Los cacos se llevaron varias medallas y otros objetos de oro l Los responsables del santuario intensifican las medidas de seguridad
Dos tiendas de regalos del real sitio de Covadonga fueron asaltadas hasta dos veces en tres días, y los mismos cacos trataron, sin éxito, de entrar en la santa cueva. Según explicó el abad de Covadonga, Juan José Tuñón, en el santuario están «doloridos, entristecidos» tras el suceso, y aseguró que «nunca se había producido» un hecho similar.
Los ladrones entraron cada día en una tienda diferente, en ambas de madrugada, y se llevaron objetos de oro -medallas de la Santina y otros recuerdos- por un importe que Tuñón no pudo precisar. Los religiosos han puesto estos hechos, que sucedieron hace tres semanas, en conocimiento de la Guardia Civil, y, además, han acentuado medidas de seguridad como la videovigilancia tanto en la santa cueva como en los establecimientos en los que se venden recuerdos del real sitio. «Seguimos con criterios de preservación de algo que tiene mucho valor para los asturianos», afirmó Juan José Tuñón, notablemente impactado por estos robos.
El abad destacó que los ha afectado, sobre todo, «el intento de entrar en la santa cueva», y añadió que no se trata del valor material, sino del valor «sentimental, espiritual y afectivo que tiene. Nos preocupa y estamos entristecidos», añadió. No obstante, de este amargo trago queda en Covadonga que «no pudieron vencer la seguridad, nos hemos quedado tranquilos», apuntó Tuñón, antes de subrayar que «los intereses que traen los ladrones no son los de la imagen», en alusión a la Santina. El abad de Covadonga lamentó «tener que aplicar un criterio de protección» en un lugar abierto a todo el mundo, pero subrayó que «parece que es una ola que se está produciendo en muchos ámbitos».
En efecto, la inseguridad en la comarca ha aumentado en los últimos meses, y parece que este fenómeno ha alcanzado también al real sitio de Covadonga, un lugar del que Tuñón destacó la «buena disposición» con que se acerca todo el mundo al santuario, salvando desafortunadas excepciones como las sucedidas hace tres semanas.
Se trata de la primera vez que roban en las tiendas del santuario, y el intento de profanar el hogar de la Santina también es un hecho insólito, pero el pozo donde los visitantes arrojan monedas es frecuente objeto de saqueo. Hay quien asegura, incluso, que aquellos que tratan de apropiarse de los donativos vienen equipados con trajes de neopreno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario