La Audiencia de Madrid da la razón al hijo del Nobel en su reclamación testamentaria frente a la segunda esposa del escritor
Cuando murió hace exactamente una década, Camilo José Cela (Padrón, 1916 - Madrid, 2002) era insolvente. Los bienes patrimoniales, cuentas y derechos sobre su obra e imagen no estaban en sus manos, se habían evaporado en una operación de blindaje y “donaciones encubiertas”, según los jueces. Hoy, su herencia real – un caudal de unos 8 millones de euros- sigue en disputa. La Audiencia de Madrid ha dictado una sentencia que da, otra vez, la razón a su único hijo, Camilo José Cela Conde, en su reclamación testamentaria, como perjudicado contra la heredera universal, su viuda, Marina Castaño, y la Fundación Camilo José Cela de Galicia.
En 2010 un juez de lo civil de la capital ya se pronunció en el mismo sentido, a favor del hijo, contra los deseos y maniobras mercantiles de su padre y, directamente, contra los intereses de la viuda y segunda esposa del autor de ‘La familia de Pascual Duarte’, la periodista Marina Castaño, por “la transmisión onerosa simulada”. Ella y las sociedades patrimoniales que creó su esposo, así como la fundación Camilo José Cela de Galicia, que recurrieron el primer revés judicial, deberán afrontar ahora un pago de más de cinco millones de euros. Existe la vía del posible recurso al Tribunal Supremo pero el heredero puede exigir la ejecución de la sentencia. En distintas ocasiones se ha frustrado el posible acuerdo de compensación económica real por parte de Marina Castaño a Camilo José Cela Conde.
La evaluación de los derechos de Cela Conde sobre el caudal de la herencia Cela Trulock suman, según los datos de la sentencia y la evaluación que hace su abogado, Miquel Capellà, 3,9 millones de euros por los bienes y derechos traspasados a las sociedades, Palabras y Papeles y Letra y Tinta, más 1,1 millón por las donaciones efectuadas por el Nobel a la Fundación Camilo José Cela de Galicia.
Cela hijo pleitea en defensa de sus derechos legítimos contra el testamento de su padre –que quiso desheredarlo- y los de su viuda, Marina Castaño, para obtener las dos terceras parte del legado patrimonial legitimario del autor de ‘La Colmena’. Cela Conde, catedrático universitario y escritor, fue marginado expresamente por su padre en 1991 al nombrar a Marina Castaño heredera universal. Cela padre y Cela hijo se distanciaron -y pleitearon en vida- a raíz de diferentes crisis familiares.
Rosario Conde Picabea, primera esposa de Cela, contribuyó con parte de su actividad y bienes, al patrimonio conjunto y a la dotación de la Fundación Cela. El descendiente defiende los derechos de su propia hija y nieta del capital escritor, Camila Cela Marty, que es la heredera del marquesado de Iria Flavia, título con que el Rey distinguió al Nobel y ostenta ahora su hijo. La nieta -universitaria ya- apenas trató de niña a su abuelo.
Tras dejar Palma, instalarse en Madrid y unir su vida a la de Marina Castaño, Camilo José Cela creó en 1996 y 1997 un entramado societario, mediante contrato privado y escritura pública, Palabras y Papeles y Letra y Tinta, al que derivó sus bienes y derechos. La sentencia de la Audiencia de Madrid estipula que deben reconducirse 3,9 millones al caudal hereditario, así como los derechos generados por la explotación desde la muerte del autor. Además la donación de bienes efectuada por Camilo Jose Cela a la fundación Cela de Galicia, por valor de 3,7 millones, es “inoficiosa” y se debe reducir en más de un millón (1,1) por exceder, según los jueces, “la cuota disponible” para no cercenar los derechos del heredero.
Cela dio por pagado a su hijo con un 'miró apuñalado'
Más de una década antes de morir, en 1991, el novelista y académico dictó su testamento en el que declaró a su esposa Marina Castaño única heredera universal. Cela determinó entonces que su hijo resultó “totalmente” satisfecho en su parte de la legítima con una donación anterior de un cuadro, un óleo de Joan Miró. Se trataba de la pintura del artista catalán sobre un ‘falso miró’ que Cela apuñaló cuando el pintor le advirtió que era una burda imitación. El creador de ‘Papeles de Son Armadans’ desveló que su amigo Manuel Viola había realizado un divertimento. Con teatralidad, Cela sacó un cuchillo de monte y rasgó la tela en diagonal en presencia del genio catalán, su vecino suyo en Palma de Mallorca.
En 1972 Miró pintó encima otra obra suya, así pues auténtica. Dedicó la obra, según la leyenda escrita a pincel, en el revés de “una falsa tela apuñalada” que renació tras ser zurcida. Aquel ‘miró rasgado’ valorado en 100.000 euros en autos judiciales, tuvo un final también peliculesco.
Cela Conde vendió la obra tras ofrecerla infructuosamente a diferentes instituciones. Tras una subasta y exhibición en una estación de esquí italiana, con intermediarios en salas de subasta de Barcelona, el ‘miró’ pasó a otras manos sin que su dueño percibiera aquello que esperaba.
En noviembre de 1996, la tela de la herencia se vendió por 216.000 euros y el galerista intermediario de Barcelona solo le pagó a cuenta a Camilo José Cela Conde unos 24.000 euros. El heredero demandó por estafa al intermediario en la venta.
En 2010 un juez de lo civil de la capital ya se pronunció en el mismo sentido, a favor del hijo, contra los deseos y maniobras mercantiles de su padre y, directamente, contra los intereses de la viuda y segunda esposa del autor de ‘La familia de Pascual Duarte’, la periodista Marina Castaño, por “la transmisión onerosa simulada”. Ella y las sociedades patrimoniales que creó su esposo, así como la fundación Camilo José Cela de Galicia, que recurrieron el primer revés judicial, deberán afrontar ahora un pago de más de cinco millones de euros. Existe la vía del posible recurso al Tribunal Supremo pero el heredero puede exigir la ejecución de la sentencia. En distintas ocasiones se ha frustrado el posible acuerdo de compensación económica real por parte de Marina Castaño a Camilo José Cela Conde.
La evaluación de los derechos de Cela Conde sobre el caudal de la herencia Cela Trulock suman, según los datos de la sentencia y la evaluación que hace su abogado, Miquel Capellà, 3,9 millones de euros por los bienes y derechos traspasados a las sociedades, Palabras y Papeles y Letra y Tinta, más 1,1 millón por las donaciones efectuadas por el Nobel a la Fundación Camilo José Cela de Galicia.
Cela hijo pleitea en defensa de sus derechos legítimos contra el testamento de su padre –que quiso desheredarlo- y los de su viuda, Marina Castaño, para obtener las dos terceras parte del legado patrimonial legitimario del autor de ‘La Colmena’. Cela Conde, catedrático universitario y escritor, fue marginado expresamente por su padre en 1991 al nombrar a Marina Castaño heredera universal. Cela padre y Cela hijo se distanciaron -y pleitearon en vida- a raíz de diferentes crisis familiares.
Rosario Conde Picabea, primera esposa de Cela, contribuyó con parte de su actividad y bienes, al patrimonio conjunto y a la dotación de la Fundación Cela. El descendiente defiende los derechos de su propia hija y nieta del capital escritor, Camila Cela Marty, que es la heredera del marquesado de Iria Flavia, título con que el Rey distinguió al Nobel y ostenta ahora su hijo. La nieta -universitaria ya- apenas trató de niña a su abuelo.
Tras dejar Palma, instalarse en Madrid y unir su vida a la de Marina Castaño, Camilo José Cela creó en 1996 y 1997 un entramado societario, mediante contrato privado y escritura pública, Palabras y Papeles y Letra y Tinta, al que derivó sus bienes y derechos. La sentencia de la Audiencia de Madrid estipula que deben reconducirse 3,9 millones al caudal hereditario, así como los derechos generados por la explotación desde la muerte del autor. Además la donación de bienes efectuada por Camilo Jose Cela a la fundación Cela de Galicia, por valor de 3,7 millones, es “inoficiosa” y se debe reducir en más de un millón (1,1) por exceder, según los jueces, “la cuota disponible” para no cercenar los derechos del heredero.
Cela dio por pagado a su hijo con un 'miró apuñalado'
Más de una década antes de morir, en 1991, el novelista y académico dictó su testamento en el que declaró a su esposa Marina Castaño única heredera universal. Cela determinó entonces que su hijo resultó “totalmente” satisfecho en su parte de la legítima con una donación anterior de un cuadro, un óleo de Joan Miró. Se trataba de la pintura del artista catalán sobre un ‘falso miró’ que Cela apuñaló cuando el pintor le advirtió que era una burda imitación. El creador de ‘Papeles de Son Armadans’ desveló que su amigo Manuel Viola había realizado un divertimento. Con teatralidad, Cela sacó un cuchillo de monte y rasgó la tela en diagonal en presencia del genio catalán, su vecino suyo en Palma de Mallorca.
En 1972 Miró pintó encima otra obra suya, así pues auténtica. Dedicó la obra, según la leyenda escrita a pincel, en el revés de “una falsa tela apuñalada” que renació tras ser zurcida. Aquel ‘miró rasgado’ valorado en 100.000 euros en autos judiciales, tuvo un final también peliculesco.
Cela Conde vendió la obra tras ofrecerla infructuosamente a diferentes instituciones. Tras una subasta y exhibición en una estación de esquí italiana, con intermediarios en salas de subasta de Barcelona, el ‘miró’ pasó a otras manos sin que su dueño percibiera aquello que esperaba.
En noviembre de 1996, la tela de la herencia se vendió por 216.000 euros y el galerista intermediario de Barcelona solo le pagó a cuenta a Camilo José Cela Conde unos 24.000 euros. El heredero demandó por estafa al intermediario en la venta.
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