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jueves, 21 de junio de 2012

La ‘ley Sinde-Wert’ ya ejerce de policía


Dos años y medio después de su aprobación, la normativa antipiratería pasa a la acción. El Gobierno no ve diferencia entre páginas de enlace y de descargas. 

 Ya es real. Esa mezcla de normas escondidas en otras leyes, reuniones de ministros y asociaciones de internautas, pitidos en los Goya, votaciones, políticos que no se atreven, más votaciones, reglamentos aprobados y —sobre todo— muchas polémicas que responde al nombre de ley Sinde-Wert empieza a tener consecuencias. Han hecho falta casi dos años, pero la Comisión de Propiedad Intelectual ya ha abierto en las últimas dos semanas, sus primeros ocho expedientes contra webs que presuntamente sirven o enlazan contenidos sujetos a derechos de autor. Si las páginas no desisten en servir esos archivos, las posibles sanciones pasarán la retirada forzosa del contenido no autorizado o en el cierre del sitio que lo aloja o lo enlaza. 

 Desde su nacimiento, el 1 de marzo de este año, la Comisión ha recibido 326 solicitudes de retirada de contenido, sobre todo provenientes de entidades de gestión de derechos de autor. Ha archivado 243. Las otras 83 han sido tramitadas, según explica la presidenta de la Comisión, María Teresa Lizaranzu. Algunas han echado a andar estos días. Y otras lo harán pronto. Poco tardarán también en llegar las primeras resoluciones: una o dos semanas como máximo. 

 El primer caso en darse a conocer fue, el lunes, el de bajui.com, una web de enlaces denunciada por AGEDI (asociación de las principales compañías discográficas) por un link a la descarga del disco Un ramo de rosas, de Luz Casal en una web suiza. 

 Otras dos de esas ocho expedientadas son de descargas de libros y han sido señaladas por CEDRO, entidad de gestión de los derechos editoriales. La propia organización lo confirmaba ayer. Mientras, Promusicae informaba de que ha entregado unas 25 solicitudes y que están abiertos los expedientes contra dos páginas de descargas musicales: vooxi.com y eliteteamdd.com, así como contra la dirección suiza Uploader. La web tucinecom.com es otro de los sitios implicados.

 Aunque entre todos, quizá el nombre más ilustre es, sin embargo, el de CineTube, uno de los portales de enlaces más conocidos de España. La web publicó ayer en su foro un mensaje que explicaba a los usuarios que se desactivarían “todas las secciones de descargas directas por motivos que en breve se comunicarán”. La razón se intuía clara: la ley Sinde-Wert.

 Brimtec Media, propietaria de la página, recibió una notificación de la Comisión de Propiedad Intelectual el martes por la mañana. Les informaban de que EGEDA, la entidad de gestión de los derechos de los productores audiovisuales, había denunciado a la página web de descargas Letitbit, alojada en las Seychelles, y que ellos tenían tres enlaces a contenidos no autorizados de esa web. CineTube respondió que ya no ofrecía descargas: el abogado que defiende al portal, Carlos Sánchez Almeida, informaba de que la tarde del lunes —horas antes de la notificación— habían levantado acta notarial de que CineTube no enlazaba a obras protegidas.

 ¿Una retirada voluntaria y preventiva? Almeida lo niega y se remite al acta notarial. En cualquier caso, según el abogado, “CineTube solo enlaza a tráilers de películas y promociona el cine”. Así que no hay “nada” que retirar.

 Lo mismo sostienen las alegaciones presentadas por el bufete de Almeida, en nombre de Brimtec Media, al Ministerio de Cultura, Educación y Deportes. La segunda reza: “En CineTube no hay enlace alguno a obras protegidas y por ello no cabe atribuirle responsabilidad alguna por los contenidos que puedan albergar terceros”. El documento subraya también que hay un caso abierto, ante el Tribunal Supremo, desde que la Red de Empresas de Internet impugnó la norma que rige la Comisión de la ley Sinde-Wert. Por ello, CineTube considera que “toda aplicación de dicha norma que pueda suponer una medida restrictiva de los derechos y libertades en Internet debe someterse al principio in dubio pro libertas \[en caso de duda, no sancionar\]”.

 Bajui.com y CineTube son páginas de enlaces que no alojan un contenido descargable sino que remiten a él. Son intermediarios. Linzaranzu señala que la Comisión se dirige sobre todo a webs de descargas. A las de enlaces se les informa “en calidad de terceros interesados”, asegura la presidenta de la Comisión, “a no ser que la solicitud se dirija directamente contra ellos”. Linzaranzu no ve diferencias entre unas y otras.

 En el caso de bajui.com y CineTube el procedimiento de la comisión se centra en las páginas que ofrecen la descarga del producto, Uploaded.to y Letitbit.net respectivamente. Las dos páginas se excusan al señalar que no pueden estar continuamente comprobando adónde llevan los enlaces que los usuarios van subiendo a sus servidores. La ley de Servicios de la Sociedad de la Información contempla sanciones para páginas de enlaces, pero siempre y cuando “el proveedor tenga conocimiento efectivo de esa ilicitud, que debe ser declarada por un órgano competente”. Justo lo que hace la Comisión cuando, como dice su presidenta, “informa al tercer interesado”.

 Así funciona el proceso 

 -De los expedientes abiertos, dos afectan a páginas de descarga de libros, dos a sitios de cine, y tres son de música. Del octavo no se conocen datos.
-Al recibir una solicitud, la comisión decide si admitirla a trámite. Una vez abierto el expediente, el órgano avisa a la web implicada. La página tiene entonces 48 horas para retirar voluntariamente el contenido o presentar alegaciones.
-La primera opción archiva el caso. De seguir el segundo camino, los tiempos se alargan. La comisión estudia las alegaciones y presenta unas conclusiones, que entrega a solicitante y solicitado. La página tiene esta vez cinco días para retirar el enlace o descarga de la discordia o presentar otras alegaciones.
-El órgano está obligado a dictaminar en tres días si la página viola los derechos de autor. El 'sí' traslada el caso ante un juez, quien ejecuta finalmente la sanción: emplazar al usuario a la retirada voluntaria del contenido, quitarlo forzosamente o cerrar la web. A este punto también se llega si el denunciado hace oídos sordos de toda notificación.

miércoles, 20 de junio de 2012

La gestión del Centro Niemeyer


La Fundación prevé anular los cambios de estatutos que eliminaron el control público 
El patronato de la entidad se reunirá mañana y el orden del día incluye revocar las reformas que desataron la polémica con el Gobierno de Cascos



 Los patronos de la Fundación del Niemeyer se reunirán mañana, dos días antes de lo previsto inicialmente por lo ex gestores del ahora denominado Centro Cultural Internacional Avilés. El encuentro tendrá como escenario el centro cultural de la ría, según trasciende en la convocatoria, y en el orden del día se encuentra la revocación de los acuerdos adoptados por el patronato en sus dos últimas reuniones (las del 21 de febrero y 4 de junio del año pasado) y el regreso a los estatutos anteriores a la polémica reforma final de Vicente Álvarez Areces. 

 Precisamente estas reformas estaturias que ahora pretende anular la Fundación son las que desencadenaron la guerra política sobre el centro a finales del año pasado y que provocaron el cambio de gestión del conjunto arquitectónico diseñado por el brasileño Oscar Niemeyer apenas nueve meses después de su inauguración. 

 El anterior Gobierno del Principado (Foro Asturias) llegó a presentar un recurso por la vía civil ante los tribunales para anular por falta de quorum dichos cambios en los Estatutos, que está aún pendiente de resolución. La vuelta de tuerca con el regreso a los estatutos previos a estas reformas quitaría todo el sentido a ese recurso que presentó el anterior consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, y al que se adhirió el ahora presidente saliente de la Autoridad Portuaria, Raimundo Abando. 

 La revocación de los cambios estatutarios adoptados el año pasado supone que las administraciones públicas volverán a tener mayoría en el patronato: cuatro representantes el Principado, dos la Autoridad Portuaria y otros dos el Ayuntamiento de Avilés. Esto no quiere decir que esta vaya a ser la composición definitiva de la entidad, sino un regreso a los orígenes para refundar desde cero la Fundación. 

 Los patronos del Niemeyer están llamados al centro cultural de la ría a las cuatro de la tarde de mañana, en primera convocatoria, y a las cinco en la segunda. El orden del día incluye un informe del secretario general, José Luis Rebollo; la aprobación, si procede, de las cuentas anuales del ejercicio 2011 y la revocación de los acuerdos adoptados en las reuniones del patronato de fechas 21 de febrero y 4 de junio de ese mismo año, entre otros asuntos. 

 Al patronato de la fundación están convocados, además del presidente Manolo Díaz y el secretario, la consejera de Cultura, Ana González (Principado); la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela (Ayuntamiento); el presidente de la Autoridad Portuaria (Raimundo Abando, ya que su sucesor aún no ha asumido el cargo), el Ministerio de Cultura y representantes de Cajastur, Asturiana de Zinc (Azsa) y el Grupo Daniel Alonso, según las fuentes consultadas. También están llamados a la reunión el que fue presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, que fue nombrado patrono de honor en un patronato celebrado en 2007 en la Casa de Asturias en Madrid.

Emili Teixidor, la memoria literaria del pan negro rural


La adaptación al cine de la novela del escritor catalán, fallecido este martes, ‘homenajeó’ su obra sobre la posguerra. 

 No, él tuvo la suerte de comer poco pan negro durante la posguerra porque en la masía de sus abuelos “se hacía pan”. Pero el mundo ligado a ese pan negro de física y espiritual miserable posguerra rural, que él tan bien describió en su novela homónima, fue, gracias al éxito de la versión cinematográfica de Agustí Villaronga (nueve goyas, el primero para el cine en catalán, y 14 gaudís) el que colmó quizá el hambre de demasiada gente que, injustamente, solo conocía esta obra del escritor, pedagogo y periodista Emili Teixidor. Ayer, sin duda una de las mejores voces de las letras catalanas desde los años sesenta falleció en Barcelona a los 78 años, con la discreta sobriedad que le caracterizó siempre, tras una tenaz resistencia al cáncer. 

 “Leo y escribo para acumular una antología personal de imágenes sacadas de libros, vivencias o frases, que ejercen una fascinación y tienen un significado especial para mí”, justificaba su escritura Teixidor. Decía que todo lo que puso sobre un papel —casi una cuarentena de libros— procuraba que fuera “más real que vivencial”, pero vida y obra no pueden separarse tanto en Texidor de sus orígenes en Roda de Ter, el pueblo de Vic donde nació el 22 de diciembre de 1933, rodeado de las tres colonias textiles que iban vaciando la escuela rural de compañeros, como ocurrió con su amigo el futuro poeta Miquel Martí i Pol, al que vio marcharse con solo 14 años para incorporarse a una de las fábricas. 

 El adoctrinamiento brutal (religioso, político, cultural, sexual), “esa sensación de ahogo, ese fascismo ordinario” que había en los pueblos tras la Guerra Civil y que él, junto con el propio Martí i Pol y otros jóvenes, intentó fintar alrededor de unos encuentros culturales a través de un bardo local, Josep Clarà, es lo que años después le empujó a dejar de ejercer como maestro en la comarca y trasladarse en 1958 a Barcelona, donde fundó con otros compañeros la escuela Patmos, pura bocanada de renovación pedagógica en un ámbito dueño de la Iglesia. 

 Conocedor como pocos de la psicología infantil, que quizá aprendió de sí mismo, y portador innato de una capacidad pedagógica notable, solía citar como estrategia el hecho de llevar tres libros a clase, de los cuales solo hablaba de dos. “Los chicos siempre sentían entonces curiosidad por el tercero, que era aquel del que yo en realidad quería hablarles”. 

 En ese escenario pedagógico detectó la necesidad, a principios de los años sesenta, junto con autores como Josep Vallverdú y Joaquim Carbó, entre otros, de llenar un vacío en la literatura infantil y juvenil en lengua catalana, donde destacó pronto y alcanzó cifras de ventas más altas que las que lograría con la narrativa de adultos. Les rates malaltes (1967, premio Joaquim Ruyra) y, sobre todo, L’ocell de foc (45 ediciones, versión en castellano y más de medio millón de ejemplares), amén de su serie sobre La formiga Piga, resumirían el impacto de su capacidad narrativa, que supo combinar como pocos escritores coetáneos con un cuidado lenguaje y un vocabulario riquísimo con el que salpimentaba toda su obra. “Una lengua no puede permitirse perder tanto léxico como hace el catalán”, afirmó hace muy poco. 

 Con voluntad humanista, se tituló también en Derecho, Filosofía y Letras, y Periodismo, faceta esta última que le llevó a colaborar con asiduidad en los periódicos Diari de Barcelona, Avui y EL PAÍS. Y también a intervenir en medios audiovisuales: en Catalunya Ràdio, en programas de libros de televisión como Mil paraules (TV-3, 1990-1994) y en la elaboración de guiones. 

 Hacía tiempo, pues, que estaba herido ya irremediablemente por la escritura, tanto que empezó en 1975 a dirigir la editorial Ultramar. En ese contexto, el salto a la literatura para adultos no se hizo esperar mucho más. Fue en 1979 con los relatos de Sic trànsit Gloria Swanson, que se tradujo ya en el premio de la Crítica Serra d’Or. 

 Pero las imágenes personales habían de aflorar algún día y llegaron en forma de un particular friso que estrenó la excelente Retrat d’un assassí d’ocells (1988), infelizmente no jalonada de premios como acabaría siendo constante en la producción de Teixidor y como ratificaría, por ejemplo, El llibre de les mosques (1999), premio Sant Jordi. 

 La mirada un punto irónica, no exenta de escepticismo, impregnada de recuerdos de profesores purgados, jóvenes cooptados por falangistas, vicarios de viejo credo, secretos arrastrados de antes de la guerra pero purgados tras la contienda y hambres insaciables, que estaban a caballo entre sus vivencias y la literatura, se acentuaron si cabe en Pa negre (2003), su obra para adultos más reconocida (cinco premios, entre ellos el Crexells y el Nacional de Cultura de la Generalitat). El férreo dominio de Teixidor de la técnica narrativa permitía que en ese marasmo de miserias y esperanzas se oyera siempre nítida la voz de sus inolvidables personajes. 

 Tomando también fragmentos del Retrat..., con Pa negre Villaronga popularizaría para el lector adulto a un autor que, como resumía ayer el consejero de Cultura, Ferran Mascarell, fue “un clásico contemporáneo”, papel que había reconocido ya la Creu de Sant Jordi en 1992. “¡Leedle para revivirle”, reclamaba Isona Passola, productora del filme. 

 El acto de reconocimiento como doctor honoris causa por la Universidad de Vic el pasado febrero fue su última aparición, que en lo literario cerró Els convidats (2010), de nuevo instantánea de los efectos de la guerra en la vida rural. El álbum de la memoria estaba completado. “Aquellas imágenes, los libros, tienen también una función liberadora. No hay nada más frustrante que la imposibilidad de escapar”, decía. Él lo escribió. Y escapó, libre.

martes, 19 de junio de 2012

Es The Boss. Y punto


A sus 62 años, cada vez que Bruce Springsteen sube a un escenario da la sensación de estar ante su primer y último concierto 

  PEDRO ZUAZUA

 Si uno piensa en las personas de más de 60 años que conoce, seguramente escaseen los perfiles de gente capaz de dar un concierto de casi 4 horas. Alguno podría intentarlo, pero claro, la cuestión es hacerlo con dignidad. Bruce Springsteen (Nueva Jersey, 1949) se plantó ante más de 50.000 personas en el Santiago Bernabéu y demostró que, para esa reducidísima estirpe de genios de la que forma parte, los 60 son los nuevos 20. 

 Cuando Springsteen salió al escenario, a través de las pantallas se podía ver la imagen de un sexagenario. Al fin y al cabo, es lo que es. El tiempo, desgraciadamente, pasa rápido para todos. La grada se percató de ello. En su caminar, en sus movimientos y en algunos gestos de su cara parecía intuirse un atisbo de vejez. 3 horas y 48 minutos después los viejos éramos los allí presentes, a los que nos costaba seguir el ritmo de aquel tipo que, ya con los primeros acordes de Badlands, aclaró que no está dispuesto a jugar el papel del cuadro en El retrato de Dorian Gray. 

 Hubo altibajos, desde luego, pero si uno echaba un vistazo al césped o a la grada, se encontraba únicamente caras de felicidad. Grupos de amigos que bailaban los temas abrazados, sin mirar para el escenario, miles de manos que se movían al unísono, estribillos coreados con una extraña mezcla de fervor, pasión y automatismo (han hecho más por el aprendizaje del inglés algunas de sus canciones que muchas legislaturas) y una sensación general de que lo que rodea a este tipo alcanzó hace mucho el nivel de religión. Los feligreses, ataviados por lo general con el variadísimo merchandising que acompaña al músico, son una mezcla muy variada en la que predomina el chico o chica que, en su fuero interno, sueña con ser un trampero pero que sabe que lo más cerca que estará de conseguirlo será cantando Born to run. 

 Los músicos que hacen de la presentación de su banda una parte del concierto tan entretenida como cualquier canción tienen algo diferente. Springsteen la lleva a cabo con cariño, sencillez, entrega y agradecimiento, y desde ese momento la comunión con la grada es ya absoluta. Él presenta a su familia, abre las puertas de su casa y, entonces sí, empieza la fiesta. 

 Hubo tiempo para que demostrara que sabe leer dignamente en español, encontró un momento para dedicar una canción a Nacho, un joven fan español fallecido hace algunos días, y también para recordar a Clarence Clemons, pero no tiró de sensiblería. Sacó a dos niños al escenario y los trató como el típico tío enrollado de las series americanas e incluso dejó una escena para el recuerdo cuando un cartel que rezaba “Peralejos de las truchas” (localidad de la provincia de Guadalajara) permaneció unos hilarantes segundos a sus pies mientras todas las cámaras enfocaban al Boss y el público aplaudía lo absurdo de la situación. 

 No dejó de sonreír ni un solo momento y, una vez más, parecía que era, al mismo tiempo, el primer y último concierto que iba a dar en su vida. Muchos pagaríamos por ser él un solo minuto. No por la fama, la adoración del público y la erótica del escenario, que también, sino porque da la sensación de estar disfrutando tanto con su profesión que uno se hace una idea de la felicidad bastante cercana a lo que puede vivir él en esos momentos. Todo ser humano debería tener derecho a ver al menos una vez en su vida una canción de Springsteen en directo. Entienda o no el inglés, le llegará algo que no está en las letras ni en la música, pero que le hará sentir mejor. Nadie sabe lo que es, no se puede definir y mucho menos envasar, pero él lo tiene. 

 La segunda mitad del concierto fue antológica. Nadie se quería ir. Y tampoco hubiera podido, porque no había descanso entre canción y canción. Era imposible porque lo que estaba sucediendo sobre el escenario no era música, era magia. Ahí apareció el mejor Bruce, que de repente se había quitado 35 años de encima y parecía decir en cada canción: “¿Por qué creéis que me llaman el Boss?”. Por conciertos como el del Bernabéu, sin duda. 

 Y es que el de Springsteen es uno de los mejores motes de la historia. Tenemos que estar agradecidos de que hayan sido los americanos los encargados de ponérselo porque, de haber salido de España, se hubiera quedado con “El puto amo” para toda la vida. Que sí, que lo es, pero ya nada hubiera sido lo mismo. Es The Boss. Y punto.

Los cerdos entran en el Louvre


El polémico artista belga Wim Delvoye presenta una sorprendente y singular exposición. Un diálogo contemporáneo con el arte clásico. El creador lo asume sin complejos y hasta con una suerte de desafío. 

  AURÉLIEN LE GENISSEL

 Cerdos decorativos en un salón decimonónico, esculturas retorcidas en una impecable mesa de bufete, neumáticos de acero tirados entre el mobiliario aristocrático, figuras en posiciones sexuales… Es lo que pasa cuando uno de los establecimientos artísticos más antiguos del mundo abre sus puertas al creador de Cloaca, una máquina de crear excrementos. Aunque donde algunos ven una sarcástica burla, el artista reivindica una respetuosa fidelidad a la herencia tradicional, alejada de la vacuidad y de la ligereza de un arte contemporáneo que no duda en criticar. O eso nos ha contado el propio Wim Delvoye. Aunque con él nunca se sabe. 

 Cuando una institución tan venerable como el Museo del Louvre invita a un artista contemporáneo, con fama de controvertido, a presentar sus creaciones junto a sus grandes obras maestras, la polémica está asegurada. Blasfemia estética, para unos, o fructífero diálogo temporal, para otros, las discusiones parecen no tener fin como ya se demostró durante las exposiciones de Jeff Koons (2008) y Takashi Murakami (2010) en el castillo de Versalles. Por las salas del Louvre ya han pasado nombres tan reconocidos como Tony Cragg, Jan Fabre, Anselm Kiefer, Joseph Kosuth o Michal Rovner. 

 Wim Delvoye sería uno más de esta interminable lista si no fuese por la agitada fama que siempre le precede. Se dió a conocer en 2000 con Cloaca, una compleja máquina que reproducía con fría exactitud todo el proceso digestivo humano (de la absorción a la digestión) para acabar creando unos excrementos reales. Luego vinieron su serie de radiografías y vidrieras obscenas o escatológicas y sus pieles de cerdos. Delvoye los cría en su granja cerca de Pekín donde los tatúa antes de vender sus pieles como si de simples cuadros se tratasen. Un procedimiento que ha despertado la ira de las asociaciones de defensa de los animales. El proyecto Tim (2008) lleva esta idea al paroxismo. El suizo Tim Steiner se dejó tatuar la espalda por Delvoye y este vendió su obra por 150.000 euros a un coleccionsta suizo, que recibirá el trozo de piel a la muerte del portador. Por si fuera poco, Delvoye ha creado también unas esculturas retorcidas de Cristo crucificado, que sitúa ahora sobre la gran mesa de banquetes de las salas de Napoleón III en el Louvre, atrayéndose esta vez la animosidad de las instituciones religiosas. 

 ¿Qué se puede inventar esta vez Delvoye? “Nada”, nos asegura con un tono casi infantil. El espectador puede ver “un Wim que no es exactamente el yerno ideal pero que ha encontrado su lugar entre las cosas bien trabajadas”, explica. Aunque es muy consciente de lo que acarrea su arte. “Estas obras son el resultado de casi cuatro años de trabajo. Sé que puede resultar provocador, pero de manera nueva. Como puede serlo intentar volver a hacer pintura parecida a la del siglo XVII”, explica. ¿Un retorno al academismo? Quizás. Y es que Delvoye ha decidido que era hora de criticar al mundillo del arte tal y como se presenta hoy. Un nuevo hobby o una nueva estrategia para este artista que parece no tenerle miedo a nada. “El siglo XX fue terrible, pero no lo sabíamos. El siglo XXI también, pero de manera completamente diferente. Murakami, por ejemplo. Al principio yo pensaba que lo suyo no era arte, aunque me gustaban un par de esculturas. Sabía que funcionaría porque un nuevo mundo había nacido. Pero nunca hubiera imaginado un mundo tan terrible en el que él pudiera hacer cualquier cosa y que le pagasen tanto”. O el arte de morder la mano que te ha dado de comer. 

 Sin embargo, no todo es malo según Delvoye. “Damien Hirst ha vendido directamente sus obras, saltándose al galerista. ¿Maurizio Cattelan? Ha sido comisario, propietario de una galería (la Wrong Gallery), editor de dos revistas y crítico de arte. Y se le considera como uno de los mejores de su generación. Hace 25 años, un artista no hubiera podido hacerlo porque se le hubiera tachado de comercial y hubiera perdido toda credibilidad”, explica contento de que el arte contemporáneo haya conseguido emanciparse de lo que el artista belga llama “el arte para los funcionarios”. “Ahora reina el mercado libre. Quizás no sea tan bueno pero es así. El mercado es bastante conservador, algunas veces igual de malo que antes”, admite volviendo a la carga. Ahí va la primera bala para un sistema liberal y caótico que muchos consideran responsables de la burbuja especulativa que conoce el mercado del arte contemporáneo en los últimos tiempos. Pero el fusil de Delvoye tiene munición para todos. ¿Los jóvenes artistas contemporáneos? “Es cierto que mi trabajo se vende por cantidades de seis ceros, pero yo gasto mucho en cada obra. Y veo a jóvenes desconocidos que siempre llegan a esa cifra aunque sea una obra más pequeña. Pero el trabajo que hacen no tiene compromiso alguno”, explica con una nostalgia cuyos aires retrógrados son tan sorprendentes (él forma parte de todo eso) como, seguramente, calculados. 

 Pese a todo, el trabajo del artista belga encuentra un eco particular en un lugar tan cargado de historia y herencias estéticas como el Louvre. Y es que las obras de Delvoye a menudo se caracterizan por una sorprendente mezcla de referentes clásicos y objetos o códigos actuales. Ya no solo en la reinterpretación digitalizada y perfeccionada de la arquitectura gótica que ha iniciado en los últimos años, con maquetas de hierro cortadas al láser de manera ultra-realista (Chapel # 2, 2007) o la famosa torre que pudo verse en la Bienal de Venecia de 2009 (Torre Venezia, 2009), sino en sus primeras creaciones. Objetos banales, como mesas de planchar, palas o bombonas de butano que el artista decora con unos escudos de armas medievales o con los paisajes típicos de la cerámica de Delft (Butagaz 62 Shell 205722, 1989-1990). Unos inesperados acercamientos estéticos que ofrecen una apasionante reflexión sobre la esencial trivial de algunos objetos y las condiciones sociales o hermenéuticas que pueden transformarlos en obras de arte. En efecto, ¿por qué no decorar también una bombona de gas, una cuchilla de sierra circular o la piel de unos cerdos? Asuntos en los que el artista seguirá profundizando a lo largo de su carrera y que están muy presentes en la propuesta del Louvre con cuchillas decoradas como platos, cerdos tatuados con flores o una imponente escultura de acero en el jardín de las Tullerías. 

 Y es que Delvoye siempre “interroga el presente a la luz del pasado y se presenta como un regenerador proponiendo fórmulas desestabilizadoras”, como se explicaba en el catálogo de la gran exposición que le dedicó el Bozar de Bruselas en 2010.

Reencuentro literario con el pequeño de los Machado


La poesía de Francisco ve la luz a los 62 años de su muerte 

  TEREIXA CONSTENLA

 En 1939, como pudieron, todos los hermanos Machado cruzaron la frontera hacia el exilio con la excepción de Manuel, atrapado el 18 de julio de 1936 en la estación de Burgos aguardando el tren de las ocho que jamás llegó a partir, encarcelado y finalmente forzado a vender su alma. Francisco, el menor, pasó a Francia con su esposa y sus tres hijas en fechas y lugares distintos de sus hermanos Antonio, José y Joaquín. Se habían visto por última vez en Cataluña, etapa final de las sucesivas evacuaciones de la saga durante la guerra. 

 Francisco, un director de prisiones seguidor de Concepción Arenal y de su máxima “odia el delito y compadece al delincuente”, había sido trasladado conforme la República se replegaba para permanecer junto a su familia. Parecía tan destinado al destierro como los demás. Ocurrió algo que lo impidió. Mercedes Martínez, su esposa, le convenció del sinsentido de la huida. Si nada malo había hecho, nada malo podría ocurrirles. Una reflexión repetida por miles de republicanos que se dieron media vuelta al llegar a Francia. A algunos les costó carísimo. Francisco Machado estuvo a punto de ser uno de ellos. “Al cruzar la frontera de vuelta a España, amenazaron con meter a mi padre en un campo de concentración y mi madre se puso como Agustina de Aragón”, revive su hija Leonor Machado en su casa de Madrid. 

 El director de prisiones evitó la cárcel, aunque no la sospecha. Las nuevas autoridades franquistas le sometieron al escrutinio que aplicaron a todos los empleados públicos para extirpar de la administración cualquier signo hostil. “Como no había tenido responsabilidades políticas le permitieron volver a prisiones, aunque ya no como director”. Leonor recuerda de su padre la bondad, una cualidad de otros Machado, que Antonio glorificó en un verso autobiográfico. A pesar del cambio de régimen, cuya política penitenciaria juntaba el hisopo con la violencia, el funcionario de prisiones siguió fiel a sus principios. Tratar a los reclusos con respeto le ahorró disgustos: unos presos cambiaron la fecha prevista para su fuga para no perjudicarle, ya que estaba de guardia el día elegido. 

 Francisco Machado pagó algunos peajes por su apellido. Nazcas donde nazcas, ser el pequeño lleva acarreado alguna losa. En casa de los Machado también. Nacido en Madrid en 1885, cuando a Francisco le llegó el turno para estudiar, el dinero de la familia ya no daba más de sí. Para sacar adelante la carrera de Derecho, tuvo que ponerse a trabajar. Pero sin duda el mayor condicionante que recibió fue el de tener inclinaciones poéticas al tiempo que un hermano llamado Antonio, poeta-mito del siglo XX, y otro llamado Manuel, más oscurecido por razones políticas que por falta de cualidades literarias. No hubo recelos ni pesares, según su hija. Francisco recitaba los poemas de sus hermanos por los pasillos de su casa, aunque no delante de Antonio, que odiaba que declamasen sus versos. Para escribir buscaba a diario la privacidad de un café. No se sintió intimidado por el lustre de sus hermanos, pero lo cierto es que jamás publicó sus poemas, aunque sí una obra sobre leyendas toledanas. Se han necesitado 62 años y el empeño de su hija, Leonor, para reunir sus principales escritos en un pequeño volumen, Obras escogidas, publicado por Ediciones de la Torre. "Se lo debíamos", afirma Leonor, que prologa el volumen. 

 “Al lado de sus hermanos es un poeta menor, pero no deja de llamarse Machado. Y tiene algunas obras en los Pensamientos que podrían haber sido escritas por Antonio”, comenta el editor José María Gutiérrez de la Torre. “Para Antonio y Manuel la literatura era un medio de vida, se sentían escritores profesionales. Mi abuelo, sin embargo, escribía lo que le daba la gana y cuando le daba la gana, es más irregular que sus hermanos, tiene algunos poemas fantásticos y otros menos”, compara su nieto, Manuel Álvarez Machado. Quizá esa irregularidad la explique el mismo Francisco con sus versos: “Soy mi mayor enemigo, / porque lo es mi fantasía, / y esa siempre va conmigo”.

domingo, 17 de junio de 2012

Goebbels, propagandista sobrevalorado



Peter Longerich sostiene en una nueva biografía que el jerarca nazi padecía un trastorno narcisista y no fue en realidad una figura tan relevante del régimen.

 Es uno de los nazis menos apreciados, y valga el sarcasmo, que era una de sus figuras retóricas favoritas. A Joseph Goebbels, uno de los más famosos dirigentes del III Reich, se le ha calificado de Mefistófeles del partido, demagogo vil y disoluto, y, menos finamente, de cojo satánico y enano iracundo. Victor Klemperer lo define en sus diarios como “el más venenoso y mendaz de todos los nazis”. Goebbels (Rheydt, 1897-Berlín, 1945, suicidado y chamuscado —no consiguieron quemar del todo su cuerpo— en el Führerbunker) ha sido probablemente el propagandista más famoso de la historia. Medía poco más de metro y medio y padecía desde niño de atrofia y parálisis crónica del pie derecho, lo que provocó comentarios irónicos sobre sus peroratas acerca de la superioridad de la raza aria, en la que generosamente se incluía. Sus defectos físicos (y no digamos morales) no le impidieron disfrutar de numerosas aventuras sexuales, que consignaba puntualmente en su diario, y ganarse merecida fama de rijoso. Vocero de Hitler, antisemita radical despiadado, gauleiter de Berlín, ministro de Propaganda del régimen más atroz de la historia de la humanidad, Goebbels, el Savonarola pardo, fue un fanático predicador de la violencia nazi y su humeante rastro puede seguirse desde las luchas callejeras hasta la declaración de guerra total. 

 A tan edificante individuo ha dedicado una nueva biografía, monumental como suele (1.052 páginas), el gran especialista en el III Reich y el Holocausto Peter Longerich, autor ya de otra colosal y reveladora obra sobre Heirich Himmler (RBA, 2009). Longerich (Krefeld, Alemania, 1955), profesor de historia contemporánea en la universidad de Londres, sigue en Goebbels (RBA, 2012) el discurrir vital y político del personaje, desde su crisis de intelectual fracasado necesitado de un propósito en 1923 hasta su decisión de morir con su familia junto a Hitler en abril de 1945, ofreciendo una visión completa del mismo y en buena medida muy novedosa. ¿Cree que era el nazi más desagradable?, le pregunto. “No sabría decirle, me parece una competición muy extraña”. 

 El historiador sostiene que Goebbels sufría de “un trastorno narcisista de personalidad” que le hacía buscar adictivamente el reconocimiento y el elogio, y que fue lo que cimentó su dependencia de Hitler, al que convirtió en el ídolo al que subordinarse para recibir legitimación y gratificación. Ese narcisismo patológico, basado probablemente en una falta de atención materna en la infancia y en el que no influyó su minusvalía física, señala Longerich, “explica la casi absoluta devoción a Hitler, su obsesión con su propia imagen y el hecho de que pasara una considerable parte de tiempo enzarzado en largas batallas contra sus competidores en el entorno de Hitler”. 

 Sorprendentemente, Longerich retrata a un Goebbels mucho menos importante en el seno del régimen de lo que se creía. ¿Ha sido Goebbels pues históricamente sobredimensionado? “Así es. Y de alguna manera seguimos siendo víctimas de su propaganda y sobrevalorándolo. Como muestro en el libro, muy a menudo no estuvo involucrado en el proceso de toma de decisiones. Esa situación no cambió durante la guerra, pero Hitler se encontraba con él cada cuatro o seis semanas para conversaciones privadas y eso le proporcionaba la sensación al ministro de ser el más cercano asesor del líder. Gobbels nunca se dio cuenta de cómo era manipulado y usado por Hitler”. En su libro, Longerich muestra cómo una y otra vez Goebbels se encuentra ante decisiones de gran calado de las que no ha sido informado previamente y que incluso le cogen con el pie cambiado, valga la expresión. 

 Eso no quiere decir, por supuesto, que Goebbels fuera inocente de los crímenes nazis. “Tuvo un papel activo en la radicalización de la persecución de los judíos, en particular en su doble papel de líder del partido en la capital y como ministro de propaganda y jefe del aparato de propaganda del partido”. 

 En la visión de Longerich, Goebbels no es tampoco el gran propagandista que se nos ha hecho creer. “El problema es que una de las fuentes principales para estudiar a Goebbels es su propia propaganda, y hemos estado bajo el influjo de ella. Goebbels fue por encima de todo un propagandista de sí mismo, tratando de convencer al mundo de que era un genio de la propaganda capaz de unir a toda Alemania detrás de Hitler. La historia del éxito de su sistema de propaganda es parte esencial de esa misma propaganda. Tenemos que tener presente que las fotografías, metraje y otras fuentes que normalmente usamos como evidencia de su éxito para manipular al pueblo alemán fueron producidos en el ministerio de Propaganda, con un propósito principal: crear ese mito”. 

 Dicho esto, Longerich reconoce que Goebbels fue un innovador al utilizar en la propaganda política el modelo de los anuncios comerciales que estaban entonces bajo el influjo de la publicidad llegada desde EE UU y que se basaban en que se podía inducir el comportamiento de los clientes con estímulos relativamente simples, en parte subconscientes. En cierta manera, pues, Goebbels fue el Donald Draper de los nazis. 

 Otra característica inesperada que destaca Longerich es la falta de ideas políticas claras de Goebbels. “Me sorprendió la ausencia de conceptos o visiones políticos en su obra. Tras leer miles de páginas en sus escritos no queda claro qué tipo de sociedad o sistema político prefería o cuáles eran sus ideas básicas acerca de la política exterior o la Europa dominada por los nazis. Para él, la cuestión central fue siempre su propia posición en el régimen, o mejor dicho, cómo él y su obra eran percibidos por Hitler. Podría decirse que en política estaba más interesado en el envoltorio que en el contenido”. 

 Le pregunto a Longerich qué opina de la parte de seductor de Goebbels que incluye dobletes dignos del Jardín prohibido de Sandro Giacobbe y apreciaciones de su propio atractivo que no desentonarían en Torrente (“No tengo tiempo para entregarme del todo a las mujeres”, escribió en su diario, “misiones mayores esperan por mí”). ”Creo que ante todo ha de ser vista como parte de su carácter narcisista. Su éxito con las mujeres —en muchos casos actrices cuyas carreras dependían de él— le servía de estímulo para autosatisfacer su propia personalidad”.

 Pese a ser un libro profundamente centrado en lo político, la biografía de Longerich dedica especial atención a la extravagante relación que mantuvieron Goebbels, su esposa Magda (la Medea nazi) y Hitler. “La he descrito como un triángulo, sin especular sobre el elemento sexual. Me parece fascinante hasta qué punto Goebbels permitió a Hitler convertirse en parte de su familia y cómo le dejó tomar decisiones básicas que concernían a su vida privada”. Longerich señala que hubo flirteo entre Magda y Hitler, lo que provocaba celos torturante en Goebbels, que debía reprimirlos porque, demonios, el Führer era el Führer.

 ¿Se podría hablar de amistad entre Hitler y Goebbels? “No creo que Hitler tuviera ningún amigo personal. Y en el caso de Goebbels, admiraba a Hitler y era extremadamente dependiente de él. No llamaría a eso amistad”. ¿Qué pena habría recibido Goebbels de no haberse suicidado en el búnker de la cancillería y haber comparecido ante el tribunal de Nurenberg? “Sin duda, ejecución”.

 Longerich explica que su próximo libro, que ya ha empezado, será otra biografía de un jerarca nazi —le ha cogido el gusto al género—, aunque no quiere revelar aún el nombre. Lo que es seguro es que no será el este año tan de moda Heydrich. “Personalmente no lo encuentro un candidato adecuado para otra biografía”.

JACINTO ANTÓN

viernes, 15 de junio de 2012

Metallica busca al asesino de una joven desaparecida tras un concierto


El cantante de la banda, James Hetfield, graba un vídeo en el que llama a encontrar al hombre que mató a una estudiante en 2009

 Más de dos años después de que los restos de la estudiante Morgan Harrington fueran hallados en un descampado, el grupo musical Metallica ha hecho un llamamiento, mediante un vídeo, a sus seguidores y a los ciudadanos con el objetivo de encontrar al hombre sospechoso del asesinato de la joven. Harrington desapareció el 17 de octubre de 2009 y fue vista por última vez a la salida de un concierto del grupo californiano en el Estado de Virginia.

 Este documento es parte de una campaña lanzada esta semana por el FBI que tiene como fin impulsar la aparición de nuevas pruebas. El asesinato y secuestro de esta alumna de 20 años, estudiante de la Universidad Virginia Tech y nacida en la ciudad de Roanoke, “conmocionó al Estado de Virginia”, han dicho las autoridades.

 

 “Tras la desaparición de Harrington nuestra banda ofreció una recompensa de 50.000 dólares por cualquier indicio que llevará a su secuestrador. Más tarde, restos de la joven fueron encontrados en un descampado. Desde entonces, pocos han sido los avances en la investigación”, explica James Hetfield en un vídeo de 53 segundos de duración. En aquel momento, la banda publicó la noticia en su página web y contactó a la familia de la joven.

 Hetfield, además, explica en el vídeo que la policía ha encontrado indicios de que el mismo asesino cometió otro suceso en Virginia en el año 2005. “Las pruebas de ADN coinciden en el caso de una mujer de 26 años violada y asesinada”, han especificado las autoridades en un comunicado.

 El secuestrador y supuesto asesino de la joven es un hombre de raza negra con el pelo también negro y con barba, “por lo menos en el momento del ataque”. Su altura es casi de dos metros y su edad, en el momento del crimen, estaría entre los 25 y los 35 años. “Si ves a este hombre -el vídeo muestra un dibujo del supuesto culpable-, cualquier indicio, contacta a la policía de forma inmediata. Existe una recompensa de 150.000 dólares por cualquier información que se dé del caso”.



La madre de Harrington ha asegurado al página web local Roanoke.com que se siente emocionada por la medida: “Estamos muy agradecidos, esperamos que algo nuevo salga a la luz. No buscamos venganza, queremos evitar que le ocurra lo mismo a otra mujer”. 

 Como parte de la operación de búsqueda, cientos de dibujos del sospechoso serán colgados en las paradas de autobús de Washington, el Distrito de Columbia es limítrofe con el Estados de Virginia, y en centenares de carteles publicitarios digitales de las ciudades de Roanoke y Richmond. Además, las ilustraciones del supuesto asesino estarán presentes en 23 Estados más a lo largo de la costa este. 

 El FBI ha informado de que ya se habían hecho campañas similares en el país, “que han dado lugar a distintas detenciones como el caso del violador James Whitey Bulger, quien fue arrestado en la zona de Boston”.

100.000 ‘e-books’ en el móvil


Ejemplares de libros de escritores españoles como Matilde Asensi, Eduardo Mendoza, Carlos Ruiz Zafón o Julia Navarro están desde hoy disponibles en Google Play, la tienda de aplicaciones para teléfonos móviles del buscador. Se trata de 100.000 ejemplares “de una extensa diversidad de temáticas”, según un comunicado difundido esta mañana. Google ha firmado acuerdos con editoriales españolas en internacionales para poder ofrecer estos contenidos. 

 “Libros en Google Play permite escoger entre una gran variedad de títulos y muchas maneras de acceder a ellos y leerlos”, señala la nota de prensa. Los precios por descarga serán inferiores a siete euros. 

 Entre las editoriales que han firmado el acuerdo se encuentran Planeta, Random House Mondadori, Roca Editorial, Harlequin y Grup 62, “además de miles de editoriales internacionales con las que trabaja Google en todo el mundo que ya están disponibles en Google Play”, indica el comunicado. 

 Google Play funciona con teléfonos y tabletas que trabajen con el sistema operativo Android, también en los navegadores de los ordenador. Y en los dispositivos iPhones y iPads.

domingo, 10 de junio de 2012

Carmen Maura, la única actriz que no quiere trabajar con Almodóvar

"Mi próxima película es con Álex de la Iglesia, ya hice 'Volver', y ya tuve bastante", dice la actriz 

Parece que ha aflorado un viejo conflicto entre dos figuras clave del cine español, los Almodóvar y Carmen Maura, tras las declaraciones de la actriz diciendo que había tenido "suficiente" con el director manchego y la respuesta en Twitter de Agustín Almodóvar: "Tranquila, no pensamos llamarte".

 Durante la promoción de su última película en Madrid, "Las chicas de la sexta planta", Carmen Maura respondió a la inevitable pregunta de si le gustaría volver a trabajar con Almodóvar.

 "He trabajado mucho con él, he hecho personajes maravillosos y tengo suficiente (...) Mi próxima película es con Álex de la Iglesia, al que adoro y me da muchísimo mejor rollo, y ya hice 'Volver', que me parece muy bien (haberlo hecho), pero ya tuve bastante", confesó el lunes a Efe.

 Agustín Almodóvar, cada vez más activo en Twitter, ha decidido no morderse la lengua virtual. ¿Desenterrada el hacha de guerra? ¿O nunca se enterró del todo?.

 Carmen Maura y Pedro Almodóvar hicieron un inmejorable tándem en "Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón", "Entre tinieblas", "¿Qué he hecho yo para merecer esto!!" y "La ley del deseo".

 Pero en su película que les llevaría a las puertas del Óscar, algo pasó. "El único momento en el que lo he pasado mal en mi carrera fue en el rodaje de 'Mujeres al borde de un ataque de nervios'. Punto", reconoció Carmen Maura al recoger la Medalla de Oro en la Academia en 2009.

 A las desavenencias apuntadas durante el set se sumó la ceremonia de los Óscar, cuando Almodóvar fue del brazo de Bibi Andersen y no de Carmen Maura a la que, se dijo, mandó al gallinero a ver la gala.

 Aunque el enfado nunca fue oficial, en los Goya de 1989 Almodóvar dijo: "Esta es la primera noche que nos encontramos desde Los Ángeles y quiero aprovechar para decir que me he acordado de ti en Berlín, donde estuvimos juntos hace tres años. Te traigo como regalo un trozo de muro. Si un muro tan espantoso e irracional como el de Berlín ha caído, ése que nos separa a ti y a mí puede también caer".

 Ella recibió con una sonrisa la dedicatoria, pero eso fue todo. Un año después, el morbo estuvo servido en la carrera por el galardón, pues las favoritas eran "Átame", de Almodóvar, y "¡Ay, Carmela!", protagonizada por Maura. La goleada fue de 13 a 0 a favor de la actriz.

 Pero ambos reconocieron durante años que esa "ruptura" había sido magnificada por la prensa y que no había ido más allá de no querer repetir la mala experiencia de su último rodaje.

 Cuando en 1997 ganó el Goya con "Todo sobre mi madre", Almodóvar dio un beso en la mejilla a Maura antes de subir al escenario. Y en septiembre de 1999, cuando falleció la madre del director, Maura lo acompañó en el entierro.

 "Cuando nos encontramos después de diez años, a los treinta segundos podíamos tener una conversación igual que entonces. Nos conocemos mucho, creo que nos queremos. Es casi de la familia", diría la actriz.

 Ese "pelillos a la mar" empezó a abrir la puerta a una película juntos. "Antes a ella tiene que pasársele el susto", llegó a decir Almodóvar. El susto se le pasó en 2006 y el reencuentro se llamó, precisamente, "Volver", que fue un éxito para ambos y reportó un Goya a cada uno.

 "Cada vez que hago una película pongo todo mi entusiasmo, sea con Pedro o con cualquier otro director, así que en este sentido esta no es un película especial", dijo una ambigua Maura tras recoger el premio.

 El Óscar se fue por el camino del medio: la nominación fue para Penélope Cruz, por lo que ambos se quedaron sin ir a Los Ángeles. Pero los rumores apuntaron, precisamente, a que a Maura no le habían sentado bien las atenciones que el manchego dedicaba a la de Alcobendas en detrimento de las demás actrices.

 Al recibir la Medalla de Oro en 2009, Maura comentó el Óscar que Cruz ganó por "Vicky Cristina Barcelona". "Los premios en sí mismos no me importan. Ha ganado un Óscar Penélope Cruz y es genial, estoy orgullosa y nos viene muy bien a todos", comenzó.

 "Conozco veinte compañeras españolas que podrían haberlo ganado también pero no tienen la misma campaña detrás", añadió, en una rueda de prensa que había abierto afirmando: "Creo que hay que decir las cosas como son. Esa una de las ventajas de ser mayor".

viernes, 8 de junio de 2012

Las fantasías más turbadoras de las celebridades


Un libro recopila la vida erótica de cientos de personajes como Kafka, Edison, Joyce, Dalí, Cleopatra, Mata Hari, Elvis y Castro

 Thomas Edison, cuando iba al teatro, hablaba con su novia en morse con los dedos sobre sus muslos desnudos, el escritor James Joyce pedía bragas aromatizadas de prostitutas y Patti Smith se masturbaba mientras escribía. Éstas son algunas de las mil fantasías eróticas que ha reunido la escritora mallorquina Roser Amills en un libro.
 Un libro que, bajo el título «Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia», editado por Entre Paréntesis, agrupa, con mucho sentido del humor y mucha documentación, cientos de fantasías de personajes célebres, escritores, políticos, artistas, actores y actrices, algunos ya muertos, pero también vivos.
 Albert Einstein, Marilyn Monroe, Warren Beatty, Fernando Sánchez Dragó, Jorge Luis Borges, Rosa Regás, Julio Iglesias, Madonna, Eva Longoria, Naomi Campell y Courtney Love cruzan su sueños y deseos más húmedos en este libro con Juan Ramón Jiménez, Fidel Castro, Hitchcok, Hitler, Ava Gardner, Cleopatra, María Félix, Frida Kahlo y Amy Winehouse.
 Un libro que empezó a tomar cuerpo (nunca mejor dicho) en la poeta y narradora Roser Amills (Algaida, 1974) cuando trabajaba y recababa información para un poemario sobre erotismo. «Comencé a buscar en archivos, libros, vídeos, películas y biografías y vi que el tema era fascinante y daba para mucho porque cada historia era más divertida», explica la autora de este curioso libro que ha escrito bajo la premisa de Luis Buñuel que decía: «La imaginación no delinque».
 En el apartado de fantasías «caníbales» destacan la de Salvador Dalí, a quien fascinaba la cocina, que consideraba un orgasmo más. «El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura», dejó escrito; no en vano soñaba con empequeñecer a Gala como una oliva para tragársela.
 A la espía por excelencia, Mata Hari, su marido le arrancó un pezón de un mordisco, no se sabe si en un ataque de ira, pasión o muerto de celos por un afán erótico-caníbal. Y en la especialidad de fetichismos varios se llevan la palma Boris Vian, que escribía su nombre con esperma, o el romántico Bécquer, que soñaba con hacerlo con la virgen desnuda en el cementerio. También Cleopatra, quien, de voraz apetito, cuenta la leyenda que fue capaz de practicar felaciones a miles de hombres incluyendo a cien romanos en una sola noche, y Kafka, quien tenía obsesión por masturbarse en el cuarto de baño.
 Y mirando por la mirilla de puertas más actuales el lector se va a encontrar con una Eva Longoria a la que estimula ser atada con pañuelos de seda, y a Madonna, Tarantino, Naomi Campbell y Marilyn Manson, que se mueren por chupar los pies.
 Entre otras especialidades o manías se descubren la del rey del rock Elvis Presley, que se movía entre voyeurismo, parejas copulando y encuentros sáficos, y la de Fidel Castro, quien siente debilidad por las prostitutas con citas muy privadas y clandestinas.
 El libro recoge un innumerable anecdotario de cientos de casos, como Michael Douglas, que padece «satiriasis», que, durante los rodajes, se pone preservativo incluso en las escenas sin sexo y que se masturba entre escenas. También de circunstancias extrañas, cuando menos, como la de Djuna Barnes, que primero se lo hizo con la abuela y luego con el padre, o la de Ramón Gómez de la Serna, con su hijastra alegre.
 Maupassant también lo tenía claro: «Para que se me levante, me basta con pensarlo». Orgías y mucho sexo bisexual se dan cita en María Félix, Tamara Lempicka, Leonardo da Vinci, Bowie, Greta Garbo y Gabriela Mistral.

martes, 5 de junio de 2012

Venezuela impide la entrada al país a la banda española Sôber

 
  Según la promotora de la banda sus miembros "fueron tratados como delincuentes". Tuvieron un policía custodiándolos, sin poder dormir ni acceder a su equipaje 

 La banda madrileña de rock alternativo Sôber ha debido suspender los dos conciertos que tenía programados en las ciudades venezolanas de Caracas y Valencia los pasados días 1 y 2 porque les fue negada la entrada en el país "pese a tener toda la documentación en regla". 

 La promotora de la banda explica hoy en un comunicado que los miembros del grupo musical "fueron tratados como delincuentes, con un policía custodiándolos, sin poder dormir ni acceder a su equipaje" en el aeropuerto internacional caraqueño Simón Bolívar. 

 Sôber tenía prevista la primera de las actuaciones el pasado día 1 en la capital venezolana, y, pese a haber seguido en España las indicaciones burocráticas del Consulado, los músicos se vieron obligados a permanecer en el aeropuerto y cancelar ambos conciertos, sin haber recibido un porqué de la negativa. 

 La promotora venezolana trabaja ya en la devolución del dinero y, en los próximos días, informará en relación con las entradas adquiridas a través de tuticket.com y otros puntos de venta. 

 "Todavía estamos intentando solucionarlo todo y viendo qué se puede hacer. Si tuviéramos la seguridad, la idea sería volver a intentar programar conciertos en Venezuela", ha explicado la productora Last Tour International. 

 La banda Sôber tiene previsto su próximo concierto en la plaza de Biscós, de la ciudad oscense de Jaca el próximo día 28, una actuación gratuita dentro de una gira que pretende "atender las peticiones" de los seguidores y ofrecerles un homenaje con uno de sus primeros discos, Morfología (1999)

Marina Castaño deberá pagar cinco millones de euros al hijo de Cela

La Audiencia de Madrid da la razón al hijo del Nobel en su reclamación testamentaria frente a la segunda esposa del escritor 

 Cuando murió hace exactamente una década, Camilo José Cela (Padrón, 1916 - Madrid, 2002) era insolvente. Los bienes patrimoniales, cuentas y derechos sobre su obra e imagen no estaban en sus manos, se habían evaporado en una operación de blindaje y “donaciones encubiertas”, según los jueces. Hoy, su herencia real – un caudal de unos 8 millones de euros- sigue en disputa. La Audiencia de Madrid ha dictado una sentencia que da, otra vez, la razón a su único hijo, Camilo José Cela Conde, en su reclamación testamentaria, como perjudicado contra la heredera universal, su viuda, Marina Castaño, y la Fundación Camilo José Cela de Galicia.

 En 2010 un juez de lo civil de la capital ya se pronunció en el mismo sentido, a favor del hijo, contra los deseos y maniobras mercantiles de su padre y, directamente, contra los intereses de la viuda y segunda esposa del autor de ‘La familia de Pascual Duarte’, la periodista Marina Castaño, por “la transmisión onerosa simulada”. Ella y las sociedades patrimoniales que creó su esposo, así como la fundación Camilo José Cela de Galicia, que recurrieron el primer revés judicial, deberán afrontar ahora un pago de más de cinco millones de euros. Existe la vía del posible recurso al Tribunal Supremo pero el heredero puede exigir la ejecución de la sentencia. En distintas ocasiones se ha frustrado el posible acuerdo de compensación económica real por parte de Marina Castaño a Camilo José Cela Conde.

 La evaluación de los derechos de Cela Conde sobre el caudal de la herencia Cela Trulock suman, según los datos de la sentencia y la evaluación que hace su abogado, Miquel Capellà, 3,9 millones de euros por los bienes y derechos traspasados a las sociedades, Palabras y Papeles y Letra y Tinta, más 1,1 millón por las donaciones efectuadas por el Nobel a la Fundación Camilo José Cela de Galicia.

 Cela hijo pleitea en defensa de sus derechos legítimos contra el testamento de su padre –que quiso desheredarlo- y los de su viuda, Marina Castaño, para obtener las dos terceras parte del legado patrimonial legitimario del autor de ‘La Colmena’. Cela Conde, catedrático universitario y escritor, fue marginado expresamente por su padre en 1991 al nombrar a Marina Castaño heredera universal. Cela padre y Cela hijo se distanciaron -y pleitearon en vida- a raíz de diferentes crisis familiares.

 Rosario Conde Picabea, primera esposa de Cela, contribuyó con parte de su actividad y bienes, al patrimonio conjunto y a la dotación de la Fundación Cela. El descendiente defiende los derechos de su propia hija y nieta del capital escritor, Camila Cela Marty, que es la heredera del marquesado de Iria Flavia, título con que el Rey distinguió al Nobel y ostenta ahora su hijo. La nieta -universitaria ya- apenas trató de niña a su abuelo.

 Tras dejar Palma, instalarse en Madrid y unir su vida a la de Marina Castaño, Camilo José Cela creó en 1996 y 1997 un entramado societario, mediante contrato privado y escritura pública, Palabras y Papeles y Letra y Tinta, al que derivó sus bienes y derechos. La sentencia de la Audiencia de Madrid estipula que deben reconducirse 3,9 millones al caudal hereditario, así como los derechos generados por la explotación desde la muerte del autor. Además la donación de bienes efectuada por Camilo Jose Cela a la fundación Cela de Galicia, por valor de 3,7 millones, es “inoficiosa” y se debe reducir en más de un millón (1,1) por exceder, según los jueces, “la cuota disponible” para no cercenar los derechos del heredero.

 Cela dio por pagado a su hijo con un 'miró apuñalado'

 Más de una década antes de morir, en 1991, el novelista y académico dictó su testamento en el que declaró a su esposa Marina Castaño única heredera universal. Cela determinó entonces que su hijo resultó “totalmente” satisfecho en su parte de la legítima con una donación anterior de un cuadro, un óleo de Joan Miró. Se trataba de la pintura del artista catalán sobre un ‘falso miró’ que Cela apuñaló cuando el pintor le advirtió que era una burda imitación. El creador de ‘Papeles de Son Armadans’ desveló que su amigo Manuel Viola había realizado un divertimento. Con teatralidad, Cela sacó un cuchillo de monte y rasgó la tela en diagonal en presencia del genio catalán, su vecino suyo en Palma de Mallorca.

 En 1972 Miró pintó encima otra obra suya, así pues auténtica. Dedicó la obra, según la leyenda escrita a pincel, en el revés de “una falsa tela apuñalada” que renació tras ser zurcida. Aquel ‘miró rasgado’ valorado en 100.000 euros en autos judiciales, tuvo un final también peliculesco.

 Cela Conde vendió la obra tras ofrecerla infructuosamente a diferentes instituciones. Tras una subasta y exhibición en una estación de esquí italiana, con intermediarios en salas de subasta de Barcelona, el ‘miró’ pasó a otras manos sin que su dueño percibiera aquello que esperaba.

 En noviembre de 1996, la tela de la herencia se vendió por 216.000 euros y el galerista intermediario de Barcelona solo le pagó a cuenta a Camilo José Cela Conde unos 24.000 euros. El heredero demandó por estafa al intermediario en la venta.

Un claustro románico en la piscina

 
Aspecto del claustro de la finca Mas del Vent, cerca de Palamós (Girona). / VINCENT LEROUX 

Una mansión de lujo de Palamós guarda un conjunto artístico que los expertos asimilan a Silos. La obra carece de catalogación y protección 

 ¿Quedan todavía en España joyas artísticas desconocidas, aunque sean del siglo XII? Parece que sí. La última y sorprendente noticia al respecto ha saltado en las proximidades de Palamós (Girona), con el hallazgo (¿o habría que decir redescubrimiento?) de un claustro excepcional, sobre cuyo origen románico los expertos albergan pocas dudas y al que se ha buscado muchas semejanzas con el del monasterio de Santo Domingo de Silos, en Burgos. 

 El anuncio saltó durante las recientes jornadas que bajo el título Arte fugitivo organizó el grupo EMAC de investigación sobre románico y gótico de la Universidad de Barcelona. Lo presentó Gerardo Boto, profesor de Arte Medieval de la Universidad de Girona, especializado en el análisis de la plástica monumental románica y en la iconografía y la organización del espacio eclesiástico medieval. De pronto, Boto dejó a profesores y estudiosos con la boca abierta cuando explicó que, en el jardín de una finca privada de Palamós, existía desde hacía más de medio siglo un claustro románico. Los asistentes a las jornadas no dieron crédito cuando este experto en historia y arte de la Edad Media desveló que no se conocía su procedencia exacta y que el monumento no estaba inventariado como bien cultural, ni por supuesto, protegido por administración alguna. En definitiva, que era un edificio anónimo, sin nombre ni apellidos.

 Gerardo Boto conoció la existencia de esta construcción de forma casual. La edición francesa de la revista de decoración AD publicó, en su número 94 de julio y agosto de 2010, un espectacular reportaje sobre la vivienda del suizo Kurt Englehorn y su mujer Carmen, en Mas del Vent, una inmensa finca de 22 hectáreas localizada en la zona de la Fosca, en el término de Palamós. En el reportaje, el fotógrafo Vincent Leroux no pudo evitar fijar su objetivo en la enorme galería de arcos románicos del claustro que bordeaba la piscina. Pese a las reticencias del propietario, el fotógrafo tomó la imagen de aquel espectacular conjunto de piedra que bordeaba la no menos espectacular piscina entre los pinos: la imagen fue publicada en la revista a doble página. 

 Desde que tuvo constancia de la existencia de este nuevo edificio, Boto ha intentado sin descanso acceder al interior de la vivienda para estudiarlo, pero los propietarios del mismo no se lo han permitido. “Jamás he podido acceder al interior de la propiedad”, confesó decepcionado el historiador durante su presentación. Pero sí consiguió las fotografías de Leroux, de 80 megas de calidad, algo que le ha permitido buscar en primer plano las características de lo que, según su opinión, es un claustro románico con todas las de la ley.

 Según Boto las galerías miden, aproximadamente, 20,8 y los 21,9 metros de largo, unas medidas que determinó a través de las imágenes aportadas por Google Earth. Cada una de ellas presenta diez arcos sobre columnas y capiteles dobles, salvo en el medio, que es cuádruple. De las otras dos galerías que acabarían de cerrar el claustro de 44 capiteles no se conservan columnas ni arcos y los capiteles reposan directamente sobre las basas. 

 Tras analizar estas imágenes Boto asegura que el claustro de Palamós es comparable, en distintos aspectos, a los de Silos y Las Huelgas, los dos en Burgos, y al de Santa Maria de Ripoll, en Girona, porque en todos ellos, algo infrecuente en los claustros españoles o hispanos, las columnas dobles están esculpidas por separado, mientras que los capiteles que las coronan forman un solo bloque. 

 Además, en los capiteles de Palamós aparecen representadas figuras humanas y gran número de elementos vegetales y animales, sobre todo aves, leones y jabalíes, y monstruos, como grifos, arpías y dragones... pero no escenas religiosas. El investigador resaltó las grandes dimensiones “insólitas en el panorama del románico hispano” de los arcos: más de tres metros y medio desde la clave de los arcos hasta las bases, independientemente de que algunos de los fustes fueran nuevos para restituir los perdidos. 

 El profesor Boto explica entusiasmado: “Tanto en el aspecto estilístico como en el temático, la mayor parte de los capiteles de Palamós están enraizados con el repertorio del claustro de Silos, tanto con el llamado Primer Taller, realizadas hacia 1100, como del llamado Segundo Taller, realizados hacia 1165. No hay duda: el operario que realizó estos capiteles conocía las formas y los registros de Silos”. 

 Boto se cuestionó durante tiempo la autenticidad del conjunto y se planteó la posibilidad de que todo fuera, tan solo, un decorado cinematográfico. Pero ahora, y a falta de que otros expertos confirmen su diagnóstico, no tiene dudas: “Seguí la pista de los posibles reproductores por moldes o por labra directa y en el siglo XX solo un moldeador tomó moldes de los capiteles de Silos, cuyos positivos en yeso se encuentran en el Museo de Reproducciones Artísticas, en el Victoria and Albert de Londres, en el museo de la Real Academia de Bellas Artes y en el propio Silos, pero no son los de Palamós. Tampoco hay constancia que se instalara en el monasterio ningún cantero para reproducir los capiteles”, explica. 

 Pero la prueba más contundente sobre la autenticidad del conjunto la encontró Boto en el Archivo Municipal de Palamós. Allí ha localizado una serie de imágenes del proceso de montaje de las arcadas que se remonta a 1959. “En ellas se ven la naturaleza pétrea de las piezas, su peso, su erosión de siglos y las marcas de montaje incisas normales en piezas románicas. Las fotos no muestran ningún atisbo de modernidad o falsedad. Si estos arcos no son auténticos, podemos dudar de la autenticidad de todo lo que vemos en fotos y en directo”, concluye tajante. 

 Según la revista francesa que dio a conocer la existencia del claustro románico, la construcción fue adquirida por el abuelo del actual propietario en Madrid, en los años cincuenta. Boto no duda de la fecha y apunta que quizá llegaron en 1958 a Palamós, pero sí de la procedencia: en su ponencia defendió que procedía de la provincia de Segovia o Burgos. “Seguro que este singularísimo patio porticado conoció estaciones intermedias en su trayecto desde su origen hasta su destino actual junto al Mediterráneo. No sabemos si estos estadios intermedios estuvo montado o empaquetado en cajas”, comenta. 

 Paralelamente a la acción investigadora de Boto, la Asociación de Amigos del Románico emprendió el año pasado una campaña para conseguir que se inventaríe y proteja la construcción y que sus dueños permitan analizarla. “En febrero de 2011 escribimos a los representantes legales de los dueños exponiéndoles nuestra intención de estudiarlo y conseguir una protección patrimonial acorde con su relevancia histórica artística. No nos han contestado”, se lamenta Juan Antonio Olañeta, presidente de la asociación. “No entendemos por qué no permiten el acceso, si tenemos en cuenta que la vivienda se alquila”, asegura Olañeta. En efecto, en la página web del grupo Rough Luxe , propiedad de Kurt Englehorn, se pone a disposición del cliente 11 fabulosas mansiones repartidas por todo el mundo, entre ellas la de Mas del Vent de Palamós. En la descripción se asegura que es una vivienda del siglo XVIII reformada por el equipo de arquitectos RCR para disfrutar de la naturaleza, pero para nada menciona el claustro, que tampoco aparece en las imágenes promocionales. 

 La asociación también se ha dirigido a las diferentes administraciones: Ayuntamiento de Palamós, responsables de patrimonio de Castilla y León y de la Generalitat de Cataluña, y Ministerio de Educación y Cultura, pidiendo que inicien los trámites para protegerlo. En septiembre de 2011 recibieron una breve respuesta de la Generalitat asegurando que se está siguiendo el protocolo de actuación que prevé la ley de patrimonio catalán de 1993. La nota aseguraba: “La actuación ha de conducir a la inspección por parte de nuestros técnicos del citado claustro”. Sin embargo, el director general de Patrimonio, Joan Pluma, reconoce que todavía no se ha hecho: “En unos días se enviara al juzgado un requerimiento con la intención de que nuestros técnicos puedan comprobar su existencia y si es auténtico”, asegura Pluma. Desde el Ministerio, tras la consulta realizada por este diario, han respondido a la asociación que “se ha dado traslado a la petición para estudiarla” y que en todo caso será la Generalitat de Cataluña la que tendrá que valorar las medidas a adoptar. Desde Castilla y León están interesados en el tema, pero no manifiestan intención de hacer nada, más allá de contactar con la Generalitat. Por fin, María Gràcia Artigas, concejala de Cultura y Patrimonio de Palamós, admite conocer la existencia del claustro, pero sostiene que “el ayuntamiento no tiene previsto hacer ninguna acción de forma inmediata. Es como si un particular tuviera en casa un Picasso; no nos corresponde a nosotros, porque al parecer es un elemento patrimonial castellano”. Sin embargo, la ley de patrimonio estatal y autonómica no excluye los bienes en manos privadas.

sábado, 2 de junio de 2012

Los dinosaurios se mueven en el Muja

El museo de Colunga recibe las primeras piezas de la exposición «Dino-robots», que permitirá ver, entre el 29 de junio y el 31 de agosto, animales en movimiento y con gran realismo 

 Los dinosaurios volverán a estar animados en la costa de Colunga, pero no gracias a experimentos como los reflejados en el cine de ciencia ficción. El Museo del Jurásico de Asturias (Muja) será el escenario de la exposición «Dino-robots», que se inaugura el próximo 29 de junio. La muestra incluye ocho réplicas diferentes de dinosaurios cargados de sorpresas, algunas de las cuales ya están en el museo de la Rasa de San Telmo. 

 Los visitantes tendrán hasta el 31 de agosto para acercarse a la sala de exposiciones temporales del Muja y contemplar a los colosos, totalmente robotizados, que forman parte de la exposición. 

 Con gran habilidad, se recrea el hábitat de estos enormes animales, cuyas réplicas tienen una apariencia natural, están dotadas de gran realismo e incluso realizan una gran variedad de movimientos y sonidos. «Dino-robots en el Muja» permitirá al público realizar un viaje hasta el pasado para conocer diferentes aspectos de la vida de los dinosaurios, que poblaron el planeta hace unos 230 millones de años y se extinguieron, en su mayoría, hace 65 millones de años. 

 La muestra forma parte de una de mayores dimensiones, «Mundo Jurásico», que ya se exhibió en Brasil, EEUU, Australia, China y en Madrid y Valencia, en esta última ciudad bajo el título «Entre Dinosaurios» en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El Muja está además inmerso en la celebración del Día del Medio Ambiente, que este año gira en torno a la «Economía Verde». Hoy habrá visitas guiadas, talleres y actividades para todos los públicos: a las 12 horas habrá un recorrido por el botánico y los niños de 4 a 11 años tendrán la oportunidad de realizar su propio molinillo jurásico y generar energía eólica en este taller, que será a las 13 y a las 17 horas. 

 Por la tarde, a las 18 horas, se realizará un taller sobre cómo interpretar un yacimiento, una actividad para todas las edades.

Robert Plant, la voz del rock Slash

El «ex» de «Led Zeppelin» mantiene su vigencia con sus diversas andaduras musicales 

 «Robert Plant & The Band of Joy» era una formación de los orígenes musicales donde el «ex» de «Led Zeppelin» comenzó a dejar su sello. Esa gran voz de Plant, si no la mejor voz del rock duro, tiene una obra contundente y está llena de matices: capaz de adaptarse una pieza de aire latino o una country, por citar algunas de sus aventuras en los últimos tiempos. 

 Hay, al margen de la deslumbrante historia de «Led Zeppelin», otra etapa de varios años, también deslumbrante, y muy sólida, junto a su colega de «Led Zeppelin», Jimmy Page (Page and Plant), que hizo vibrar y disfrutar a los millones de fans que añoraban la banda que puso en la órbita el hard rock y sonidos colaterales. 

 Hace unos años (2007) que Plant deleitó al personal afín con «Raising Sand», disco junto a Alison Krauss y con una banda liderada por T-Bone Burnett. Fue un álbum muy celebrado y condecorado como disco del año, además de ser bendecido en los premios «Grammy». El disco que Plant hizo con la estrella del country fue como una gran fiesta para la afición. Se encontraba la combinación de la voz dulce de Krauss, con la «atenorada» (hablamos de rock, entiéndase) de Robert Plant. Aunque, eso sí, en «Raising Sand», Plant cambio su «volumen vocal» y se adaptó perfectamente. 

 Bien, las buenas noticas siguen corriendo en torno a Plant con «Robert Plant & The Band of Joy», un proyecto de hace un tiempo que ahora se revive merced a las grabaciones para un célebre programa de televisión. Programa grabado en Tennessee (EE UU), para una emisión que se dedica a rescatar históricos de la música popular. Y como tal se rescata todo el recorrido y conceptos artísticos de Plant. 

 Para que no haya dudas la apertura de esta sesión es «Blag Dog», posiblemente la canción más enérgica del rock; y prosigue con otros «homenajes», como el ambiente hispano con «Angel Dance», una pieza de los «Lobos», que ya en su edición primaria en disco sonó mucho como single. Hay que ver y oír a Robert Plant dándole gusto a su voz sin dejar que pierda parte del poso latino. Y así con otras perlas que aparecen en la grabación televisiva como «Ramble on», magnífico golpe a su pasado (reproduce en otro tono vocal pero igual de enérgico) o «In the mood», un tanto meditabunda. Es decir, de todo un poco con mucha genialidad, calidad y gusto por hacer bien las cosas. Digamos que es el rescate del espíritu del disco de 2010 por la vía de la imagen. 

 Y a la par está de nuevo en ebullición su colaboración con «Lil' Band O' Gold», que ya venía de años atrás en el homenaje Fats Domino. Ahora con Lucinda Williams.

martes, 29 de mayo de 2012

Hallan un texto autógrafo inédito de Góngora

En el documento, fechado en 1597, el poeta testifica ante el Santo Oficio y acusa de conducta irregular al inquisidor de Córdoba, Alonso Jiménez de Reynoso. El descubrimiento lo ha realizado la hispanista Amelia de Paz en el Archivo Histórico Nacional 

 La hispanista Amelia de Paz ha descubierto en el Archivo Histórico Nacional, en la sección de la Inquisición, un nuevo texto autógrafo de Góngora en el que el gran poeta cordobés testifica ante el Santo Oficio, en 1597, y acusa de conducta irregular al inquisidor de Córdoba, Alonso Jiménez de Reynoso. De este hallazgo daba cuenta hoy De Paz durante la inauguración de la exposición 'Góngora. La estrella inextinguible', que, organizada por Acción Cultural Española, muestra en la Biblioteca Nacional diferentes facetas del gran poeta barroco y la influencia que tuvo en lo siglos posteriores. 

"Es una novedad absoluta, porque desde el siglo XIX no salía un autógrafo de Góngora, además de que son muy pocos los que se conocen", decía hoy, ante un grupo de periodistas, De Paz, que encontró este texto "de forma absolutamente inesperada" cuando investigaba asuntos relacionados con la Inquisición de Córdoba. 

El autógrafo, que no forma parte de la exposición de la BNE "porque ha sido un acontecimiento sobrevenido", consiste en una testificación ante el Santo Oficio de Córdoba que Góngora hizo el 25 de febrero de 1597, con 35 años, contra el primer inquisidor de la ciudad. Se ha hecho un facsímil del autógrafo, pero la hispanista, experta en Góngora, aconseja "tener calma porque hay que analizarlo". "Es posible que cambie la visión sobre el poeta por el contenido, que es absolutamente novedoso", asegura. 

"Son cinco folios que, probablemente, cambien nuestra visión de Góngora, porque no da la idea del poeta serio de la vejez, el de las cartas. Este otro autógrafo nos remonta al Góngora de juventud, en Córdoba, en su ambiente. Era un guasón y el escrito tiene mucha retranca, como la tiene su poesía, que es muy poco conocida", se lamentaba la hispanista. 

Testificación 

La testificación de Góngora ante el tribunal consta de diez páginas en las que relata, entre otros, los encuentros amorosos entre el inquisidor Reynoso y doña María de Lara, a la que califica como "muy pública y escandalosa". Como dice Góngora en su texto, el paje del inquisidor, Álvaro de Vargas, contaba que doña María "entraba y salía" de la casa de Reynoso "muy de hordinario, y la tenía veinte y treinta días en un aposento alto que llaman de la Torre". 

Cuando "el dicho ynquisidor dormía con la susodicha doña María lo echaba él de ver en quatro y seis camisas que había él mudado la noche y estaban tendidas a la mañana en el terrado para enjugallas del sudor, donde hallaba en las delanteras de las dichas camisas las inmundiçias y suçiedades hordinarias de semejantes actos", escribe Góngora en su testificación ante el tribunal. 

Hijo de Francisco de Argote, un oficial de la Inquisición de Córdoba, el poeta testificó durante "una visita rutinaria, de las que siempre hacía la Suprema a todos los distritos". En el curso de esa investigación "se observan ciertas irregularidades en la persona de Reynoso, y Góngora es llamado a testificar", señaló De Paz. El poeta "había sido muy amigo de Reynoso, pero en ese momento habla en contra de él, lo delata, lo acusa de ciertos asuntos que figuran en el texto, que no tiene desperdicio", asegura la hispanista. 

No había noticias sobre ese texto ni de que el autor de "Soledades" hubiera testificado ante la Inquisición. "Ha sido una sorpresa absoluta. Habrá que ver cómo la recibe el gongorismo", comenta De Paz, tras recordar que la mencionada sección del Archivo Histórico Nacional "había sido estudiada por Dámaso Alonso", pero el número de documentos es muy elevado "y no se puede ver todo". 

De Paz asegura que este documento "tiene mucho trasfondo" y lo está investigando. Le está siguiendo la pista al inquisidor y prepara un libro que espera que salga para cuando la exposición de la Biblioteca Nacional vaya a Córdoba en otoño. "No es una traición a un amigo pero probablemente hay algo de venganza por parte de Góngora", y esa es una de las cuestiones que está investigando.