue dominaba de forma aplastante.

La tensión en el seno de Apple creció. Y un año después, Steve Jobs se vio forzado a abandonar la compañía por las diferencias que tenía con su entonces consejero delegado John Sculley, al que había contratado dos años antes de Pepsi. No estaban de acuerdo en cómo estaba llevando el negocio. Pero Sculley, un ejecutivo con más experiencia y madura, tenía el respaldo del consejo.

Los titulares de la época hablan del fin de una era. Pocos ejecutivos en la historia corporativa sufrieron un golpe así y lograron reponerse. Con 30 años de edad, Jobs creó otra empresa, NeXT Computer en un intento por reinventar Apple con una ambición: cambiar el mundo. Pero Jobs tuvo serios problemas para abrir hueco en el mercado a un ordenador de esas características y a un precio tan alto como el que ofrecía.

El nacimiento de Pixar

El secretismo le permitió hacer ver más de lo que en realidad había. Y con la empresa rozando la bancarrota, se concentró en el su sistema operativo y empezó a explorar nuevas oportunidades. En 1986 se hizo con la división gráfica por ordenador de Lucasfilm, por la que pagó 10 millones a George Lucas. Y así nacieron los estudios de animación Pixar, creador de Toy Story y Finding Nemo.

Demostró a Hollywood que de los ordenadores pueden dar rienda suelta a la imaginación y llegar al público general. La tecnología lo permitía. Robert Iger, entonces consejero delegado de Disney, lo entendió perfectamente y no se lo pensó dos veces antes de comprar Pixar por 7.500 millones. Empezaba así a forjarse una nueva era, en la que Jobs se consolidaría como una estrella.

NeXT sería adquirida por Apple en diciembre de 1996, por 400 millones. Y ocho meses después de integrarse en el gigante de la manzana, Steve Jobs fue nombrado consejero delegado interino de la compañía de Cupertino. Su puesto al frente de Apple se haría permanente en enero 2000, en lo que estaba llamado a ser en el retorno más importante en la historia corporativa de EE UU.

La vuelta del exilio

Todo lo que construyó en una década estaba destruido y hundido en pérdidas, y Microsoft dominaba el 80% del mercado de PC. Jobs se reincorporó tras 12 años de exilio a la compañía que creó cargado de ideas para resucitar Apple, como el iMac. La computadora fue lanzada un año después con un éxito rotundo. Pero lo que abrió sus productos al consumo en masa fue el reproductor iPod y la tienda electrónica iTunes, para la descarga legal de música.

Así rompió el nicho en el que estaba metido Apple, lanzando nuevos productos más allá de los PC y poco a poco la suerte de la compañía empezaría a cambiar. La cuadratura del círculo llegó en junio de 2007 con el teléfono móvil interactivo iPhone. Jobs consiguió así crear un atractivo de los consumidores hacia los Mac, que eran vistos como un club reservado al diseño y la publicidad. En la primavera de 2010 se le sumó la tableta iPad.

Steve Jobs, que se presentaba en público en vaqueros y camisa negra con cuello de tortuga, era una persona obstinada, apasionada, egocéntrica, arrogante y perfeccionista. Era también un genio de la promoción y la imagen. El anuncio que utilizó para el lanzamiento del primer Macintosh rompió moldes y está considerado como uno de los 50 mejores en la historia de la televisión. La estética es otra de las claves de su éxito, toda una declaración de diseño.

Jobs, imagen de Apple

Jobs era la imagen de Apple y su historia define la de la propia Silicon Valley. De hecho, podría decirse que hay un antes y después en el mundo tecnológico que lo marca Apple. Una combinación difícil de replicar que le permitió conectar la tecnología con las tendencias, y que explica el tsunami mediático que acompaña a cualquier artilugio que lanza al mercado.

Apple hace tambalear el mercado en el que penetra, porque sus productos son simples y marcan tendencia, como demuestra el caso del ratón. Y entorno a ellos es además capaz de crear un verdadero ecosistema, en el que todos conviven en armonía. Pero eso en Wall Street dicen que no es conveniente apostar contra Apple cuando lanza un nuevo producto.

La revista Fortune nombró por todo esto a Jobs "empresario de la década", y no sólo por la manera en la que llevó las riendas de Apple y su impacto en el mundo de los negocios. Los editores de la publicación financiera destacan su influencia en la cultura mundial. "Cada día, algún estudiante, empresario o diseñador que se enfrenta a un problema se pregunta: ¿qué haría Jobs?".

Tan ingenioso como misterioso, Jobs fue el punto fuerte de Apple. Tres décadas durante las que redefinió o reinventó la tecnología de consumo, creando productos que el más corriente del ciudadano no sabía que iba a necesitar. Pero la imagen del "hombre de negro" está tan vinculada a la marca, que eso le convierte a la vez en su principal vulnerabilidad.

Jobs sabía vender el producto, y tenía talento de distorsionar la realidad de tal manera que el público estuviera dispuesto a pagar más por ellos que los de la competencia. El éxito del iPhone, a pesar de sus problemas, es el más claro ejemplo. No era una cuestión de números, si no de emociones. Y eso es lo que crea todo tipo de preguntas sobre una Apple sin su gurú.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Se va Uderzo: muere una era del cómic


Su adiós a Astérix simboliza las metamorfosis de la historieta como género y mercado

Uderzo se retira, Astérix sigue. Apenas cinco palabras, una sencilla oración, pero fiel reflejo del fin de una era del cómic y, también, el punto de inicio que confirma que la historieta como género ha cambiado y se enfrenta a nuevos e ilusionantes retos.

Hace unos meses, Albert Uderzo decidía que, tras más de medio siglo dibujando las aventuras del irreductible galo que creara junto a René Goscinny en 1959, se retiraba para dejar paso a nuevos autores que siguieran sus peripecias. Una decisión sorprendente, que rompía la firme determinación que hasta el momento había expresado de seguir los pasos de Hergé con Tintín, no permitiendo que la serie continuara tras su desaparición.

Sin embargo, el inesperado anuncio no dejaba de tener sentido: tras años de dolorosas disputas contra su hija y su yerno por los derechos del personaje, el mundo que rodeaba al dibujante había cambiado tanto, el sufrimiento personal había sido tan grande, que todo podía ser puesto en duda y repensado.

Y es que la historieta había cambiado radicalmente desde que Astérix viera la luz en las páginas de la revista Pilote hace ya más de cinco décadas: aquella forma de cultura popular masiva pensada para el entretenimiento juvenil es hoy un arte con todas las consecuencias, que no se arredra en sus ambiciones y que mira tanto al lector adulto como al infantil, sin distinciones. Los personajes que inundaban las páginas de los tebeos juveniles han devenido en iconos culturales que lideran engrasadas industrias de mercadotecnia, en las que las publicaciones en papel son tan sólo la punta del iceberg de planificadas campañas totalmente globalizadas, donde se cuida desde la adaptación cinematográfica a los videojuegos en todas las plataformas concebibles, pasando por todo tipo de figuras y complementos de moda. En resumen: negocios de pingües beneficios que en el caso de Astérix arrojan cifran mareantes: más de 350 millones de ejemplares vendidos de los 34 álbumes editados, traducidos a más de un centenar de lenguas, un parque temático, series de animación, exitosas películas (con una más, Astérix y Obélix al servicio de Su Majestad, preparándose para 2012), videojuegos... Cifras de facturación que se miden en millones de euros y que demuestran que el cómic sigue siendo un eficaz motor económico. Es una razón más que sobrada para que los Astérix, Obélix y demás habitantes de la orgullosa aldea gala sigan arreando sopapos a los romanos, continuando en las librerías igual que hicieron en su día otros grandes personajes como Lucky Luke o Spirou tras la desaparición de sus creadores.

Según se comenta en las páginas webs especializadas, todo apunta a que Jean-Yves Ferri (guionista de la exitosa De Gaulle à la plage y de la serie Retorno a la tierra, junto a Larcenet) será el encargado de los nuevos guiones de la serie, que serán dibujados por los hermanos Frédéric y Thierry Mébarki, que trabajan desde hace años como asistentes de Uderzo. Con este cambio, todos los grandes iconos del cómic se transforman definitivamente en gigantescas franquicias alejadas de su creador, en un movimiento que certificará completamente el esperado éxito de la versión de Spielberg y Jackson de las aventuras de Tintín, rompiendo definitivamente los límites comerciales que la obra de Hergé tenía en el mercado anglófono y, quién sabe, poniendo sobre la mesa la conveniencia comercial de proseguir las aventuras del personaje, pese a la oposición de su creador.

El cómic europeo se une así a los movimientos que vive el género de superhéroes estadounidense, que ve cómo clásicos personajes forman parte ahora de estudiadas estrategias globales en las que el cómic es sólo una parte más. Paradójicamente, ese crisol de ideas que ha sido para la gran pantalla el noveno arte puede quedar relegado a una forma más de mercadotecnia dentro de esta nueva concepción total de la industria del entretenimiento.

Estamos ante una situación que contrasta con la pujanza de la nueva percepción que por fin va calando entre los lectores y medios de comunicación hacia la historieta, que dejan atrás prejuicios y consideraciones peyorativas para encontrar un arte que, definitivamente, también es adulto. Un lenguaje en el que el cómic de autor reclama un puesto preponderante a través de la novela gráfica y la reescritura de los géneros clásicos.

Es lo que está ocurriendo en Francia, donde las nuevas generaciones comandadas por autores como Joan Sfar, Christophe Blain, Lewis Trondheim o Frederick Peeters dan una visión novedosa que, además, está dando nueva vida a los personajes clásicos (como por ejemplo la excelente revisión del origen de Spirou que firma Émile Bravo en El diario de un ingenuo). Se cierra así un círculo que liga perfectamente la dicotomía de un medio que simboliza los siglos XX y XXI, conjugando arte e industria del entretenimiento.

¿Por qué no soy feliz?


Hay personas que nunca se sienten realizadas. Muchas cosas le fastidian y le molestan. Ellos van por este hermoso mundo corriendo desesperados como un niño que afanado persigue el arco iris.

A pesar del serio esfuerzo del niño y su intento de acercarse, el arco iris parece burlonamente alejarse. Para esas personas, la felicidad siempre se haya más allá de donde ellos se encuentran.

Un joven me decía: Me casaré cuando encuentre la persona que traiga satisfacción a mi vida. Con esa filosofía de vida algunos piensan: cuando encuentre a mi cónyuge, entonces seré feliz.

Otros que ya lo han encontrado y ya se han decepcionado, piensan "cuando me separe, entonces seré feliz". Algunos piensan: cuando tenga hijos seré feliz y otros, cuando se marchen, entonces comenzará mi felicidad.

La vida no funciona asì. Podrás tener riquezas y ser infeliz, estar rodeado de las personas más amorosas y vivir las circunstancias ideales, pero eso no quitará de ti todos tus males.

Es que la felicidad no se descubre al encontrar a la persona apropiada, sino en ser la persona adecuada. La felicidad no está en encontrar a quien te haga feliz, sino en aprender a traer felicidad a los que te rodean.

La felicidad la encuentra la persona que aprende a vivir sabiamente. Establece relaciones saludables, pone límites, acepta lo bueno y rechaza lo cuestionable.

Es feliz quien se acerca a las personas sin sospecha pero con prudencia y se aleja de quienes le hacen daño, sin maltratar pero con inteligencia. La felicidad la encuentra quien aprende a usar las cosas y no a las personas, quien no abusa ni permite el abuso.

No es feliz quien nunca recibe heridas sino quien sabe cómo evitarlas y, cuándo es imposible, sabe cómo curarlas.

No es feliz quien nunca tiene problemas o todo lo tiene resuelto, sino quien cuando estos llegan los enfrenta sabiamente y cuando no puede busca ayuda inmediatamente.

Por nuestro propio bien, dejemos de buscar la felicidad en las cosas, personas o circunstancias que nos rodean y comencemos a cambiar desde nuestro interior, las actitudes que nos están afectando.

Nobel de Química 2011 para los cuasicristales


Daniel Shechtman recibe el galardón en solitario por un descubrimiento de hace 30 años que fue muy controvertido

Daniel Shechtman, científico del Instituto de Tecnología de Haifa (Israel), recibe este año el Premio Nobel de Química, en solitario, por el descubrimiento de los cuasicristales, según ha anunciado la Real Academia de Ciencias Sueca.

Shechtman, nacido en Tel Aviv hace 70 años, hizo el descubrimiento en 1982, trabajando en Estados Unidos durante un año sabático, en el NIST (U.S. National Institute of Standars and Technology), ha comentado el comité Nobel al presentar el galardón.

"En los cuasicristales encontramos los fascinantes mosaicos del mundo árabe reproducidos al nivel de átomos: patrones regulares que nunca se repiten a si mismo", explica la Academia sueca. "Sin embargo la configuración descubierta en los cuasicristales se consideraba imposible y Shechtman tuvo que luchar una dura batalla contra la ciencia establecida", añaden los académicos. El hoy trabajo premiado alteró fundamentalmente la concepción de los químicos acerca de la materia sólida.

Se creía que en la materia sólida los átomos estarían dentro de los cristales siguiendo un patrón simétrico que se repetiría periódicamente una y otra vez. Para los cíentíficos, se requería la repetición para obtener un cristal. Por ello, cuenta la Fundación Nobel que la imagen que surgió en el microscopio electrónico ante los ojos de Shechtman, en la mañana del 8 de abril de 1982, contradecía las leyes de la naturaleza. Los átomos en el cristal de esa imagen formaban un patrón que no podía repetirse y que, en teoría, era imposible. El descubrimiento fue, por supuesto, muy controvertido, hasta el punto de que, ante la defensa insistente que hizo el hoy galardonado con la máxima distinción de la ciencia en su especialidad, se le pidió entonces que abandonara el grupo de investigación. Finalmente la comunidad científica tuvo que capitular ante la evidencia y reconsiderar el concepto que se tenía de la naturaleza de la materia.

"Cuando los científicos describen los cuasicristales de Shechtman, utilizan un concepto derivado de las matemáticas y del arte: el número áureo, que despertó el interés incluso de los matemáticos de la Antigua Grecia. En los cuasicristales, por ejemplo, la relación entre distancias entre átomos está relacionada con ese número áureo", continúa la explicación del Premio Nobel. Tras el descubrimiento de Shechtman, otros investigadores han hecho distintos tipos de cuasicristales en laboratorio e incluso han descubierto algunos en la naturaleza, en muestras de minerales de un río en Rusia. Los cuasicristales también han saltado al mundo industrial.