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sábado, 25 de agosto de 2012

Fallece a los 82 años el astronauta Neil Armstrong


El astronauta pasará a la historia por ser el primer hombre que pisó la Luna 

 El primer hombre en pisar la luna, el estadounidense Neil Armstrong, murió hoy a los 82 años en Ohio (EEUU), días después de superar una operación de corazón. 

 El 20 de julio de 1969 Armstrong se convirtió en el primer hombre que pisó la superficie lunar, tras viajar a nuestro satélite a bordo del Apolo XI junto con los astronautas Edwin Aldrin y Michael Collins. 

 Armstrong, que fue ingeniero aeronáutico, piloto y astronauta, había nacido el 5 de agosto de 1930 en Wapakoneta, Ohio, Estados Unidos. 

 En 1949 ingresó en la Marina de los Estados Unidos, donde prestó sus servicios hasta 1952. 

 Al reanudar su vida civil se graduó en Ciencias e Ingeniería Aeronáutica en la Universidad de Purdue (Indiana), y más tarde, amplió estudios en la Escuela de Graduación de la Universidad de Carolina del Sur. 

  Inició sus contactos con la NASA en el Centro de Investigaciones Lewis, donde trabajó como piloto de pruebas desde 1955 y en 1962 fue admitido como astronauta y sucesivamente ocupó los puestos de jefe de la Oficina de Operaciones y Entrenamiento de Astronautas; suplente de la tripulación del "Géminis 5" y organizador de vuelos espaciales tripulados, para pasar luego al equipo de vuelos de alunizaje. 

 En este destino estuvo a punto de perecer el 7 de mayo de 1968, durante una prueba en la que el módulo lunar se incendió en el desierto de Texas. 

 Después de la proeza del Apolo XI, en la que Armstrong y Aldrin permanecieron en la superficie lunar durante dos horas y quince minutos, Armstrong siguió ligado a la NASA, que abandonó en 1971 para regresar a su tierra natal e impartir clases como profesor de Ingeniería Aerospacial. 

 Armstrong fue además presidente del Comité Asesor de los Cuerpos de Paz (1971-1973), miembro de la Comisión Nacional del Espacio (1985-1986) y vicepresidente de la Comisión presidencial para la investigación del accidente del "Challenger" (1986). 

 Dentro de la empresa privada ocupó diversos puestos, como los de director de las empresas Cincinnati Gas and Electric Co., Cincinnati Milacron Inc, Eaton Corporation, RMI Titanium Company y Thiokol Corporation, entre otros. 

 Fue también presidente de la Ail Systemes Inc, especializada en computadoras para aviación y en enero de 1988 consiguió un nuevo logro: dio la vuelta al mundo a bordo de un Boing 77 en un tiempo récord de 37 horas, junto a otras 99 personas. 

 Retirado en su casa de Lebanon (Ohio), impartió en ocasiones conferencias sobre vuelos espaciales y sus apariciones públicas coincidieron con las celebraciones de los aniversarios de la llegada del hombre a la Luna. 

 Sobre el primer hombre que pisó la Luna se ha escrito el libro "First man: The life of Neil A. Armstrong", del que se han adquirido los derechos para rodar una película. 

 A principios de agosto de 2012 fue operado del corazón. En su última comparecencia pública en noviembre de 2011, Armstrong recibió junto a sus compañeros de la misión a la luna en julio de 1969, Buzz Aldrin y Michael Collins, la medalla de Oro del Congreso de Estados Unidos.

martes, 21 de agosto de 2012

La restauración que se convirtió en destrozo


Una vecina octogenaria intervino "sin pedir permiso a nadie" la obra de un pintor del XIX que adornaba una iglesia en Borja. 

 Lo que comenzó siendo un arreglillo espontáneo de una obra de arte en mal estado que decoraba uno de los muros del Santuario de la Misericordia, una pequeña iglesia sita en una hospedería del siglo XVI, propiedad del Hospital Sancti Spíritus, en la localidad de Borja (Zaragoza), ha terminado en un auténtico destrozo que ha provocado el estupor del Ayuntamiento y de sus vecinos. La artífice del estropicio es, según Juan María de Ojeda, concejal de Cultura del consistorio, una vecina octogenaria que actuó de forma espontánea y “sin pedir permiso a nadie”, aunque “con buena intención”. Cuando se dio cuenta de que “se le había ido de las manos” avisó al responsable del patrimonio cultural del municipio para confesar los daños que había causado. 

 La autoría de la pintura de Ecce Homo se atribuye a Elías García Martínez, un artista del siglo XIX natural de Requena y profesor de la Escuela de Arte de Zaragoza, cuyos familiares todavía guardan relación con Borja. Dos de sus tres hijos son también artistas, Honorio y Julio García Condoy. El tercero se casó en Borja y se quedó a vivir allí. A pesar de ser una obra que no es de gran valor, y que tampoco forma parte de ningún conjunto pictórico ni retablo, el pueblo lamenta el destrozo de la obra, que sí tenía cierto valor sentimental. “La familia solía venir aquí a pasar las vacaciones. Durante un verano el artista realizó el retrato y lo legó al pueblo”, explica el concejal. 

 La noticia salió a la luz el pasado 7 de agosto, en el blog del Centro de Estudios Borjanos, donde se documenta con fotografías la evolución de la obra y la relación que tenía la familia del pintor con la capital de la comarca de Campo de Borja, y hoy ha sido publicada en el Heraldo de Aragón. El Ayuntamiento se puso en contacto con los familiares del pintor, que en las próximas semanas iban a hacer una donación del boceto de esta misma pintura, y que ahora están evaluando los daños. El próximo paso que dará el consistorio será intentar averiguar los materiales que utilizó la “improvisada restauradora” artífice del embrollo para buscar una posible recuperación, y el lunes una restauradora profesional evaluará los daños.

jueves, 19 de julio de 2012

George R.R. Martin: El rey del juego


El autor de Juego de Tronos habla en el Festival Celsius de Avilés de sus libros, el proceso creativo de la saga y hasta de la adaptación para televisión de su éxito 

 George R.R. Martin, responsable de la saga literaria 'Canción de hielo y fuego', ya tiene en su cabeza la solución a los enigmas que la gran mayoría de sus incondicionales se muere por saber. Sus lectores echan mano al calendario mientras el autor se convierte, hasta el domingo, en el eje central del festival Celius 232 de Avilés. Está en Asturias para firmar libros, conversar con los fans, disfrutar de la gastronomía... Y dar algunas respuestas sobre su obra. 

-Hablando del proceso creativo del libro ha comentado que en ocasiones los personajes toman el control de la situación, especialmente en el último volumen. ¿Cómo los desarrolla? 

-Desarrollar un personaje no es una ciencia exacta, sé más o menos lo que puede pasarle y qué dirección va a tomar, pero el interés en un libro está precisamente en el viaje y no tanto en el destino. A veces te encuentras en una situación sin salida y tienes que rehacer historias y capítulos, y reestructurar las cosas, moverlas. Es casi un instinto, y por eso escribir ficción es un arte y no una ciencia. Te preocupas permanentemente y muchas de mis secciones están escritas muchas veces. Un ejemplo puede ser lo que sucedió en 'Danza de Dragones' y los personajes que aparecen en la ciudad de Meereen. El problema ahí era que cada uno de los nuevos personajes tiene un impacto en la historia y no sabía en qué orden debían llegar, ni quién tendría que estar presente en determinadas situaciones. Luché contra esto muchas veces, porque me daba la sensación de que no estaba haciéndolo bien. 

-¿Qué pasa cuando uno tiene que morir? -Es difícil desde el punto de vista emocional, porque vives con ellos en tu cabeza, sabes sus miedos, sus sueños y deseos... Y en cierto modo están construidos en parte como una extensión tuya. Sin embargo, siempre he sabido cuáles son las principales muertes de la saga y dónde y cuándo van a ocurrir, así que eso en realidad no será difícil de escribir ese momento desde el punto de vista artístico. Aunque saber que tengo que hacerlo no lo hace divertido, precisamente. 

-Sin embargo, se dice que sus 'favoritos' han sufrido menos hasta ahora. 

-No, los que están considerados mis favoritos también han sufrido mucho, al igual que los demás. Y el caso es que los tiempos cambian, y el invierno se está acercando para todos ellos, no sólo para un puñado de protagonistas. 

-Algunos fans sostienen que añadir nuevos puntos de vista de personajes desvía al lector de la estructura real de la historia, pero que deja pistas. ¿Es cierto? 

-Sí, desde luego vas anunciando de manera muy sutil las soluciones a algunos misterios. Dado el número de personas que están leyendo los libros y cómo se comentan en los foros de internet, algunos, aunque pocos, han sabido ver cómo terminan ciertos temas. No quiero revelar demasiado, pero el escritor tiene mucho que ver con un mago: no quieres revelar tus trucos, y en realidad quieres distraer a tus lectores de lo que realmente importa, para que desvíen su atención a otro punto y luego se sorprendan. 

-¿Le gusta que los lectores teoricen sobre los personajes y el final de la saga? 

-No me disgusta, me parece bien que lean con tanta atención y que se preocupen tanto. Yo no voy a los foros, he tenido que retraerme un poco, porque ahí hay una trampa para el escritor. Más tarde o más temprano algunos de los lectores van a descubrir tus intenciones y no vas a poder engañarles, se lo dirán a más gente y empezarán a preguntarte porqué tomas un determinado camino. Si no existiese internet únicamente lo sabría un lector entre muchos, y el problema es que existe la tentación de cambiar las cosas para evitar que sean previsibles. Y prefiero distanciarme, no sé sobre lo que debaten ni quién tiene razón o no, es lo mejor. Muchos de los lectores no comparten sus teorías en internet, y esas sorpresas que pensabas en un principio quizá no sean para ellos, pero lo seguirán siendo para otros seguidores de las obras. 

-¿Cree que ahora se lee así, compartiendo todo y analizando todo hasta la extenuación? 

-Me parece que es una buena forma, y creo que a todos los autores les gustaría. Cuando te tomas en serio tu libro te gusta que los lectores lo hagan, que puedan descubrir cosas en la segunda lectura, por ejemplo. Y la audiencia al final habla de libros, que es algo que me encanta, y más si son los míos. Se cuestionan quién son los personajes buenos, debaten qué consecuencias tendrán las decisiones que toman... Y eso es algo raro, y que se lo debemos a Internet, aunque también a que no sea una novela que termine. 

-¿Le gusta la adaptación de 'Juego de tronos' para televisión? ¿Cómo afectarán los cambios con respecto al libro al desarrollo de la serie? 

-Me gusta mucho. Algo que puede no ser importante ahora lo será cuando la serie llegue a la quinta temporada y tendrán que tenerlo en cuenta. De todos modos, es inevitable que algo cambie: cada temporada sólo tiene 10 horas y aunque hay presupuesto elevado para hacer muchas cosas, tampoco es ilimitado. No será fácil, precisamente porque los retos son mayores a medida que avanza la trama, hay cientos de nuevos personajes... En realidad estoy deseando ver cómo David Benioff y D. B. Weiss lo adaptan todo. 

-¿Se esperaba tanta polémica con las escenas de sexo? 

-Quizá sí, aunque esta controversia creo que solo se da en Estados Unidos. Y quien accede a HBO sabe lo que está comprando.

domingo, 15 de julio de 2012

Fabra reconoce palabras ´impropias´ pero no dimitirá


La diputada del PP se defiende de las críticas recibidas tras su "¡que se jodan!" en el Congreso de los Diputados 

 La diputada del PP por Castellón Andrea Fabra ha afirmado hoy que su exclamación "¡que se jodan!" fue "poco afortunada e impropia" de ella, pero iba dirigida a un diputado socialista, por lo que no piensa dimitir.  

 Andrea Fabra ha hecho estas declaraciones a preguntas de los periodistas a su llegada al XIII Congreso Provincial del PP de Castellón, en el que se elegirá a Javier Moliner como sustituto de Carlos Fabra al frente del partido. 

 El PSOE ha pedido a Fabra que abandone su escaño por entender que durante el pleno del Congreso en el que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció los nuevos ajustes, ella gritó "¡que se jodan!" en el momento en que se anunciaba una disminución de la prestación para los desempleados. 

 La diputada castellonense ha dicho que ya hizo una "aclaración rotunda" de lo sucedido y ha explicado: "mi reproche fue poco afortunado e impropio de mí e iba dirigido a la bancada socialista y en concreto a un diputado y a los constantes insultos que estaba profiriendo". 

 Fabra ha aseverado que es "indignante" que el partido socialista haya "aprovechado un drama social que afecta a cinco millones y medio de parados por los que siento absoluto respeto, para orquestar una campaña falsa y de difamación contra mi persona". 

 Por ello, ante la pregunta de "¿si se le ha pasado por la cabeza dimitir?", la diputada ha dicho: "no, por unas acusaciones que han hecho falsas sobre unas palabras que he pronunciado, no".

Encuentran muerto al hijo de Sylvester Stallone


El cuerpo sin vida de Sage Moonblood Stallone, de 36 años, ha aparecido en su vivienda sin signos de violencia 

 Sage Moonblood Stallone, hijo del célebre actor Sylvester Stallone, ha sido encontrado muerto hoy en su residencia de Hollywood, informó su abogado al diario The New York Post, George Braunstein. 

 Braunstein dijo que el hijo del actor, de 36 años, "se encontraba bien y trabajando en distintos proyectos". "Estaba planeando casarse. Estoy devastado. Era una persona maravillosa, un tipo increíble. Es una tragedia", añadió. 

Un miembro del cuerpo de policía de Los Ángeles confirmó el suceso a la publicación. 

 "No hay indicios de agresión o actividad criminal", dijo el policía citado por el diario, quien acudió a la vivienda para comprobar si todo estaba en orden una vez que había recibido llamadas solicitando que se investigara su paradero. 

 La web TMZ.com, especializada en información de famosos, cita fuentes no identificadas para detallar que la muerte del hijo del actor se debió a una sobredosis de pastillas. 

 Sage Stallone hizo su debut en la gran pantalla de la mano de su padre en "Rocky V" (1990), donde dio vida al hijo de Rocky Balboa, llamado Robert. Después, tras intervenir en otros títulos como "Daylight" (1996), pasó a labores de producción y dirección. 

 Stallone estuvo este jueves en la feria Comic-Con de San Diego en la presentación de "The Expendables 2", donde comparte escenas con Arnold Schwarzenegger. 

 Sage Stallone fue fruto del primer matrimonio del actor (1974-1985), con Sasha Czack.

viernes, 29 de junio de 2012

Nora Ephron, reina de la comedia romántica


La guionista y directora, tres veces candidata al Oscar, tenía 71 años y padecía leucemia 

 Es difícil compaginar tantas carreras y con tanto éxito como Nora Ephron. Guionista, directora, escritora y reputada periodista, todo se basaba en un único secreto: su talento. Irónica, rápida de lengua y de escritura, el espíritu irreverente de Ephron sobrevive a su muerte gracias a algunos de los momentos más chispeantes del cine y de la literatura estadounidense. El martes por la noche, una neumonía provocada por la leucemia que padecía acabó con su vida en un hospital neoyorquino a sus 71 años. 

 En el alma de Ephron está Nueva York. Nacida en esa ciudad en mayo de 1941, su infancia transcurrió sin embargo al otro lado del país, en Beverly Hills, ya que sus padres se mudaron allí para desarrollar su carrera como guionistas. Nora era la mayor de las cuatro hijas, y todas ellas se dedicaron a la escritura. Tras estudiar Ciencias Políticas en Massachusetts y pasar un año en la Casa Blanca como becaria —en un artículo recordaba que fue la única a la que no entró John F. Kennedy—, Ephron entró a trabajar como chica del correo en Newsweek. Su oportunidad le llegó con una huelga en los diarios neoyorquinos auspiciada por los tipógrafos: Ephron y unos amigos montaron un periódico satírico parodiando al The New York Post, y cuando acabó el paro el Post la fichó. 

 Así comenzó la carrera de la Ephron periodista, ensayista humorística con un gran ojo para captar el ambiente en los años sesenta y setenta, y para desmenuzar como columnista cualquier tema feminista, gastronómico o relacionado con su amado Nueva York. Y hubiera seguido en este negociado si no se hubiera casado —su segunda boda— con Carl Bernstein, el periodista que, junto a Bob Woodward, provocó con sus investigaciones sobre el caso Watergate la caída del presidente Nixon. Al convertirse en película el libro sobre el escándalo Watergate, Todos los hombres del presidente, Bernstein y Woodward, descontentos con el guion de William Goldman, le pidieron ayuda. Su libreto no fue el que se rodó, pero dio vueltas por Hollywood, y por eso acabó de guionista en un telefilme, Perfect gentleman. Su primer guion para el cine —y su primera candidatura al Oscar— fue Silkwood (1983), que recreaba la vida de Karen Silkwood, muerta en extrañas circunstancias cuando se investigaban posibles abusos en la planta de plutonio en la que trabajaba. Su director, Mike Nichols, también fue el realizador de su siguiente libreto, Se acabó el pastel (1986), basado en una novela de la propia Ephron en la que describía el infernal final de su matrimonio con Bernstein, alcohólico e infiel. Tres años después llegó su salto a la serie A de los guionistas con Cuando Harry encontró a Sally (segunda selección al Oscar), un libreto que debe mucho a los clásicos de la comedia del Hollywood dorado, con tonos más modernos, como el falso orgasmo de Meg Ryan en el mítico local Katz’s (secuencia que acaba con una anciana —en realidad la madre del director, Rob Reiner— pidiendo a un camarero: “Tomaré lo que ella”). 

 A inicios de los noventa, y viendo cómo la carrera de guionistas de sus padres había acabado ahogada en el alcohol por ser incapaces de controlar su material artístico, Ephron decidió saltar a la dirección. Debutó con la desastrosa ¿Qué le pasa a mamá?, coescrita con su hermana Delia, pero un año más tarde, en 1993, dio la campanada con Algo para recordar, con Tom Hanks y Meg Ryan. con cierto aire a Tú y yo. 

 Son años en que Ephron compagina con éxito la dirección —Un día de locos; Michael; la espectacular Tienes un email, inspirada en El bazar de las sorpresas, de Lubitsch, y Combinación ganadora— con guiones como el de Colgadas y ensayos humorísticos. Además, su matrimonio con el escritor Nicolas Pileggi (Casino) asentó su vida sentimental. 

 En el siglo XXI, Ephron fue una sabia referencia para los blogueros, con su labor en The Huffington Post, y para los mordaces escritores con libros como El cuello no engaña y exitosas obras de teatro como Imaginary friends y Love, loss, and what I wore. Escribió y dirigió Embrujada (2005) y Julie & Julia (2009). En el momento de su fallecimiento estaba trabajando en una serie de televisión y en dos películas.

 Entre las miles de frases que dijo, de listados geniales que escribió y de anécdotas que vivió, hay una que Ephron contaba a todo el que quisiera aunque poca gente le hizo caso: ella creía que el famoso Garganta Profunda del caso Watergate era Mark Felt, del FBI, aunque Bernstein nunca se lo reveló, porque sus siglas coincidían con la expresión con la que le denominaba su marido: “My friend (Mi amigo)”. Acertó.

domingo, 24 de junio de 2012

¿Qué fue del mayordomo del Papa?


Paolo Gabriele sigue incomunicado un mes después del escándalo y Benedicto XVI pide ayuda a los cardenales 

 Hace un mes justo, 31 días con sus noches, que Paolo Gabriele, el mayordomo del Papa, permanece encerrado, incomunicado, sometido por la Santa Sede a un régimen tan garantista como el de Cuba o el de la base de Guantánamo. Se le acusa de haber robado y filtrado la correspondencia secreta de Benedicto XVI -quien según dicen lo quería como a un hijo--, pero no se ha aportado ninguna prueba de su supuesta felonía. A la misma hora en que el Sumo Pontífice, vestido de blanco, se lamenta ante los obispos italianos de que Dios se ha convertido en "el gran Desconocido", el Estado que dirige sigue ocultando la verdad bajo "un sombrero grande y negro como las alas extendidas de un cuervo". 

 Así era el sombrero que usaba el gitano Melquíades de Cien años de soledad y así es, según se puede comprobar día a día, el compromiso de la Santa Sede con la transparencia. Los días 23 y 24 de mayo, dos colaboradores íntimos del Papa -el mayordomo que lo ayudaba a desvestirse antes de irse a la cama y Ettore Gotti Tedeschi, el banquero que regía los dineros de la Iglesia- fueron expulsados del círculo divino y su honra arrojada a los leones. De Paolo Gabriele se dijo que era un traidor, un topo, un cuervo. Del segundo -mediante un comunicado de inusitada violencia-, que había hecho dejación de sus funciones y, prácticamente, perdido la cordura. Sin pruebas en ninguno de los casos. Sin capacidad de defensa -los abogados del mayordomo solo pueden comunicarse a través del portavoz del Vaticano-. Y hasta con amenazas: la Santa Sede ha advertido a policías, jueces y periodistas que cualquier filtración será perseguida en los tribunales. 

 Lo siguiente fue negar la mayor. Aunque los documentos robados ponen en evidencia que el Vaticano es un campo de batalla entre facciones de la Curia con el secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, como principal objeto de discordia, la primera reacción fue quitar hierro al asunto. A la manera habitual. Hace unos días, el cardenal Bertone se despachó a gusto en la revista Famiglia Cristiana. Dijo que los periodistas son los responsables del "clima de mezquindad, mentiras y calumnias" y, ya puesto, se adornó en la suerte: "Juegan a imitar a Dan Brown (autor de El Código da Vinci). Se inventan fábulas y leyendas. Todo es falso. Hay una voluntad de dividir que viene del diablo…". 

 El que faltaba. Una vez apagada la hoguera del Campo dei Fiori -la estatua de Giordano Bruno reina de día entre las verduras y de noche entre los adolescentes--, la alusión al maligno preocupa menos. Bertone, sin embargo, sí tiene de qué preocuparse. El sábado por la tarde, Benedicto XVI invitó a cinco cardenales a un café en su apartamento. Quería conocer su opinión sobre el escándalo de las filtraciones. De primera mano. Sin intermediarios. Es la imagen más gráfica de que Joseph Ratzinger, al menos en la tierra, ya no se fía de nadie.

Alonso: “La mejor victoria de mi vida”


El asturiano, que se vuelve a colocar líder del Mundial, admite que hay "resultados impredecibles" y destaca que "no hay nada comparable" con el triunfo de hoy 

 “Ha sido la mejor victoria de mi vida”. Así de contundente se ha mostrado Fernando Alonso tras la remontada que ha protagonizado hoy en el Gran Premio de Europa, celebrado en el circuito de Valencia. Al piloto de Ferrari le escapaban las lágrimas mientras, subido en el podio, sonaba el himno de España. El asturiano ha ganado en casa, ha remontado desde la undécima posición y se ha vuelto a colocar como líder del mundial. Esas emociones que le desbordaron en lo más alto del cajón ya estaban camufladas en la rueda de prensa, aunque Alonso seguía sin poder describir la hazaña que ha conseguido hoy. “Es difícil expresar con palabras lo que siento, ganar en casa es único”, ha dicho. Es la segunda vez que lo consigue: ya lo hizo en Barcelona en 2006. “Todas las gradas llenas de rojo y de banderas españolas… Con esto y con la Eurocopa hay un ambiente muy español dentro de nuestros corazones. (…) No hay nada comparable a esto”, ha afirmado. El desenlace de la carrera ha sorprendido hasta al propio Alonso. “Hay resultados impredecibles”, dice, “ayer tuvimos un momento complicado [no se clasificó para la Q3], pero no podemos tirar la toalla”. 

 Kimi Raikkonen cruzó por detrás de Alonso la línea de meta. El finlandés adelantó a Lewis Hamilton en las últimas vueltas. “Creo que todos hemos tenido problemas, los neumáticos estaban muy usados al final, pero tenía suficiente goma para adelantar a Hamilton”, ha dicho el piloto de Lotus tras la carrera, que no se ha mostrado tan contento como Alonso: “Este puesto está muy bien, pero no es lo que queríamos”. 

 Michael Schumacher ha completado el trío ganador de Valencia. “La verdad es que no pensé en el podio en absoluto, la cuestión era cruzar la meta”, confiesa. Al alemán le ha pillado de sorpresa el tercer puesto porque se esperaba una séptima u octava plaza: “Hablé con los chicos por radio y alguien me dijo que [había quedado] tercero. No me lo podía creer. (…) Es maravilloso volver a estar aquí después de tanto tiempo”, ha dicho el heptacampeón.

miércoles, 20 de junio de 2012

Emili Teixidor, la memoria literaria del pan negro rural


La adaptación al cine de la novela del escritor catalán, fallecido este martes, ‘homenajeó’ su obra sobre la posguerra. 

 No, él tuvo la suerte de comer poco pan negro durante la posguerra porque en la masía de sus abuelos “se hacía pan”. Pero el mundo ligado a ese pan negro de física y espiritual miserable posguerra rural, que él tan bien describió en su novela homónima, fue, gracias al éxito de la versión cinematográfica de Agustí Villaronga (nueve goyas, el primero para el cine en catalán, y 14 gaudís) el que colmó quizá el hambre de demasiada gente que, injustamente, solo conocía esta obra del escritor, pedagogo y periodista Emili Teixidor. Ayer, sin duda una de las mejores voces de las letras catalanas desde los años sesenta falleció en Barcelona a los 78 años, con la discreta sobriedad que le caracterizó siempre, tras una tenaz resistencia al cáncer. 

 “Leo y escribo para acumular una antología personal de imágenes sacadas de libros, vivencias o frases, que ejercen una fascinación y tienen un significado especial para mí”, justificaba su escritura Teixidor. Decía que todo lo que puso sobre un papel —casi una cuarentena de libros— procuraba que fuera “más real que vivencial”, pero vida y obra no pueden separarse tanto en Texidor de sus orígenes en Roda de Ter, el pueblo de Vic donde nació el 22 de diciembre de 1933, rodeado de las tres colonias textiles que iban vaciando la escuela rural de compañeros, como ocurrió con su amigo el futuro poeta Miquel Martí i Pol, al que vio marcharse con solo 14 años para incorporarse a una de las fábricas. 

 El adoctrinamiento brutal (religioso, político, cultural, sexual), “esa sensación de ahogo, ese fascismo ordinario” que había en los pueblos tras la Guerra Civil y que él, junto con el propio Martí i Pol y otros jóvenes, intentó fintar alrededor de unos encuentros culturales a través de un bardo local, Josep Clarà, es lo que años después le empujó a dejar de ejercer como maestro en la comarca y trasladarse en 1958 a Barcelona, donde fundó con otros compañeros la escuela Patmos, pura bocanada de renovación pedagógica en un ámbito dueño de la Iglesia. 

 Conocedor como pocos de la psicología infantil, que quizá aprendió de sí mismo, y portador innato de una capacidad pedagógica notable, solía citar como estrategia el hecho de llevar tres libros a clase, de los cuales solo hablaba de dos. “Los chicos siempre sentían entonces curiosidad por el tercero, que era aquel del que yo en realidad quería hablarles”. 

 En ese escenario pedagógico detectó la necesidad, a principios de los años sesenta, junto con autores como Josep Vallverdú y Joaquim Carbó, entre otros, de llenar un vacío en la literatura infantil y juvenil en lengua catalana, donde destacó pronto y alcanzó cifras de ventas más altas que las que lograría con la narrativa de adultos. Les rates malaltes (1967, premio Joaquim Ruyra) y, sobre todo, L’ocell de foc (45 ediciones, versión en castellano y más de medio millón de ejemplares), amén de su serie sobre La formiga Piga, resumirían el impacto de su capacidad narrativa, que supo combinar como pocos escritores coetáneos con un cuidado lenguaje y un vocabulario riquísimo con el que salpimentaba toda su obra. “Una lengua no puede permitirse perder tanto léxico como hace el catalán”, afirmó hace muy poco. 

 Con voluntad humanista, se tituló también en Derecho, Filosofía y Letras, y Periodismo, faceta esta última que le llevó a colaborar con asiduidad en los periódicos Diari de Barcelona, Avui y EL PAÍS. Y también a intervenir en medios audiovisuales: en Catalunya Ràdio, en programas de libros de televisión como Mil paraules (TV-3, 1990-1994) y en la elaboración de guiones. 

 Hacía tiempo, pues, que estaba herido ya irremediablemente por la escritura, tanto que empezó en 1975 a dirigir la editorial Ultramar. En ese contexto, el salto a la literatura para adultos no se hizo esperar mucho más. Fue en 1979 con los relatos de Sic trànsit Gloria Swanson, que se tradujo ya en el premio de la Crítica Serra d’Or. 

 Pero las imágenes personales habían de aflorar algún día y llegaron en forma de un particular friso que estrenó la excelente Retrat d’un assassí d’ocells (1988), infelizmente no jalonada de premios como acabaría siendo constante en la producción de Teixidor y como ratificaría, por ejemplo, El llibre de les mosques (1999), premio Sant Jordi. 

 La mirada un punto irónica, no exenta de escepticismo, impregnada de recuerdos de profesores purgados, jóvenes cooptados por falangistas, vicarios de viejo credo, secretos arrastrados de antes de la guerra pero purgados tras la contienda y hambres insaciables, que estaban a caballo entre sus vivencias y la literatura, se acentuaron si cabe en Pa negre (2003), su obra para adultos más reconocida (cinco premios, entre ellos el Crexells y el Nacional de Cultura de la Generalitat). El férreo dominio de Teixidor de la técnica narrativa permitía que en ese marasmo de miserias y esperanzas se oyera siempre nítida la voz de sus inolvidables personajes. 

 Tomando también fragmentos del Retrat..., con Pa negre Villaronga popularizaría para el lector adulto a un autor que, como resumía ayer el consejero de Cultura, Ferran Mascarell, fue “un clásico contemporáneo”, papel que había reconocido ya la Creu de Sant Jordi en 1992. “¡Leedle para revivirle”, reclamaba Isona Passola, productora del filme. 

 El acto de reconocimiento como doctor honoris causa por la Universidad de Vic el pasado febrero fue su última aparición, que en lo literario cerró Els convidats (2010), de nuevo instantánea de los efectos de la guerra en la vida rural. El álbum de la memoria estaba completado. “Aquellas imágenes, los libros, tienen también una función liberadora. No hay nada más frustrante que la imposibilidad de escapar”, decía. Él lo escribió. Y escapó, libre.

Assange pide asilo político en la embajada de Ecuador de Londres

La Embajada ecuatoriana confirma que el australiano está bajo su protección. El fundador de WikiLeaks denuncia una persecución contra él. 

Julian Assange ha pedido asilo político a la embajada de Ecuador en Londres. Con esta maniobra, el fundador de WikiLeaks estaría tratando de evitar, in extremis, la extradición a Suecia donde la Justicia le reclama para ser interrogado por cuatro delitos sexuales. Assange había agotado ya todas las vías a falta de la apelación al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. 

 El ministro de Exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño, fue el primero en dar la voz de alarma al asegurar a la prensa que el fundador de WikiLeaks había solicitado asilo al país andino, un requerimiento que está siendo en este momento evaluado por el Gobierno. Además, Julian Assange se encuentra en la Embajada de Ecuador en Londres según han confirmado la propia cancillería y la organización WikiLeaks a través de su twitter. 

 "Ecuador está estudiando y analizando esta petición", ha asegurado Ricardo Patiño en Quito. El ministro ha añadido que Assange envió una carta al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en la que asegura que hay una "persecución" contra él, por lo que reclama asilo político. El pasado día 17 de abril el fundador de WikiLeaks entrevistó en su programa The World Tomorrow , de la televisión Russia Today, al presidente Correa. 

 Rafael Correa tiene con la prensa de su país un enfrentamiento permanente desde que inició su mandato. Considera que los grandes medios están en manos de fuerzas económicas que tratan de hacer descarrilar su proyecto social porque sienten amenazados sus intereses. El enfrentamiento más conocido es el que tuvo con el diario El Universo. El presidente presentó una demanda particular por difamación contra los dueños del periódico y un editorialista por una información. En un proceso rodeado de sospechas de parcialidad, la máxima instancia judicial ecuatoriana condenó al diario a indemnizar al presidente con 40 millones de dólares y dictó penas de prisión para los demandados. El proceso fue presentado como una lección para la prensa, a quien el presidente se refiere a veces como “el sicariato de la tinta”, un aviso a navegantes de que ya no se puede publicar cualquier cosa sobre el Gobierno en Ecuador. Sociedades internacionales de prensa y de derechos humanos han condenado reiteradamente el acoso de Correa a los medios de comunicación.

 Wikileaks ha recordado a través de su Twitter que la BBC publicó un ofrecimiento de asilo político de Ecuador a Julian Assange a finales de 2010. 

 El Tribunal Supremo del Reino Unido confirmó el pasado 30 de mayo la extradición a Suecia de Assange pero su abogada Dinah Rose consiguió que la decisión se suspendiera por espacio de dos semanas. La Corte Suprema, sin embargo, rechazó el recurso dos semanas después, dejando a Assange como última solución la apelación al Tribunal de Estrasburgo. En caso de que este tribunal aceptara tomar en consideración el caso de Assange, la orden de extradición quedaría paralizada pero por lo pronto Julian Assange ha optado por la vía de la petición de asilo. 

 El editor australiano lleva más de 500 días bajo arresto domiciliario. Sobre Assange pesa una denuncia interpuesta por dos mujeres por cuatro delitos sexuales entre los cuales el más grave es el de violación. Hasta el momento no existe ningún cargo presentado contra el australiano. La Justicia sueca decidirá, cuando le haya interrogado, si los presenta.

martes, 19 de junio de 2012

Es The Boss. Y punto


A sus 62 años, cada vez que Bruce Springsteen sube a un escenario da la sensación de estar ante su primer y último concierto 

  PEDRO ZUAZUA

 Si uno piensa en las personas de más de 60 años que conoce, seguramente escaseen los perfiles de gente capaz de dar un concierto de casi 4 horas. Alguno podría intentarlo, pero claro, la cuestión es hacerlo con dignidad. Bruce Springsteen (Nueva Jersey, 1949) se plantó ante más de 50.000 personas en el Santiago Bernabéu y demostró que, para esa reducidísima estirpe de genios de la que forma parte, los 60 son los nuevos 20. 

 Cuando Springsteen salió al escenario, a través de las pantallas se podía ver la imagen de un sexagenario. Al fin y al cabo, es lo que es. El tiempo, desgraciadamente, pasa rápido para todos. La grada se percató de ello. En su caminar, en sus movimientos y en algunos gestos de su cara parecía intuirse un atisbo de vejez. 3 horas y 48 minutos después los viejos éramos los allí presentes, a los que nos costaba seguir el ritmo de aquel tipo que, ya con los primeros acordes de Badlands, aclaró que no está dispuesto a jugar el papel del cuadro en El retrato de Dorian Gray. 

 Hubo altibajos, desde luego, pero si uno echaba un vistazo al césped o a la grada, se encontraba únicamente caras de felicidad. Grupos de amigos que bailaban los temas abrazados, sin mirar para el escenario, miles de manos que se movían al unísono, estribillos coreados con una extraña mezcla de fervor, pasión y automatismo (han hecho más por el aprendizaje del inglés algunas de sus canciones que muchas legislaturas) y una sensación general de que lo que rodea a este tipo alcanzó hace mucho el nivel de religión. Los feligreses, ataviados por lo general con el variadísimo merchandising que acompaña al músico, son una mezcla muy variada en la que predomina el chico o chica que, en su fuero interno, sueña con ser un trampero pero que sabe que lo más cerca que estará de conseguirlo será cantando Born to run. 

 Los músicos que hacen de la presentación de su banda una parte del concierto tan entretenida como cualquier canción tienen algo diferente. Springsteen la lleva a cabo con cariño, sencillez, entrega y agradecimiento, y desde ese momento la comunión con la grada es ya absoluta. Él presenta a su familia, abre las puertas de su casa y, entonces sí, empieza la fiesta. 

 Hubo tiempo para que demostrara que sabe leer dignamente en español, encontró un momento para dedicar una canción a Nacho, un joven fan español fallecido hace algunos días, y también para recordar a Clarence Clemons, pero no tiró de sensiblería. Sacó a dos niños al escenario y los trató como el típico tío enrollado de las series americanas e incluso dejó una escena para el recuerdo cuando un cartel que rezaba “Peralejos de las truchas” (localidad de la provincia de Guadalajara) permaneció unos hilarantes segundos a sus pies mientras todas las cámaras enfocaban al Boss y el público aplaudía lo absurdo de la situación. 

 No dejó de sonreír ni un solo momento y, una vez más, parecía que era, al mismo tiempo, el primer y último concierto que iba a dar en su vida. Muchos pagaríamos por ser él un solo minuto. No por la fama, la adoración del público y la erótica del escenario, que también, sino porque da la sensación de estar disfrutando tanto con su profesión que uno se hace una idea de la felicidad bastante cercana a lo que puede vivir él en esos momentos. Todo ser humano debería tener derecho a ver al menos una vez en su vida una canción de Springsteen en directo. Entienda o no el inglés, le llegará algo que no está en las letras ni en la música, pero que le hará sentir mejor. Nadie sabe lo que es, no se puede definir y mucho menos envasar, pero él lo tiene. 

 La segunda mitad del concierto fue antológica. Nadie se quería ir. Y tampoco hubiera podido, porque no había descanso entre canción y canción. Era imposible porque lo que estaba sucediendo sobre el escenario no era música, era magia. Ahí apareció el mejor Bruce, que de repente se había quitado 35 años de encima y parecía decir en cada canción: “¿Por qué creéis que me llaman el Boss?”. Por conciertos como el del Bernabéu, sin duda. 

 Y es que el de Springsteen es uno de los mejores motes de la historia. Tenemos que estar agradecidos de que hayan sido los americanos los encargados de ponérselo porque, de haber salido de España, se hubiera quedado con “El puto amo” para toda la vida. Que sí, que lo es, pero ya nada hubiera sido lo mismo. Es The Boss. Y punto.

Reencuentro literario con el pequeño de los Machado


La poesía de Francisco ve la luz a los 62 años de su muerte 

  TEREIXA CONSTENLA

 En 1939, como pudieron, todos los hermanos Machado cruzaron la frontera hacia el exilio con la excepción de Manuel, atrapado el 18 de julio de 1936 en la estación de Burgos aguardando el tren de las ocho que jamás llegó a partir, encarcelado y finalmente forzado a vender su alma. Francisco, el menor, pasó a Francia con su esposa y sus tres hijas en fechas y lugares distintos de sus hermanos Antonio, José y Joaquín. Se habían visto por última vez en Cataluña, etapa final de las sucesivas evacuaciones de la saga durante la guerra. 

 Francisco, un director de prisiones seguidor de Concepción Arenal y de su máxima “odia el delito y compadece al delincuente”, había sido trasladado conforme la República se replegaba para permanecer junto a su familia. Parecía tan destinado al destierro como los demás. Ocurrió algo que lo impidió. Mercedes Martínez, su esposa, le convenció del sinsentido de la huida. Si nada malo había hecho, nada malo podría ocurrirles. Una reflexión repetida por miles de republicanos que se dieron media vuelta al llegar a Francia. A algunos les costó carísimo. Francisco Machado estuvo a punto de ser uno de ellos. “Al cruzar la frontera de vuelta a España, amenazaron con meter a mi padre en un campo de concentración y mi madre se puso como Agustina de Aragón”, revive su hija Leonor Machado en su casa de Madrid. 

 El director de prisiones evitó la cárcel, aunque no la sospecha. Las nuevas autoridades franquistas le sometieron al escrutinio que aplicaron a todos los empleados públicos para extirpar de la administración cualquier signo hostil. “Como no había tenido responsabilidades políticas le permitieron volver a prisiones, aunque ya no como director”. Leonor recuerda de su padre la bondad, una cualidad de otros Machado, que Antonio glorificó en un verso autobiográfico. A pesar del cambio de régimen, cuya política penitenciaria juntaba el hisopo con la violencia, el funcionario de prisiones siguió fiel a sus principios. Tratar a los reclusos con respeto le ahorró disgustos: unos presos cambiaron la fecha prevista para su fuga para no perjudicarle, ya que estaba de guardia el día elegido. 

 Francisco Machado pagó algunos peajes por su apellido. Nazcas donde nazcas, ser el pequeño lleva acarreado alguna losa. En casa de los Machado también. Nacido en Madrid en 1885, cuando a Francisco le llegó el turno para estudiar, el dinero de la familia ya no daba más de sí. Para sacar adelante la carrera de Derecho, tuvo que ponerse a trabajar. Pero sin duda el mayor condicionante que recibió fue el de tener inclinaciones poéticas al tiempo que un hermano llamado Antonio, poeta-mito del siglo XX, y otro llamado Manuel, más oscurecido por razones políticas que por falta de cualidades literarias. No hubo recelos ni pesares, según su hija. Francisco recitaba los poemas de sus hermanos por los pasillos de su casa, aunque no delante de Antonio, que odiaba que declamasen sus versos. Para escribir buscaba a diario la privacidad de un café. No se sintió intimidado por el lustre de sus hermanos, pero lo cierto es que jamás publicó sus poemas, aunque sí una obra sobre leyendas toledanas. Se han necesitado 62 años y el empeño de su hija, Leonor, para reunir sus principales escritos en un pequeño volumen, Obras escogidas, publicado por Ediciones de la Torre. "Se lo debíamos", afirma Leonor, que prologa el volumen. 

 “Al lado de sus hermanos es un poeta menor, pero no deja de llamarse Machado. Y tiene algunas obras en los Pensamientos que podrían haber sido escritas por Antonio”, comenta el editor José María Gutiérrez de la Torre. “Para Antonio y Manuel la literatura era un medio de vida, se sentían escritores profesionales. Mi abuelo, sin embargo, escribía lo que le daba la gana y cuando le daba la gana, es más irregular que sus hermanos, tiene algunos poemas fantásticos y otros menos”, compara su nieto, Manuel Álvarez Machado. Quizá esa irregularidad la explique el mismo Francisco con sus versos: “Soy mi mayor enemigo, / porque lo es mi fantasía, / y esa siempre va conmigo”.

domingo, 10 de junio de 2012

Concha García, feliz tras el éxito del autotrasplante de médula

La presentadora utiliza el Twitter para informar a sus seguidores de su evolución en el tratamiento contra la leucemia

 La presentadora de televisión Concha García Campoy sigue comunicando a través de Twitter su evolución en el tratamiento contra la leucemia y hoy ha compartido sus avances: "Quiero celebrar con vosotros el éxito de mi autotrasplante de médula. Muy feliz inicio esta nueva etapa. Despacio pero firme", ha escrito. 

 García Campoy ha vuelto a dirigirse a sus más de 62.000 seguidores en esta red social, donde también hizo pública su enfermedad tras el comunicado en el que Telecinco anunciaba que abandonaba temporalmente por una baja médica su labor de presentadora de informativos. 

 "Tengo leucemia pero también ánimo de lucha, buenos médicos y muchísimo afecto", escribía el 10 de enero. 

 Hoy, la periodista y escritora ha escrito: "Gratitud al gran equipo encabezado por el doctor Rafael de la Cámara, con Miguel Herrero y Daniel Belmonte del Hospital de La Zarzuela! (...) Enfermeras, todo el personal han sido grandes profesionales y seres humanos. Casi seis meses ¡quien lo diría! Y a todos vosotros,??¡GRACIAS!!!". 

 Presentadora de programas como "Las mañanas de Cuatro" o el espacio cinematográfico "La gran ilusión", el pasado marzo también escribió "deseando volver al mundo, aunque aún queda" y agradecía el calor popular vía internet, que llegó a crear un hashtag llamado #fuerzaconcha. 

 "Disculpad mis ausencias pero necesito intimidad,aunque quiero decir que las compensaciones emocionales son muchas, todo ha sido superlativo", escribía en enero, pero ya en marzo agradecía: "Con vuestro apoyo me estoy recuperando,superando etapas con paciencia y ánimo. Gracias de corazón, os sigo aunque aparezca poco, por ahora".

Carmen Maura, la única actriz que no quiere trabajar con Almodóvar

"Mi próxima película es con Álex de la Iglesia, ya hice 'Volver', y ya tuve bastante", dice la actriz 

Parece que ha aflorado un viejo conflicto entre dos figuras clave del cine español, los Almodóvar y Carmen Maura, tras las declaraciones de la actriz diciendo que había tenido "suficiente" con el director manchego y la respuesta en Twitter de Agustín Almodóvar: "Tranquila, no pensamos llamarte".

 Durante la promoción de su última película en Madrid, "Las chicas de la sexta planta", Carmen Maura respondió a la inevitable pregunta de si le gustaría volver a trabajar con Almodóvar.

 "He trabajado mucho con él, he hecho personajes maravillosos y tengo suficiente (...) Mi próxima película es con Álex de la Iglesia, al que adoro y me da muchísimo mejor rollo, y ya hice 'Volver', que me parece muy bien (haberlo hecho), pero ya tuve bastante", confesó el lunes a Efe.

 Agustín Almodóvar, cada vez más activo en Twitter, ha decidido no morderse la lengua virtual. ¿Desenterrada el hacha de guerra? ¿O nunca se enterró del todo?.

 Carmen Maura y Pedro Almodóvar hicieron un inmejorable tándem en "Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón", "Entre tinieblas", "¿Qué he hecho yo para merecer esto!!" y "La ley del deseo".

 Pero en su película que les llevaría a las puertas del Óscar, algo pasó. "El único momento en el que lo he pasado mal en mi carrera fue en el rodaje de 'Mujeres al borde de un ataque de nervios'. Punto", reconoció Carmen Maura al recoger la Medalla de Oro en la Academia en 2009.

 A las desavenencias apuntadas durante el set se sumó la ceremonia de los Óscar, cuando Almodóvar fue del brazo de Bibi Andersen y no de Carmen Maura a la que, se dijo, mandó al gallinero a ver la gala.

 Aunque el enfado nunca fue oficial, en los Goya de 1989 Almodóvar dijo: "Esta es la primera noche que nos encontramos desde Los Ángeles y quiero aprovechar para decir que me he acordado de ti en Berlín, donde estuvimos juntos hace tres años. Te traigo como regalo un trozo de muro. Si un muro tan espantoso e irracional como el de Berlín ha caído, ése que nos separa a ti y a mí puede también caer".

 Ella recibió con una sonrisa la dedicatoria, pero eso fue todo. Un año después, el morbo estuvo servido en la carrera por el galardón, pues las favoritas eran "Átame", de Almodóvar, y "¡Ay, Carmela!", protagonizada por Maura. La goleada fue de 13 a 0 a favor de la actriz.

 Pero ambos reconocieron durante años que esa "ruptura" había sido magnificada por la prensa y que no había ido más allá de no querer repetir la mala experiencia de su último rodaje.

 Cuando en 1997 ganó el Goya con "Todo sobre mi madre", Almodóvar dio un beso en la mejilla a Maura antes de subir al escenario. Y en septiembre de 1999, cuando falleció la madre del director, Maura lo acompañó en el entierro.

 "Cuando nos encontramos después de diez años, a los treinta segundos podíamos tener una conversación igual que entonces. Nos conocemos mucho, creo que nos queremos. Es casi de la familia", diría la actriz.

 Ese "pelillos a la mar" empezó a abrir la puerta a una película juntos. "Antes a ella tiene que pasársele el susto", llegó a decir Almodóvar. El susto se le pasó en 2006 y el reencuentro se llamó, precisamente, "Volver", que fue un éxito para ambos y reportó un Goya a cada uno.

 "Cada vez que hago una película pongo todo mi entusiasmo, sea con Pedro o con cualquier otro director, así que en este sentido esta no es un película especial", dijo una ambigua Maura tras recoger el premio.

 El Óscar se fue por el camino del medio: la nominación fue para Penélope Cruz, por lo que ambos se quedaron sin ir a Los Ángeles. Pero los rumores apuntaron, precisamente, a que a Maura no le habían sentado bien las atenciones que el manchego dedicaba a la de Alcobendas en detrimento de las demás actrices.

 Al recibir la Medalla de Oro en 2009, Maura comentó el Óscar que Cruz ganó por "Vicky Cristina Barcelona". "Los premios en sí mismos no me importan. Ha ganado un Óscar Penélope Cruz y es genial, estoy orgullosa y nos viene muy bien a todos", comenzó.

 "Conozco veinte compañeras españolas que podrían haberlo ganado también pero no tienen la misma campaña detrás", añadió, en una rueda de prensa que había abierto afirmando: "Creo que hay que decir las cosas como son. Esa una de las ventajas de ser mayor".

viernes, 8 de junio de 2012

Homenaje a Manolo Preciado

  Los aficionados convierten El Molinón en un mausoleo en honor a Manolo Preciado 

 Aficionados del Real Sporting de Gijón han convertido hoy el estadio de fútbol "El Molinón" en un mausoleo para honrar la memoria del que fuera entrenador del primer equipo Manolo Preciado, fallecido hoy en Valencia de un infarto. 
 Desde esta mañana, cientos de aficionados han pasado por la puerta principal del estadio y junto a las taquillas han dejado flores, velas encendidas, mensajes de agradecimiento, banderas rojiblancas, bufandas, fotografías y otros recuerdos. 
 Algunas personas, visiblemente consternadas, guardaban silencio y hasta algunas rezaron, y otras dejaban flores o velas y marchaban. A través de las redes sociales se ha convocado una concentración en el mismo sitio a las 20:00 horas de esta noche en su recuerdo.
 Manuel Preciado, el técnico más querido en los últimos tiempos del sportinguismo ha fallecido como consecuencia del infarto sufrido la pasada noche. El técnico cántabro se encontraba en Valencia presto para firmar el contrato que le uniría con el Villareal para la próxima campaña y que ya había sido anunciado en el día de ayer. El cuerpo del técnico cántabro Manolo Preciado será incinerado mañana en el cementerio de Ciriego, de Santander, sobre las 13.30 horas y el funeral se celebrará a las 16.30 horas, en la iglesia de los Padres Franciscanos de la capital cántabra. 
 Según la esquela que publica en su web la Funeraria La Montañesa, el cuerpo de Manolo Preciado saldrá a las 13.10 horas del Tanatorio de El Alisal, donde estará la capilla ardiente a la que hoy se traslada al fallecido desde Valencia. 
 Manolo Preciado falleció anoche en Mareny de Barraquetes, localidad valenciana en la que se encontraba a la espera de ser presentado como entrenador del Villarreal, club en el que iba a iniciar un nuevo proyecto tras concluir este año su etapa como técnico del Sporting de Gijón. 
 El fallecimiento del entrenador de astillero se hace sentir sin duda en Gijón, donde había dirigido al equipo hasta mediados de la pasada temporada. Manolo Preciado llegaba al Sporting de Gijón en el año 2006 y será recordado como el artífice del ascenso a primera división de la temporada 2007-2008. Con él el club rojiblanco logró la permanencia en la máxima categoría durante los próximos 4 años. Tras una mala racha de resultados el club decidía el pasado mes de enero su destitución para ser sustituído de manera fugaz por su segundo Iñaki Tejada, aunque sería al final Javier Clemente el que acabase dirigiendo el equipo hasta el mes de mayo y hasta confirmarse el descenso. 
 Manolo Preciado tenía 54 años y como entrenador también había pasado por equipos como el Racing de Santander, la Gimnástica de Torrelavega, el Levante o el Real Murcia. Con su temprano fallecimiento viene a confirmarse el infortunio en la familia del cántabro que ya había sufrido varias pérdidas en situaciones poco habituales. 
 Se había iniciado como entrenador en Tercera División con la Gimnástica de Torrelavega en la temporada 1995-96, con la que logró el ascenso. La temporada siguiente con quien logró subir a Segunda B fue con el Racing B. Volvería a entrenar al filial racinguista en una segunda fase en la temporada 2000-01: descendió y volvió a subir. 
 Posteriormente entrenaría al Racing de Santander en la temporada 2002-03, cuando presentó su dimisión tras la compra del club cántabro por parte de Dmitry Piterman. 
 Se marchó en la temporada 2003-04 al Levante, con el que logró el ascenso a Primera División y posteriormente entrenaría al Real Murcia y Racing de Santander para recalar luego en el Sporting. 
 Como jugador defendió los colores del Real Racing Club de Santander (1978-1982), Linares (1982-1984), Mallorca (1984-1985), Alavés (1985-1986), Ourense (1986-1987) y Gimnástica de Torrelavega (1987-1992). 
 En el Sporting de Gijón han recibido la noticia "con profunda tristeza" y el club ha mostrado su pesar por tan triste pérdida "por quien forma parte de la historia del club con letras doradas", además de enviar sus más sentidas condolencias a su familia en estos momentos de dolor.

sábado, 2 de junio de 2012

El ´tattoo´ de Fernando Alonso

El piloto asturiano ha desvelado el espectacular tatuaje que le recorre el cuello y parte de la espalda  

Ni un paparazzi, ni un cazarrecompensas. Ha sido el propio Fernando Alonso quien ha decidido compartir con sus seguidores a través de Twitter el tatuaje que luce desde hace algún tiempo en su espalda. 

 La fotografía que ha subido a la red social muestra su espalda tatuada con un bravo samurái que sostienen una katana con su mano derecha, en colores negro y rojo. 

 "Un samurái no tiene fuerza sólo en los músculos. Inteligencia y fuerza de voluntad es donde posee la energía suficiente para realizarlo todo", ha escrito el piloto asturiano en referencia al tatuaje.

La Reina quiere que la quieran

Operación Windsor: recuperar al pueblo
Tras dos décadas de frágil popularidad, un 80% de los británicos apoyan a su monarquía. Los fastos del jubileo de Isabel II culminan una insólita campaña de relaciones públicas 

 Hace 20 años, la monarquía británica estaba al pie de los caballos, socavada por las querellas matrimoniales entre Carlos y Diana de Gales. Hoy, los británicos adoran a Isabel II y se abrazan a la monarquía como en los mejores tiempos. Este fin de semana se echarán a la calle para celebrar el 60º aniversario de su acceso al trono: cuatro días festivos que culminarán el martes con un baño de masas de la monarca por las calles de Londres. 

 Detrás de ese milagro palpita la capacidad de los Windsor de reinventarse a sí mismos en tiempos de crisis, pero, sobre todo, un formidable ejercicio de relaciones públicas que ha conseguido que los miembros de la familia real se comporten menos como hieráticos elitistas y más como celebridades mundiales, dispuestos a explotar a su favor las redes sociales y los modernos sistemas de comunicación para asentar el futuro de la monarquía británica. 

 El 24 de noviembre de 1992, delgada y envejecida, con la voz asombrosamente frágil, Isabel II conmemoraba en el magnífico Guildhall, el salón de ceremonias de la City de Londres, el 40º aniversario de su acceso al trono. Lo que normalmente hubiera sido una ocasión alegre y festiva fue un acto casi luctuoso, en el que la reina aceptó que había vivido “un annus horribilis”. Como si la guerra entre Carlos y Diana no fuera bastante, la parte más valiosa del castillo de Windsor había sido devorada por un incendio tan solo cuatro días antes de que ella hablara en el Guildhall. 

 Sin apenas voz, Isabel II pareció entonar un mea culpa al aceptar que también la monarquía ha de estar sometida a las críticas. “Ese tipo de cuestionamiento puede actuar también, y así debería ser, como un efectivo motor para el cambio”, añadió. Casi 20 años después de aquella confesión han quedado atrás las amenazas sobre el futuro de la corona, la revuelta popular que provocó la muerte de Lady Di en una noche de agosto en París en 1997 y la torpe reacción de la propia Isabel, empecinada en seguir de vacaciones en Balmoral mientras Londres era un paño de lágrimas por la princesa mártir. 

 Hoy, el 69% de los británicos creen que Reino Unido estaría peor sin la monarquía, y solo un 22% creen que estaría mejor, según una encuesta de ICM para el diario The Guardian. Otro sondeo, de Ipsos MORI para The Telegraph, refleja que el 80% quieren que el país siga siendo una monarquía, y solo el 13% prefieren que se convierta en una república. 

 ¿Por qué se han recuperado los Windsor con tanta rapidez de los tumultuosos años ochenta y noventa? ¿Cómo han pasado del annus horribilis de 1992 al annus mirabilis de 2012? “Desde el punto de vista histórico hay que decir que los Windsor han sido formidables en su capacidad de reinventarse a sí mismos una vez tras otra”, apunta Richard Fitzwilliams, veterano comentarista de la realeza. 

 “En 1917 se llamaban Saxe-Coburgo-Ghota y se lo cambiaron por Windsor”, en una maniobra para borrar sus vínculos germánicos. “En 1936 tuvimos la abdicación [de Eduardo VIII], muy traumática, pero Jorge VI y la reina Isabel se convirtieron en la familia ideal. Consiguieron cambiar la imagen de la monarquía mostrando lo mucho que se preocupaban por la gente”, añade Fitzwilliams. 

 En esa reinvención han influido varios factores, como el hecho de que Carlos haya rehecho su vida con Camila, duquesa de Cornualles, enterrando el fantasma de Diana; por supuesto, el impacto de la boda de Guillermo y Catalina el año pasado y el hecho de que sean vistos como dos jóvenes que se han casado por amor, no por mera conveniencia; y, claro está, el respeto que siempre ha suscitado la reina Isabel, cuya profesionalidad nunca ha estado en cuestión y a la que la vejez ha suavizado la frialdad personal que siempre ha destilado. 

 Pero, por encima de todo, hay unanimidad en destacar la influencia de las relaciones públicas en todo ese proceso de cambio. “El equipo de comunicación que rodea a la familia real se ha transformado por completo y es extraordinariamente profesional. Es hasta demasiado bueno: ahora todo son relaciones públicas. Eso es un cambio enorme porque antes sus asesores solían ser muy antiprensa y muy incompetentes”, explica alguien que vivió en primera persona aquella incompetencia y se refugia ahora en el anonimato. 

 “Lo primero que han hecho es contratar a profesionales de la comunicación. Paddy Harverson, principal responsable, era el relaciones públicas del Manchester United; es un hombre de empresa, un peso pesado de la comunicación corporativa que ha empleado a profesionales. La calidad de la gente sobre el terreno se ha transformado por completo. En los viejos tiempos eran antiguos militares; buena gente y muy partidarios de la monarquía. Pero no eran profesionales y no les gustaba la prensa”. 

 “El segundo cambio es que el equipo que hay ahora sabe que lo que tiene entre manos es gente famosa. No lo van a aceptar en público, porque oficialmente se trata de un asunto constitucional, la familia real, la continuidad de la monarquía y todo eso; pero en realidad saben que se trata de celebridades. La reina es quizás la persona más famosa del planeta. Guillermo y Catalina son la pareja joven top del mundo entero. Y lo saben. Y lo planean todo teniendo en cuenta eso y pensando en cosas como qué esperan los quinceañeros. Saben qué tienen que hacer en cuestiones como el ángulo de las cámaras o qué ropa hay que ponerse. Es totalmente profesional”. 

 El conflicto central que afrontaban los asesores reales no era tanto resucitar el apoyo a la monarquía como la fe de los británicos en los Windsor. El problema no ha sido nunca la reina. A pesar de su traspié tras la muerte de Diana, Isabel II nunca ha sido cuestionada. El problema era el príncipe Carlos, al que el público hacía responsable de la infelicidad de Diana y su fracaso matrimonial. Y, en última instancia, de su muerte.

 Aunque la imagen del heredero ha mejorado mucho, solo un 39% de los encuestados por ICM quieren que Carlos sea el próximo rey, frente a un 48% que preferirían que fuera su hijo Guillermo, segundo en la línea de sucesión. 

“Carlos tiene una personalidad muy compleja. Aunque es una persona con visión de futuro ­–basta con pensar en sus posiciones sobre el medio ambiente–, da a veces la impresión de estar especialmente comprometido con la tradición. Y no hay duda de que a veces sus formas revelan que no es muy carismático, a pesar de tener un gran sentido del humor”, explica Fitzwilliams. 

 “Pero creo que ahora, felizmente casado con la duquesa de Cornualles y con un servicio de prensa inteligente, da la impresión de ser una persona satisfecha. Y no creo que vaya a ser muy difícil la transición. Y de cara al futuro tenemos a Guillermo y Catalina. Lo importante en la monarquía es la continuidad. Y eso es algo que la casa de los Windsor ha logrado de forma magistral”, añade. 

 Los Windsor han puesto de su parte la aceptación de que, les guste o no, han de trabajar para la prensa y tener en cuenta a la galería. A veces eso no es tan difícil y es extraordinariamente rentable, como cuando hace unos días Carlos y Camila dieron un golpe de efecto al convertirse en inesperados meteorólogos en un informativo de la BBC en Escocia. 

 Hasta el duque de Edimburgo, célebre por sus meteduras de pata y su altanería, es visto ahora como un hombre de admirable energía a sus 90 años y un factor clave en el éxito profesional de la reina. Su rápido restablecimiento tras un problema cardiaco las pasadas Navidades y las constantes referencias positivas de sus nietos hacia él han jugado a su favor. 

 El trabajo de los profesionales ha transformado también al díscolo príncipe Enrique. Conocido años atrás por sus borracheras o por sandeces, como disfrazarse de nazi en una fiesta, ahora es visto como un joven militar que cumple con sus obligaciones en Afganistán y al mismo tiempo es capaz de hacer reír gastándole una broma al velocista Usain Bolt en Jamaica o poniéndose una careta de su hermano Guillermo en una carrera benéfica en Brasil, en un reciente viaje en el marco de los festejos del jubileo de la reina. 

 Guillermo, hombre clave para el futuro de los Windsor, ha pasado de ser el chaval incapaz de levantar los ojos del suelo en el funeral por su madre en 1997 a convertirse en feliz esposo casado con la hermosa Catalina. Su vida no tiene nada que ver con la que llevaron sus padres tras casarse. No solo porque ellos son diferentes, sino porque también la prensa ha cambiado: se han sentido culpables por la muerte de Diana. Por eso ahora no se ha visto ninguna foto de Catalina cuando va de compras al supermercado de Anglesey, en Gales, donde vive la pareja. Hay un pacto. Y funciona muy bien. Todo son facilidades para los fotógrafos en los actos públicos, y cuando no están en actos oficiales, les dejan en paz. 

 Hoy empieza el momento culminante de los festejos del jubileo de la reina. Isabel II estará esta tarde en el Derby de Epsom, disfrutando de su pasatiempo favorito: las carreras de caballos. Mañana es el día de las comidas populares, organizadas en miles de barriadas por todo el país, y del paseo de la reina por el Támesis acompañada por mil embarcaciones. 

 El plato fuerte del lunes es un pic-nic seguido de un concierto en los jardines del palacio de Buckingham, para el que tienen entrada gratuita 10.000 personas y en el que actuarán artistas como Shirley Bassey, Elton John, Annie Lennox, Paul McCartney, Kylie Minogue, Cliff Richard o Stevie Wonder. 

 Pero, políticamente, el día grande es el martes, con la cabalgata en carroza de la reina Isabel desde Buckingham hasta Whitehall y la plaza de Trafalgar para regresar a palacio por el majestuoso Mall. En ese gran baño de masas, los Windsor reinventados enterrarán los fantasmas que les amenazaban en el annus horribilis de 1992.

martes, 29 de mayo de 2012

Fallece el creador de los refrescos KAS

El empresario José María Knörr, creador de los refrescos KAS, falleció ayer en Vitoria a los 95 años y su funeral se oficiará mañana en la parroquia de San Pedro de la capital alavesa. 

José María Knörr heredó el negocio familiar, una fábrica de cervezas llamada "La Sucursal" y que tenía su sede en la calle Cercas Bajas de Vitoria y que proseguía así la tradición de su abuelo, un maestro cervecero que llegó en 1870 a la capital alavesa procedente de Alemania, donde quiso dejar atrás la guerra franco-prusiana. 

Su padre, Román Knörr fundó en 1926 la fábrica de gaseosas el "As" y, tras las dificultades vividas durante la Guerra Civil, la familia trató de relanzar el negocio. 

José María, considerado el alquimista de la familia, tuvo visión comercial y empezó a experimentar con nuevos sabores a base de zumo de naranja para competir con la entrada en España de nuevos sabores y productos como la Coca-Cola. 

En 1954 decidió dar un nuevo nombre a la marca de gaseosas "As" y le añadió la inicial de su apellido, lo que dio lugar al nacimiento de "KAS", cuyos refrescos tuvieron una importante expansión, sobre todo en el norte de España. 

En 1971 el grupo empresarial KAS vendió un primer paquete de acciones a su socio financiero externo, el Banco Industrial de Bilbao, y a partir de ese momento dejó de ser una empresa familiar independiente, hasta que el Banco de Bilbao y después el Banco Bilbao Vizcaya se hicieron accionistas mayoritarios. 

Finalmente, en 1992, Pepsi compró el negocio y es ahora quien comercializa los KAS de naranja y de limón. 

Muy arraigado en Vitoria, José María Knörr tenía ocho hijos, era aficionado a la fotografía, a la música y a la caza. 

El mundo empresarial alavés le despedirá mañana en el funeral que tendrá lugar a las siete y media de la tarde en la iglesia de San Pedro Apóstol.

lunes, 28 de mayo de 2012

El talento me salvó en Mauthausen

Segundo Espallargas, alias 'Paulino', consiguió el favor de los nazis gracias a los combates que estos organizaban. En la imagen, un retrato de finales de los cuarenta. / SEGUNDO ESPALLARGAS 

  Un boxeador, un dibujante y un zapatero. Tres oficios distintos para tres hombres parecidos. Unidos, 70 años atrás, por un objetivo: sobrevivir en los campos de exterminio nazis. Gracias a su astucia, captaron el interés de los crueles oficiales alemanes y lograron salvarse.

MONTSERRAT LLOR 

 Son tres supervivientes, que hoy viven en Francia, de entre los más de 10.000 españoles que fueron deportados a los campos de concentración y de los pocos que hoy quedan para contarlo. En sus casas, en sus salones, recuerdan aquellos aciagos días y nos muestran sus recuerdos: fotografías antiguas, documentos y textos. 

 Segundo Espallargas –alias Paulino– fue boxeador en el campo de Mauthausen. Trabajaba duramente en la cantera y en comandos de carga y descarga de material pesado. Pero los fines de semana su vida cambiaba radical y peligrosamente. Los nazis montaban un cuadrilátero y Paulino debía boxear en un salvaje ring. Luchar y ganar o morir gaseado. Su garra le llevó a permanecer imbatido. Así salvó su vida. Hoy, a sus 92 años, reside en las afueras de París. 

 Manuel Alfonso Ortells es dibujante. Compartió barracón, también en Mauthausen, con otros españoles, de entre los cuales recuerda a Eduardo Muñoz, Lalo, gran amigo de Picasso. Le salvó la vida entrar a trabajar en la oficina para la construcción del campo y hacer algún dibujo pornográfico a cambio de una ración de comida. Con 94 años, vive en Burdeos. Allí guarda su tesoro: una carpeta repleta de dibujos realizados con papel de los planos del campo. 

 Francisco Bernal era zapatero de profesión. Tener buenas manos para el calzado y hacer botas de buena calidad y resistencia le valió la benevolencia de los kapos (presos convertidos en jefes de barracón o servicio) y SS de Mauthausen y Ebensee, dos de los campos donde estuvo preso. Ingenioso, luchador y solidario, recuerda situaciones inverosímiles. Tiene 93 años y vive en París. 

 Los tres tienen mucho en común. Son nonagenarios, viudos y además poseen una gran energía y positividad como parte de su propia esencia. Conversar con ellos implica impregnarse de recuerdos trágicos de la deportación nazi, pero también ofrecen una perspectiva artística, con dosis de humor, ironía e incluso risotadas burlonas. Jamás regresaron a España para vivir. 

 Fueron muchos los presos de los campos: figuras políticas, intelectuales, militares, resistentes o civiles, entre muchos otros anónimos. También sufrieron futbolistas, boxeadores, dibujantes, pintores, cantantes, escritores y fotógrafos, entre otros oficios y profesiones. De entre los nombres que han recordado los mismos entrevistados habría que citar, por ejemplo, al boxeador de peso pluma Lorenzo Vitrià, el grafista Ramon Milà, el tenor Juan Vilató, el futbolista Saturnino Navazo o el fotógrafo Francisco Boix, promotor de la sustracción de las fotografías que sirvieron de testimonio de las matanzas.


Segundo Espallargas 

El boxeador imbatido: Le llamaban Paulino. Alto, fuerte; su misión era ganar. Hoy, 70 años después, al entrar en su confortable salón, le vemos descansando en una butaca. Como un resorte, abre los ojos. Está debilitado y muy sordo, pero todavía puede percibirse su complexión fuerte, brazos largos, manos grandes. Sus cabellos blancos le confieren cierto aire angelical, al que habría que añadir una suave sonrisa permanente.



Carmen, su hija mayor, y Nassima, su cuidadora, a la que adora, nos abren las puertas de la casa, donde el sol irrumpe con fuerza por las ventanas y puertas de un salón con numerosas fotografías de Espallargas, un dibujo a lápiz de dos hombres en combate y una pintura muy colorista con el rostro amoratado de un boxeador delante de un muro con un nombre: Mauthausen. El cuerpo de Espallargas está cansado, pero su voz, aunque se agota pronto, sigue resonando fuerte. Medio en español, idioma algo olvidado con el paso de los años, medio en francés, su lengua adoptiva, resume sonriente y reiteradamente: “Ser boxeador me salvó en el campo. Yo me llamo Segundo, pero fue el comandante de Mauthausen el que me dio el nombre de Paulino porque admiraba mucho a un español que boxeaba en Alemania. Era muy bueno, se llamaba Paulino Uzcudun, campeón de España y de Europa en peso pesado. Y claro, me llamó así cuando vio a un chico como yo, que tenía apenas 18 años, todo un chaval que boxeaba y ganaba siempre, ¡siempre!”, ríe y grita divertido. “¡Sí, sí, ganaba siempre! La simpatía se multiplicó hacia el resto de los comandantes del campo, hacia el chef de barraca, hacia los otros prisioneros, a todos…”, añade. 

 Segundo Espallargas Castro nació un 3 de enero de 1920 en Albalate del Arzobispo, en la provincia de Teruel. Su nacimiento fue tan peculiar como espectacular: pesaba 7,5 kilos, algo sumamente excepcional como cuenta su hija, pues venía gente desde lejos para ver al bebé y a su madre. Desde muy joven fue inscrito en cursos de gimnasia, y pronto, gracias a su complexión atlética, se iniciaría en el mundo del boxeo, llegando a combatir en la categoría de peso pesado. 

 Su familia se dedicaba a la producción de aceite de oliva a gran escala desde dos generaciones atrás y llegó a regentar varias fábricas en la región. Su padre quiso que se ocupara de los camiones de la empresa, por lo que se convertiría en aprendiz de mecánico con menos de 13 años. Pero estalló la Guerra Civil y con solo 16 años quiso alistarse en el Ejército, llegando a ser teniente de la 162ª Brigada Mixta del Ejército Popular Republicano. Su padre fue prisionero en España durante cinco años, y un hermano, fusilado. Al finalizar la guerra, se exilió a Francia, pero poco después comenzó la II Guerra Mundial y fue conducido a un campo de internamiento francés. Cuando Francia entró en guerra contra Alemania, Espallargas entró en la 28ª Compañía de Trabajadores Extranjeros junto con otros españoles, trabajando a menudo en primera línea para la construcción de fortificaciones. Pronto sería hecho prisionero en la zona de los Vosges, comenzando así un largo periplo por los stalags alemanes (campos de prisioneros de guerra); finalmente, fue conducido a Mauthausen en enero de 1941, donde también estuvo preso su tío.

Hoy aún resuena en su cabeza el sonido del ring construido dentro de Mauthausen por el comandante del campo, quien disfrutaba viendo batirse a los prisioneros: “¡Montad el ring y llamad a Paulino!’, gritaba Franz Ziereis, el comandante, cuando llegaba el fin de semana. Él ordenaba y así se hacía. Yo iba y luchaba… Los SS apostaban por mí. Yo ganaba, y eso me permitió vivir”. 

 De combate en combate, a medida que iba venciendo, los prisioneros lo admiraban, los combatientes le temían y los alemanes le respetaban. Pero a diario debía trabajar duramente como todos los demás deportados. Primero cargó piedras de casi 40 kilos en la cantera de granito del campo, algo que recuerda con absoluta nitidez por lo mal que vivió durante ese tiempo: “Mi estancia en la cantera fue terrible, cada día veía morir a muchos hombres, de cansancio, mordidos por los perros, a palos, aquello era un matadero… Lo peor era el conocido ‘muro del paracaidista’: desde arriba, los SS lanzaban a los judíos y otros deportados, que caían al precipicio y se estrellaban abajo, en la cantera, donde estábamos nosotros subiendo piedras. Horrible. Había que calcular por dónde podían caer y evitarlos…”. 

 Tras largos meses en este lugar, fue reclutado por un kapo para trabajar en un kommando (grupo de trabajo) de carga y descarga de mercancías pesadas en la estación de Panof. Segundo Espallargas cargaba todo tipo de materiales, especialmente piedra, ladrillos y granito, por lo que quienes allí trabajaban debían estar fornidos para sobrevivir. Finalmente le permitieron pasar a las cocinas, donde debía poner carbón en las calderas, en el subsuelo. 

 Paulino medía algo más de 1,80 y era un hombre musculado. Cuenta que con el paso del tiempo, y a raíz de sus combates imbatidos, llegó a tener el supremo privilegio de escoger a algunos de sus adversarios. Era un hombre atrevido: quería luchar contra los kapos más crueles con los españoles, pegarles lo más fuerte posible y vengar así a los compañeros condenados. 

 Nuestro boxeador aún recuerda a sus amigos del campo. Allí conoció a Georges Gardebois, apodado Kiki, púgil y campeón francés, nacido en París en 1907 y deportado a Mauthausen en abril de 1944. También a Michel Riquet, miembro de la Compañía de Jesús, arrestado por la Gestapo en 1944 por participar en la Resistencia. Fue conducido a Mauthausen y, después, deportado a Dachau. Tras la liberación, impartió conferencias en la Notre Dame de París y se mantuvo muy activo en la divulgación de lo ocurrido. 

 Tras la liberación del campo, el 5 de mayo de 1945, Segundo Espallargas siguió boxeando profesionalmente en Francia como Paulino en categoría de peso pesado. 

 El retorno no fue fácil; para nadie. Pero el carácter afable y abierto de Paulino le permitió compaginar el boxeo con su otra profesión de mecánico electricista. Así se le abrieron las puertas del mundo laboral en Francia. Residió en París, Pau y Troyes, donde conoció a su esposa, y tuvo cinco hijos. 

 “Yo siempre he tenido una salud de oro, pero ahora…, bromea, mientras se acerca su enfermera para tomarle la tensión arterial. Luego nos mira a los que estamos en la sala, sonríe y concluye: Tengo una tensión baja, muy buena, de niño, como siempre he sido, un buen chico…”.

Manuel Alfonso Ortells 

 Hacer planos y dibujos pornográficos: Nacido en 1918, este nonagenario ofrece desde las primeras conversaciones por teléfono la impresión de un hombre inquieto con muchas ganas de contar su experiencia en los campos nazis. Está en silla de ruedas, pero se levanta para abrirnos la puerta de su domicilio de Burdeos. Lleva boina, grandes gafas de leer y una muleta a la que se agarra fuertemente.
Manuel Alfonso Ortells posee un espíritu positivo incluso al recordar los acontecimientos más trágicos. Es generoso, divertido, nervioso, tal como transmite en su libro autobiográfico De Barcelona a Mauthausen. Diez años de mi vida, que me firma con una bonita grafía. Lo escribió en 1984, como él dice, de memoria y sin haber leído apenas las experiencias de otros deportados. Antes de conseguir un editor, hizo 60 ejemplares de forma artesanal, a base de fotocopias, para sus hijos, amigos y archivos; todos eran diferentes. Durante la entrevista va comentando las fotografías, dibujos y pinturas de su carpeta, algunos realizados en el propio campo de Mauthausen. 

 Desde niño le apasionaban las imágenes de la revista TBO, por lo que estudió dibujo en la escuela de cerámica de Onda (Castellón). Al estallar la Guerra Civil se alistó voluntario en la mítica Columna Durruti, estuvo en el frente de Aragón; a los pocos meses fue nombrado sargento y en una contienda fue ametrallado cerca de la frontera. Logró escapar hasta Francia, donde pisaría diversos campos franceses y se enrolaría en compañías de trabajadores extranjeros. En uno de ellos, en Septfonts, consiguió comprar clandestinamente, si así puede decirse, un lápiz, un cuaderno para dibujo y papel de escribir para enviar cartas a su madre. Esos fueron entonces sus tesoros más queridos. 

 Los bombardeos se intensificaron, París cayó en junio de 1940 y Pétain firmó el armisticio con Alemania. Ortells fue capturado por el Ejército alemán en St. Dié (Vosges) y trasladado al Stalag XI B, donde dibujó una copia a lápiz de una fotografía de su madre, la misma que consiguió esconder en el campo de Mauthausen burlando la vigilancia nazi y que muestra ahora con orgullo en su casa. 

 “Cuando llegamos en tren éramos muchos, unos 800, ¡y no sabían qué hacer con todos nosotros! Nos pusieron en una barraca con todas las pertenencias. Aproveché y escondí cosas, lápices, papel, fotos, el dibujo del retrato de mi madre, todo rápido, rápido… en el colchón. No nos registraron hasta el día siguiente, cosa muy rara. Ese dibujo estuvo conmigo hasta la liberación, escondido como se podía, debajo de las axilas durante la inspección de barracones…”. 

 El dibujo le salvó la vida, repite constantemente. Su afición a dibujar y a firmar con un pequeño pájaro, símbolo de sus ansias de libertad, fue decisiva para que le apodaran El Pajarito. Con su astucia, se fue ganando poco a poco la confianza de sus superiores, llegando a realizar caricaturas de sus compañeros y postales de Navidad, y a lograr en alguna ocasión una ración extra de comida a cambio de dibujos pornográficos. 

 Durante unos cinco meses trabajó hasta el límite de sus fuerzas en el comando Strassenbau, dedicado a la construcción de la carretera de Mauthausen. Hambre, trabajo y frío, mucho frío, en invierno. De repente, en mayo de 1941, le reclamaron en el baubüro, la oficina de los ingenieros y arquitectos donde se hacían los planos para la construcción del campo. Le hicieron una prueba, la superó y allí trabajó hasta el día de la liberación. “Había presos arquitectos que eran polacos, checos, yugoslavos, belgas, algún francés; el kapo era alemán, y había cuatro españoles: Muñoz, artista y pintor valenciano; Pérez, joven madrileño delineante, y otros dos que eran ordenanzas de los SS. Incluso vi alguna vez por allí durante cierto tiempo a un buen pintor judío ruso, Smolianoff, que fue el grabador que falsificó, por cuenta de los nazis, papel moneda inglés”. En el campo también conoció a Otto Peltzer, atleta alemán ganador de los 800 metros en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1932. Estaba preso en Mauthausen por ser homosexual e ir contra la ideología nazi. 

 A continuación extrae una postal pintada por el gran pintor Eduardo Muñoz, Lalo, del que dice: “Él era el maestro y yo el aprendiz. Era muy buen hombre y muy amigo mío. En el baubüro él era el artista y yo el delineante”. Aquel dibujo caricaturizado estaba dedicado a Ortells y lo representaba como un gran pájaro encima de una higuera atado con una bola de preso. Según Muñoz, la higuera significaba que estaba en la Luna. 

 Pronto presenció otro acontecimiento que le impactaría y que reflejaría en uno de sus dibujos más crudos y coloridos. En la cantera, unos judíos holandeses están subiendo los 186 escalones aupando una camilla con sus compañeros muertos y ensangrentados. “Yo vi a este equipo de presos que dibujé trasladando a sus muertos con los brazos colgando y las escaleras con rastros de sangre de otros que también murieron”. 

 Lo dice mientras enseña su dibujo Solidaridad, en el que refleja la ayuda de un deportado con traje de rayas a otro preso sin fuerzas para sostenerse en pie. La Federación Española de Deportados e Internados Políticos (FEDIP), creada en 1945 y disuelta hacia el año 2000, llegó a estampar dicho dibujo en formato de sello de correos. 

 Tras la liberación, Ortells se instaló en Burdeos; no pudo dedicarse profesionalmente al dibujo, pero algunos sirvieron para ilustrar libros. Conoció a su esposa, Natividad Eguiluz, con la que se casó en 1949 y tuvo descendencia. Antes de cerrar su álbum de recuerdos, Ortells extrae un último dibujo, el que se hizo a sí mismo en Burdeos. Sentado encima de una tortuga como transporte, sigue una flecha que indica el camino a España. Riendo explica: “Claro, me dibujé a mí mismo así, como quien no tenía prisa alguna para regresar, a paso de tortuga”.

Francisco Bernal 

 El Zapatero apodado 'Gandhi': Nació en 1919, pero lo declararon en junio de 1920. Aprendió el oficio de zapatero en su Zaragoza natal; era bueno, muy bueno como él mismo ratifica, y, sobre todo, muy ingenioso. Esto fue lo que le salvó la vida en los campos. Así lo cuenta en su casa de París, con una gorra que nunca se quita.

Su padre, de Garrapinillos (Zaragoza), campesino de remolacha y más tarde albañil, era un hombre estricto para mantener la disciplina en una casa con 10 integrantes en la familia, abuela incluida. Fue allí donde Bernal aprendió a trabajar los zapatos durante más de tres años y medio. 

 Tras algunos lapsus de memoria, tiempo y vivencias durante una conversación que dura horas, lo que Bernal recuerda mejor es a partir de su arresto, en junio de 1940, en Francia, donde se había exiliado. Fue conducido al Stalag VII A de Moosburg, donde permaneció 14 meses y trabajó en la zapatería: “Había bastantes polacos, que nos tenían manía y decían de los españoles: ‘Ateo, caput’. Yo les decía que había hecho la primera comunión, igual que ellos…”. 

 En este stalag captó la atención de los SS al hacer funcionar a la perfección una herramienta para trabajar y lijar las suelas de botas y zapatos. Los alemanes tenían una máquina de este tipo, pero solo él sabía manejarla. Así se ganó el respeto de los SS. 

 En septiembre de 1941, Bernal y muchos presos más fueron subidos a un tren de ganado maloliente bajo la consigna de que los trasladaban a Francia. “Nos engañaron. El viaje duró 35 horas. Un compañero que miraba a través de la pequeña rendija del vagón dijo: ‘Me parece que, en vez del paraíso terrenal, vamos al infierno porque nos esperan los SS con una calavera en la solapa de los uniformes y llevan cuatro perros lobos”. Los recibió Bachmayer, el jefe del campo. “Cuando llegamos los primeros españoles, dijeron: ‘Los abogados, que levanten la mano…’. Nadie. ‘Los bélicos, que levanten la mano…’. Uno. ‘Médicos…’. Alguno. ‘Y ahora, albañiles y carpinteros…’. Casi todos. ‘¡Pero quién es esta gente que me han traído aquí!’. Delante de la masa proletaria, estaba muy cabreado”. 

 Para levantar la moral en Mauthausen, Bachmayer permitió que los presos que tuvieran aún fuerzas disfrutaran, solo los domingos por la tarde, de tiempo destinado al ocio, si es que así puede denominarse. Representaciones teatrales, fútbol, boxeo y música. Los SS solo querían diversión. Defraudarles significaría la muerte inmediata. Para el teatro utilizaron el barracón que servía de cine a los nazis. Fue en 1942 cuando Bernal propuso representar una corrida de toros. Así la recuerda: “A mí me dieron el papel de inglés, quizá por lo alto y delgado. Me vistieron como tal: me sentía muy raro, con pantalones arremangados, un sombrero de caza y una cámara de cartón… Yo tenía que tirarme al ruedo y hacer como que filmaba. Con una bicicleta y una manta simularon el toro con los cuernos. La obra tuvo éxito; los alemanes se rieron mucho”. Por su físico, a Francisco le apodaron Gandhi. 

 Tras Mauthausen, Bernal estuvo en el campo de Redl-Zipf y, finalmente, en 1943, en Ebensee, ubicado a unos 90 kilómetros al sur de Linz, en Austria; un lugar que acogió un enorme complejo industrial subterráneo donde se fabricaron armas y municiones. También fue planta de montaje del conocido Messerschmitt ME 262, el primer avión de combate a reacción. Allí murieron 9.000 hombres de un total de casi 20.000 que trabajaron en pésimas condiciones a 30 grados bajo cero y mal alimentados. “El invierno en Ebensee era muy frío. Los presos iban a los túneles y trabajaban muy duro sin apenas comida. Los que estábamos entonces fuera de las obras, como yo, que era el zapatero del campo, el relojero y pocos más, repartíamos las sopas de mediodía, un pan para varios y un poco de margarina”. Francisco, de 1,85 metros, llegó a pesar menos de 48 kilos. 

 “En Ebensee había un comandante de las SS terrible”, recuerda Bernal. “Un día mató a tiros a 31 presos, entre ellos un español. Por capricho, solo por capricho. Siempre estaba paseándose con el látigo en la mano, una trenza de cuero que llevaba en el centro una varilla fina de acero flexible. Como yo era el zapatero, lo tuve en mis manos varias veces para arreglarlo”. El 5 de mayo de 1945 fue liberado. Solo regresó a Zaragoza a visitar a su madre enferma.